Si usted lector, lectora, creía que la única monarquía existente
en México es la del club de fútbol de la capital michoacana, permítanme
decirles que están muy equivocados, en las cercanías del bello puerto en donde fue aprehendido el ídolo de todas las buchonas (sí, el chapo Guzmán) existen
tres familias de atributos muy singulares que conforman una monarquía muy
peculiar:
-Jaimito el más entrañable de los reyes de San Marcos, presume su capacidad
de lazar almas que salen de sus tumbas para pasear por el de por sí
fantasmagórico pueblo.
-Una pareja real cuida la desolada iglesia, se mantiene con vida
gracias a que tras sobrevivir a las balas del narco (ya ven que en México casi
ni hay) Pani y Paulita dedican tiempo y esfuerzo a mejorarla, aunque no haya
sacerdote, aunque no haya feligreses. Pero qué más da, en San Marcos parece que
uno puede hacer con el tiempo lo que sea, incluso parece transcurrir de forma
distinta a la del resto de los pueblos de Sinaloa.
-La terna de familias pertenecientes a este peculiar imperio de
agua y música de banda infantil culmina con Miro, quien a pesar de todo y a
pesar de todos, rehúsa salir de San
Marcos pues es el hogar de siempre de los seres que más ama, sus padres. Además
tiene una vaca que gusta de comer tortillas en una exclusiva isla dónde vive
sin que nadie la moleste, así de acaudalados son estos reyes.
Debido a la construcción de la presa Picachos (¿alguien más pensó
en el pokemón?) el resto de las familias abandonaron su hogar en San Marcos,
pues con el aumento en los niveles del agua, el pueblo queda inundado gran
parte del año, haciendo casi imposible el desarrollo habitual de las
actividades , gracias (o no) a esto, nuestros personajes se convirtieron en los
reyes del pueblo, los reyes de un pueblo que no existe. “No los extrañamos
porque ellos se quisieron ir, nosotros no les dijimos que se fueran” afirma
Jaimito.
Este documental dirigido por Betzabé García tenía originalmente la
intención de contar la historia alrededor de los movimientos sociales surgidos
a raíz del desplazamiento de los pobladores de cinco localidades que quedarían
inundadas por la presa, sin embargo, por fortuna y en lo que me parece una
excelente decisión cinematográfica, el documental tomó rumbo hacia la
existencia, el arraigo, y la increíble capacidad de adaptación que tiene el ser
humano, todo esto en una atmosfera Rulfiana aderezada con el carácter de estos
hermosos personajes que seguro te
enamorarán. No dejen de ver este documental que nos acerca una vez más a
realidades diversas de nuestro mega diverso país.
Nota: Agradecimiento especial a Diego, el fotógrafo de Los reyes del pueblo que no existe, sin tu humildad y colaboración no hubiera podido escribir esta entrada. Aprendan algo dizque artistas que se sienten paridos por los dioses.
El Autor: Realizador audiovisual, cinéfilo, futbolista, fotógrafo y escritor amateur. Aquí está mi FB.