Por Polo Bautista
El espacio cultural Nexus cumplió
este febrero -todavía pandémico- 12 años de vida. La
mente fundadora para tal empresa se llama Daniel Garrido, pero todos lo conocen
como “Guaus”, quien es oriundo del entonces mentado “Detritus Federal” (hoy
CDMX) y se mudó a la capital angelopolitana iniciados los ochenta.
Espacio célebre entre artesanos,
músicos, artistas y por toda la bohemia que merodea el corazón urbano poblano,
ha albergado desde sus comienzos infinidad de actividades eclécticas, por
mencionar algunas: exposiciones de artes plásticas, conciertos punks, círculos
de lectura, expo vinilos, clases de danza africana, artes circenses, prácticas
de capoeira, recitales poéticos, degustación de alimentos, etc. En fin, es un
espacio abierto a toda manifestación artística sin importar su naturaleza. Por
lo tanto, promueve las libertades del pensamiento, el respeto mutuo y la
solidaridad en general, especialmente entre aquellos afectos al arte.
Nexus comenzó a operar para inicios del 2009, cuando el término “espacio cultural” no era habitual en Puebla para referirse a los foros alternativos. Acerca del origen de su apelativo, Guaus menciona: “Me gusta Henry Miller y a partir de ahí se me hizo como un nombre digerible, fácil de acordarse. Dentro de la cuestión del diseño gráfico siempre te piden un nombre que la gente recuerde y sea fácil de digerir… Y funcionó bastante bien porque después la gente le empezó a agregar lo suyo. Había gente que le decía ‘El Anexus’, ‘El Necius’, ‘El Netsus’”.
Originalmente se ubicó en un pequeño cuarto de la 6 Norte 406, muy cerca del mercado artesanal El Parián. Al comienzo, la clientela de Nexus estaba mayormente conformada por artesanos y artistas urbanos relacionados con el “hipismo”, pero paulatinamente arribaron estudiantes de psicología, filosofía, letras y demás escuelas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, ubicadas en el primer cuadro del centro histórico. La idea inicial fue conformar una galería de arte y café, pero muy pronto albergó eventos musicales, siendo Yave Lira y posteriormente Híkuri las primeras agrupaciones poblanas practicantes del blues que se presentaron en el incipiente foro.
Así transcurrió aproximadamente
año y medio, hasta que en 2010 y por consejo de un amigo (Carlos Tonatiuh),
Nexus se mudó a la once oriente interior once. El nuevo local era más amplio,
contaba con dos salones contiguos amueblados por unos cuantos sillones y
cojines enfundados en costales de café. La bebida preferida sin contar las indispensables
cervezas fue el “Yolixpa”, que es una infusión prehispánica de varias yerbas
con aguardiente muy típica en las zonas serranas al norte del estado poblano. Ahí
tuvieron oportunidad de presentarse bandas como De Algún Tiempo A Esta Parte
(DATAEP), proyecto liderado por Iván Jiménez; también Caca de Gato de Adrián
Romero (ahora “Kin Nini”) e Infrasónico, fundada por “El Abuelo”, ex integrante
de la reconocida banda surf Los Pegajosos. Todas esas propuestas fueron muy
interesantes y talentosas por esos días, aunque al presente sólo DATAEP continua
trabajando.
En 2012 Nexus nuevamente cambió
de ubicación debido a que la casona donde laboraba supuestamente fue vendida. Entonces
volvieron a la familiar 6 Norte, pero del número 3 interior 3 y finalmente
interior 7, donde permanece hasta hoy.
El edificio que antiguamente
fuera una fábrica de la conocida crema corporal Ibañez, cuenta con distintos interiores
los cuales se acceden a ellos por una angosta escalera, en sus paredes se
aprecian grandes pinturas con motivos prehispánicos. Ahora Nexus es un salón
espacioso, posee sillones y mesas para sus clientes, también cuenta con cocina,
barra de bebidas y finalmente el espacio dedicado a los talleres o tocadas.
Está adornado por cuadros, libros, plantas, artículos curiosos y lo resguardan
dos lindos gatos: Mishu y Momo.
Hasta antes de 2012, los altercados con las autoridades habían sido mínimos y sin consecuencias. Sin embargo, los nuevos vecinos resultaron sumamente intolerantes, Guaus comenta: “Nos empezaron a aventar a la policía y al ayuntamiento, empezaron a decir que vendíamos “mota” y cosas así. Entonces el dueño del edificio nos dijo que nos subiéramos al siguiente piso para que no hubiera problema con que saliera el ruido al exterior”.
Resultó evidente que adicionar
actividades como talleres de danza africana y artes circenses le ganó cierto
impulso al foro (junto con la animadversión vecinal). Por otra parte, los
toquines también funcionaron bastante bien debido a que Nexus siempre está
abierto para cualquier propuesta sin importar su género. En palabras del mismo
Daniel: “Yo soy muy neutral, si vienen bandas de otros estados también se les
da el espacio… Ha llegado gente de Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Estados
Unidos y España”.
No obstante, dos eventos singulares
evoca con afecto su propietario. El primero ocurrió en 2014, cuando Nexus
obtuvo la beca para proyectos culturales que promovió el Instituto Municipal de
Arte y Cultura de Puebla. Con dicho apoyo logró contactar a los hnos. Mauricio
y Francisco Sotelo del grupo Cabezas de Cera para que brindaran un recital con
su música experimental y progresiva. Así fue como un 3 de octubre del año antes
mencionado, el dúo se presentó en Puebla con buen éxito. Además, Guaus constató
la gran sencillez de los hermanos. Sotelo y su inseparable ingeniero Edgar Arellín.
El segundo evento memorable fue la
presentación del dueto arraigado en Morelos. Se trató ni más ni menos que de La
Perra, una interesante propuesta denominada rock de cámara, en el que fusionan géneros
como jazz y progresivo. La dupla está conformada por Elena Sánchez (bajo) y
César Calderón (batería), también conocido como “Perico”. Ellos se presentaron
el treintaiuno de agosto del 2019, aunque aquella vez no se contó con ningún
apoyo municipal sino todo corrió a cargo del Centro Cultural.
Tales presentaciones podrían
parecer triviales si se comparan con las realizadas habitualmente en la capital
mexicana. No obstante, es preciso
señalar que Puebla no se distingue por albergar un gusto mayoritario para el
rock progresivo y sus derivaciones, asunto contrario ocurre cuando se habla del
ska, reggae y surf. Por tal motivo, emprender dichos eventos responde a la
finalidad de promover distintos géneros a los habituales con bandas prominentes
y refrescar una escena poblana conformista.
Nexus no es el único espacio
cultural de la capital angelopolitana. Existen otros lugares análogos con los
que convive, por ejemplo, Karuzo, El Venado y el Zanate, Musa, 19-40 café o
Santos Remedios. Guaus no está totalmente enterado de los integrantes que conforman
su gremio, pero valora las aportaciones de cada uno: “No considero que los
espacios generen una competencia entre nosotros, sino que nos hemos vuelto
opciones para distintos tipos de personas. Cada uno tiene su clientela, cada
uno tiene sus gustos, cada quien tiene su propuesta”. Y agrega: “Como que nos repartimos
la chamba, porque la gente se aburre de repente de llegar a un mismo lugar a
ver los mismo toquines o las mismas bandas”.
De vuelta al cruel presente, la pandemia ocasionada por el COVID-19 trastornó profundamente todos los ámbitos humanos. Las consecuencias inmediatas para Nexus y sus congéneres fueron el cierre y posterior reapertura al mínimo de sus capacidades. Varios han tenido que abandonar sus proyectos. A pesar del oscuro panorama, Daniel encuentra aspectos positivos: “La gente tuvo mucho miedo, bajaron las ventas totalmente, carencia de ingresos, los empleados se fueron. Pero dentro de lo malo también hubo cosas buenas, porque te das cuenta de que no es únicamente depender del artista o de los artistas, sino que el espacio depende de la persona que está a cargo… Se establecieron otras dinámicas, la venta de postres, de comida, llevar a domicilio, que la gente pasara por sus cosas”.
En ese sentido, Guaus considera
que debido a la pandemia las personas han comenzado a valorar sus espacios
culturales. Nexus y similares, no son simplemente lugares para ir a “chupar y
ligar”, sino que generan cultura, tolerancia y respeto. Además, estos deben
producir sus propios mecanismos para subsistir a días aciagos como lo son ahora,
en que los artistas están impedidos de manifestarse directamente y puedan
atraer clientes. Tampoco piensa que los espacios culturales sostengan una
alianza de colaboración o apoyo ante la imbatible crisis; actualmente todos ven
por sí mismos. Empero, nadie busca perjudicar a los otros. Sus palabras serenas
y firmes asoman cierta perspectiva empresarial madura y responsable,
evidentemente fruto de la experiencia que brindan los años.
Pues bien, Nexus cumple 12 años en plena pandemia y no claudica. Su excéntrico propietario además de
ser optimista, defiende el libre albedrío del espacio cultural que mantiene con
pasión y tenacidad. Está complacido con la senda recorrida hasta ahora y estima
que Nexus no necesita doctrinas, pero si tuviera una probablemente esa sería
guiada por la libertad de pensamiento, el respeto y apoyo mutuo. Indudablemente
su principal motivación es la gente que lo visita y retroalimenta.
Por último, Guaus manda un
mensaje a sus clientes, ex trabajadores, colaboradores, amigos y demás gente
involucrada en tan especial proyecto: “Gracias a todos por mantener el espacio,
gracias por aceptar esta propuesta que es Nexus, gracias por encontrarle el
gusto y seguir viniendo. Porque si no fuera por eso el lugar no existiría”.
Felicidades y larga vida Nexus.
P.D. No está de más decir que pueden apoyar a Nexus consumiendo sus productos, los cuales se ofrecen víaFacebook o visitando el foro bajo las normas higiénicas ampliamente difundidas en días y horarios permitidos. Guaus se complacerá de recibirlos.