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«¿Qué comen lxs poetas?» | Ep. #03 Elisa de Gortari


Host: Jorge Sosa

“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos. 

El tercer episodio de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Elisa de Gortari, la poeta de Veracruz que compartió su afición por el Chow Mein y los superhéroes de cómics, además de leer un fragmento de su nueva novela.

Éste es un fragmento de la entrevista con Elisa que puede escucharse completa en Spotify o Apple Music.


***


¿Cuál sería tu aproximación a la idea de que los poetas se mueren de hambre?


Me encantaría, de entrada, que los poetas no murieran de hambre pero es completamente cierto. Hace no mucho, escuchaba a un divulgador de la filosofía alegar que en un mundo muy ideal no existirían las becas del FONCA, ni ningún subsidio de ningún tipo que existen también en los países muy desarrollados y todo, porque eso significaría que, en ese mundo ideal, la gente compraría nuestros libros y podríamos vivir de ellos. Pero yo creo a veces que nos estamos acercando a ese extraño mundo ideal. Porque si hay algo que pasa ahora que nunca había ocurrido, al menos es muy claro en la música, es que no necesitas más de mil fans de hueso colorado para poder vivir de lo que haces. Con los músicos sí es muy evidente eso ahora. La manera en que se organiza la música independiente ha cambiado radicalmente en la última década y media. Y una banda, por más oscura que sea, mientras tenga de verdad mil fans de huesos colorados que compren los viniles, que vayan a los conciertos, la banda no puede vivir de eso. Y yo diría a veces, ¿no podríamos tener mil lectores? No pido más, mil lectores, tal vez nos acerquemos a eso aunque sea porque somos mucha gente.



La primera parte del programa está dedicada a que nuestra poeta invitada nos cuente un poco acerca de algo que le guste comer. En tu caso, nos propusiste el Chow Mein, que es un platillo muy popular y me gustaría primero que nos contaras un poquito acerca de por qué el Chow Mein es importante para ti.


A mí lo que me encanta del Chow Mein es que lo puedo hacer. Creo que eso es lo que más me gusta de todo. Cuando me fui a vivir con mi ex pareja, con Marcela, nos nació la idea de ampliar nuestros menús. Yo decía, ¿es que qué tiene la comida china que es tan especial? El misterio no se puede reducir al glutamato monosódico, algo más tiene que haber. Tiempo después se cruzó la pandemia y fue la oportunidad perfecta para poder aprender eso. Yo sé que todo el mundo se puso a hacer pan durante la pandemia, mucha gente se enamoró de hacer panqué de plátano. Yo me metí de lleno en la comida china y lo primero que aprendimos a hacer Marcela y yo en ese momento fue arroz frito y Chow Mein porque en realidad las versiones que aprendimos son muy parecidas y con ingredientes muy semejantes. Entonces descubrimos que realmente con la misma nube de ingredientes, podíamos comer tan bien como en los restaurantes chinos que nos encantaban antes de que cerraran todo a cal y canto.  



Estaba pensando, hay una cosa acerca de estos platillos de comida china, que es que justo parecen muy replicables. Aunque así como no hay una traducción exacta de una lengua a otra, seguramente no hay una traducción gastronómica por decirlo así, del Chow Mein original al nuestro, sí producen este resultado muy agradable y muy armonioso.


A mí me parece muy loable nuestra comida china y me parece muy auténtica. Hace no mucho, yo era reportera. Digo, sigo siendo periodista pero antes salía mucho a campo y me tocó conocer más lugares de los que habría podido imaginar, metiéndome en problemas, y a mí lo que siempre más me fascinó era la comida que deberíamos tener en común todos. Yo sé que está mal pero yo a donde me paraba, no importaba el país, yo probaba las hamburguesas. Y cuando había, probaba la comida china. Porque para empezar, no en todos lados hay como la conocemos nosotros. Creo que nuestra comida china es muy auténtica a su manera. Tiene una historia que a mí me parece tan fascinante como dolorosa. Porque al final del día es el producto de una migración que tuvo bemoles desastrosos para los que cruzaron el Pacífico en algunos momentos. Todos sabemos de la terrible historia de la xenofobia en Norteamérica porque ni siquiera es algo sólo de México, es algo que cruza todo el subcontinente. Pero la verdad es que descubrí que me gustaba mucho el Chow Mein y la comida china en general de acá. Pero además descubrí que era algo que sí nos puede salir muy bien. Yo siento que aunque es como un silabario muy distinto de ingredientes, sí hay como una gramática semejante con la comida mexicana. Es decir, los ingredientes son como de esferas muy distintas. El Chow Mein, por ejemplo, a mí lo que más me impresionó aprender era que incluyera, al menos en la versión que yo aprendí a hacer en casa, la salsa de calamar. Eso a mí me sorprendió muchísimo porque era una clase de sabores que yo siempre había visto, particularmente en la costa que es de donde yo vengo, de Veracruz, pero nunca los había visto de esa forma. Es algo que nunca mezclaríamos con maíz necesariamente pero, a la hora de que te lo pones a hacer, dices esta comida es tan rápida de hacerse como hacer cualquier platillo mexicano. Yo no creo que nunca me haya tardado más de quince minutos haciendo Chow Mein. Ahora, eso sí, al menos a mí lo que me quedó claro es que tienes que tener todos los ingredientes a la mano desde el principio. Algo que no siempre pasa en la comida mexicana, que puedes postergar los pasos indefinidamente. Aquí no. Aquí si no tienes todo listo de antemano, va a ser un desastre y te vas a arrepentir de hacerlo todo a destiempo. Eso sí, tiene un ritmo muy particular, pero la constelación de cómo se hace a mí me recuerda mucho a la comida mexicana. Y no siempre me pasa con platillos de otras latitudes.  



Le pedimos a nuestra invitada que nos hablara un poquito acerca de otra cosa que le guste consumir. Elisa eligió cómics de superhéroes que es un tema muy bonito y muy vasto. ¿Nos quieres hablar de tu acercamiento a los cómics, si tienes algunos superhéroes de cómics favoritos? 


Lo primero que quiero mencionar es que es completamente accidental que yo hoy traiga una playera de Hulk, de verdad fue un accidente. A mí me encantan los cómics por la sencilla razón de que eran un magnífico entretenimiento para la gente que no teníamos cable en los noventa y que era relativamente barato. En ese entonces el papel era asquerosísimo y a diferencia de hoy en día, se encontraban en todos los puestos de periódicos que eran mucho más abundantes. Entonces me queda claro que era como un entretenimiento que marcó una época muy específica, tal vez de la humanidad. Digo, seguramente el entretenimiento gráfico narrativo va a continuar muchos siglos, ojalá tanto como continúe la humanidad, pero la verdad es que los cómics se han vuelto con las décadas un nicho mucho más cerrado de lo que quisiéramos. Yo cuando tenía doce años, sí podía ir de vez en cuando al puesto de revistas y comprar un cómic. No quería comprar muchos, podía comprar uno. Por lo general, tenía que dividirme entre Spider-Man o Dragon Ball, el que estuviera disponible. Al menos para mí, no había diferencia entre el manga y el cómic. Pero me queda claro que hoy es mucho más difícil que a un niño o una niña de doce se le prenda el foco y diga: voy a comprar un cómic, pese a que nunca en la vida los superhéroes habían sido tan populares. Eso para mí es lo más extraño del mundo, que los superhéroes han conseguido el nivel de fama más absurdo que podrían haber imaginado sus creadores hace cincuenta o setenta años y es en cambio la época en la que probablemente menos cómics se están leyendo y con la fruición con la que nosotros leíamos en los noventa. Y la gente de antes todavía más. Es un fenómeno extraño pero no quiere decir que yo dejé de querer a los cómics como antes. 



Tocas un punto bien importante porque generalmente cuando hablamos de cómics de superhéroes, estamos hablando específicamente de los cómics gringos. Algo que me llama mucho la atención y de lo que decidí leer un ratito al respecto antes de nuestra llamada, es esta transición que se llama la época de plata, en la que a partir de la creación de la Comics Book Authority se autorregulan respondiendo a una preocupación por temas de violencia, sexo y horror, y no sé si esto habrá funcionado un poquito como las máquinas de escribir de los surrealistas que decían: bueno, es más fácil escribir si no puedes utilizar una una vocal. ¿Tú qué piensas de este fenómeno, en particular de cómo funcionó la restricción para los creadores de cómics? 


Me parece magnífico que lo hayas mencionado. Porque yo creo que es una de las cosas más brillantes que ocurrieron en el cómic, no como tal el ánimo de autocensura, pero sí lo constreñido que es el género y que era en ese entonces. La gente tiende a despreciar mucho a Stan Lee. Más allá de sus apariciones en las películas y cómo se convirtió en un personaje muy notable en sus últimas décadas, la gente a veces no recuerda que, por muchas décadas, Stan Lee no fue precisamente el tipo más querido en la industria. Y que tenía mucho que ver con que él fue, en buena medida, quien propició que fuese de verdad una industria. Y una industria en los aspectos más absurdos. Fue el que inventó el cómic como una fábrica a la Ford en el que cada quién hacía una parte específica y diseñó un sistema en el que ni siquiera tenían que ponerse de acuerdo el dibujante y el escritor para que coincidieran los diálogos. Era como: pues mira, el número va a tratar tal vez de esto y entonces el dibujante se iba por un lado y dibujaba. Y al final llegaba el escritor que ponía los diálogos en los globos que ya estaban dispuestos. Pero eso me parece que sí despertó mucha creatividad en esa generación, porque además tenían que cumplir reglas muy específicas.


A Stan Lee le gustaba decir que cada cómic era el primer cómic de alguien y la verdad es que a mí me avergüenza un poco que los escritores rara vez nos pongamos a pensar en eso. Nuestro librito de poemas va a ser el primer libro de poemas de alguien, nos guste o no.


Yo sé que a muchos poetas les gusta mucho la idea de ser algo que requiere un proceso, una iniciación, un proceso educativo en el que aprendes a leer. Y entonces a muchos poetas les gusta imaginar que van a estar como al final de ese proceso, como: a mí nada más me va a leer la gente que ya lee bien chingón.


Y en los cómics era completamente lo opuesto. Había que pensar desde el principio en esa persona que iba a caer por accidente en tu cómic, que seguramente iba a ser un niño o un adolescente. Por eso, Stan Lee dispuso que siempre los cómics de Marvel incluyeran un brevísimo resumen de qué estabas leyendo. Y de hecho, incluso se mencionara el origen del personaje. Entonces tú abres Daredevil y siempre decía: después de haber sufrido un accidente con un camión adquirió poderes, bla bla bla, y ahora es Daredevil, bla bla bla, y ahorita está luchando contra Bullseye en tal circunstancia. Esa costumbre que ahora tengo entendido que ya no se respeta, y digo tengo entendido porque yo ya casi no compro cómics individuales, compro los TPBs porque descubrí que era carísimo en estos días, esa costumbre permitió a mucha gente, permitía a los niños, abrir cualquier número y decir: ah, mira, éste es el personaje, de esto se trata, y disfrutarlo. Podías tener un solo ejemplar y lo podías disfrutar, no necesitabas lo demás. Era un entretenimiento rápido y creo que era muy eficiente. A veces tenemos una idea un poco caricaturizada de esa época porque las épocas que siguieron se volvieron mucho más complejas y la forma en que narraban era mucho más compleja. Pero si tú revisas los primeros números de Spider-Man por ejemplo o de Daredevil, sí llegaban a hacer cosas realmente eficientes y realmente admirables. El primer número de Spider-Man es una gran obra literaria y todas las cosas que siempre nos han gustado de Spider-Man ya estaban en ese número a un grado brutal. Hay otros personajes que tal vez requirieron un mayor desarrollo a lo largo de las décadas, que dependieron de varios autores para volverse icónicos. Pero en el caso de Spider-Man es muy notable, desde el primer número como cada película que sale es solamente una reelaboración de ese específico número. Ya ni siquiera de ese personaje en general, de ese específico número. Algo que tal vez se repita con Hulk y tal vez con cierto Superman que paradójicamente yo creo que es mi superhéroe favorito actualmente, porque ahora Spider-Man me parece demasiado adolescente para mí



Como última parte lo que le pedimos a nuestros invitados es que nos compartan algo de lo que escriben. En este caso, Elisa, en un gran regalo para el podcast, nos va a leer un fragmento de su nueva novela y estoy muy emocionado por escucharla. De repente, va a romper un poquito la estructura del podcast en el que seguramente va a haber más poemas pero me hiciste pensar en algo muy al principio de la conversación. Me hiciste recordar un meme con el estilo de este meme del infame de Drake “esto muy mal/esto muy bien” y que decía “el poema del narrador muy mal/la novela del poeta muy bien”.


Mira, es muy chistoso porque yo no sé porque siempre me sucede eso. Me recuerda un poema de Ángel González en donde dice “yo no sé por qué mi familia me dice que vivo en las nubes si en cambio todos los críticos me dicen que soy el poeta más parco de España”. Justo creo que eso es lo que nos pasa a todos los que además de escribir poemas, eventualmente escribimos narrativa. Esta novela se llama “Todo lo que amamos y dejamos atrás”, la edita Alfaguara, es mi segunda novela. La primera fue “Los suburbios” que salió en Chile en 2015, ya hace casi 10 años y que curiosamente nunca fue editada en México. Yo creo que ya es improbable que ocurra. No tanto porque yo no quisiese sino porque luego es difícil recuperar las obras a través de los países, es algo que he aprendido con los años.


“Todo lo que amamos y dejamos atrás” es una novela de ciencia ficción donde la tierra tiene anillos, como los de Saturno y narra las búsquedas de una periodista, que se llama Grijalva, y que debe viajar a Veracruz para atender un caso que ha llegado hasta ella, es un mundo en donde no hay luz eléctrica.


A mí me sirvió esa novela, uno para destruir Veracruz que era como un sueño de infancia, al fin voy a destruir Veracruz, no va a quedar nada, nada va a sobrevivir. Y pude aprender mucho sobre cocina en el fin del mundo, sobre hacer jabón en el fin del mundo. Parece broma pero sí tuve que aprender a hacer jabón. Yo ya sabía programar porque era una afición de adolescencia pero tuve que desempolvar muchos conocimientos para esta novela. Y descubrí que las novelas y la narrativa en general es un espacio que me permite aprender cosas. Seguramente a muchos poetas les pasará en sus poemas, pero a mí esa sensación de “cómo se hace el jabón” me ha pasado nada más con las novelas y he tenido que aprender a hacer jabón. Ahí un día estaba aquí en el patio juntando grasa y ceniza. Y sorprenderme que sí se ponía caliente la chingada mezcla y que ya después se solidificaba en este proceso que se llama saponificación. Al final del día a mí lo que me gusta mucho es escribir. Parece una jalada, pero tú lo has de saber bien, hay muchos escritores que no disfrutan escribir, hay muchos escritores que sufren escribir, hay algunos que ni siquiera quieren escribir y hay otros que lo sufren, y yo me siento en otro equipo completamente. Yo me siento en el equipo de los que disfrutan escribir, a mí me mama escribir, me encanta, y aprender esas cosas para después escribir para mí fue un proceso muy, muy divertido. Y además un proceso en el que pude hacer muchas cosas que nunca había hecho antes en un libro. Entonces fue realmente un proceso que extraño. Voy a leerles unos cuantos párrafos de la primera página y bueno, ya me dirán ustedes si es poético, yo espero que no pero también si ustedes lo opinan, pues ni modo.


***


Aún recuerdas cuando las noches eran oscuras. Las noches anteriores a que un azar cósmico plantara una cicatriz luminosa en el cielo. Los anillos: pedazos de roca y metal que reflejan la luz del sol, polvo que orbitará la Tierra por eones antes de precipitarse hacia la atmósfera en meteoritos. La noche ya nunca se cierra por completo, la tarde se detiene en el último suspiro y se queda así hasta el amanecer.

Escuchas tu nombre, Grijalva, por encima del ruido del tren y respondes con un simple “dime” sin quitar la vista de la ventana.

“¿Qué pensaste cuando aparecieron los anillos? ¿Te daban miedo?”, pregunta Indiana desde su asiento. Se encuentran en el punto más alto del recorrido y la locomotora ruge a toda marcha antes de iniciar el descenso por las faldas de la sierra, entre pinos cubiertos de nieve.

“Al principio me daban vértigo. Sentía que en cualquier momento podían caerse”, respondes.

“Pero van a caerse”.

“En millones de años. Para ese entonces, quien domine el planeta no sabrá que estuvimos aquí”, agregas casi con placer, pues ese olvido futuro te vuelve contemporánea de este chico alto y desgarbado, aunque ahora mismo parezcan salidos de galaxias distantes. Él no conoció las cajas de cristal donde la luz invisible que llenaba el aire se transformaba en pixeles —celulares, móviles, teléfonos: todas esas palabras cada día parecen más lejanas—, en una época donde cada objeto sabía tu nombre.

“Era como cargar contigo una ventana que daba hacia donde tú quisieras”, explicas cuando Indiana pregunta con desconfianza y asombro parejos, como si fuera un cuento de fantasmas, sobre las máquinas inmateriales que te diste el lujo de despreciar toda una vida y que en efecto perdiste hace veinte años. La división entre las dos eras que has vivido es tan clara como esa brillante rajadura que cubre el flanco sur del horizonte, mientras el tren se dirige cuesta abajo por la montaña, hacia las costas de Córdoba, Veracruz.


***

El resto de la conversación con Elisa de Gortari lo puedes escuchar en Spotify o Apple Music.

Si quieres saber cuándo sale el próximo episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram.

«¿Qué comen lxs poetas?» | Ep. #02 Yohanna Jaramillo



Host: Jorge Sosa |


“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos.

El segundo episodio de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Yohanna Jaramillo, la poeta de Baja California que compartió su receta de caldo de papa sonorense estilo Tijuana y la razón por la que ha escuchado cada una de las conferencias diarias de Andrés Manuel López Obrador, además de leer un poema de su proyecto actual.

Éste es un fragmento de la entrevista con Yohanna que puede escucharse completa en Spotify o Apple Music.

***

¿Qué piensas de la frase “los poetas se mueren de hambre”?

Pues, no quiero decir algo ambiguo, pero es muy probable que si no sabes sembrar la tierra te mueras de hambre, pero también eso es muy poético y muy falso porque realmente no sabemos sembrar la tierra. A veces sabemos la teoría más no la práctica. Sin embargo, ahí es cómo tú quieres llevar tu vida, tu hambre y hay trabajos infinitos para no morirte de hambre. Obviamente sabemos que la industria del libro es muy competitiva, no hay mucho impulso, no todos somos bestsellers por cuestión de industria, de empuje, de los países. Hay distintos factores que pueden existir en esto, pero obviamente todos hemos pasado por hambre si nos queremos dedicar 100% a la literatura y más que nada en México, que estamos bajo programas limitados, que son bajo convocatorias, concursos u honorarios que nunca llegan, que pasan meses donde mañana te pago, mañana te pago, mañana te pago. Entonces pues el refri se empieza a vaciar, pero tu yo poeta, tu ingenio hace que de una papa, justo un chile y una tortilla, te alimentes, ¿no? Eso, y dormir y leer mucho, te salva.

 

Como primera parte del programa, siempre le pedimos a nuestra invitada que nos recomiende algo que le guste comer. En este caso, Yohanna es la primera persona que comparte conmigo una receta para preparar, que se trata de caldo de papa sonorense estilo Tijuana. Me gustaría que nos contaras un poquito de tu relación con este platillo.

Más que nada, tiene que ver con la cercanía de Baja California con Sonora y Sinaloa, ¿no? Porque es un platillo que se comparte entre, yo creo Ciudad Obregón y los Mochis, por no abarcar tanto los dos estados y porque son conocidas y conocidos que me han aportado esta receta. Cuando lo conocí hace como 15 años más o menos, sí observaba primero cuando me lo ofrecían y sí hay distintas formas de hacer el caldo de papa, tanto unos que lo hacen picadito como otros que lo echan entero. Pero fíjate que esta gastronomía sinaloense y sonorense realmente se fomentó mucho en Baja California, a pesar de ser una región muy gastronómica. Yo creo que justo es por eso, porque tenemos tantas personas que migran hacia esta ciudad porque ya sabemos que estamos cerca de un condado de San Diego y nos traen sus recetas, las cuales no nos apropiamos sino al contrario, las disfrutamos.

Ese caldo de papa me parece a mí muy sencillo, muy rico, con muchos nutrientes y es algo que cada semana está en mi menú. Papa, chile, queso, chiltepín, que justamente es de por allá de esos lados y que nos llega, te digo, por los conocidos. Nunca falta la persona que trajo chiltepín de allá, cierto queso o de pronto te trae la machaca o el chile California, Anaheim. No sé todavía cómo lo conocen ustedes ahí en Ciudad de México, si pudiste dar con ese chile o el chiltepín, que pues está más identificado más bien.

 

Sí, claro, ese fue probablemente el mayor obstáculo a la hora de recrear la receta, porque en efecto acá el chile California o Anaheim no es sencillo de conseguir, estuve analizando ahí varias opciones para sustituirlo con el consejo de mi gran amiga Miryam, que también es de por allá, y al final derivamos en el chile chilaca y el chile güero como opciones. Quiero decir que algo que comparto con Yohanna es el gusto por el picante y ésta es la primera cosa que a mí me llamó mucho la atención del platillo, que es un tipo de caldo que te provoca esta reacción de picante y de sudor muy propia de ciertos platillos de la comida mexicana.

Justo es interesante porque estas dos regiones que te menciono son calurosas, llegan a sus 50 grados, 45 grados para arriba, entonces típico de que haces un caldo para el calor, ¿no? Es rarísimo. Más el chile, aplícale todavía más picante. Ahí hay un secreto escondido en las familias, del por qué lo comen. A mí me gusta mucho cocinar y siempre he pensado que las recetas nacen en ciertas épocas. Desconozco cuándo nació esta receta, pero siempre les llamo recetas de guerra. Recetas de hambruna, recetas de hambre, de qué es lo que hay en tu región para que yo pueda preparar algo y sustentar a mi familia.

Y resulta, para mí, que son un splash de ingredientes que hacen este tipo de resultados. Lo veo mucho en mis poemas que siempre hay algo de la comida y las verduras ahí simplificado con la ciencia. Y cuestiones de ciertas épocas que me parece por eso bastante interesante, todos los platillos. He visto platillos de repollo en ciertas regiones que me dicen: repollo con cebolla y mantequilla. Y yo: wow, ¿de dónde surgió esto? Y ya te comentan que fueron en ciertas épocas donde a lo mejor había nada más repollo, cebolla y mantequilla. ¿Y qué haces para los niños, niñas? Esto. Y resulta riquísimo. Ya después se hace gourmet desgraciadamente y te venden el caldo de papa en sabe cuánto dinero.


Como segunda parte del programa, lo que le pedimos a nuestra invitada es que nos comparta algo que consuma, porque como bien decía Yohanna, nuestro sustento se forma en varias partes, en lo que lo vemos, en lo que escuchamos. Yohanna hizo una elección que me sorprendió mucho porque ha hecho un ejercicio brutal que yo no podría hacer honestamente, ha escuchado continuamente la conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador. Y mi primera pregunta es ¿por qué?

Por cuestiones, así lo voy a decir, poéticas. Uno está muy involucrado en la política y mi poesía me respalda en eso. De que siempre ha sido poesía social. Me voy a ir del presente al pasado. Me molesta bastante cuando dice que los poetas hasta ahora critican al presidente y dices: eh, compa o sea, si te vas a lo mejor a los poetas independientes, los underground, los que sí estamos trabajando en las calles desde hace 20 años con la sociedad, con la comunidad, créeme que vulgarmente sí le hemos tirado a todos los presidentes. Porque lo que hacía México antes, todos estábamos unidos contra un presidente hasta que llegó este personaje y nos dividimos de una forma muy violenta.

A mí me pareció bastante violenta en cuestión de que, desde mis amigos, ya había discrepancias. Ya había un tipo de fanatismo que a mí me empezó a llamar la atención pre campañas. Te comento que en el 2006, cuando empezó todo este movimiento, empezaba el Festival Caracol. Y yo nada más era una colaboradora del festival. Y en ese momento, AMLO se va al Zócalo, a hacer los campamentos y se va todo el comité de Caracol a hacer campamento y me dejan el festival, el primer festival, el número uno.

Y me lo dejan ahí. Entonces, desde ahí me llamaba la atención. Está bien cool, obviamente yo también quiero un cambio. Yo también te quiero creer, pero hay algo, hay algo ahí como en mis estudios que no me permite creerte cien por ciento. No me gustan las mentiras, no me gusta que estés exagerando. Y yo lo veía así, y así pasaron muchos años. Llegó Calderón, llegó Peña Nieto. Y estuvimos muy en contra, hubo amenazas, pasaron bastantes cosas de: no leas este poema en Sinaloa, no leas este poema acá, cállate ya, Yohanna. Me sorprende que ahora esta persona desconozca. Estoy de acuerdo, no tenía por qué conocerlas. Pero entonces no globalices ni digas que todo el mundo no lo hizo. Porque no somos Krauze. Somos el pueblo realmente, ¿sabes? Eso me parecía muy interesante.

Cuando ya realmente iba a ganar y te digo, apoyando que gane, porque obviamente queremos un cambio. Es más, no somos de ver televisión abierta, los comerciales que pasaban en televisión abierta, no me llegaba esa información. Y una vez que viajé a Veracruz, me acuerdo, prendí la tele del hotel porque iba con una compañía y empiezo a ver estos comerciales donde yo decía: qué disparates se están vendiendo a la gente, que para mí eran imposibles. Decía, ok, probablemente quieras y puedas aportar a un país o a cierta región, pero no global. A mí esto me parecía raro. Entonces gana. Me pongo feliz como todos, la verdad. Con cierta desconfianza, pero me pongo feliz porque al final sí quería que ganara, dentro de todo. Y empiezo a ver la mañanera y empiezo a escribir y me propongo en ese momento a ver todas las mañaneras y me empieza a prender.

Había momentos donde decía: ay, qué está diciendo el señor. Y de pronto decía: wow, a huevo, ¡vámonos, eso! Y me prendía bastante, te hablo de los primeros ocho meses. Eran altas y bajas. Era como una relación bien tóxica. Así, lo amaba y luego decía: de qué está hablando, y luego volvía a repetir. Y al año empezamos a repetir, a repetir, a repetir, a repetir tanto que dije: tengo que seguirla viendo.

Imagínate, tengo dos horas de diferencia de Ciudad de México y era levantarme a las cinco de la mañana, cinco y media, prenderlo y con los ojos cerrados cerrados como un mantra, se convirtió en un mantra de estarlo oyendo y era increíble que yo ahorita yo puedo hablar la mañanera. Ya sé lo que va a decir. Sé lo que sigue porque hay momentos seniles en la mañanera y, con todo respeto, hay momentos donde dices a ver, ¿qué pasó con los asesores? ¿Qué está pasando? Yo estoy viviendo otro México. Yo sé que tú recorriste todo, pero yo te estoy viendo cómo, por ejemplo, llegas a Tijuana, Tecate, San Quintín, Ensenada, y te veo en una Suburban pasar con la mano así y recogiendo folders. Eso no se llama vivir el país porque yo estoy viviendo en una calle donde hay machetazos, donde hay drogadicción, donde me escondo por los balazos, donde me tiro al suelo. Vivo en una ciudad violenta en un estado de los más violentos del país. Entonces a mí no me puedes decir que ok, que mandaste a 500 guardias nacionales estos últimos ocho meses.

¿Y qué pasa? Disculpa, presidente, te estás mintiendo y no soy neoliberal, no soy conservadora. Créeme que nada de eso. Me encantaron muchas cosas que hicieron y que no voy a abordar porque tampoco es un programa político. Eso fue más que nada. Y más que nada, esperando. Imagínate lo que es ser escritora y no poder hablar en seis años porque se me van a echar encima. Tengo que esperar todavía como dos, tres años más a bajar todo lo que escuché. A transcribir todas mis anotaciones para poder dejar un registro de la historia que yo viví porque tengo derecho. Eso es todo, por eso escucho las mañaneras.

 

Ahorita que mencionas este rollo de lo neoliberal, algo que me llama mucho la atención que logró Andrés Manuel y que creo que sí es deliberado, es hacer un relativismo en donde él está en el centro de todo. Donde digamos, en una conversación con personas que tienen ideas de izquierda decir tal cosa te vuelve neoliberal y estar en una conversión con gente que tiene ideas de derecha y decir otra cosa o incluso una cosa muy parecida a la que dijiste primero te vuelve un chairo, que es el término más popular respecto a la gente que apoya a Andrés Manuel incondicionalmente. ¿Qué piensas tú de eso, de Andrés Manuel como personaje de su propia épica, por decirlo así?

No sé, es como cuando estaba Peña Nieto y hacía muchas cosas raras, torpezas, que se te antojaba abrazarlo así como: ay, pobrecito, ya deja de hacer tantas cosas... no quiero llamarlas ridículas, pero pues el hombre hacía torpezas. Y pasa lo mismo con Andrés Manuel, es como verlo de frente y decirle: entiende que te mienten, ¿sabes? Entiende que los de tu alrededor te están mintiendo y tú estás creyendo en algo que no existe. Y entiendo que quieras, como yo, cero corrupción, que quieras una paz en el país, que quieras fomentar educación, salud, todo eso, pero no está sucediendo. Yo voy a dar talleres de literatura a las escuelas y los mesabancos están astillados, hay precariedad en todos los salones. Hay escuelas donde el narco ya no permite que se den clases. Hay residentes de medicina que ya no quieren ir a zonas rurales. Él dice que no es cierto. Yo le quiero decir: ven, dame la mano, déjame decirte dónde, créeme.

Viene el otro personaje que le va a suceder y dice las mismas promesas: yo sí voy a dar seguridad. Estás diciendo: yo voy a pavimentar Veracruz. ¿Pero por qué tu patrón no lo hizo? Es como decirle a Andrés Manuel: no mientas. Eso es todo. A lo mejor recorriste el país durante 12 años pero a lo mejor no lo estás recorriendo realmente ahora. Por precaución, obviamente lo entiendo también. Pero mientras no me hables de tratantes de blancas, mientras no me hables de lo penitenciario, mientras no me hables de lo que sucede en la frontera, en las aduanas, las prostitutas. Un montón de factores que hay, la salud, ven, acompáñame al IMSS, no hay medicina, a mis familiares, a mis amigos les dieron una cita dentro de nueve meses, ya se murieron. Nos tocó una pandemia, sí, tristemente. A mí me tocó una pandemia también. Hablo en ámbitos laborales, vi las maneras de lograr cómo llevar la cultura en la pandemia en Baja California, se logró. Hay muchos temas de los que no se hablan y lo he comentado con amigos. No me hables de baches ni de luz ni de esto.

Y solo una cosita, no es su culpa, también como ciudadanos tenemos que sentir esa responsabilidad social que no hemos logrado. Tenemos como un papá adulto que es como nuestro abuelo que ya nos consiente y ya no ve esto como su primer hijo. Ya somos como los bisnietos de esta persona. Entonces nos deja hacer muchas cosas y ve las cosas un poco más positivas. Pero realmente a mí lo que me gustaría es: tienes una mañanera, ¿cuánto cuesta transmitir por televisión todos los días? Háblale directamente a la delincuencia. Háblale directamente a los jóvenes, háblanos directos y dinos hazme paro. Escúchanos, nos están secuestrando, nos están extorsionando, nos están quitando los negocios. Háblanos directo y no digas que el narco es bueno. Eso es todo. Yo apreciaría bastante de un candidato que me hable y me diga: yo ya no puedo, ayúdame. Pensemos un montón de gente. Hay muchos académicos. Hay muchas investigaciones. Pero, ¿cómo dice él? Son mis adversarios, no los odio, son mis adversarios. No lo somos. Realmente hay bastantes académicos y conocidos que realmente salieron a investigar una colonia porque les interesaba. Y hay resultados, y ahí está el punto.


Es más difícil para mí tratar de cerrar este tema porque podríamos estar aquí hablando horas acerca de la circunstancia del país, del gobierno, de las elecciones. La última parte del programa se trata de un poema que nos quieras compartir y me comentabas que tenías elegido un poema, un poco largo, pero que iba a redondear todas estas ideas.

Es parte del libro lo que se llama “Sin código postal”, también hablando de lo inmobiliario, de cómo de pronto nos quedamos sin casas por las hipotecas que existen. Hay un porcentaje de tijuanenses que están desplazando a otras ciudades porque pues gentrificación, ya sabes todo lo que pasa, te van sacando de donde eres.

***

Si esto no es una dictadura,

qué es, qué es.

Bersuit Vergarabat

 

 

Esos tiempos de 

yo tengo otros datos

estornudar 

se convertía en un círculo

de gente observando,

era pasar la cuarentena

entre el trabajo de casa 

y las exigencias del patrón;

quedaba el día y la noche

quedaba la madrugada

las redes sociales,

la gente seguía en los hospitales

rurales y privados

muriendo.

 

De nuevo la estadística,

un número sin tinta en el antebrazo,

un cuadro o una curva de gobierno,

drones que persiguen arriba de nuestros techos

los impuestos no declarados, porque:

nadie puede tener más que el presidente,

pero nadie tenemos la astucia

para acumular lo que él,

y no lo entiende,

 se ciega,

-los pobres primero- 

dice,

y cual si fuera bautizo

tira el bolo al aire.

 

Todas las mañanas

me incita a creerme neoliberal,

habla de cuellos blancos,

con su cuello blanco,

con su traje sastre,

desde un palacio,

por eso

Palenque sí, 

nos gustó pa´ que te vayas.

 

 

Visionario dice que,

los perros robots atacarán

a la Guardia Nacional,

visionarie dice que,

las drogas y los humanos

seguirán cruzando sin permiso,

visionaria dice que,

la pobreza se extiende,

entonces matar periodistas y poetas

es un ahorro,

los sicarios dicen que,

no saben de actores intelectuales,

solo a través de una tarjeta amarilla reciben

un salario, una orden, cinco balas;

el de arriba dice,

mientras sonríe que,

a las mujeres y migrantes

les matan

por el conservadurismo,

y su diálogo se repite

como el cielo que nos anunciaba

Víctor Calavera.

 

En tiempos del oro verde 

el aguacate, la yuka, el limón, 

el dólar, la marihuana, 

nos sangran por todos lados,

la sequía se acerca, 

pero al narco

a políticos, 

a consumidores,

a influercer, 

a chef´s de moda 

no les importa

                      solo es

                             ganar-ganar,

                             gourmet-gourmet

la ciudad no ha sido gentrificada

aunque parezca.

                                  

En tiempos de Fentalino

estamos en el ensueño de alguien,

en campamentos de ambas fronteras.

 

Busquemos el oro negro,

como los cerdos. 

o los perros obligados 

a encontrar esas trufas

para que con su aceite se resbale

por el esófago

la pinche triste realidad.


Por cierto

 

Cristian Alberto Flores García

mamá te busca

desde San Quintín






 

Y, entonces los jóvenes se fueron al mar

(Federal)

en protesta,

de Camino Verde bajaron,

de la Sánchez bajaron y,

abrieron paso,

del Descanso caminaron hacía Playas,

de Villas del Campo a Popotla,

entre los puestos de mariscos y los norteños marchaban,

seguros de llegar al Pacífico,

de no ser levantados,

de ya no querer disparar esas armas,

ni tener de opción de tirar el shot

con el rap, con el box, o con el grafitti.

***



El resto de la conversación con Yohanna Jaramillo lo puedes escuchar en Spotify o Apple Music.

Si quieres saber cuándo sale el próximo episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram.


«¿Qué comen lxs poetas?» | Ep. #01 Antonio León


Host: Jorge Sosa |

“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos.

El primer episodio de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Antonio León, el poeta de Baja California que compartió su gusto por el ramen y Billie Holiday, además de leer un poema de su libro más reciente “Cuaderno de Courtney Love”.

Éste es un fragmento de la entrevista con Antonio que puede escucharse completa en Spotify y Apple Music.

***

JS: ¿Qué piensas de la idea de que los poetas se mueren de hambre?

AL: Primero tendríamos que decir que en este país, como están las cosas, no morirse de hambre es una suerte, independientemente de a qué te dediques.

Yo soy de una localidad al sur de Ensenada, Baja California, que es un pueblo así bastante de terror donde la mejor fortuna es dedicarse a algo. A mí nunca me dijeron: te vas a morir de hambre si te pones a escribir tus poemitas. A mí lo que mi madre y mis tías me dijeron fue: ah, mira, qué bien, a ti no te van a meter al bote. No como a sus primos. Entonces, pues no sé, creo que lo de no comer nunca estuvo en la mesa. Vamos, no soy de una de estas familias de tradición y abolengo científico o intelectual que de repente dicen: solamente en el mundo de la academia se puede vivir o solamente en el mundo de la ciencia se puede vivir, y ves que los papás tienen una maestría, un postdoctorado y todo. No, en mi caso fue: mira, tú estudia y dedícate a algo y el resto es ganancia. Ya lo de los poemas fue: mira, ahí está. Y en algún momento fue: ah, era en serio.


La primera sección de este programa siempre se va a tratar de un platillo que le guste comer a nuestro invitado y en tu caso, elegiste el ramen.

Me pusiste en aprietos, mi querido Jorge. Me pusiste en aprietos porque tengo gustos bien específicos en cuanto a cosas que me gustan y además como un poco endémicas. Por ejemplo, soy un gran fanático de los tamales pero mayormente son los tamales que hace mi jefa, entonces hay que estar en situación de pueblo pintoresco para comerlos. De repente no soy tan complicado, contigo he ido a comer a este restaurante que está en tu edificio y yo pudiera ir a comer ahí la semana completa, no tengo ningún problema. Pero también está esto otro que es la comida japonesa que me gusta mucho. En la ciudad de la que yo soy, la ciudad cabecera, que es Ensenada, hay una presencia muy fuerte de los japoneses y chinos mayormente, gente que llevó al puerto una cierta forma de hacer preparaciones de mariscos y obviamente la comida de ellos, que se fusionó. En este caso, el ramen a mí me encanta, mayormente pido el tonkutsu que es mi favorito, no pido el picoso porque luego se pasan y le avientan como si se fuera a acabar el mundo.


A mí me gustó mucho tu elección del ramen porque yo siento que mucho de lo que tú haces, mucho de tu trabajo como poeta, no tiene nada de pudor para enlazar referencias de diferentes lugares, productos culturales de otro lado, música, futbol. Uno de tus poemas que me gusta mucho habla de Messi. Veo una exploración de tu mirada en otros lugares, ¿tú sientes que haces mucho eso?

Yo creo que dijiste dos cosas bien interesantes, obviamente esto de ver hacia otros productos de consumo cultural y no nada más de consumo cultural, están los deportes y consumos de otro tipo. Y otra cosa que es que no me da pena, no, yo no tengo ningún problema con hacer referencias directas. Por ahí, en alguno de mis libros, donde sí era como mucho más constante, alguien me decía: para leerlo tengo que estar conectado al buscador. Y entonces, de repente me parece que sacralizamos tanto el poema que la sola necesidad de ir a buscar una referencia ya nos causa problema, ya es como: no, lo tengo que entender todo. Estamos muy casados con entenderlo todo cuando históricamente sabemos que el poema ha sido explorado desde otras latitudes: el sonido, la parte plástica, la grafología, obviamente la sintaxis.

La forma de escribir y producir con el lenguaje no se reduce al significado, no se reduce a: vamos entendiéndolo todo. Entonces no pasa nada si vamos y buscamos, ¿no? Lo hacemos todo el tiempo con otros productos, con el cine, los videoclips, la música.

Yo conozco a gente que conoció hace poquito a Camarón de la Isla, este cantante español, por la Rosalía. Por una parte de una canción que dice: traigo a Camarón en la guantera. Entonces la gente era: ah, ¿cómo?, ¿traía una hielera ahí? Toda una generación nueva lo conoció por esa canción y Camarón es un cantante vital para la cultura del flamenco fusión en España. Entonces, no, yo no tengo ningún problema.

Me pasa algo que me sucede en la vida cotidiana y que creo que es un sentimiento que todos hemos experimentado que es ver algo que te gustaría que una persona o un grupo de personas, tus amigos, estuvieran ahí. Yo siento eso con el poema, yo conozco esto, a lo mejor ustedes no, me gustaría que lo conocieran. Voy a hablar de esta actriz afroamericana de los años 50 porque creo que era gloriosa y porque creo que la máquina de Hollywood la sepultó, como es la maravillosa Miss Dorothy Dandridge, que creo que fue la primera que lo hizo en Hollywood. Y que puedes hacer que funcione en el poema, y si no funciona, pues ahí sigue estando la referencia. Yo creo que el punto clave es que no pasa nada, vamos sacudiéndonos el miedo a no ser un poeta totémico, canónico y que tu oficio sea arder porque en este mundo hay problemas de verdad. En este mundo hay gente que golpea perritos, hay gente que hace cosas terribles. No pasa nada si en un poema tuviste que ir a buscar una cosa a internet, si no te gustó, si es mal poema según tú, no pasa nada.

 

Como una segunda parte de nuestro programa, uno no nada más se alimenta de comida, y le pedí que me ayudara a elegir algo más que fuera parte de su sustento, y eligió a la increíble cantante Billie Holiday de la que tengo que admitir que nunca había escuchado un disco completo seguido, así que me hiciste un gran favor, Antonio.

Qué gusto que te hayas detenido escucharla, es probablemente mi cantante favorita. Yo escucho música de muchos registros, no estoy casado con algo en particular. Soy muy fan de mi Billie Holiday pero también soy muy fan de Madonna o cosas nuevas así como Caroline Polachek que es increíble y hace como cosas de spoken word y de repente te recuerda a cantantes como Kate Bush que también me gusta mucho. Siempre estoy viendo qué está sucediendo pero siempre regreso a Billie Holiday. Me parece que Billie Holiday tiene la cualidad de que cualquier canción la hace sonar bien. Yo creo que si le damos las mañanitas que es una de las canciones que más odio, la podría cantar. Odio las mañanitas y nunca he entendido porque a media canción los convertimos en argentinos, así de “levantate, levantate de mañana”, ¿por qué hablamos así?

Muy bien que la encontraste y que te gustó. El año pasado salió una película en la que se narra el duro momento que ella pasó a causa de una de las canciones de su repertorio, una canción emblemática de su repertorio, que es Strange Fruit en la que ella habla de un linchamiento de afroamericanos y que llega en un momento muy fuerte para todo el discurso de los Estados Unidos que aún soñaban con ser esclavistas. La América blanca que lo veía como una gran pérdida y que tenía grandes problemas para asimilar que eran un pueblo con un pasado así, y cómo todavía seguían segregando a los afroamericanos. La película me parece que es muy muy interesante, la actriz canta los temas con su voz, entonces es una variación también interesante de escuchar. Es un registro muy parecido pero que no se fue con la grabación.


Billie Holiday es una cantante atípica, de repente cambia las notas de las canciones, hay un trabajo formal ahí muy interesante. Algo que leía y que se me hace muy acertado es que Billie Holiday técnicamente inaugura un estilo que ahorita es difícil de diferenciar porque ya muchos intérpretes más lo han retomado pero que no existía.

Sí, bueno, la tradición en la que ella se adscribe de alguna manera tiene que ver uno con los estándares de jazz, dos con esta tradición blusera del sur de Estados Unidos que es hasta un poco spooky, ¿no? De estas canciones de Jimmy Reed, de esas canciones de Robert Johnson que parecen embrujos y en las que se cuentan cosas oscurísimas: violencia, pacto con los espíritus, el diablo te vino a visitar. Es como, ¿qué estaban pensando en el sur galante de Estados Unidos en esa época? Y bueno, también esto que es ya una aportación de Billie que es tomar la influencia de cantantes como Bessie Smith, estas intérpretes que la antecedieron pero que de alguna manera eran mucho más agresivas en el abordaje. La interpretación de Billie es completamente sentida en todo momento, cada sílaba tiene un sentimiento detrás. Es una interpretación que se funde con una cosa que me parece bien importante que es la contención. A ella no le interesa que tú sepas que puede hacer veinte malabares con su voz y que puede alcanzar notas altísimas, a ella lo que le interesa es interpretar, llevar la canción a su terreno, hacerla suya, contártela y la narratividad de la canción. Te desgarra la canción de una manera súper cercana, te está contando algo que te puede pasar a ti. Sus anhelos, sus sueños, los momentos de romance más ligero de algunas canciones como What a little moonlight can do son así completamente, son algo que nos toca directamente y todo eso lo hace con una voz tan vulnerable, tan dulce pero al mismo tiempo con un poder muy especial. Yo ya estoy aquí en un plan muy muy fan, pero para terminar con mi ataque de fan, yo recomiendo mucho su último disco que se llama Lady in Satin. Es un disco de cuando ella ya estaba con problemas muy fuertes con las drogas y su voz lo resiente, su voz ya no era la misma en ese disco, pierde algunos matices muy interesantes pero gana unos tonos graves súper demoledores. Me parece que es un disco escrito desde una parte del sentimiento que no todo el tiempo estamos listos para nombrar. Lady in Satin es un testamento musical de una cantante que ha ido y ha venido del dolor, y ha inaugurado maneras nuevas de dolerse.

 

Como última parte de nuestra de nuestra entrevista, no pude haber soñado un mejor primer invitado para este podcast, te agradezco muchísimo tu tiempo y tu ánimo para esta conversación pero me gustaría mucho saber si nos podrías leer un poema de tu último libro.

Te voy a leer un poema precisamente de Cuaderno de Courtney Love, que es uno de los poemas que no se tratan de Courtney Love. El libro está dividido en dos partes, la primera que es el Cuaderno que son poemas que alguna manera se enlazan con la con la figura de Courtney Love, pero la segunda son poemas sueltos que no tienen que ver gran cosa y el que te voy a leer es un poema de una ocasión en la que yo estaba viendo un documental acerca de la comunidad polaca en la Ciudad en ciudad de México, que en algún momento llegó en una especie de éxodo en plena guerra mundial. Me conmovió mucho lo que una de las señoras contaba y en ese momento me paré a escribir, entonces les voy a leer este poema que se llama Polonia.

***

 

nos pusieron en el barco aquella tarde

 

Hermitage se llamaba el barco

 

diario morían personas a bordo

y no había panteones en el mar

o una losa para llorar por fuera

 

yo recuerdo cuando vertían cadáveres al océano

 

aquel sonido

yo lo tengo tan presente

 

podría estar de vacaciones en una alberca

y reconocerme en el sonido de cuerpos

que entran al agua después de morir

 

yo era una niña de ojos verdes

pero recuerdo los pasos de olmo

 

la línea de clavos al fondo de zapatos

que tuvieron dueños distantes

 

y recuerdo los cadáveres del mar

 

las sonrisas en improbable duelo de dulces

traídos de Polonia

 

porque la felicidad es un simulacro de pieles hendidas

por el verano

 

en que el mar me llevó a otra parte

 

***

El resto de la conversación con Antonio León lo puedes escuchar en Spotify o Apple Music.

Puedes leer más poemas del libro más reciente de Antonio León aquí.

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