Su "Emilia Pérez" tiene que asumir las consecuencias de sus decisiones y, a la par, experimentar situaciones inéditas como volver a enamorarse, tratar de corregir sus errores o aprender a soltar el pasado.
"Emilia Pérez", una alucinante reflexión sobre la identidad de género
"KeMonito: La última caída", la gran lucha del pequeño guerrero
Cinetiketas | Jaime López
El hombre detrás de KeMonito, Jesús Juárez Rosales, revela la explotación económica y física que ha padecido en parte de su trayectoria. No lo hace de forma evidente ni sensacionalista.
Sin ser explícita en los problemas económicos que prolongan el retiro del estelar, la audiencia puede comprender la lucha constante de KeMonito para mantenerse a flote.
Harold Torres y "Desaparecer por completo": vivir sin la posibilidad de los placeres
"Lo más difícil fue investigar sobre la pérdida de los sentidos", dijo.
#Entrevista con Harold Torres, que este miércoles fue nominado en la categoría de Mejor Actor del Premio Ariel por la película "Desaparecer por completo" disponible en Netflix. @HaroldTorres9
— Revista Sputnik (@Revista_Sputnik) June 23, 2024
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El 'live action' perfecto sí existe: bienvenidos al universo de One Piece
Samanta Galán Villa |
One Piece es un manga que tiene más de veintiséis años dentro del mercado y ha logrado conseguir una audiencia fiel, entregada y exigente. Era de esperarse que una temporada de ocho capítulos, cada uno de cuarenta y tantos minutos, tuviera algunos cambios y tomara lo esencial desde el arco Romance Dawn hasta Parque Arlong.
Cada actor parece haber nacido para interpretar el papel. Tanto aliados como antagonistas abrazaron la esencia de los personajes del manga para entregarnos una serie pulida, sin perder el sabor original.
División Palermo: la irreverencia de lo “políticamente correcto”
“División Palermo” se estrenó el pasado 17 de febrero en Netflix y rápidamente, ha escalado al Top 10 de series más vistas en Sudamérica. Ocho capítulos irreverentes, de aproximadamente media hora cada uno, perfectamente escritos y bien desarrollados. La serie es creada, codirigida, coescrita y protagonizada por Santiago Korovsky, un compi neurótico millennial (digo compi porque ya estuve leyendo su biografía y también es de esos desafortunados individuos que decidieron estudiar Comunicación) con un peculiar sentido del humor y que me parece sabe con exactitud quirúrgica lo que funciona actualmente en pantalla y lo que las nuevas audiencias realmente buscamos para entretenernos y maratonear a gusto sin sentir que se nos va la vida en ello.
La serie trata acerca de un grupo de personas (civiles) que, de manera muy inusual e incluso forzada, se enlistan en la Guardia Urbana argentina denominada ante todo “inclusiva” y cuyo objetivo, es brindar un servicio a la comunidad ayudándolos en su día a día y así, mejorar la convivencia ciudadana. La ministra de seguridad de Buenos Aires, con el fin de proyectar una imagen más humana e incluyente del municipio y al mismo tiempo, una narrativa políticamente correcta, insiste en que la Guardia Urbana esté conformada por elementos que formen parte de minorías que usualmente experimentan los vaivenes de sus respectivas condiciones. Y a pesar de que dicha Guardia Urbana fue creada precisamente para solventar esta idea de inclusión y diversidad, lo cierto es que solamente revela la discriminación que habita en muchas personas y que siempre queda falsamente aplacada por ese discurso políticamente correcto. La serie insta a la audiencia a reflexionar (a través de cientos de chistes incómodos) si esta mezcla de falsa compasión y diversidad no es más que una dupla engañosa y riesgosa.
La apuesta total en “División Palermo” es por un humor increíblemente ácido, que no se anda con rodeos al momento de mostrar lo que viven cotidianamente estas minorías, sin faltarles el respeto y en ocasiones, rebasando los límites de lo que uno consideraría como correcto o no. “[…] nosotres nos reímos con ustedes y no los demás se ríen de nosotres”, explica Valeria Licciardi, actriz que interpreta a Vivianne Figueroa, la única mujer trans del grupo (y mujer trans en la vida real). Es una de las tantas cosas que me fascinan de la serie, el que no se victimiza a nadie al crear personajes reales y complejos sin este cliché absurdo que tenemos de las personas con discapacidad. Hay, además, un timming P E R F E C T O para cada chiste, para cada línea, para cada toque de comedia física, mezclados con momentos inesperados y plot twists violentos que hacen que veintitantos minutos se vayan rapidísimo y queramos ver más y más. El elenco, muy bien casteado, es una chulada.
He de confesar que en muchos momentos de la serie, me estaba riendo a carcajadas (de esas escandalosas horrorosas) y dentro de mí había una pequeña vocecita que me cuestionaba si estaba bien reírme de lo que acaba de ver o no. Y me parece una genialidad que eso provoque una simple comedia como “División Palermo”, que te empuje a lo incómodo y te cuestione qué tanto de esas narrativas reproduces nada más porque sí o qué tan ¿discriminatorio, discriminativo? eres para las cosas más sencillas.
Leí una reseña por ahí que hablaba acerca de que hoy en día ese tipo de humor y de chistes “pueden verse sometidos a una cultura de cancelación, pero que acá forman parte de una reconciliación con sentimientos más verosímiles” y, por lo tanto, la serie da mucho de qué hablar.
Quiero creer que quienes somos fans de “Brooklyn Nine-Nine” (otra serie policiaca de comedia) disfrutaremos aún más de “División Palermo” porque además hay —según yo— un “nod” a la serie. Por favor, véanla, cáguense de risa, disfruten el soundtrack (que además está súper cool) y pidamos… no, no pidamos, EXIJAMOS una segunda temporada al ya incómodo tío Netflix.
"Ruido", la interferencia de las emociones
"Su pinche protocolo es el que nos trajo aquí", reclama de manera enérgica la protagonista en una secuencia del filme, luego de que los servidores públicos encargados del caso de su hija han cometido un error con el expediente de la misma.
"A plena luz: El caso Narvarte", cine contra la desmemoria y la impunidad
La propuesta en cuestión también muestra nuevamente el nivel de impunidad que sigue presente en la sociedad nacional.
"Dale gas", adrenalina y traiciones al límite
Aunque "Dale gas" tiene como principal finalidad brindar altas dosis de adrenalina a los espectadores, su argumento también ofrece interesantes apuntes sociales, porque cuestiona el sistema de clases y el fanatismo religioso.
"El comediante", de aceptar nuestros fracasos a dejarnos abducir por la luz
Cinetiketas | Por Jaime López |
@JaimeComunidad3
"Estás lleno de miedos, de oscuridad y todavía quieres encerrarte más, tienes que dejar que la luz fluya" es una de las frases que le expresan al protagonista de "El comediante", cinta estrenada a mediados de enero en la plataforma de streaming más famosa del mundo, la de la N roja.
"Soy un egoísta, quizá es porque soy Leo".
"Estás lleno de miedos, de oscuridad y todavía quieres encerrarte más, tienes que dejar que la luz fluya", y pues que fluya, aunque a veces duela.
«Una película de policías», adictivo híbrido que humaniza a los uniformados
Cinetiketas | Por Jaime López |
"Oirás las sirenas cantandomás y más cerca de aquíreza que no estén cantandoesta noche para ti"
Tigres blancos de la India
Por Fernando Juárez
En fechas recientes Netflix agregó a su catálogo la galardonada película El tigre blanco (The White Tiger), dirigida por Ramin Bahrani y basada en el libro homónimo escrito por Aravid Adiga, dicha obra fue considerada un best seller por el New York Times y actualmente ha tenido buena aceptación en los festivales donde ha sido exhibida.
A grandes rasgos, la historia narra la vida y progresión en la escala social de Balram, un joven de orígenes humildes quien sufre diversas situaciones durante toda la película viviendo en un conflicto constante entre sus intereses personales, la tradición y la desigualdad social imperante en aquella nación asiática.
Me encantaría dar detalles al respecto de la trama, pero no puedo hacerlo sin spoilers, sin embargo puedo decirles que es una de las películas imperdibles en esta temporada, donde se puede ver cristalizado el equivalente al sueño mexicano de dejar la clase obrera comprando unas placas de taxi o siendo chofer de alguna plataforma.
Quisiera aumentar un poco su alacena de datos inútiles explicando un poco la sociedad que es retratada en la película. La India desde hace mas de 2500 años cuenta con una división en castas denominado Varna, donde se clasifica a la población en Brahmins (religiosos), Kshatriyas (gobernantes o guerreros), Vaishyas (artesanos o mercaderes) y Shudras (trabajadores). Desde 1800 la división se acrecentó con el sistema Jat, donde además de tomar en cuenta las primeras cuatro divisiones ahora también se subdivide de acuerdo a el oficio u ocupación de la familia.
Las grandes ciudades han sido diseñadas para que las castas más elevadas se encuentren en el centro de las urbes y tengan acceso a todas las comodidades y servicios, mientras que las castas más bajas son relegadas a la periferia, es más que obvio que dar un salto en la escala social es algo muy poco probable ya que el sistema así ha sido diseñado… algo así como en México, pero en otro idioma.
Pero antes de que caigan aún más profundo en la depresión permítanme comentar que desde 2005 se han promulgado en la India diversas leyes en favor de las castas sociales inferiores y poco privilegiadas, curiosamente dichas leyes han creado una especie de círculo vicioso donde es más conveniente vivir en la precariedad porque así se obtiene un mayor acceso a programas sociales y apoyo económico gubernamental.
Es curioso que una nación como la India que inclusive cuenta con una organización de investigación espacial, que en el año 2021 enviará la misión Gaganyaan con un presupuesto de mil 400 millones de dólares y que desde el año 2018 ha sido clasificada como la próxima superpotencia económica, continúe aún inmerso en costumbres tan arcaicas.
Por cierto, las películas de dicho país son llamadas cine de Bollywood, la mayoría son copias de filmes occidentales de acción o romances sumamente cursis, existen grandes estrellas como lo son: Aamir Khan, Anushka Sharma, Katrina Kaif y Shah Rukh Khan. Todas las películas donde aparecen se vuelven éxitos de taquilla, pues no hay tantas opciones de entretenimiento y además hay que recordar que son el segundo país más poblado del mundo.
En fin, si quieren pasar un buen rato y explorar un poco más de Bollywood les recomiendo las siguientes películas que se encuentran actualmente en Netflix junto a sus referencias originales de occidente: Jab Harry Met Sejal (When Harry Met Sally), Mary Kom (Million Dollar Baby), Udta Punjab (Ciudad de Dios).
Vikingos de la cultura pop
Por Fernando Juárez
No sé si se hayan dado cuenta,
pero en estas últimas fechas todo lo relacionado a la cultura vikinga y pueblos
nórdicos ha tenido una creciente popularidad, que fue un poco detenida por el
confinamiento (que nada más iba a durar 15 días y que ya lleva más de un año)
lo anterior se ha visto reflejado en todos los medios de entretenimiento y
ámbitos sociales y para muestra, un botón.
Espero que algunos de ustedes
recuerden el auge de festivales medievales y nórdicos que cada 15 días eran
celebrados en las inmediaciones de la CDMX, o aún más notorio el clásico corte
de pelo que alguno de sus amigos llegó a portar o los anuncios en redes
sociales y páginas de compra de hidromiel o cervezas artesanales, dicha
popularidad también apareció en videojuegos como Assassin's Creed Valhalla y
como era de esperarse en películas y series.
Actualmente en la plataforma Netflix encuentran tres series cuya trama gira en torno a los vikingos; la primera y más popular es Vikings, que nos narra el ascenso al poder de Ragnar Lothbrok en una especie de drama histórico donde se cuenta de una manera un poco idealizada y hasta en ciertas ocasiones romántica los logros militares y políticos, por desgracia y para aumentar la depresión crónica de algunos de ustedes, no existen pruebas claras de que dicho personaje haya existido en realidad, algunos aseguran que se trata de una mezcla de leyendas y mitos de diversos reyes nórdicos atribuidos a un solo individuo.
La segunda y que a mi parecer es la
más rescatable es The Last Kingdom, en ella tenemos que acompañar a
Uhtred Ragnason en sus aventuras por intentar recuperar sus dominios y luchas
por hacerse de un nombre mientras se desarrolla la unificación de lo que
actualmente se conoce como Inglaterra, la particularidad de esta serie es que
está basada en los libros de Bernard Cornwell, quien se caracteriza por
presentar personajes muy desarrollados y con detalles históricos curiosos. Lo
malo es que como todas las adaptaciones es mejor leer el libro.
La última serie es Norsemen, una especie de SitCom donde tenemos que ver el día a día de Arvid, un jefe guerrero quien de un momento a otro debe asumir responsabilidades y decisiones que jamás imagino, muy amena si se le da la oportunidad, no la vean si esperan la clásica comedia del pastelazo, pues las bromas son sutiles y tiene ciertos gags recurrentes.
Por cierto, y como dato inútil para su alacena mental, la idea errónea que tenemos de que lo vikingos eran guerreros con cuernos en los cascos se la debemos a dos personas; primero a Richard Wagner quien al momento de estrenar las obras de El anillo del Niblungo decidió que las Valkirias y Sigfrido usaran yelmos con cuernos y alas respectivamente; y en segundo lugar al pintor sueco Gustav Malmström, quien se dedicó a ilustrar la Saga de Frithiof, representando a los guerreros con cuernos en los yelmos para demostrar la tan temible crueldad y fiereza que se narraba en dicha epopeya.
‘El agente topo’, la misión de ver con los ojos de otros
Alberdi también plantea una narrativa ingeniosa, la cual ayuda justamente a ponerse en los zapatos de aquellos seres que suelen ser olvidados con el paso del tiempo.
‘Pretend It’s a City’: la legendaria Fran Lebowitz en acción
Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |
Recuerdo haber visto una entrevista de Fran
Lebowitz hace un par de años en donde hablaba sobre lo mucho que detesta subirse
a un avión, pero en especial, el único vuelo que ha hecho a Australia. “Es
el vuelo más largo en toda mi vida y, por lo tanto, el mayor tiempo que he
pasado sin fumar. Fue horrible, parecía una niña preguntándole a cada rato a la
aeromoza si ya habíamos llegado y me miraba con cara de ‘estás loca, apenas
llevamos 4 horas’. Deduzco que las únicas personas que viven en Australia son
aquellas que no tuvieron el valor de enfrentar el vuelo de regreso”. Ese
fue mi primer acercamiento consciente con Fran y automáticamente, me pareció
una mujer en extremo genial, cruda, divertidísima y sin miedo a decir
exactamente lo que piensa. Por eso, cuando andaba navegando por Netflix el mes
pasado y apareció el tráiler de ‘Pretend It’s A City’, inmediatamente me
impacienté a que se estrenara.
Si no conocen quién es Fran Lebowitz, lo harán (y muy bien) a través de la serie documental de siete fabulosos episodios llamada ‘Pretend It’s A City’, dirigida por el buen Martin Scorsese, amigo de toda la vida de Fran. La amistad entre el cineasta y la autora tiene una muy peculiar y fabulosa dinámica que traspasa la pantalla y de inmediato lo contagian a uno con sus divertidas interacciones (Martin simplemente no puede parar de reírse como histérico en cada intervención que hace Fran). La serie es una especie de tributo a Nueva York desde el punto de vista de este par de neoyorquinos setenteros; un pequeño recorrido por la Gran Manzana acompañada de la perspectiva humorística sarcástica y oscura de Lebowitz quien discute temas diversos como el trabajo, el transporte, el arte, la literatura, el sexismo etc. El título de la serie por supuesto es de la autoría de Fran, cuya relación amor-odio de más de cincuenta años con Nueva York, la ha llevado a ser una de las autoras estadounidenses más reconocidas y una oradora pública altamente solicitada. “Es lo que quise mi vida entera: que la gente preguntara mi opinión sobre las cosas y no tuvieran derecho a interrumpir”.
Antes de trabajar en la revista de Warhol, con el que nunca se llevó bien, trabajó en la revista ‘Changes’, cuyos contenidos eran básicamente políticos y culturales en tono chic; dicha revista fue fundada por Susan Graham Ungaro, la cuarta esposa del jazzista Charles Mingus. ¿Se imaginan? Después de otros trabajos en revistas, publica su primer libro titulado ‘Metropolitan Life’ en 1978 y luego le sigue ‘Social Studies’ en el 81; ambos son una colección de ensayos sarcásticos en donde narra las constantes irritaciones y frustraciones de vivir en el Nueva York de los años 70s. Acto seguido, Fran se convierte en una celebridad local, frecuentando el famoso Studio 54, constantemente asistiendo a fiestas, conociendo y codeándose con la crème de la crème del medio artístico y cultural. Y así es como básicamente, Fran se convierte en leyenda y en un fashion icon, le pese a quien le pese. *suspiros bonitos*
“Quería que se sintiera como una especie de irrupción de Fran a nuestros hogares y que nos ‘vomitara’ sus pensamientos sin tapujos”.Martin Scorsese