Por Viridiana Regino | Foto de Marlene Martínez
Según datos del Observatorio Ciudadano de Derechos Humanos, tan
solo en enero del 2017 se cometieron seis homicidios de mujeres en el estado de
Puebla, llegando a la cantidad de 101 al finalizar el año. Ahora, a ocho días
de terminar el mes de enero del 2018 van 8, dos más que el primer mes del 2017.
Y esto no pinta nada bien.
El año se perfila como uno de los más violentos para las
mujeres en el estado, el alza de los feminicidios es una constante en los
últimos años. De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Derechos Sexuales y
Reproductivos estos han mostrado un notable incremento: contabilizando 50 casos
en el 2015, pasando a 81 en el 2016, hasta llegar a la alarmante cifra de 101
el año pasado, y esto sólo de los datos que conocemos. A la par, la Fiscalía
General del Estado sólo registra 37, 56 y 58 casos hasta septiembre de 2017,
respectivamente.
El último sucedió hace unos días, Violeta de 29 años murió en el Hospital General del Sur luego de haber sufrido un disparo en el ojo, Patricia Flores de 30 años fue asesinada a golpes por su pareja la noche del 17 de enero después haber sido acusada de serle infiel, Amely una niña de 11 años fue encontrada muerta en su habitación después de haber sido violada y estrangulada en su propia casa con domicilio en Tulcingo del Valle.
Como en la
mayoría de las ocasiones, el principal sospechoso se encuentra en el círculo
cercano a la víctima, siendo la pareja, un familiar o una persona de confianza
el responsable. Y es que de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la dinámica
de las Relaciones en los Hogares (2016), cuatro de cada diez poblanas de 15 años o
más han experimentado violencia por parte de sus parejas, cifra que es superior
a la media nacional y que denota un claro modelo de masculinidad dominante sobre
las poblanas.
Ante tales cifras, la CNDH pidió declarar alerta de género desde
el pasado mes de octubre, sin embargo las autoridades se han negado a hacerlo. Dejando
desprotegidas a más del 50% de la población que siguen siendo acosadas y
asesinadas una cada cinco días. ¿Por qué sigue pasando esto? Porque se puede,
porque el nivel de impunidad en el estado es altísimo, porque ante la sociedad
y las autoridades nosotras somos las culpables, porque seguimos creciendo ante
una sociedad que nos discrimina y naturaliza la violencia contra nosotras. Porque
un obispo dice ante medios que las mujeres están siendo asesinadas por su
imprudencia y provocación y porque al pasar el tiempo solo nos volvemos una
cifra más en una carpeta que nunca se volverá a abrir.
Si bien la alerta de género no aminorará las cifras, el solo
emitirla dará el mensaje de un estado dispuesto a atacar el problema aplicando
las sanciones correspondientes y dando solución a los más de 400 casos sin
resolver desde el 2010 a la fecha, tal vez así, al menos por miedo a pisar la
cárcel nos quieran vivas.