Romo trasmite diversos sentimientos en el metraje, conmoviendo a flor de piel, pues su "Sofía" no solo lucha con sus demonios internos, sino también con el sistema patriarcal y el abuso laboral a su alrededor.
"Qué huevos, Sofía", más que una simple comedia y una portentosa Giovanna Romo
"Días Borrosos", la peculiar visión de Marie Benito acerca de la intimidad e interacciones humanas
Con un ritmo pausado y diversas tomas fijas, el filme en cuestión presenta una inusual reflexión, invitando al espectador a interesarse por los demás, a voltear a ver al otro, como lo ha señalado en diferentes ocasiones la realizadora.
Los hijos de los hijos de Adán
Ahí te void | Reyes Rojas
Los hijos de Adán | Abel Amador
Esta es la historia del primer asesinato. Al menos eso nos cuenta la Biblia. El relato de Caín y Abel, abundantemente conocido, ha sido objeto de varias interpretaciones sobre las razones del primero para matar a su hermano y, por lo tanto, de las intenciones aleccionadoras del texto, propias de todo aparato religioso.
Entre las explicaciones más populares y simplistas del pasaje bíblico, se atribuye el motivo a la envidia y a las malas intenciones de Caín. Sin embargo, el texto original, de sólo 25 versículos, apenas abunda en la profundidad de los personajes y no da pistas concluyentes sobre esta problemática.
Caso contrario es la reelaboración del relato que lleva a cabo Abel Amador en su nuevo cortometraje “Los hijos de Adán”. En este, Abel y Caín viven en un pueblo pequeño con su madre, una mujer autoritaria y tradicional. El padre, como el dios católico, ¡vaya sorpresa!, está ausente. Abel, el más pequeño de los hermanos, es todavía un niño de apariencia inocente e ingenua; por otro lado, Caín roza la adolescencia y se muestra más cercano a pasiones como la lujuria, la avaricia y la mentira.
El corto de Abel parece poner el dedo sobre uno de los puntos más discutidos del relato bíblico: la inclinación de la naturaleza humana hacia el bien o hacia el mal. Amador no da una respuesta sencilla.
En la Biblia se cuenta que, para evitar que Caín evada con la muerte la condena debida al fratricidio, Yahvé le imprime una marca que, paradójicamente, lo protege:
“14. Hoy me has arrojado de la superficie de la tierra, y de Tu presencia me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra. Y sucederá que cualquiera que me halle me matará. 15 Entonces el SEÑOR le dijo: ‘No será así, pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza.’ Y el SEÑOR puso una señal sobre Caín, para que cualquiera que lo hallara no lo matara.” (Génesis, 4).
Los personajes principales de “Los hijos de Adán” son arquetípicos. En este sentido, es fácil adivinar los perfiles morales, al menos en apariencia, de Abel y Caín. Sin embargo, las maldiciones de Dios son antiguas, al igual que los hábitos que arrastran. Abel, el director, explota el privilegio de la costumbre y, haciendo eco del poema de Baudelaire sobre la tragedia fratricida, se pegunta junto con el poeta francés “Raza de Caín, tu suplicio / ¿Tendrá un final alguna vez?”.
El resto es silencio | Verónica Marín
El efecto Trevi: un hombre abusa de un grupo de jovencitas aprovechando su rol de productor y sus presuntos contactos con los grandes del espectáculo en los ochenta y noventa… ¿Qué pasa que al comenzar este texto en lugar de pensar el nombre de Sergio Andrade, mis manos recurrieron a la gloria del pelo suelto y del psiquiatra que le mira las piernas?
Mi cultura popular y el mainstream en general, condenamos pública y continuamente a Gloria. De Sergio, ni nos acordamos. Esto no quiere decir que Trevi no haya tenido responsabilidad, pero el punto ahora es señalar el foco de atención o, su contraparte, el silencio que ha quedado.
Este es el tema que trata el nuevo corto de Verónica Marín: “El resto es silencio”. El film acude a una familia “tradicional” mexicana que comienza su día. El esposo, profesor universitario, es una tremenda figura autoritaria con su hijo, su hija y su esposa.
Esa mañana, el padre impone su decisión al organizar una salida al cine. El mismo día se viraliza una denuncia de acoso sexual contra el dictador. A partir de entonces comenzamos a esperar: esperamos a que la hija del dictador, la primera en enterarse, reaccione; esperamos a que la esposa del dictador, también profesora universitaria, reaccione. Esperamos a que algo pase, pero siempre con el foco puesto en las mujeres que rodean al acusado.
En la trama hay por lo menos dos víctimas: la madre y la chica que denuncia el acoso, sin embargo, como espectador yo no pude dejar de exigirles que hagan algo, que griten, que se desmoronen, que enfrenten al marido y no permitan que el silencio continúe.
En el trabajo de Marín no sobra la tensión. Con tomas ligeramente claustrofóbicas y encuadres insistentes en los rostros, la directora establece un juego entre miradas en el que nos hace partícipes como espectadores. Justo como sucede cuando en nuestras cercanías sucede lo mismo (¿a quién no le ha pasado hoy en día?).
Los hijos de Jubal
Entre la descendencia de Caín, el relato bíblico menciona a tres de sus tataranietos: Jabel, padre de los que habitan en cabañas y cuidan rebaños; Jubal, padre de los que tocan la cítara y la flauta; y Tubal-Caín, quien forja toda clase de herramientas en cobre y hierro. Cada hijo es una clara referencia a actividades fundamentales de la civilización.
La sangre de Jubal, quien representa a los artistas, camina sobre la tierra y se manifiesta aún en la obra de Verónica y Abel. Ambos cortometrajes, “El resto es silencio” y “Los hijos de Adán” se proyectaron, por primera vez, el martes 18 de febrero en Sala Alternativa. A la proyección asistieron las y los realizadores, el cast, el crew y algunos patrocinadores.
Felicidades a Verónica Marín y a Abel Amador por su gran trabajo creativo y de difusión del cine local, incluyendo el propio. Esperemos que sus nuevas criaturas encuentren el mejor camino.
"Efímera", fresca propuesta sobre disfrutar el presente
Inscrita en el género de las y los adolescentes que se ven obligados a madurar por la situación a su alrededor (coming-of-age, por su denominación en inglés), el relato resulta una opción sumamente recomendable.
"Lluvia", ambiciosa ópera prima que recupera el género de las historias cruzadas
Dueña de una fotografía excelsa, que acentúa la mirada melancólica del realizador, "Lluvia" es una grata sorpresa en la cartelera comercial, pues es positivamente ambiciosa en distintos rubros.
"Déjame estar contigo", entre el primer amor y un homenaje a la #CDMX
Sin caer en dramas innecesarios o exagerados y evitando las situaciones caricaturizadas, Cherem conduce la película con mano firme y segura y, de paso, aborda asuntos como las familias homoparentales y el crecimiento personal.
Corina: una reflexión sobre la empatía y la integridad
Con algunas secuencias de comedia, "Corina" goza de un buen ritmo narrativo debido a la experiencia de su realizadora en el área de edición. Además, tiene una oportuna paleta de colores fotográfica y un gran dirección de arte que nos transporta al año 2000.
"Corina" obtuvo cuatro galardones, incluyendo Mejor guion y Mejor actriz, en la Gran Fiesta de Cine Mexicano en Jalisco, y está disponible desde el 9 de enero en 350 complejos a nivel nacional, incluyendo estados como Puebla y Aguascalientes.
"Flow" o cómo se nos metió un gato negro en los ojos
Todos los elementos en la cinta van fluyendo como la vida misma: la tensión a la que se enfrentan los personajes, los momentos de alegría y la camaradería.
"Un lago" plantea una reflexión sobre las relaciones humanas y el poliamor
"El lago es el gran símbolo de la película; quizás narre un poco más el mensaje de la película, que las mismas situaciones o conversaciones", manifestó.
"La cocina": estridente mirada sobre el sueño americano; Briones, deslumbrante
"La cocina" es una analogía del actual Estados Unidos, en donde decenas de extranjeros llegan bajo la promesa del "sueño americano", pero terminan en una realidad pesadillesca, en la que deben someterse a jornadas inhumanas para sobrevivir el día a día.
"Pedro Páramo", de Rodrigo Prieto, cuando la película no destroza al libro
Cabe recordar que, en su debut, la novela de "Pedro Páramo" fue rechazada e incomprendida, porque Rulfo rompió con los tiempos y espacios tradicionales de la época, es decir, no contó la historia de forma lineal.
Joaquín Cosío, del humor de "Pastorela" que no envejece a la necesidad de crear leyes estatales de filmografía
"No ha envejecido, porque tiene que ver con una tradición que no ha envejecido; las tradiciones no envejecen, finalmente, y está vinculada a un evento como lo es la fiesta navideña, la fiesta popular. Sigue teniendo bastante vigencia, porque el humor no tiene tiempo", declaró.
"Si hay público, qué bueno, lo que tiene que hacerse es un buen cine, aunque sea comedia, aunque sea comedia de enredo, lo que sea", expresó.
"Un cine divertido, pero que no se gaste en caídas falsas, en chistes equívocos, entonces, 'Pastorela', por eso me gusta, es una de mis preferidas, es una película de humor mexicano", acotó.
"Yo creo que lo que hay que hacer es conseguir las locaciones necesarias en un lugar que provea todo lo que el cine necesita y hacer convenios con los estados", mencionó.
"Claro que una ley fomentaría la producción cinematográfica, que eso es algo necesario para nuestra comunidad, que es lo que merece nuestro país y que, desde luego, sería una derrama importante para todas las locaciones, dijo.
"Trae problemas de presupuesto, eso por un lado, y por otro, que la cultura no se ha escuchado en los discursos oficiales, no se ha mencionado con la energía que se requiere", finalizó.
"Gladiador II", mucha espectacularidad y un arrollador Denzel Washington
En la secuela tardía, es decir, "Gladiador II", el público acostumbrado al espectáculo saldrá satisfecho, pues las escenas de peleas, ya sea grupales o individuales, son constantes, no tienen ni siquiera una diferencia de 15 minutos entre una y otra.
"Emilia Pérez", una alucinante reflexión sobre la identidad de género
Su "Emilia Pérez" tiene que asumir las consecuencias de sus decisiones y, a la par, experimentar situaciones inéditas como volver a enamorarse, tratar de corregir sus errores o aprender a soltar el pasado.