@metaoscar
Se puede pensar que por ser uno de los
estados más pequeños de nuestro país, Tlaxcala no cuenta con una tradición
artística. No sólo escritores como Yassir Zárate, Dania Corona Muñoz, Jaklin
Parada Cuatecontzi o Gabriela Conde Moreno tienen su lugar de nacimiento en el
estado vecino a Puebla, sino una pléyade de pintores, fotógrafos, artistas
plásticos y promotores culturales viven ahí.
Iván Farías, quien en algún momento dijo
que había nacido en Tlaxcala, pero después dijo que no, que su lugar de
nacimiento era la Ciudad de México –o quizá sólo fue un rumor y ahora no
sabemos en donde haya nacido, pero sabemos que por el momento vive en Francia–
hizo una serie de entrevistas a artistas tlaxcaltecas contemporáneos. O si no
son tlaxcaltecas, por lo menos que tengan un arraigo con el estado.
Los creadores a los que Iván Farías les da
voz pertenecen a una generación de artistas mexicanos que se ha encargado de
revitalizar el arte en nuestro país, sus trabajos van desde el grabado y la
pintura –artes canónicas– hasta lo experimental –gráfica digital y videoarte–,
considerando que el libro se publicó hace 15 años.
En el libro aparecen las entrevistas a Jorge Barrios, Samuel Ahuactzin, Abel Benítez, Malena Díaz, Enrique Pérez, Gonzalo Pérez y Polo Praxedis, quienes con su tono particular comentan cómo crecieron en el arte y cómo viven Tlaxcala desde su disciplina.
Uno de los raseros que Farías empleó para
entrevistar a estos creadores fue que su obra se hubiese expuesto en el
extranjero.
El pintor Jorge Barrios nació en Tlaxiaco,
Oaxaca y obtuvo el Primer Lugar del Tercer Concurso de Pintura Tlaxcala-México.
Samuel Ahuactzin, oriundo de Chiautempan,
escultor y docente, ha cincelado el mármol, pero también conoce el barro, la
cera y los metales.
Abel Benítez, artista plástico, músico,
docente y artista multimedia, es coordinador de La Colmena, espacio en donde se
imparten talleres de cultura digital.
Malena Díaz, nacida en Tlaxcala, Tlaxcala,
es fotógrafa y artista plástica ha realizado más de 150 exposiciones, en donde
el maíz o las muñecas fueron sus temas. Además, es directora del Festival
Internacional de Fotografía Foto 13, que se realiza en Tlaxcala.
Enrique Pérez Martínez, coordina
Titegrafías, un portafolio que se realiza de manera anual en grabado.
Participan diversos artistas gráficos de México y el mundo. Ha realizado más de
90 exposiciones en donde prioriza la técnica del grabado.
Gonzalo Pérez es fotógrafo y ha realizado
más de 20 exposiciones en México, Canadá, Indonesia, Estados Unidos y Francia.
Obtuvo el Premio Estatal de Periodismo; fue fotógrafo para la agencia de
noticias EFE.
Polo Praxedis, grabador, ha montado
diversas exposiciones y su trabajo lo ha llevado a realizar una carpeta
conmemorativa sobre el poeta Ernesto Cardenal titulada “23 cantos para quien le
canta a México”.
La voz de Farías es sólida, le da paso a
las historias que los pintores, fotógrafos y grabadores tienen que contarnos.
Las preguntas son puntuales. Es un libro de entrevistas en donde regularmente
todas las pláticas comienzan como deben comenzarse las grandes amistades: con
comida y unos tragos de por medio.
Farías platicó con siete artistas importantes
de Tlaxcala –número cabalístico para el autor– pues, aunque quería desmarcarse
del número, las circunstancias lo obligaron a cerrarlo el libro sobre él.
La curiosidad es grande y se refleja en lo
anecdótico y la libertad de las entrevistas, en donde cada uno de los
protagonistas expone su poética particular y cotidiana, su incursión en el
arte, viajes y andanzas y sus contemporáneos.
Veracruz, Tlaxcala, París, Barcelona, la
Ciudad de México y sus zonas populares son los escenarios que los artistas
describen, además de cómo fueron sus años de formación, lo cual se traduce en
un trabajo creativo diario.
Iván Farías salió bien librado del reto
que se impuso y de manera excelente nos ofrece un libro de indudable valor.
Después de este libro vendrían más obras narrativas para el autor y un libro de
crónicas en donde el librero juega el papel protagónico. Sin embargo, no se le
volvió a ver a Farías en los caminos de la entrevista.
Sobre el trabajo que se realizó en aquella
época en Tlaxcala, Iván Farías apuntó:
“En Tlaxcala hacen falta estudios sobre el arte que diversos artistas han producido en la entidad […] si un investigador externo viniera a buscar bibliografía sobre la actividad artística en Tlaxcala, se encontraría con un gran vacío”.
El trabajo periodístico de este libro nos
arroja luz sobre el momento en el que estaban trabajando y se vuelve un
documento histórico ya que, después de 15 años de su publicación, podemos
comparar y hacer crítica sobre lo que ha ocurrido en la plástica tlaxcalteca
durante ese tiempo. ¿En dónde está el trabajo de otros autores? ¿Cuál es la
salud creativa de Tlaxcala en materia plástica?
De ida
y vuelta, puede ser un libro de arranque para los estudios actuales
sobre el arte realizado en la región de Tlaxcala, o más: para cualquier lector
interesado en la fotografía, pintura y grabado en México, que de estas
disciplinas, tenemos gran tradición en el país.
*De ida
y vuelta de Iván Farías. CONACULTA/Instituto Tlaxcalteca de la
Cultura, México, 2010.