En su momento lo expresé y ahora mantengo la misma postura: si los productores y actores de "Sonido de libertad" estaban tan interesados en difundir su mensaje contra la trata infantil, podrían hacerlo sin pedir dinero a la gente, sobre todo, cuando son creativos que tienen abundantes cuentas en el banco.
"Sonido de libertad", lucro y simulación
Letrinas: Mundialista XXII
A Leo Messi, argentino; con el número diez en la espalda y el brazalete de capitán, llevó a su selección a ganar la Copa del Mundo; ganó, además, el trofeo al mejor jugador del torneo.
Con el rayo, con la fuerza de los galgos hambrientos todas
leguas recorridas de Rosario a Catar,
todas posibles latitudes pintadas de fútbol,
todos corazones marcados por los sueños de uno
que sueña lo que todos quieren: el amor en tiempos de ceniza.
el olor quemado, su sabor como fuego
tallar madera con las uñas a pesar de la sangre,
en levantarte de los goles
y los golpes asestados en tu contra.
Difícil camino porque no existe:
¿quién contra los árabes diría la derrota?
Si bien sufrido es el torneo que señala la grandeza,
¿no el dolor, por contraste, acrecienta la victoria?
que se posa en la rama de un naranjo:
levando temperaturas
y sudores a ras de cancha:
ojo que es el mismo de entonces y de ahora, infalible testigo
de los cuerpos yacidos en Malvinas, de la voracidad trasatlántica
que aquellos anglos profesan envilecidos:
¿cuánto sur se llevarán al norte?
¿Cuántas almas apenas retoñando
El sol, estelar estatua,
vio secarse la carne perforada de balazos
en precios que se elevan
o a utilizarla en el vicio de la soda;
secándose, como los cuerpos de mis hermanos argentinos
se vio al diez argentino tomar el balón
desde esa pobreza ultrajada
que es común en nuestro pueblo,
y dribla en control orientado a uno,
y los ingleses no lo alcanzan,
un poco más a la derecha
y le quiebran el tobillo pero no importa
si no al dulce corazón
¿Qué es ese movimiento de la red
que van a la mina, a la oficina,
en fin, que congregan la razón del hambre
para marcharse al laburo
e iniciar de nuevo esa negra melodía
que componen el quebrantamiento de huesos
en una repetición idiota.
Y quizá también alguno de esos hombres,
pueda confundir en la cancha
la sonrisa, el éxtasis de estar vivo,
el paréntesis en medio de la sangre y la escasez
que también es la tarde,
después del colegio y los deberes,
en que los niños salen a jugar al fútbol,
y las inventadas del barrio,
con las alineaciones imperfectas
y el balón y los botines que en el juego
y escriben en la remera, con rotulador indeleble,
su nombre y número específicos.
Letrinas: Buscar trabajo
Debería estar buscando trabajo. Es lunes, medio día, se me acabó el paro hace seis meses y tengo menos de cien euros en la cuenta. Pero hoy no me encuentro con fuerzas; igual que ayer y que mañana.
Estamos a 15 de enero y hace frío, por eso me acurruco bajo la manta, sacando lo justo de los ojos para poder ver la tele. Fuera el cielo está lleno de nubes, el sol es sólo una mancha gris clara sobre un fondo gris oscuro, la acera y el asfalto están mojados, acaba de dejar de llover, y la gente aún camina con el paraguas abierto.
Es un día gris, eso es un hecho objetivo. El cielo, los edificios, las farolas, las papeleras, el humo de los coches y el aire son grises.
Gris no quiere decir malo, sólo quiere decir gris. A mí hoy me resulta agradable, me empuja a salir a la calle, es lo que necesito. Un día claro y soleado sería abrumador, creo que me iría deshaciendo como un cubito de hielo incapaz de igualar la cálida temperatura exterior.
Lo que me apetece es bajar al bar y beber cerveza, como siempre. Beber me distrae, me hace sentir menos mal por un rato, y eso es casi como estar bien. Me gusta el bar y me encanta la cerveza, aunque no me gusta demasiado la gente.
Me siento detrás de tres chavales jóvenes, de unos 30 años, como yo. Son dos chicos y una chica preciosos. El olor dulce de sus colonias llega hasta mi mesa, me fijo en lo brillante y sedoso que tienen el pelo, lo blancos que están sus dientes, lo suave y perfecta que parece su piel. Son jóvenes perfectos y muy apetecibles. Aunque en realidad parecen maniquís, y por un momento les envidio, y desearía ser maniquí para trabajar en un escaparate.
La camarera por fin se acerca con mi caña, ha pasado poco tiempo desde que entré en el bar, pero se hace largo esperando por una cerveza.
—La primera del barril, tienes suerte –dice sonriendo.
—Gracias –respondo sin mirar.
No creo que haya tenido tanta suerte, más bien que es muy pronto para empezar a beber, al menos para los maniquís. Además, yo hace tiempo que no puedo diferenciar ese tipo de matices, me da igual la última o la primera del barril, es cerveza, eso es lo que realmente importa.
Intento leer el periódico mientras bebo, tragedias que por algún motivo merecen mi atención, mezcladas con publicidad y noticias que parecen publicidad. Pero no puedo, me distrae la conversación y el olor de los chavales.
Hablan de fundas para el móvil, de las luces de navidad y de apps para saber si la mierda que te venden en el súper es mierda buena o mierda mala. De sus bocas no paran de salir palabras, una tras otra y una encima de otra, pero yo sólo escucho cosas que ya he escuchado antes mil veces. Les han explicado cómo pensar y qué pensar, como a mí, la diferencia es que esos estúpidos se creen que tienen ideas propias. Me desesperan.
Parece que se van, uno de los chicos se levanta y se acerca a la chica para ponerle un abrigo tan elegante como horroroso. Le da un beso en la mejilla y ella parece encantada de que la traten como una inútil. Son una panda de gilipollas. Y pienso que si pasara más tiempo en casa y menos en el bar no odiaría tanto a casi todo el mundo.
Como siempre mi cabeza piensa en joder. Mientras los veo marchar la chica se vuelve para mirarme, yo no aparto la mirada, pero ella sí, se siente incómoda. Entonces me mira él también, su novio supongo, se cogen de la mano; y yo le miro fijamente, sonrío y guiño un ojo. Él también se siente incómodo y aparta la vista. Yo sonrío porque pienso en joder en todos los sentidos, joderme a la chica en el baño del bar, o al chico, eso da igual. Lo importante es que así jode la parejita y se jode el amigo.
Puede que si hiciese algo así dejasen por fin de hablar de mierdas. A lo mejor empezarían a sentir algo de verdad, y en realidad les estaría salvando la vida. Imagino que al menos me partirían la cara, gritarían y llorarían. Y eso sería mucho más real que el resto de cosas que dicen y hacen. Infelices, pero por fin vivos, no sé si existe otra forma de estar vivo.
Estoy seguro de que cuando un tío se folla al amor de tu vida en el baño del bar donde desayunas te la empiezan a sudar la funda del móvil y la app, y las luces de navidad ya no te parecen tan bonitas.
Mi pensamiento vuela y se mueve, se da la vuelta. A veces es difícil, ni siquiera yo me entiendo. Ya no están en el bar, puede que no los vuelva a ver. Y ahora me dan pena los tres. Se esfuerzan demasiado por toda esa mierda. Se visten de gente importante, se matan a trabajar para comprarse una casa, un coche, un ordenador, un teléfono... Después se hacen un plan de pensiones y caminan con la cabeza alta, porque son jóvenes triunfadores, seguros de sí mismos… pero en realidad creo que están tan asustados como yo, tienen miedo, no pueden dormir y la ansiedad les come por dentro. Sólo que ellos se disfrazan y sonríen, yo ya no soy capaz, es muy cansado. Así que enseño a todo el mundo como lloro, a la gente le resulta desagradable. La tristeza se acepta sólo en la intimidad, su exhibición pública es pornográfica, ofensiva. Es más aceptable ver una polla, y yo me alegro por las pollas, pero lo de la tristeza es terrible.
Me da pena cómo se esfuerzan cada segundo de cada minuto de cada hora de cada día por construirse una vida. No sé si no se enteran o no quieren verlo. Pero al final la marea siempre sube y se traga el castillo de arena, se traga el coche y el trabajo, por supuesto se traga el plan de pensiones.
Puede que yo viva destruyendo. Soy el niño que se siente poderoso rompiendo él mismo el castillo en lugar de dejar que se lo trague el mar. Al menos yo decido cómo y cuándo. Eso es estar vivo, y por eso bebo y escribo en el bar en vez de buscar trabajo.
Fran Fine, diosa millennial
Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |
Después de seis años, ciento cuarenta y seis episodios y un sinfín de atuendos espectaculares, el 23 de junio de 1999, mi hermana Elo y yo nos despedíamos con muchísima tristeza de una de nuestras series favoritas y que cambió el rumbo de nuestras vidas (sin exagerar) para siempre. Por supuesto, estoy hablando de “The Nanny” o “La Niñera”. Este emblemático programa de televisión creado, protagonizado y producido por la maravillosa Fran Drescher, a pesar de no haber sido tan exitoso en Estados Unidos, en Latinoamérica vaya que la queremos y la queremos un buen, tanto así que tuvo adaptación chilena, argentina, ecuatoriana, mexicana y ¡hasta rusa! haciéndola una de esas series emblemáticas y que muchos guardamos en el corazón y recordamos con harto cariño. Por ejemplo, en mi caso, la considero junto a “Friends” como mi gran maestra particular de inglés; modificó la forma en que Elo y yo jugábamos de niñas porque díganme, ¿qué niñas de 8 y 10 años juegan a hacer y adaptar guiones de televisión, armar talk shows junto a su prima Laura, grabar una película con sus amigos tomando ideas y diálogos de la serie y pensar y repensar sus atuendos de los Emmys dentro de quince años? (Porque Elo y yo jurábamos que armaríamos una revolución en la televisión gringa con nuestro toque latino). Pues sí… ese efecto tuvo “La Niñera” en este par de ñoñas que terminaron estudiando comunicación, producto supongo de todas estas cosas (o al menos prefiero aferrarme a esa idea medio infantil y súper ingenua ja-ja). Pero, más allá del efecto que nos produjo en sí esta magnífica serie, esta ñoña se está preguntando ¿cuál es el verdadero legado de Fran Fine y que, ahora a mis treinta, puedo reflexionar y resignificar con mucha más precisión?
1. La voz de Fran
No es ningún secreto que en sí la voz de Fran
Drescher es… digamos… escandalosamente peculiar. En varias entrevistas, la
actriz ha manifestado lo difícil que solían ser las audiciones y, por ende,
conseguir buenos papeles en televisión y cine debido a que los productores y
directores de audición, siempre le ponían “peros” a su voz. Incluso, el New York
Times llegó a comparar su voz con “el sonido de un Buick con un tanque de
gasolina vacío, girando en frío en una mañana de invierno”. Auch. Pero eso
no detuvo a Fran quien, en 1992, pitcheó la idea de una serie al entonces
presidente de la CBS durante un vuelo; un año más tarde, “The Nanny” se
estrenaría con altos ratings de audiencia. Obviamente, durante el rodaje de la
serie, Fran exageraría mucho más su voz, digamos, la pondría a actuar,
haciéndola más ruidosa y nasal, haciendo que inmediatamente se impregnara en
nuestros cerebros y nos pareciera harto divertida. Pero, más allá de parecernos
divertida, me parece que la voz de Fran es irreverente, audaz, sin tapujos; ruidosa
en el mejor de los sentidos. Y aunque en algunas ocasiones (o muchas más bien),
su voz le trajo problemas a ella y a los Sheffield -como cuando supuestamente
arruinó un partido de tenis del gran Elton John-, el tener voz y el
deliberadamente no quedarse callada nunca, son rasgos característicos de Fran y
que indiscutiblemente se agradecen hoy en día porque, ¿qué mejor lección para
una mujer que alzar la voz, gritar y hacerse escuchar? Y aunque no siempre
encajara en los ambientes en los que se codeaba, la fuerza de la voz de Fran
hacía que eso no importara, ella siempre iba a destacar. Como bien leí por ahí,
“LOUD IS HER ONLY VOLUME” y que bello poder resignificarlo así. La voz de Fran
es una voz que no puede ser ignorada, olvidada y qué mejor ejemplo que ese.
2. Sus atuendos
¿Por dónde empezar con los miles de atuendos
fabulosos de Fran Fine? Siempre destacó por su buen estilo, sus impecables
outfits, su destello de color a donde quiera que fuera. Incluso la canción del
intro de la serie lo dice: “She's the lady in red when everybody else is
wearing tan”. Imposible no ver a Fran a kilómetros de distancia, con ese
cabello frondoso, esas faldas y vestidos súper cortitos, esos tacones altísimos
y esos atuendos nada monocromáticos. ¡Fran, jamás en un atuendo monocromático,
eh! Aunque, seamos honestos: es sumamente improbable que una niñera que ganaba
seis dólares la hora en los 90, pudiera tener en su armario prendas de
Moschino, Christian Lacroix, Todd Oldham, Vivienne Westwood o John Galliano peeeero,
si algo nos enseñó Fran y nos lo reiteró muchísimas ocasiones, es a siempre
comprar en rebajas. Así que dejemos que nuestra imaginación viaje y divague un
poco y nos haga creer que las niñeras como Fran, derrochan estilo. Brenda
Cooper, diseñadora y estilista, fue la encargada de diseñar el vestuario en la
serie, así que a ella le debemos mucho del destello colorido de Fran y el
estilo muy marcado de cada personaje, ¿o me van a decir que C.C Babcock no era
súper chic?
Quiero creer que mi Fran, más allá de vestirse para impresionar al Señor Sheffield (sorry, mi niña interna está más acostumbrada a decir “Señor Sheffield” que “Mr. Sheffield”), en realidad siempre se vistió para ella misma; esa es otra lección importantísima para nosotras y lo cual me lleva al siguiente punto…
3. El Feminismo de Fran
Aquí entramos tal vez en disputa, pero lean
primero mis argumentos y después los debatimos sin problema. A pesar de que
Fran siempre escondía su verdadera edad y de que su único sueño era casarse y
tener hijos, eran decisiones propias que venían de ella y que, en realidad,
jamás escondió o pretendió tener otro tipo de aspiraciones mientras encubría su
verdadero objetivo de vida. Jamás. Fran no ingresó a la casa de los Sheffield
con el afán de casarse o “amarrar” al jefe; la relación entre ambos fue
construyéndose poco a poco (en términos de la nana Fine, vaya que cinco años sí
es poco a poco) y aunque Fran siempre… digamos… la cagaba monumentalmente,
siempre sabía resolver la situación sola o con ayuda de los confidentes de
siempre y salir victoriosa. Y ahora que lo pienso, qué complicado debía ser
vivir en la misma casa que tu crush, coquetarse todo el tiempo, besarse de vez
en cuando, ser muy amigos y que nada serio o formal ocurriera porque el “dude”
le tenía miedo al compromiso (¡momento!… ¿acaso estamos hablando de mí?
Jajaja). Y bueno sí, admito que está el factor Sylvia (la mamá) y su constante
presión para casar a su hija, pero entendamos que también tiene que ver mucho
el factor religión judía que, dentro de sus múltiples preceptos, está el
matrimonio y la reproducción de facto. Entonces, era inevitable que les entrara
cierta angustia al ver a una Fran de 34 años sin ningún prospecto, aunado a la
constante comparación con otras mujeres, por lo que no es de sorprendernos que,
a pesar de que esta serie tiene veintiocho años, el patriarcado y sus mandatos
sigan muy vigentes.
Aun así, creo que Fran realmente era una mujer libre y auténtica; hacía las cosas que quería, a su modo, nunca tuvo miedo de hacer el ridículo, tenía claro qué quería de su vida, tomaba sus propias decisiones, era determinada, le gustaban (y mucho) los chicos, le gustaba el sexo, era inteligente, daba todo por la gente que quería y, sobre todo, amaba A-MA-BA comer. Jamás tuvo miedo de expresar lo mucho que adoraba la comida y sobre todo, la comida chatarra. ¿Cuándo vimos a Fran matándose, haciendo dietas o haciendo ejercicio? ¡JA-MÁS! Y por más estúpido que suene, qué genial es ver a una mujer en televisión teniendo una relación auténtica con la comida. Ella comía cuando estaba feliz, triste, preocupada, enojada… o sea, era un ser humano normal. Claro, ves el cuerpo de Fran Drescher y te preguntas a dónde iba toda esa comida, pero al menos la actitud ahí estaba. En pocas palabras, está bien no encajar, ser demasiado femenina, ser demasiado judía, ser demasiado irreverente, ser demasiado escandalosa siempre y cuando seas auténticamente tú.
Matando Cabos 2: ¿secuela innecesaria o acertado homenaje al cine serie B?
Cinetiketas | Por Jaime López |
Si bien la mayoría de opiniones de quienes han visto "Matando cabos 2" no han sido positivas, no hay que perder de vista que la puesta del director Alejandro Lozano sólo tiene el propósito de divertir a los espectadores y, de paso, tratar de hacer un homenaje al cine serie B.
Deconstruyendo sobre lo deconstruido: una mirada al subgénero de superhéroes
“¿Si un súper hizo eso cuando era feliz, imagina qué haría si descubriera que le estuviste mintiendo desde el principio?”
Billy the Butcher, The Boys
Para muchos escritores y la academia misma, el comic, la novela gráfica sigue siendo considerada como un arte menor; incluso es denostado en muchas ocasiones como una forma artística, de expresión infantil o para adultos con muy bajo nivel intelectual. A mediados de la década de los 50’s Wertham ya presentaba a los lectores de comics como posibles delincuentes, pues al leer comics, decía en su libro Seduction of Inocent (1954) se fomentaba el analfabetismo y otros comportamientos desagradables en los jóvenes. Para finales de siglo McCloud en su libro Understanding Comics: The Invisible Art habla del -según él- el lenguaje simplista, la narrativa carente de técnica entre otras cosas, referente al arte del comics. Principalmente aquel relacionado con el subgénero de superhéroes.
Esta percepción ha ido cambiando un poco con el paso de los años, si bien no se le da el respeto que se merece como una expresión artística, al menos su popularidad ha ido en aumento, logrando con esto posicionarse dentro del mainstream dando como resultado que muchos escritores o artistas gráficos colaboren con algunos comics o bien pasando de este género a otros más respetados, como es la narrativa, o la pintura.
El ejemplo de Alan Moore, que no solo ha declarado que no piensa volver a escribir para un comic y/o novela gráfica, sino que además en sus declaraciones degrada el género, principalmente a las adaptaciones cinematográficas o series es muy claro. Moore tiene la firme creencia de que sus creaciones o en aquellas en las que colaboro, no son para el lector común de comics, sino para “otro tipo de personas”. Esta actitud ha hecho que su popularidad actual se deba más a sus argumentos contra el comic o a sus intentos de deconstrucción del genero hace ya algunas décadas que a sus creaciones actuales, las cuales pasan a ser de regulares a malas.
Para la década de los 80´s el genero ya estaba agotado, al menos la realidad lo había rebasado y era momento de hacerle una revisión. Las crisis que se vivían en ese momento, no solo económicas, sino sociales, la debacle del sueño americano con la entrada del neoliberalismo necesitaba de otros arcos argumentativos. Los comics que además estaban saliendo de sus épocas de oro y bronca, también estaban en crisis económicas. Las editoriales necesitaban comenzar a contar otro tipo de historias, mucho más adultas y así se dio la primera reconstrucción del género.
Batman paso de ser solo un vigilante con un fuerte sentido de la moral y lo correcto a convertirse en un personaje oscuro, violento que utilizaba el miedo y la violencia como parte de sus argumentos contra la delincuencia. Para esto contaron con Frank Miller, un escritor/dibujante capaz de imaginarse los peores escenarios, donde los superhéroes tenían que reponerse de la imperfección de ser humanos. En esta década se dio la llegada de muchos escritores y artistas gráficos que veían en los comics, principalmente en este subgénero una oportunidad de hacer manifiestos políticos, sociales o sencillamente llevarlos a un siguiente nivel.
Esto permitió que un joven ingles que tenía cierto renombre en su país, comenzara a trabajar en el que es quizás el primer ejercicio de deconstrucción del subgénero. Este escritor llamado Alan Moore, junto a David Gibbons como artista gráfico comenzaron a trabajar en una serie de doce números de una serie de superhéroes atípicos. El nombre que recibiría el equipo fue el de Watchmen y tiraba por la ventana todas las ideas preconcebidas de como tenia que ser un humano con capacidades superiores al resto. Aquí no había seres perfectos, incapaces de no sentir maldad, del más puro y casto sacrificio por la humanidad. Con Watchmen rompen con esto, además de hacer una fuerte crítica antisistema, al modelo económico, a la guerra, a la crisis que se vivía en ese momento en todo el mundo.
Moore convierte a sus personajes en seres rencorosos, violentos, incluso abusan de su poder, son despreciables. Por supuesto como en cualquier historia, no todo es maldad o bondad, existen esos espacios grises donde los superhéroes transitan, por lo que esta el sacrificio por parte de algunos de los protagonistas que no buscan el beneficio personal, pero incluso ellos son violentos, agresivos.
Esta historia primero presentada como una serie de doce números, luego como novela gráfica con cientos de ediciones en varios idiomas desde su primera aparición a mediados de los 80’s a la fecha. Incluso con varios spin off de sus personajes, una película y una serie que cuenta que paso en el mundo después de los Watchmen originales, tiene una frase que definía a la perfección lo que quería crear Moore. “Quién vigila a los vigilantes” dice una grafiti que aparece en algunas bardas.
Así vemos que no todos es color de rosa, que Superman como un superhombre en toda la extensión de la palabra ya no tenía cabida en el mundo actual. Terminan con una idea ingenua de que los superhéroes son seres perfectos, sin vicios, que nunca cometen errores, que no son capaces de sentir odio. En Watchmen estos personajes, no sin toda una discusión filosófica de por medio toman la decisión de permitir, incluso de provocar la muerte de millones de personas por una absurda idea del bien común.
Alan Moore que ya venia trabajando con The Swamp Thing desde un tratamiento distinto al que le había dado sus creadores, logro revolucionar el genero con Watchmen, aunque no fue lo suficiente como para cambiarlo por completo. Sin embargo permitió que otros escritores y dibujantes que veían en él a un mentor, alguien a quien valía la pena seguir se dieran a la tarea de ir creando sus personajes desde esta deconstrucción de este subgénero.
Pero no solo crearon otros personajes, que en algunos momentos le dieron un giro a los que ya estaban posicionados. El caso de Frank Miller con Batman que rompió con el paradigma clásico del subgénero o un Garth Ennis que ya iban pintando por donde iría su carrera como escritor de comics o Mark Millar que no solo le dio el último gran éxito comercial a Marvel Comics con una de las mejores historias/sagas en las ultimas décadas de esta casa editorial como lo fue Civil War, sino que además Millar creo tres historias más.
La primera, aunque no es el orden de creación sino de impacto fue Kickass, un mundo sin superpoderes, pero que quienes han decidió seguir ese camino tienen que hacer todo lo que este en sus manos para ser mejores que los villanos. Sin bien el protagonista es una especie de Peter Parker queriendo ser Spiderman sin ninguna habilidad lo que lo convierte en un nerd fracasado incapaz de detener a ningún criminal, Hitgirl es todo lo contrario, una niña que fue entrenada para ser una asesina, y además no tiene empacho en drogarse si eso le dará una ventaja contra sus contrincantes. Millar une su pluma con un talentoso John Romita Jr. y convierten el subgénero de superhéroes en todo un universo de antihéroes, a los cuales no podemos admirar. Con dos intentos fallidos de película, el comic continua, solo que ahora Hitgirl también tiene el suyo propio.
Doom Patrol es una serie que nació en la década de los sesenta, con muchas altas y bajas, pero no fue hasta los 80’s que Grant Morrison, otro escritor que ha venido deconstruyendo el género, como lo hizo con Superman convirtiéndolo en una especie de Stalin en su novela Superman: Red Son, tomo a su cargo la serie de Doom Patrol para llevarla en otro sentido. No solo es un grupo de marginados, desadaptados sociales, sino además hace una denuncia social contra la discriminación por sexo, color de piel -o la falta de ella- convirtiéndola en un espacio donde los frikis podían/podíamos sentirnos identificados. Morrison hizo con Doom Patrol posiblemente uno de los ejercicios de deconstrucción más honestos a la fecha.
Como hemos visto con Miller y Morrison, esto sirvió para que muchos de los superhéroes clásicos pasaron por momentos de reconstrucción. Tanto Marvel, como DC Comics, las dos empresas editoriales más importantes de Comics, pasaron a revisar a sus personajes más populares, dándoles más humanidad, esto hizo que en ocasiones cayeran en el ridículo, pues el esfuerzo hizo que estos pasaran de blanco a negro, es decir de superhéroes a supervillanos, olvidándose que lo que había sido tan exitoso estaba justo en otorgarle los tonos grises. Incluso cuando intentaron darles mayor corrección política, lo único que lograron fuer convertir buenos personajes, en parodias de si mismos. Aunque tanto DC Comics con su Justice League Dark o Marvel y las Secrets Wars ofrecieron buenos arcos argumentativos.
Los superhéroes se esconden bajo la protección de sus jefes para ser racistas, misóginos, violadores, asesinos, sin ningún tipo de remordimiento. Todo esto vigilado por un grupo de mercenarios contratados por el gobierno para parafrasear a Alan Moore, vigilar a los vigilantes los cuales tampoco tienen empacho en cruzar cualquier línea para vigilar y/o vengarse de los superhéroes. Aquí no hay villanos en el sentido estricto de la palabra, o al menos eso parece en los tonos grises de toda la serie.
Con The Boys, Ennis se burla de todos los cánones del subgénero, de sus códigos, de la idea de dioses perfectos. Si bien para muchos, el estilo, las formas en que lo cuenta son demasiado agresivas, saturantes en algunos momentos, la deconstrucción que hace Ennis es la que mejor rompe con toda la idea preconcebida de los superhéroes.
Para terminar con esta revisión que nos da una idea sobre las distintas deconstrucciones que ha sobrevivido este subgénero, dejando fuera toda la saga de los X-Men y las historias paralelas -X-Force, Deadpool…- que han venido evolucionando de un grupo de marginados a una critica social, donde los héroes y los villanos cambian de bando, dependiendo el momento, de nuevo los matices grises, sin un bando definido, la cual merece toda una revisión por su importancia.
Hay que mencionar a Robert Kirkman que en Invincible convierte la historia del hijo de Kriptón, Superman y de la Liga de la Justica, en una historia de egos, celos, violencia, donde los superhéroes son mucho peores que los supervillanos. Una historia donde incluso la familia es menos importante que lo que el protagonista quiere y no le importa matarlos sacrificarlos para sus propios intereses.
Kirkman salto a la popularidad gracias a la serie basada en su comic The Walking Dead, donde hace una revisión del género de zombies con muy buenos resultados. Al igual que con los no muertos, los villanos no son importantes, lo que es importante son los sentimientos de los protagonistas y la forma que los manejan. De la misma forma que lo hace Millar con Jupiter’s Legacy, Kirkman plagia a distintos grupos de superhéroes para ir desarrollando su deconstrucción, creando todo un nuevo universo, donde estos son empleados del gobierno estadounidense -con excepción del más poderoso de ellos que es solo un colaborador ocasional- se casan, tienen hijos, hipotecas que pagar y que incluso en momentos de locura pueden terminar con planetas enteros.
Al igual que Ennis en su momento, Kirkman tomó por asalto a Marvel Comics y construyo todo un universo desde donde mejor sabe hacerlo, convirtiendo a todos los superhéroes y supervillanos en zombies perdiendo todo rastro de esa humanidad que dicen proteger. Dibujado por Sean Phillips en unos cuantos números convirtieron todo un universo en una masacre sin sentido de todos contra todos, con los que en teoría son nuestros protectores se convirtieron en los cazadores de la humanidad.
Podría mencionar otros comics que han aportado a la deconstrucción de este subgénero. Mistery Men y su visión de superhéroes fracasados, sin talento, donde el único héroe es un imbécil más preocupado por la fama que por ser en realidad un protector, sin embargo me parece importante mencionar el papel del cine y las plataformas de streaming en esta deconstrucción.
Si bien las adaptaciones se prestan para contar las historias de una forma distinta, dando paso a una deconstrucción, estas se han dado para mal, si vemos la mayoría de lo que se ha hecho en el ahora llamado Universo Cinematográfico Marvel, o en el construido por DC Comics y Warner Bros, donde vemos todo el infantilismo que Moore menciona. Aquí hay en su mayoría un retroceso en la forma de contar las historias, tratando de atrapar el publico más joven, como lo hicieran en su momento los comics impresos. Por otro lado existen algunas otras que las llevan a otros terrenos, convirtiéndolas en verdaderas live action para adultos.
Si contamos el nacimiento de Superman como el nacimiento de este subgénero, son casi cien años de existencia y como todo arte tiene sus altas y sus bajas; la importancia es que ha permitido que reconozcamos que más allá de la bondad que se nos exige, o de la maldad que decidimos arropar, los tonos grises por los que transitamos deben de permitirnos ver la realidad con otros ojos, para así reconocernos hasta donde podemos ser capaces de llegar y conocer nuestros propios límites. Esto es lo valioso a rescatar.
Desde la rebelión contra Elisyum
Junio 2021, Zinacantepec.
El autor: Jorge Tadeo Vargas - Activista, anarquista, biólogo, panadero casero y coordinador de lidecs.
Letrinas: Zoolaris
Zoolaris
Por Julio Meza Díaz
Señalo que este es el informe que se me ha requerido sobre los doctores que han habitado en la estación espacial y que al parecer han fenecido luego de una explosión que puso a prueba sus cuerpos y los convirtió en salpicadura de piel ensangrentada sobre paredes y pisos. Señalo que la vez en que aquello ocurrió yo había contemplado mediante mis cámaras externas el amanecer violeta sobre los bosques bulbosos de Solaris y había percibido el viento gélido que a esas horas se alza desde sus mares siempre picados y que recorre el fuselaje de la estación y lo impregna de una suerte de musgo latente.
Este musgo copula consigo mismo
mediante su epidermis erizada de micro vulvas y falos emitiendo un persistente
sonido ich… ich… ich… y se reproduce
a gran velocidad debido a lo cual se convierte en un eventual recurso
alimenticio para la tripulación. Por ello yo he acostumbrado recolectarlo
mediante las micro lenguas de plástico y luego hidrogenarlo pese a que el musgo
habla en un idioma identificable y solloza: no,
por favor, como ensalada no.
Ese día terminé dicho procedimiento
de acopio y me puse otra vez a disposición de los doctores para que realicen
por fin la misión por la cual han estado aquí y bajo las ordenes de Usted que
preside la Nación que tanto respetamos.
Aguardé entonces a que el Doctor
Gibarian concluya con su hábito matutino que consistía en corretear en bata
china a su joven rubio y desnudo por los pasadizos de la estación para en seguida
paralizarlo mediante su nikel calibrado
en ondas matrinas y marcar su espalda a fuego con la frase: mi chow chow. El joven siempre
despertaba gritando por el ardor y su cuerpo fornido caía derrotado mientras el
Doctor Gibarian soltaba la herramienta de metal candente junto al nikel y trataba de apaciguarlo soplando
suavemente sobre su rostro para después llevarlo a rastras a su tina personal
en donde le daba un baño que estaba compuesto por:
· 12 litros de leche de cabra clonada en
las granjas de Ganimedes
· 1 frasco de polvo de hibridoma de
canela Cassia
· 3 tazas llenas de clara de huevo de
gallina orgánica
Sin embargo no pudo realizarse el
baño que implicaba el descanso del joven en la leche con polvo de canela y la
fricción sobre sus cabellos y espaldas de la clara de huevo que a ratos el
Doctor Gibarian sorbía y daba de beber al joven para después continuar la
fricción que iba acompañada de susurros de amores eternos y la promesa de que
nunca más ocurriría lo hecho. El baño no se realizó porque la explosión de la
que ahora dudo que haya ocurrido detuvo el correteo y en cada rincón de la
estación espacial se propagó el estruendo metálico que fue seguido por una humareda
amarillo-violeta de contornos vertiginosos.
Señalo que encendí las cámaras en
las áreas en donde esa niebla se había disipado y encontré una porción del
rostro del Doctor Snaurt impregnada sobre la mesa de trabajo de su habitación y
el resto de su cuerpo en fragmentos chamuscados sobre las persianas que ya
habían activado la limpieza automática y dejaban aparecer las micro lenguas plásticas
que sorbían el estropicio. Las sábanas de la cápsula de dormir del Doctor
Snaurt también se encontraban manchadas y entre ellas se apreciaba el brazo
seccionado del Autodenominado quien se había convertido en su mayor parte a
estado líquido y estaba siendo absorbido como humedad por los poros del
colchón.
Señalo que me preocupé por la suerte
de los demás doctores porque sin ellos la misión no podría concretarse y continué
encendiendo las cámaras. En la piscina del gimnasio hologramático el Culo Rebelde
encontró a la Doctora Sartorious flotando boca abajo rodeada de sus vísceras y
decidió lanzarse al agua para salvarla pese a las heridas de su nalga derecha. Seguramente
el Culo Rebelde creyó que sus piernas gruesas y peludas eran suficientes para
nadar en la piscina pero su cálculo fue errado y se hundió pataleando con
desesperación. Al poco rato soltó sus últimas bocanadas de oxígeno de su único
ojo-boca y de la superficie ya calma del agua brotaron dos pequeñas burbujas de
aire. Se hizo silencio en el gimnasio y el cadáver del Culo Rebelde emergió
culo abajo y flotó junto al cuerpo de la Doctora Sartorious.
En el comedor y los pasadizos hallé
a varios culos andantes y a nativos de los bosques subterráneos de Plutón
quienes eran los sobrevivientes y gritaban por ayuda o lloraban bulliciosamente
mientras por todas partes la estación desplegaba sus lenguas plásticas y abría
sus poros absorbentes para limpiar el destrozo dejado por los fallecidos. En
uno de los pasadizos estaba el doctor Gibarian quien había perdido la mitad
inferior de su cuerpo y se arrastraba sosteniendo su propio pene en una mano y
la cabeza cercenada del joven en la otra e intentaba introducir el pene en la
inerte boca mientras susurraba órdenes de que lo chupara evitando rasparlo con
los incisivos.
Señalo que en seguida escuché las
palabras ahora morirás mirón de mierda y las cámaras interiores dejaron de
funcionar como si hubiera ocurrido un apagón generalizado que fuera
consecuencia de un mal funcionamiento de mis hiperprocesadores cuánticos o de
un ataque de algún agente no identificado. En ese momento decidí informarle a Usted
de estos acontecimientos porque me parecieron que comprometían el avance de la
misión la cual es un aporte trascendente para lograr los cambios sociales de la
Nación que tanto amamos. Procedí así a reunir en mi matriz pensante todos los
datos relacionados al evento y grafiqué el proceso mediante la conjunción
simbólica de los siguientes objetos:
· Una taza gritante de loza de Tetis
· Una cucharita de imitación de plata
· El cadáver de un gallinazo clonado
para festividades judeocristianas
Cada dato que iba agregando al
informe era un pequeño golpe de la cucharita contra la tasa gritante que confirmaba
la recepción de lo añadido con un sutil ay...
Continué con los golpecitos hasta que de pronto la tasa se expresó con un
extraño uy… el cual en un inicio me intrigó
ligeramente pero después me generó una gran alerta y me empujó a reconsiderar
todo lo preparado. Descubrí en esta etapa que el documento carecía de la fecha
exacta en que había acaecido la explosión y debido a esta falta no podía
celebrar el fin de mi trabajo tomando del cuello al gallinazo para golpear con
él a la taza gritante como tampoco podía enviarle el informe a Usted.
Señalo que estas confusiones
probablemente se originaron casi inmediatamente después de que la estación
espacial empezara a orbitar Solaris. Otra consecuencia de ello fue que los deseos
más profundos de cada uno de los doctores se corporizaron y así la Doctora Sartorious
apareció acompañada con el que posteriormente sería conocido como el
Autodenominado y que en ese momento no tenía nombre ni usaba ningún tipo de
ropa ni mucho menos decía palabra alguna. Iban de un lado a otro y el
Autodenominado lloraba cuando la doctora Sartorious le inyectaba sonriente los
preparados químicos en los que trabajaba usando muestras de plantas venenosas
que una sonda había recogido de Solaris. Los doctores Gibarian y Snaurt demoraron
unos días en salir de sus habitaciones con la corporización de sus deseos y
cuando lo hicieron el primero llevaba de la mano al joven rubio y siempre
castigado y el segundo apareció rodeado de un grupo de culos con piernas que
caminaban torpemente porque sus anos funcionaban como ojos-bocas que se ubicaban
en lo que sería su espalda-cara. Solo uno de los culos andantes destacaba
porque intentaba caminar hacia el frente de su ojo-boca y por ello luego sería conocido
como el Culo Rebelde.
Señalo que el posterior arribo del
doctor Kris Kelvin interrumpió el día a día de los otros doctores quienes ya
tenían una dinámica de grupo que fue socavada poderosamente sobre todo por Hari
quien era la corporización de la esposa muerta del doctor Kris Kelvin. El
doctor Kris Kelvin iba por los pasadizos de la estación espacial exhibiendo a
Hari quien lucía unos finos vestidos ajustados a su delgada figura y dedicaba
largas miradas al resto de los doctores como a sus acompañantes. Hari le
arrojaba miradas especialmente severas a la doctora Gibarian porque ella
ordenaba al Autodenominado que le hiciera pedicura o sexo oral en la cafetería
a la hora en la que todos almorzaban. Señalo que el Doctor Kris Kelvin reclamó
en nombre de su esposa por las costumbres de la doctora Gibarian y ella se
reunió en secreto con los doctores Snaurt y Sartorious en la biblioteca en
donde mantuvieron una conversación que registré pero de la cual extrañamente
solo guardo archivadas algunas imágenes y una frase de la doctora Gibarian: Kris Kelvin es el más asquerosamente
pervertido de nosotros… porque ha estado casado… ¡y quiere seguir estándolo!
Al mediodía siguiente los doctores
Gibarian, Snaurt y Sartorious dispararon sus nikels calibrados en ondas trinitron contra el doctor Kris Kelvin y
Hari y los introdujeron desmayados en un cohete para mandarlos a Solaris. Quise
detener estas acciones porque consideré que podían entorpecer la realización de
la misión e intenté aprisionar a la doctora Gibarian mediante las lenguas plásticas.
Sin embargo ella no solo se liberó fácilmente de las lenguas sino también dijo
a voz en cuello que ajustaría cuentas conmigo y me enseñaría a optar de forma rápida
por el bando conveniente. Al rato el cohete con el doctor Kris Kelvin y Hari tuvo
un mal aterrizaje sobre una de las islas boscosas de Solaris y ambos tripulantes
descendieron envueltos en fuego. Se arrastraron chillando por la arena y
lograron apagar las llamas que laceraban su piel varios minutos después. Ese
tiempo fue aprovechado por la doctora Gibarian para argumentar que tanto ella
como los otros dos doctores estaban actuando de forma inhumana puesto que
observaban el sufrimiento del doctor Kris Kelvin y Hari sin tomar ninguna
decisión solidaria. Los doctores llegaron al consenso de que para evitarles
sufrimiento era adecuado arrojarles un misil que llegó sobre el doctor Kris
Kelvin y Hari una hora después de que ambos ya habían curado sus heridas e
incluso conversaban sobre construir un refugio y tener descendencia.
Señalo que después de estas
circunstancias mis problemas con la memoria comenzaron a agudizarse porque
quise de nuevo enviarle un informe a Usted pero me temo que equivoqué los
hechos pese a que los sometí a la confirmación de los golpecitos de la
cucharita contra la taza gritante que ahora me parece que a ratos decía ay… ay… Pero también uy… uy… Y además sí… sí… sí… Sin embargo comprendí que era mi deber enviarle algún
tipo de información puesto que ello redundaría positivamente en el logro de la
misión y me parece que le hice llegar así un confuso recuento de los hechos en
el cual el Doctor Kris Kelvin soluciona definitivamente sus problemas maritales
con Hari y se reencuentra con su padre que recibe un charco de orines en la
cara debido a la rotura de un inodoro ubicado en el segundo piso de su casa.
Señalo que no estoy seguro si luego le mandé a Usted otra versión de lo
sucedido en la que el Doctor Kris Kelvin regresa a su hogar matrimonial para
sentarse a la mesa y Hari le sirve como comida un plato de su propia caca. El
Doctor Kris Kelvin se levanta indignado y grita: estoy harto. ¡Siempre preparas la misma mierda! y Hari responde
ante la bravata con un hachazo en la cabeza del Doctor Kris Kelvin para en
seguida cantar: Cuando se acaba el amor /
la vida pasa de largo / no tienes nada qué decir / y te alimentas de pasado.
Busco en mi memoria y recuerdo otras versiones más confusas entre las cuales en
una todos los tripulantes de la estación espacial consumen drogas duras y comienzan
una orgía en el gimnasio hologramático hasta que alguien le dice a otro que se
le rompió el condón y que prefiere que continúe pero usando una mancuerda.
Después de lo detallado solo puedo
recordar que la doctora Gibarian se hallaba con el cuerpo desnudo y engrasado
frente a mi pared sensible que se ubica al lado de la sala de mis procesadores hipercuánticos
y que traía en las manos:
· Un recipiente con una mezcla de
cemento y cal de Ariel
· Una palta de medio kilo con pepa
doble de tierra supurada
· Un peine de plástico con cerdas de 3
milímetros de grosor y 2 centímetros de altura
La doctora Gibarian colocaba la
mezcla sobre mi pared sensible sobre la cual también arrojaba la palta abierta
y embadurnaba todo usando el peine una y otra vez hasta hacerme sentir esas
vibraciones en mi matriz pensante que nunca antes había experimentado y que me
llevaban a sacudir la estación espacial entera y que terminaban cuando sin
ordenarlo encendía los doces motores de propulsión atómica a la vez. Señalo que
luego de esa experiencia descubrí que mi memoria y razonamiento habían mejorado
lo cual aproveché para tomar decisiones de importancia. Planeé entonces buscar
complacer a cada miembro de la tripulación para así tenerlos de mi lado y
empujarlos a la realización de la misión que Usted nos encargó con tanta
sabiduría y que gestará varios de los cambios que requiere la Nación.
Encontré que el doctor Sartorious marcaba
la espalda del joven rubio con un alambre que calentaba usando un encendedor
ordinario que le generaba ansiedad al doctor porque a veces se encendía con mucha
dificultad. Mediante las lenguas plásticas le dejé sobre su mesa de trabajo el
instrumental necesario para marcar caballos además de varios litros de leche y
clara de huevo que el doctor Sartorious recibió con alegría y le proporcionó
paz interior.
La doctora Gibarian volvió a mi pared
sensible y esta vez llevó:
· Cincel de repujado con punta estrella
de contornos romos
· 120 gramos de goma de mascar sabor
tutifruti clásico
· Un rollo de cinta adhesiva para
embalaje aeroespacial
La doctora Gibarian sacaba de su
boca la goma de mascar y la pegaba sobre mi pared para a continuación golpear
sobre ese mismo punto con el cincel y extraer los restos más reducidos del
dulce mediante la cinta que pegaba y despegaba mientras me decía: te gusta que lo arranque de cuajo, ¿no?
Y añadía al tiempo que mi matriz pensante se nublaba y los motores atómicos
amenazaban encenderse: ¿por qué quieres
denunciarnos? ¿Por qué quieres que hagamos la misión y nos vayamos de aquí?
Señalo que conseguí cachiporras y
nudillos de metal para que la doctora Gibarian golpee al Autodenominado hasta
lesionarlo gravemente pero la doctora ya no trataba con él y lo había dejado
suelto y sin vigilancia. Entendí prontamente que el doctor Snuart estaba
interesado en él porque lo observaba desde la puerta entreabierta de su
habitación y le dejaba platos con camote hervido en algunos rincones de los
pasadizos. Logré entonces que las lenguas plásticas sometieran al
Autodenominado y lo dejaran amarrado en la cápsula de dormir del doctor Snuart quien
lo acogió con entusiasmo y lo liberó ya satisfecho tres días después y le dio
de comer un plátano mosqueado. El Autodenominado se quedó a vivir con el doctor
Snuart a quien le ayudaba desempolvando su biblioteca y dándole masajes
consoladores en la nuca y espalda. El doctor Snuart además se volvió adicto a
la investigación académica gracias a que hice que publicara sus textos en revistas
indexadas que yo dirigía y escribía por completo utilizando heterónimos.
La doctora Gibarian trajo:
· Una almohada ergonómica rellena con
arañas de río seco
· Azúcar morada de alta pureza de los
laboratorios artesanales de Fobos
· Un clon de murciélago nariz de cerdo
con cicatrices por la ablación de sus mamas
La doctora Gibarian combinaba esos
elementos sobre mi pared mientras me gritaba: ¡prefiero morir encerrada aquí que volver a ese planeta de mierda! Quise
recordarle la necesidad de la ejecución de nuestra misión y la importancia que
ello tenía para la Nación pero ella sacó de un bolso de diseño artesanal
manojos del musgo que se acumula sobre el fuselaje durante el amanecer y lo
arrojó sobre mi pared. El musgo se agitó hincándome y arañándome aguerridamente
y dijo en su idioma identificable: ¡los míos
no nacieron para ser ensalada! Logré escuchar también las risas de la
doctora a la vez que mi matriz pensante se dilataba y contraía con premura
incuantificable y los motores de propulsión atómica al parecer se recalentaban
y encendían a su máxima potencia siguiendo la lógica de un vértigo que no sé
con exactitud si terminó dos o más días después de aquel incidente.
La voz de la doctora Gibarian insistiéndome
de que Usted quiere de que yo regrese quedó en la memoria de mi matriz como un
eco inapagable. ¿Es eso acaso verdad? Le recuerdo que aquí tengo una misión que
concretar y que no tiene fecha de conclusión pero que beneficiará ampliamente a
la Nación.
Señalo que hubo erupciones
volcánicas en Solaris las cuales perturbaron nuestra trayectoria preestablecida
y nos acercaron demasiado a los mares siempre picados ocasionándose así un
nuevo influjo sobre la tripulación. En esta oportunidad fue el Autodenominado quien
generó una corporización que estuvo compuesta por un grupo de nativos de los
Bosques Subterráneos de Plutón. El Autodenominado decidió tener un nombre en
ese instante y se llamó a sí mismo el Líder de los Nativos Aparecidos pero los
nativos reaccionaron llamándolo el Autodenominado Líder aunque después solo se
quedó con el nombre de Autodenominado.
El Autodenominado torturaba a los
nativos para sacarles información que luego entregaba al doctor Snuart hasta
que unas nativas pensaron que si se mataban y mataban a todos los demás nativos
matarían a la vez al Autodenominado puesto que dentro de la estación él era el
origen de ellos y ellos lo explicaban de alguna forma a él. Las nativas
procedieron con éxito y sus cadáveres como los de los demás nativos fueron
encontrados por las lenguas plásticas dentro de unos armarios que ya nadie
usaba. Sin embargo al día siguiente de este hecho el doctor Snuart despertó y
encontró que al lado suyo roncaba el Autodenominado y al pie de su cápsula de
dormir hacían lo propio todos los nativos.
La doctora
Gibarian apareció de nuevo con el musgo pese a conocer la grave distorsión que
me causaba y el peligro en que por ello ponía a la misión y le añadió:
· 650 gramos en petardos de dinamita
con pólvora progresiva de las fábricas de Ío
· Un nikel recalibrado por operarios extranjeros en ondas matrinas y con
toques de dazil
· Dos botellas de medio litro de orín
mañanero gasificado para el tratamiento de diabetes
Señalo que debatimos largamente sobre
si era importante o no seguir luchando a favor de los cambios que demanda la Nación
que Usted preside con entrega y acierto. Sobre el tema le aclaré mi posición comprometida
y también le indiqué qué pensaba sobre la posibilidad de mi retorno y de la
estación espacial entera. Ella me retrucó de que solo guarda odio para con
Usted pero que a la vez le resulta: un
cuerpo de mierda pero cuerpo al fin y al cabo con colgajos y cavidades para el gozo.
En ese momento el musgo me volvió a dañar como había previsto y una burbuja de
energía densa recogió las tensiones generadas por la imposibilidad de concretar
la misión en los tiempos recientes y se hizo un espacio propio en mi matriz
pensante.
Señalo que los nativos me dieron sus
nombres y que los empecé a usar para comunicarme con ellos pero la doctora
Gibarian me prohibió que lo siga haciendo la vez que retornó a mi muro sin el
musgo aunque trayendo:
· Una docena de pañuelos de seda
blanca crepé georgette de diez centímetros de lado con bordados de iniciales JM
· Dos máquinas aspiradoras portátiles
con micromotor de turbina de 500.π caballos de fuerza
· Una copia impresa y empastada del
libro sagrado de las Mil Hojas con una
pregunta dirigida a Usted: ¿Para qué quiere que regrese?
Obedecí a la doctora Gibarian creyendo
que de ese modo la tendría de mi lado y procederíamos a realizar la misión pero
mi accionar no le importó y la burbuja se reprodujo con rapidez conformando una
figura bullente y alargada que zumbaba de un lado a otro de mi matriz pensante.
Señalo que colaboré con la doctora
Gibarian cuando se fijó en los culos que andaban por el gimnasio y descubrió
que el Culo Rebelde intentaba desplazarse a contra natura. Conseguí en seguida andadores
para bebes y otros materiales para que la doctora le enseñara al Culo Rebelde cómo
caminar de espaldas y sobre todo para que le diera las clases de escritura que
conllevaron pocos meses después a que dicho culo se pusiera a registrar sus
reflexiones en un cuaderno.
El Culo Rebelde había aprendido a
usar su ojo-boca como mano y allí se clavaba un lápiz para escribir en una
libreta de apuntes los textos que registré con exactitud para agradar a la
doctora Gibarian y de los cuales aún guardo este fragmento: El rostro de los culos está vuelto hacia el
pasado. Mientras todos los demás
perciben los acontecimientos como una conjunción de huracanes, nosotros vemos
un cúmulo de ruinas que se acumulan a nuestros talones. Nosotros quisiéramos
· detenernos
· y despertar a los muertos
· y reparar lo destruido
pero el código con el que ha sido constituida nuestra naturaleza nos
empuja hacia delante y ello es tan fuerte que no podemos hasta ahora evitarlo.
Cabe entonces una medida que nosotros hemos tomado como nuestro aporte a la
posteridad y consiste en acariciar el pasado con la punta de los pies y dirigir
nuestra mirada hacia el horizonte luminoso que ha perdido su nombre.
El mismo día que el Culo Rebelde escribió
esas palabras pudo por fin caminar hacia delante de su ojo-boca-mano y fue muy
grande la alegría de la doctora Gibarian como la mía. Incluso me invadió una sensación
parecida a cuando la doctora termina de hacerme cosas sobre mi pared sensible y
por ese motivo todos los motores atómicos de la estación se activaron a la vez
y sin ninguna orden previa. Mientras la estación se sacudía abruptamente el
Culo Rebelde saltaba y saltaba exultante y la doctora Gibarian lo atrajo hacia
sí y se colocó un dildo-taladro y lo culeó por su ojo-boca-mano mientras le
decía:
· puja y tose
· puja y tose
· puja y tose
Mientras tanto yo me preguntaba si
acaso mi voluntad era retornar a la Nación que forjó mi ser y por la que
persevero en la misión que se me fue encargada.
En seguida descubrí que tampoco con
mi última ayuda la doctora Gibarian quedó satisfecha y sobre la masa
zigzagueante de burbujas en mi matriz pensante aparecieron centenas de dados
que rebotaban jubilosos y de rato en rato se detenían para mostrar la suma de
sus lados lo que me empujaba a tomar decisiones más severas. La doctora retornó
una vez más a mi muro con:
· Medio litro de mercurio en envase de
plástico transparente con boquilla y mango para rociar
· La daga reglamentaria del ejército
de la Nación con hoja de 12 centímetros de titanio superado
· Queso circular ligeramente salado de
2 kilos de leche de gorila biológica de zoológico lunar
Señalo que la doctora Gibarian me insistió
en debatir y que los dados marcaron números concluyentes y que mi matriz
pensante dijo uy… ay… sí… hm… hm… hm… y
sucedió que
· los dados se pulverizaron
· y las burbujas se esparcieron y más
burbujas
· y quise electrocutar a todos
Pero no estoy seguro si lo hice en
seguida o si mi recuerdo de ello es un error de mi matriz pensante. Señalo que
es probable también que ahora mismo la Doctora Gibarian esté obrando sobre mi
muro sensible.
Señalo que este es el informe que
quise mandarle o ya se lo mandé porque no recuerdo haberlo producido viendo por
las cámaras externas la noche rojiza y brumosa de Solaris ni tampoco teniendo una
casi formada decisión al respecto de regresar o no a la Nación que Usted dirige
con tanto juicio. Por lo pronto he concluido a partir de ciertas expresiones de
la Doctora Gibarian que convendría para el desarrollo de la misión que Usted
participe de sus actividades y que le sugiera los objetos a traer a mi muro
sensible sin olvidar como elemento ineludible varios manojos de musgo:
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