Mostrando las entradas con la etiqueta Discos. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Discos. Mostrar todas las entradas

«Love You», la vida es buena



Por Gato Arrabalero |

En enero de 1977, Brian Wilson, antiguo líder de los Beach Boys, pasaba el día recostado en cama, tenía la barba enredada, el cabello grasoso y obesidad en aumento, sólo se levantaba para sacar algo del refrigerador o traer una botella del mejor vino que tuviera dentro de su tienda de licores; aspirar cocaína o fumar sus ocho cajetillas diarias de cigarros podía hacerlo desde la comodidad de su amplio colchón mientras veía el programa de entrevistas de Johnny Carson. De vez en cuando prendía la radio, pero le habían dejado de interesar las estaciones que compartían música; ningún artista usaba armonías vocales, el mundo estaba interesado en la experimentación a través del uso de los novedosos sintetizadores o en las guitarras estruendosas.

Los Beach Boys marcaban al teléfono de Brian para pedirle ayuda con nuevo material para publicar, necesitaban cumplir con el contrato de su disquera. No ayudaba la mala racha que traían en ventas y en crítica, pero el mayor de los hermanos Wilson estaba harto de la música: desde 1966, la presión por componer decenas de canciones, así como la competencia contra sus contemporáneos, hacían más fuertes a sus problemas mentales. Por ello, desde mediados de los setenta, se propuso apagar su cerebro. Valía la pena ignorar las llamadas de sus preocupados hermanos, la noticia del fallecimiento de su abusivo padre, incluso el abandono de su esposa e hijas por la indecencia de Brian: ofrecer un cuadro de LSD como entretenimiento a una de las niñas de ocho años.

Para ayudarse a ignorar las situaciones de su vida, Brian prendía la radio y cambiaba de frecuencia, esperando encontrar algo medianamente interesante. Un día dio con un programa que transmitía canciones que para ese año ya eran consideradas como clásicas, le sorprendió escuchar Be My Baby de las Ronettes, ese grupo mítico de su juventud. Brian desempolvó algunos vinilos y se puso a escuchar clásicos del rock 'n' roll y del doo wop: Chuck Berry y The Four Freshmen. De pronto, sintió una fuerte necesidad de contactar a sus antiguos compañeros de la secundaria. Encontró los nuevos números de algunos y les pidió que salieran «como si fuera 1959», que se arreglaran con trajes o chamarras negras de piel para los chicos y vestidos largos para las chicas. Algunas personas nunca respondieron al contacto, otras sí, una de ellas fue Carol Mountain, su más grande amor de la adolescencia. A partir de ese día se pusieron al corriente de lo que había sido de ellos durante conversaciones muy largas, hubo ocasiones en que Brian marcaba a Carol a las tres de la mañana sólo para platicar. A Carol no le molestaba la situación, pero sí le parecía extraño. Después de unos días, esos viejos amigos y conocidos, incluyendo a Carol, dejaron de atender las insistencias telefónicas del beach boy retirado; a diferencia de él, todos tenían cosas que hacer en su vida. Brian olvidó la idea de salir con ellos, pero algo había despertado dentro suyo. Volvió a su piano que estaba sobre una enorme caja de arena, sintió las diminutas piedras entre los pies y, con sus recuerdos adolescentes en la cabeza, empezó a componer como lo hacía a los quince años; estructuras sencillas de cuatro acordes, melodías repetitivas y letras que evocan al amor idealizado y fantasioso de la juventud.

Así como Frank Zappa hizo en Cruising with Ruben & the Jets o como los Beatles en Let It Be, Brian decidió volver a sus raíces y en ellas encontró la inspiración. Compuso un puñado de canciones olvidándose de cualquier presión, sólo siendo él mismo. Su banda volvió a comunicarse y en esta ocasión tenía nuevo material. Ellos quedaron fascinados cuando lo oyeron, en parte por la necesidad de un nuevo disco y en parte porque, de manera genuina, les gustó ese compilado creativo que decidieron titular Love You. El disco salió al mercado en abril del 77 y no causó algún impacto en la música del momento. Las ventas volvieron a ser bajas, pero las críticas fueron, en lo general, positivas. Sin embargo, el pequeño éxito no fue significativo para ningún integrante de la banda. Brian volvió a su rutina de la cama y pasaron al menos quince años antes de que su salud física y mental mejoraran. Entonces se le preguntó cuál consideraba que era el mejor trabajo de los Beach Boys; en vez de contestar con su aclamada obra maestra, Pet Sounds, dio una respuesta concisa: «Love You». Brian ve en Love You a un tímido adolescente alto, delgado y rapado que no es bueno en la escuela, pero es capaz de memorizar el más mínimo detalle de algunas materias con tal de que Carol le pida ayuda y lo invite a su casa a estudiar; ve a un adolescente que sólo conoce los acordes de Re, Do, Sol y Si7 y trata de sorprender a la chica con eso; ve a un adolescente al que nunca le importó que esa porrista del equipo de fútbol supiera sus sentimientos, lo único que le importaba era encontrar un pretexto para estar cerca de ella y disfrutar su compañía.

Love You es la nostalgia de un hombre de casi cuarenta años, nostalgia que suele estar idealizada, pero Love You sostiene que de vez en cuando es bueno escapar del presente hacia un pasado donde la chica de nuestros sueños está viendo una película con nosotros en un autocinema, junto con otros amigos, tomando una malteada y recordándonos que debe regresar a las nueve a su casa, mientras la radio anuncia que estamos en 1959 y pone el más reciente éxito de las Ronettes. Love You nos dice que tenemos quince años, que la vida es buena.




Cristopher Yael Esquivel Muñoz. Egresado del Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la UNAM, se ha desarrollado principalmente en medios audiovisuales como escritor y director. Ha recibido el apoyo de la convocatoria “Colectivos Culturales Comunitarios 2023”, en su primera emisión para el desarrollo de un documental. Recientemente, su guion cinematográfico “Estrellas” fue beneficiario de uno de los apoyos de R7D para su producción dentro de la convocatoria “Haz + Cine 2023”.

Cantos Gregorianos Renacidos: indie-folk-punk para conectar vidas alternativas


La música, ese bello arte que nos lleva a expresar las emociones que a veces nos ahogan. Es en las canciones donde muchos encontramos la libertad para darle salida a nuestros sentires. No pocas veces las letras que acompañan a un instrumento se funden con nuestra identidad, pues narran historias que nos identifican, ya sea de romances que terminan, amores que nos vuelven locos, martirios existenciales que nos angustian o problemas que la vida cotidiana nos arroja.

Si de letras finas se trata, los compositores de folk siempre han tenido la pluma bien afilada. Así lo demuestra el músico ensenadense Ay Gregorio!, quien en días recientes ha publicado su nuevo álbum “Cantos Gregorianos Renacidos”, un total de siete canciones que describen historias de influencia beatnik inspiradas en un estilo de vida alternativo que busca la poesía en lo cotidiano.

Con influencias diversas como Johnny Cash, Chavela Vargas, Juan Cirerol, Leonard Cohen y Nacho Vegas, este músico bajacaliforniano toma inspiración de géneros tan diversos como la balada romántica, la música ranchera, el indierock, el bolero y la tradición rupestre, dando como resultado una fusión contemporánea de country-folk alternativo.

Ya sea para celebrar que la pandemia no pudo con nosotros, para prenderse un gallo que nos haga olvidar lo abrumador de la existencia o para sentir la melancolía de un amor que termina, los Cantos Gregorianos Renacidos brillan por su sencillez y autenticidad, pues con tan solo guitarra y voz Gregorio nos va llevando por relatos llenos de nostalgia, locura, euforia, amor y mucha, mucha sinceridad.  

Bueno, ¿pero por qué estos cantos llevan el adjetivo de “Renacidos”? De acuerdo al autor, esto se debe a que las composiciones del álbum ya habían sido grabadas previamente en una “sesión casera amateur” que en su momento llegó a compartir en plataformas. A tres años de esta primera publicación, y siguiendo el consejo de su amiga Andrea Razo (quien participa en dos temas de este álbum), decidió “renacer” estas composiciones para retratarlas con mejor calidad, trabajando para la ocasión con Jesús Guerrero, productor tijuanense y vocalista de la agrupación Ramona.


El músico porteño agrega que por igual le ha gustó la idea de jugar con referencias de la literatura religiosa, empezando por el término cantos gregorianos —un estilo de canto de origen católico—: 

“Siempre me han dicho que por el pelo largo parezco Jesucristo. Entonces se me ocurrió que, al igual que el mismo Jesús, estas canciones están teniendo su propia resurrección, su renacimiento. Y si bien es un juego, también dice mucho de mí y de mis raíces familiares (al igual que el nombre del proyecto), incluso la foto de portada la hicimos basándonos en una cruz arriba de una montaña cerca del barrio donde crecí, entonces hay simbolismos por ahí que son parte quien soy”.

Gregorio comparte que el lanzamiento de su álbum viene acompañado de varias presentaciones en Ciudad de México en lo que ha denominado el “Renacido Tour”, gira promocional que inició en marzo —visitando entidades como Sonora, Guadalajara, Veracruz y Puebla— y que se extenderá hasta septiembre, con miras a visitar estados como Hidalgo, Guanajuato, Morelos y el Estado de México.

“La idea es conectar con la mayor gente posible, porque eso es lo que más disfrutamos de este proyecto: el poder que tiene la música para conectar con la gente. Podemos ser completos extraños y de repente una canción nos hermana, y esa sensación me parece extraordinaria, porque nos lleva a empatizar, a conectar, a crecer y aprender a través del otro”.

Seas o no escucha frecuente del folk, la nueva entrega de Ay Gregorio! por seguro se pondrá entre tus estrenos favoritos de este verano, pues sus cantos gregorianos son la compañía perfecta para un viaje lleno de buenas vibras, emociones intensas y sobre todo, historias que sentirás como tuyas.


Rosas: renovando la trova desde la experimentación sonora



Por Iván Gutiérrez |


Escaparse al bosque, caminar al lado del río, ver el sol filtrarse entre las hojas de los árboles, deslizarse por la quietud del ahora y adentrarse en las ramas profundas de uno mismo. Este viaje introspectivo hacia nuestro propio bosque interior se manifiesta cuando Víctor Rosas toma la guitarra y empieza a cantar. Actor, autor y músico, Rosas es un cancionista de neo-trova, trip-hope, o simplemente pop experimental, cuya propuesta nace a partir del juego y la experimentación dentro del teatro, el performance y las artes escénicas, áreas en las que se había venido desarrollando desde muy joven en Culiacán.

Inspirado por el fado, la bossa nova, el folk, el trip hop y la música experimental en general, así como por la nueva poesía mexicana, este artista sinaloense acaba de liberar su nuevo material “Santo o Remedio”, una mezcla de emociones y géneros musicales que van desde el trip hop, la neo trova y el folk, pasando por la cumbia down beat, el r&b, soul, techno, y la música electrónica, pero sin dejar de lado lo experimental y la búsqueda incesante de su propio estilo en cada propuesta.

Con amplias ganas de conocer más a fondo la propuesta musical de este músico mexicana desarrollamos la siguiente conversación con él acerca de su nuevo álbum.

***


¿Cómo describirías los sonidos de lo que llamas Neo-Trova?

Viene de un género que yo me inventé al momento de tener que ponerle género a mis primeras canciones, que ha ido evolucionando a lo que llamo pop experimental. El trip de la neo-trova viene mucho del movimiento de cantautor, del trovador contemporáneo, hubo un punto en el que hubo un movimiento de “la nueva canción latinoamericana”, por ahí de los 80s, con exponentes como Atahualpa Yupanqui, Amparo Ochoa, que conectaban con músicos como Violeta Parra, Víctor Jara, Gustavo Pena, había un montón de cantautores.

Mi trip está inspirado en ese viaje de la tradición de autor, y de la trova contemporánea. Esta trova que empecé a hacer, tiene que ver con la canción de autor, pero desde una perspectiva más contemporánea, viene de ahí, es una fusión, también le puse trip-hope, porque contiene disidencia y esperanza. Podría resumirlo en que es una trova nueva, con sonidos de otros géneros que he ido incorporando.


Platícanos de tu nuevo álbum “Santo o Remedio”, ¿por qué este nombre?

Es un álbum en el que he estado trabajando tres años. En el camino trabajé con otros artistas, co-escribiendo temas. En ese periodo también estuve haciendo música para teatro con una compañía de Guadalajara: Arrogante Albino; con ellos hicimos una memoria de la disidencia sexual. Originalmente el disco iba a ser un EP, pero terminó siendo un álbum completo, porque superó la duración. Son un total de diez temas, con algunos que fueron saliendo como sencillos.

El álbum es un juego con la música, porque para mí, aunque me preocupo mucho las letras de las canciones, sigue siendo un juego, experimentar con mi persona y con la música, sigue siendo algo muy personal, que parte de vivencias mías y procesos personales.

Santo o Remedio es un viaje entre la trova, la milonga, pero también toques de regional mexicano, tiene trip-hop, R&B, downtempo, es un viaje donde se puede apreciar lo que llamo pop experimental.


Mencionas que este nuevo álbum integra diversos géneros, ¿de dónde sale esta inquietud por hacer un álbum ecléctico?

Viene de ser consecuente. Aunque me siento heredero de lo moderno-trovador, también soy de esta época, en la que se consume todo en chinga y donde hay muchos cruces de géneros. Para mí era importante desprenderse y explorar otros sonidos, no tanto por pertenecer a algún nicho, sino para jugar con mi forma de cantar y escribir. Siempre hago las cosas con la idea de que me terminen de gustar a mí, y que la gente pueda escucharme en los diferentes moods que hay en un espíritu humano.


¿Qué fue lo que más trabajo te costó en este álbum?

Cuando eres independiente y autogestivo, muchas veces no es tan fácil liberar todo de una. Hay que pagar másters, el productor, etcétera; entonces pasó algo de tiempo antes de lanzarlo, porque quería que saliera acompañado de videoclips, y juntar equipos de trabajo para eso es tardado y costoso. Esa es la barrera con la que de repente me topo, hay que hacer shows para juntar varo y seguir produciendo música, pagar renta, etc., la autogestión siempre implica esa barrera. No se me hizo difícil, pero hace que los procesos sean un poco más lentos, pero igual lo disfruté muchísimo.


Cuéntanos de tu nuevo videoclip “Temporal”

Esta canción es el epicentro del álbum, es como volver a la raíz de lo que siempre he hecho, con otras influencias. Es muy especial porque esta idea la imaginé desde que estaba haciendo la canción, un roadtrip con amigos para ir a enterrar un libro en un bosque. Está inspirado en el cine de Michel Gondry, de vibras oníricas, también es un guiño a un videoclip de Björk (varios de sus videos los ha hecho Gondry), que termina con ella encontrando un libro en el bosque.



¿Cuál ha sido tu mayor reto como músico independiente?

Seguir produciendo, creer en mí a través de los años, ha sido un proceso de maduración como persona y como artista, son muy diferente los procesos en cada etapa, el trip de salir a tocar, de valorar lo que hago. El reto ha sido seguir siéndome fiel y buscar espacios para compartir lo que hago sin necesidad de estar peleando un lugar en la escena independiente mexicana, que es basta pero también especial; ha sido eso, seguir haciendo lo que hago con fidelidad.


¿Por qué decides mudarte de Guadalajara a Ciudad de México?

Lo hago en busca de nuevas posibilidades para el proyecto, para conectar con más artistas del indie y del arte en general, tanto artistas visuales, ilustradores, gente de producciones audiovisuales, y tocar en nuevos espacios. Amo Guadalajara y podría vivir toda mi vida allá, pero sentía que ya era una necesidad el migrar para crecer, para seguir conociendo gente, tocar con nuevas personas, y claro buscar acercamientos a nuevos productores, nuevos estudios, grabar nuevas canciones. Hay muchas oportunidades con medios digitales, radio, revistas internacionales, hay mucha movida acá. Vengo con el impulso de crecer.


Planes que nos quieras compartir...

Me voy dentro de unos días al sur de Latinoamérica, a Argentina voy un mes, a realizar un mini-tour y grabar algunas cosas, a inspirarme con los músicos de allá, me gusta mucho la música argentina. Al volver seguiré tocando en México, con el plan de visitar estados de la república desde la autogestión, entre ellos Michoacán, Colima, Chihuahua, Jalisco, Querétaro; con el tour de “Santo o Remedio”, y al final del año espero poder tourear con músicos, estoy tratando de armar un ensamble de músicos para que toquen conmigo en escenario. Toda la información la iremos compartiendo en estos meses.



Dámaris Bojor: folk-pirana de corazón


Por Iván Gutiérrez 

 

Dicen que en el desierto no crecen muchas flores, pero cualquiera que haya escuchado a Dámaris Bojor cantar seguro dirá todo lo contrario. Norteña de corazón, esta compositora sonorense ha ido ganándose cada vez más corazones con sus temas de “folk-pirano”, canciones sobre el amor a la tierra, emociones profundas y relaciones transformadoras. 

En apenas un año de carrera artística Dámaris ha podido presentarse en múltiples festivales y estados de la República, ha sido telonera para Daniel Me Estás Matando, ha viajado fuera del país para compartir sus canciones y se ha posicionado como una voz admirada por los amantes del folk y el regional.  

Intrigados por la propuesta musical de esta joven artista, conversamos con ella sobre sus inicios en el arte plástico, el origen de su música, su nuevo sencillo “Nube de Paso” y el álbum que se encuentra grabando y planea lanzar muy pronto. Con ustedes, ¡Dámaris Bojor! 


***

IG: Vi en tus redes sociales que antes te dedicabas a la pintura y el muralismo, ¿por qué decides pasar del arte plástico a la música? 

DB: Porque estaba harta del mundo de las artes plásticas, y de estar encerrada pintando, o de estar a ocho metros de altura pintando murales. Me esforcé mucho durante años y la verdad no veía los resultados esperados, es un mundo muy difícil el de las artes plásticas. Para llegar al punto en el que te dediques 100% a las artes plásticas está difícil, acá en Hermosillo tienes que hacer mural, yo lo hice por un rato, pero era demasiado extenuante. 

Dejé ese mundo porque me estaba deprimiendo, hice una “renuncia silenciosa”, poco a poco fui renunciando, porque no me quería retirar al 100%, y ya en la pandemia di mis últimas patadas de ahogado.

En 2022 empecé a abrazar la idea de un proyecto musical, y ya a principios del 2023 saqué mi primera canción, salió con un videoclip, y me puse a echarle ganas a la música. De ahí comenzaron a salir muchos eventos muy bellos, muchas oportunidades. Ahora, a un año de empezar esta aventura, acabo de firmar con una disquera independiente. 

Eso sí, me sirvió mucho estudiar artes plásticas, pero quizás ahí no era, a pesar de echarle tantas ganas. Mucho de lo que aprendí en artes plásticas me ha servido para la música, la parte de conceptualizar, de crear, de aterrizar el proyecto. Hay muchos paralelismos en la parte creativa, así que no se me hizo tan complicado pasar del formato de artista plástico profesional al de músico profesional, tener un portafolio, un currículum, tu statement de artista. Todo el año pasado estuve mandando mi proyecto a diferentes convocatorias, como si fuera mi propia booker, y así se fue abriendo el camino. Mucha gente me ha ayudado, creo que porque ven mi actitud de saber lo que quiero, de manejar un concepto, una propuesta definida, y de moverme en donde se puede.    


I: ¿Cómo entiendes la relación entre música e identidad en tus composiciones?  

D: Tengo 31 años. Algunas personas piensan que empezar a esta edad es empezar tarde, yo no lo creo, y menos para hablar de identidad, porque muchas veces tú no puedes hablar de identidad a los 20 años. Cuando no te enseñan a valorar tus raíces, tú tienes que investigar y encontrar eso que te da base. Siento que el abrazo a mi identidad tiene que ver con una exploración interna que tuve que pasar, eso me lo dio también la pintura. Hace dos años estuve viajando por la sierra de Sonora, comencé a conocer más mi estado, y ahí me inspiré, en la naturaleza que nos rodea, pues siento que empecé a valorar lo que tenemos.

Estuve en un proyecto de pueblos originarios, donde un sociólogo nos enseñó mucho sobre sus dinámicas y prácticas culturales, y fue mucho cultivarme sobre algo que ignoraba. Me llamó mucho la atención saber más de los ocho pueblos de Sonora, me puse a investigar, y eventualmente hice la canción de “Sonora”. Yo respeto mucho a los pueblos, no tengo nada que ver con ellos, pero con esta canción quise hacer algo que representara al estado incluyéndolos a ellos.

En Sonora está la cultura de la sierra y la cultura del desierto, yo conecto mucho emocionalmente con el bosque y los árboles a pesar de ser persona de desierto, conecto con las historias de rancho, de la naturaleza, es el otro paisaje de Sonora. 


I: ¿Por qué escoges el estilo de música folk para tu música?

D: La música regional es muy amplia, tiene mucha historia, aunque la verdad no conozco el género muy a fondo. Yo al inicio quería hacer música ranchera, hice mis primeras dos canciones y me decían que tocaba folk. Pero yo sentía que no estaba sonando como quería sonar, yo quería hacer música campirana, pero para eso tienes que traer una cultura, conocer los instrumentos, conectar con el género. Entonces tuve mi primer concierto y entendí que me faltaba un requintista que tocara la docerola, eventualmente invité a más personas, y uno de ellos, Alex, le metió el toque campirano, le silbaba arreglos y él los sacaba, luego se juntó eso con el bajeo, la voz y la forma folk de tocar. La gente me preguntaba qué tocábamos, yo decía que regional, que ranchero, y entonces se hizo una mezcla muy genuina, hasta que Alex me dijo jugando “tocas folk-pirano”, como folk con campirano, y así lo bautizamos. Hay mucha influencia de estar aquí al lado de Estados Unidos, es una fusión que se dio de forma muy natural. 


I: Platícanos de tu nuevo sencillo “Nube de Paso”. 

D: Nube de Paso se estrenó el 21 de marzo junto con un videoclip, se trata de una canción de amor. Agarré el concepto de una nube como una situación sentimental, una metáfora de una persona que llega a tu vida, te da sombra, eventualmente llueve y luego se va. La quise hacer porque hay muchas canciones sobre no saber soltar relaciones, te enseñan mucho a que te duela, a sufrir por el que se va, pero no te enseñan a cómo recuperarte. Esta canción es del sufrir, pero también de aceptar que la vida sigue. 


I: ¿Qué nos puedes adelantar sobre el nuevo álbum que te encuentras grabando? 

D: Nube de Paso es justo el primer sencillo del álbum “Folk-pirana”, un álbum con canciones que hablan del paisaje, de amor, de identidad, son historias que se mueven mucho entre la ciudad y el campo, hay también un cover de Miguel y Miguel. Lo está produciendo Iván de la Rioja (Daniel Me Estás Matando) con Inmadurez Records, y pretendemos lanzarlo en verano, van a ser un total de 14 canciones. 


I: ¿Cómo percibes la escena musical en Hermosillo? 

D: Muy efervescente, hay mucha propuesta, de todo, no nada más de regional, aquí están surgiendo proyectos muy interesantes, hay un boom de gente creativa, en áreas de cine, fotografía, pintura, está creciendo mucho Hermosillo. 

 

I: ¿Cuál ha sido tu mayor reto como artista independiente? 

D: Tomar una buena decisión sobre cómo encaminar mi carrera al siguiente nivel. Creo que la decisión de no firmar con cualquiera fue el reto más grande, el no confiarle a cualquiera mi música, tanto en la producción como en la distribución. Ahora que ya firmamos siento que le irá muy bien a mi proyecto, siento que ahora vienen nuevos retos y más cabrones, pero estoy lista y enfocada para seguir avanzando en la música. Agradezco mucho a toda la gente que me escucha y apoya de muchas maneras, sin ellos nada de esto estaría sucediendo. 

Riki: synthpop californiano para bailar entre luces neón



Por Iván Gutiérrez


El escenario está teñido de luces neón color azul y guinda, sobre él una joven de atuendo goth-punkero-ochentero (pantalón, botas y guantes negros, cabello estilizado a lo Robert Smith), nos canta con voz hipnotizante acerca del espíritu del amor en un viaje sonoro de atmósferas oníricas. En el puente de la canción la cantante empieza una coreografía sensual, que termina de apoderarse de la atención de todos los presentes. Es oficial: estamos bajo el hechizo de Riki. 

Originaria de los Los Ángeles, California, Riki es una compositora que debutó en 2020 con su álbum homónimo, una propuesta de synth-pop-new wave que incluye ocho canciones de tintes melancólicos, melódicos, surreales y sintetizadores. Tras la cálida recepción del público y una amplia participación en conciertos y festivales por Estados Unidos, Riki lanza su segundo álbum “Gold” en 2021, presentando nuevamente ocho canciones que fusionan la angustia privada con la emoción de un himno, en un sonido que hace eco de bandas como Saâda Bonaire, Strawberry Switchblade, Bryan Ferry y Bananarama. 

Hace un par de semanas tuvimos la oportunidad de escuchar en vivo a esta gran artista, quien nos deslumbró con su actuación en las instalaciones de Richards Goat Tavern & Tea Room. No desperdiciamos la grata coincidencia y siguiendo nuestra curiosidad periodística decidimos entrevistar a esta cantante, quien nos contó más detalles sobre sus álbumes, su trayectoria musical y los planes que tiene para este 2024. A continuación la conversación con Riki. 


***

Iván: Escuché que estuviste en Tijuana hace poco, en un concierto con Boy Harsher, ¿disfrutaste tocar al otro lado de la frontera?

Riki: Sí la verdad fue un gran show, había mucha energía, la gente respondió increíble, me dejaron un sentimiento buenísimo, muy excitante.

I: Cada una de las portadas de tus álbumes son bastante diferentes una de otra, la primera me remite más a influencias goth-post-punk de los 80s, mientras que en la segunda hay una imagen más limpia que hasta parecer rozar con el pop, ¿de dónde viene este cambio?

R: Hay similitudes en el sonido de ambos álbumes, pero también diferencias. El segundo, “Gold”, fue hecho en una etapa en la que estaba sola, buscando recrearme, es una especie de partida, un mundo interno y de fantasía, mientras que el primero, “Riki”, trata más sobre quién soy en el mundo real.

I: ¿De dónde te vino la idea de coverear esta gran canción “Por qué te vas”?

R: Mi mamá es mexicana, su familia viene de Guerrero, así que crecí con esa canción, es algo que mi mamá escuchaba en su juventud. La canción es un clásico, la han covereado muchísimas veces, y es una gran canción, es un tema que puedo sentir, cuando lo canto siento toda la melancolía.



I: El baile es una parte importante de tu show, ¿de dónde viene esto?

R: Viene de la forma en la que siempre he escuchado y disfrutado la música. Creo que la música es más que solo escucharla, y me gusta expresarla más allá de cantarla. así que bailo. Cuando era una niña tomé un par de clases de ballet, después al crecer miré muchos videos de artistas como Madonna, Michael Jackson, y con el tiempo empecé a inventarme mis propias coreografías.

I: ¿Qué opinas de la nueva escena de new-wave y synth-pop que lleva un par de años ebullicionando en California?

R: Está brillando con mucha fuerza, desde hace años que está creciendo todo el movimiento post-punk, desde artistas grandes hasta propuestas undergrounds, y hay suficiente impulso para que surjan muchos eventos y bandas nuevas

I: ¿Cómo fue que te involucraste en esta escena?

R: Cuando era adolescente tocaba en una banda de punk, después cuando crecí me volví más… blanda, quiero decir, desde el principio siempre sentí que quería hacer música pop, de cierta forma, pero tú sabes, mi tipo de pop. Antes era más hardcore punk, no cantaba para nada.

I: ¿Y cómo fue que empezaste a hacer música?

R: Siempre quise hacer música, desde que era una niña, mi primera banda la tuve como a los 13 años.

I: ¿Te gusta tocar en este tipo de venues, como Richards Goat, donde tienes a la gente cerca?

R: Sí, para mí es como casa. He tocado en escenarios grandísimos en los últimos años, y ha sido muy divertido, es también un mayor reto, porque tienes que proyectar más tu personalidad. Aquí es más relajado, y todos están bailando juntos, es un show más íntimo que disfruto mucho.

I: ¿Piensas volver a tocar en México próximamente?

R: Justo tengo la intención de volver en abril. Estaremos haciendo un par de shows en Ciudad de México, Guadalajara y Querétaro.

I: ¿Viene nueva música de Riki en 2024?

R: Sí, tenemos en puerto el lanzamiento de un par de sencillos y después se viene un álbum nuevo en el que estamos trabajando, ¡eso nos tiene muy emocionados!



Sputnik Fanzine #04 para leer y descargar


Llegamos al 9o. B de la mano de Charly García. Cormac McCarthy, el Post-Estridentismo, The Cure siempre The Cure y las letras de Ana Nicholson. Gracias a todos los autores, colaboradores y entusiastas de la contracultura que nos han acompañado e impulsan cada uno de nuestros proyectos. Larga vida a Revista Sputnik que cumple 9 años en órbita. SAY NO MORE.


Now and Then: The Beatles forever



Por Adrián Rivera | 


Hasta el 3 de noviembre de 2023, mantuve la esperanza de ver algún tipo de anuncio espectacular acerca de ver a los Beatles tocando juntos nuevamente. Cuando me enteré que Peter Jackson estaba trabajando en material de las filmaciones del documental ‘Let it Be’, pensé que era cuestión de tiempo para ver algún tipo de experimento con inteligencia artificial, algo como un deepfake de altísima calidad mejor que el video de Paul McCartney de 2021, ‘Find My Way’, donde aparece rejuvenecido en el cuerpo de Beck.

A fines de noviembre de ese año, finalmente se lanzó una nueva versión del documental, ahora titulado 'Get Back', con una duración mayor y una calidad de imagen y sonido sorprendente. Se reveló que se utilizaron diversas técnicas de restauración, incluyendo la separación de voces e instrumentos mediante inteligencia artificial. Aunque la edición de Jackson aportó un enfoque más optimista a las penúltimas sesiones de los Beatles, no introdujo material radicalmente nuevo.

¿Qué tal si se emplearan esas innumerables horas de material de las sesiones de grabación para entrenar una inteligencia artificial que nos brinde nuevas interpretaciones de los Fab Four? Sin duda, Peter Jackson sería el candidato ideal para llevar a cabo este proyecto, ya que cuenta con todas las herramientas necesarias en su compañía de efectos especiales, Weta Digital. Incluso podría considerar la participación de Andy Serkis para llevar a cabo la captura de movimiento de los cuatro músicos.

En cambio, para el video de la supuesta última canción del cuarteto de Liverpool, 'Now and Then', tenemos una versión refinada de un nuevo collage nostálgico como a los que nos han acostumbrado desde que lanzaron 'Free as a Bird', pasando por 'Real Love', 'Glass Onion', 'Here Comes the Sun', etc. Algunos de esos acompañamientos visuales han sido mejores que otros. En lo personal, me gusta mucho cómo animaron el póster del Álbum Blanco para crear el video de 'Glass Onion'.

Los Beatles fueron pioneros en la adopción de muchas tecnologías para crear su música. Sin embargo, en sus últimas creaciones, tuvieron que mantenerse dentro de ciertos límites para garantizar el éxito comercial. En mi opinión, una de las innovaciones más notables en mucho tiempo fueron los remixes realizados por Giles Martin para el espectáculo de Cirque du Soleil, 'Love'.



Y no es de extrañar que así sea, desde que Paul y Ringo estaban trabajando en una nueva canción, se especuló que podrían estar usando inteligencia artificial para crear una versión sintética de la voz de John Lennon y los más puristas se alarmaron. Aun así, otras personas han explorado por su cuenta esta posibilidad con resultados nada desdeñables. Parece que la alternativa más viable para satisfacer mi curiosidad por la 'nueva' música de los Beatles es explorar más de estos lanzamientos no oficiales.

'Now and Then' es solo la última de las versiones avaladas por los Beatles y sus familias. Podríamos decir que es el nuevo cierre canónico, sustituyendo a lo que nos dejaron en 'The End', de Abbey Road, con el solo de batería de Ringo y el duelo de requintos de John, Paul y George, narrado magistralmente por Geoff Emerick, su ingeniero de grabación, en su libro 'Here, There and Everywhere: My Life Recording the Music of the Beatles'.

El video del nuevo sencillo nos va llevando hacia atrás en el tiempo, y al final de la canción, en las plataformas de música disponibles, regresamos al origen con 'Love Me Do', el primer sencillo de los Beatles. Tenemos un cierre circular, un Uróboros, el anhelado regreso al origen, Get Back, ahora sí.

“Nunca hubo un tiempo en el que Yo no existiera, ni tú, ni todos estos reyes; y en el futuro, ninguno de nosotros dejará de existir.”

― Anónimo, Bhagavad Gita

Iván García y Los Yonkis: componiendo la vida desde el underground poblano


Iván Gutiérrez | Foto: Gema Moreno |


Si uno deambula por el centro de Puebla y tiene la suerte de llegar a la cantina correcta, es probable que entre letras, callejones y mezcales se encuentre a Iván García, músico poblano que tras varios años de practicar el arte de crear canciones ha logrado perfeccionar la composición de relatos de folk, hermanando la poesía y la música en una decena de canciones que hablan de todo un poco: el amor, la muerte, los amigos, la ciudad, la música, el underground, la soledad. Prepárese un buen trago y adéntrese con nosotros por los recovecos de este gran compositor y su full band Los Yonkis.

 

¿Si tuvieras que tomarte un último trago, éste sería de mezcal, whisky, ron, tequila o cerveza?

Difícil decisión… yo creo que me tomaría un vodka tonic.

Hacemos esta entrevista desde Baja California. Si tuvieras que presentarte con la banda de por acá, ¿cómo lo harías? ¿Quién es Iván García, qué hace, a qué se dedica?

Les diría que soy un cantautor con casi 15 años de trabajo. Me identifico como un cantautor alternativo, en el sentido de que he ahondado en muchos estilos del lado de la música alternativa, abarcando desde el rock clásico hasta psychobilly, new-wave, post-punk. Tenemos tres discos con grabaciones que se han concentrado más en el folk, que es el género que más me gusta. Yo empecé haciendo rolas por Bob Dylan, ya después me entró lo más oscuro.

¿Cómo empezaste en el arte de hacer canciones?

Tenía una guitarra… y aprendí a tocar con cancioneros. A pesar de que estudié en el Conservatorio de Música de Puebla, cursé un año de guitarra, y nunca lo aprobé. Es una escuela muy ortodoxa, dirigido a entender la música académica, no hay nada de armonía moderna ni de composición. Estuve ahí, aprendí a solfear, y la guitarra la aprendí a tocar con los cancioneros que vendían en los puestos de periódicos. Entonces empecé a imitar armonías que veía eran constantes en las canciones populares, y les empecé a poner letra.

También me adentré en la canción de autor, con Luis Eduardo Aute o Serrat, pero nunca me encantó este lado de la trova, me caía muy gordo. Entonces conocí al cantautor Carlos Arellano, de aquí de Puebla, nos hicimos amigos por nuestro gusto común por Dylan, y empecé a experimentar más con este tipo de letras que hablaran más de la cotidianidad, de la calle, sin caer en lo urbano, que es más crónica. Más bien una cuestión intimista, inspirado por músicos como Tom Waits, Leonard Cohen.  

¿Cómo surgió la idea del álbum de X?

Es un disco que festeja los diez años de la banda, pero llegó pandemia y se retrasó su lanzamiento. La idea nació porque amigos, colegas, me decían “me hubiera gustado componer esta rola o grabar una versión”, y dije bueno para el festejo vamos a hacer eso: que cada quien se aviente su versión. Es una selección en su mayoría poblana, pero también hay otros amigos foráneos como Gerardo Peña, Lázaro Cristóbal, Paulo Piña y otros más.

Me parece fantástico que hayan reunido a diferentes intérpretes y bandas y que cada uno logré ponerle su sello característico a cada canción. ¿Tenías en mente eso?

Creo que este álbum habla de la versatilidad que tienen mis canciones. Hay composiciones que muchas suceden en mi cabeza, y a la hora de materializarlas, no suenan como uno cree. Por eso es muy importante esta onda de la producción, que igual como artistas independientes muchas veces carecemos de recursos para lograrlo, tenemos que ingeniárnosla. En el caso de X, hay canciones que son más parecidas a lo que tenía en mi mente que lo que salió en algún momento, y otras que le dieron completamente la vuelta a la canción. Esa es la belleza de la canción, que puede ir para muchos lados.

Me parece que todas las grabaciones en ese álbum lograron ponerle ese toque de inspiración para querer cantar las canciones, ¿desde que escribiste estas rolas tenías ese efecto en mente, o fue algo que se dio, digamos, por sí solo?

Es parte de mi sello, mis canciones tienen una estructura popular, muy pop. Hace poco toqué en Ciudad de México, y me fue a visitar un querido amigo, Perasalolmo (Andy Mountains), y me dice “tú no haces rolas, haces himnos”. Y no lo digo exaltándome, es algo que me han dicho mucho, porque la gente los hace suyos, y hago coros para cantarse, que hace que los conciertos sean tan lúdicos.

La melodía de 'Panteón' me parece genial, como que te adentra en esa sensación de melancolía desde los primeros segundos de la canción. La letra a su vez es increíble, tiene sus momentos de vida y muerte, ¿cómo y cuándo nace 'Panteón'?

Hasta hace unos años componía solo con resaca, me daba una lucidez maravillosa, entre botellas, hambriento, sediento, ceniceros llenos. Panteón nace de esas vivencias, habla de un estilo de vida hedonista y destructivo.

La muerte es algo muy presente en tus canciones, me imagino por tu coincidencia con autores de literatura y filosofía existencial, ¿qué es lo que más te llama la atención de este tema?


Son los tópicos más comunes de la literatura. Toda la vida me ha gustado leer, y nunca lo he hecho por lampareo, es un gusto que tengo, y en la literatura esos son los tópicos que más he encontrado, el amor, la muerte… los aspectos sociales, aunque ese lado siempre me ha fallado. Esto no quiere decir que no tenga una postura política, pero siempre he pensado que es complicadísimo escribir canciones sociales, muy complicado no caer en lo panfletario.

A pesar de no meterte mucho en lo social, tienes esta canción de “La Resistencia”…

Es una canción inédita, nunca la he grabado, sólo existe en X. Los compas de Rockercoatl, mitad tlaxcaltecas y mitad poblanos, tienen una banda de metal en náhuatl. El acordeonista toca conmigo y cuando escuchó esta canción me dijo, “oye, por qué no nos das esa rola…” y le dije va, claro, y quedó en este disco.

Tengo otra social que se llama “En algún lugar del cielo”, en el Sal Paraíso, dedicada a los desaparecidos. Pero sí me cuesta mucho, admiro a gente que lo hace maravillosamente, como León Chávez Teixeiro, o por ahí Israel Belafonte me parece que tiene rolas muy chingonas.

Hablemos de Ciudad Soledad, esta contradicción urbana, ¿para quién fue compuesta esta canción, para quién es esta invitación?

Para mí es un tema muy común hablar de mi ciudad, porque estoy muy enamorado de ella. Entonces es una frase que digo mucho, porque mis amigos se enamoran de su tranquilidad, su gastronomía, su clima, y siempre me dicen “me gustaría vivir en Puebla”… y les digo “ven a vivir en Puebla”, es un cliché mío, invitarlos.

Esta canción sale a media pandemia, salía a ver a una amiga, me iba en mi moto cruzando la ciudad y era maravilloso, espeluznante y poético, no había nadie en el centro… era hermoso, y se me ocurrió esa frase.

¿La frase “por el amor de mi parvada he terminado enjaulado” es ficción o no ficción?

Todos hemos tenido ese lado oscuro… pasaron varias veces por diferentes situaciones, es parte de lo emocionante que es vivir, de romper las reglas… Nunca me imagino haber sido una persona muy en el “statu quo”, siempre fui un tipo raro, como dice la rola, me he metido y me sigo metiendo en problemas, la vida contracultural.

¿Qué opinas del fenómeno contracultural en los tiempos posmodernos?

Es muy complejo, nos daría para un debate. Ahorita con todo este rollo del reguetón y los corridos tumbados, es complicado saber qué es la contracultura, porque si bien es cierto que estos géneros hablan de temas que eran tabú, como el sexo, la violencia, y que ellos los están sacando de donde estaban escondidos, también es verdad que es música de establishment.

Tú pasas por una construcción y los albañiles están oyendo a Peso Pluma, pero también los chavos fresas de Angelópolis lo escuchan, es la música que se oye en todos lados. Entonces no sé si eso sea contracultural, porque está establecido, está de moda, su nivel de masificación es devastador… pero en cuanto a temas puede que sí guiñen con lo contracultural. Es complicado, como te digo, un tema que hay que platicarlo con unos tragos.

¿Hubo un tema que fuera tu favorito de este álbum?

Hay varios, para mí todos tienen una aportación magnífica. Hay unos que me llegan ahorita de rápido, diría que Panteón la versión de Sinuhé García, me parece propositiva, porque habla de esa otra parte de la canción, porque la rola habla de los excesos del lado festivo, cuando en realidad también hay una cruda moral, que es como esa parte que versionó Sinuhé. La de Grito, en versión ska de Los Marginados, me parece sensacional, está chido porque están dando la canción a conocer. Obviamente todas las canciones me gustan, son mis hijos, pocas mamás dicen que sus hijos son feos; en mi caso igual, todas las veo hermosas. 


¿Por qué la frase “si un día pretendes escribir, entre lobos tendrás que vivir”, en la canción de Ajedrez?

Creo poco en los escritores de escritorio, creo más en los escritores vivenciales. Alguna vez pensaba en un cuento de Vargas Llosa, “Los Cachorros”, que habla sobre la onda de los rebeldes sin causa, los 50s, y nunca se la creí.

Creo que es importante eso, que las canciones tengan óxido, víscera, por lo menos hacerle como Solá, que se iba a las cantinas a escuchar de qué hablaba la gente. De eso trata ese verso, de que hay que vivir para escribir.

¿Qué viene para Iván García?

Estoy pasando por una situación de análisis… ya tengo escrito todo el próximo álbum, tengo ya los músicos… estoy en la parte de entender cómo lo vamos a producir, de qué manera le vamos a dar ese sonido que traigo en la cabeza. Es un disco complicado para estos nuevos estándares comerciales, pero me parece que, como te digo, siempre me ha gustado ser propositivo en este lado de hacer lo incorrecto: soy un necio y lo voy a publicar así como lo tengo en la cabeza.

Estoy en esa parte, donde ya estoy dando últimas pinceladas, de a diario lo toco, de a diario me gusta, es una lista muy larga donde tengo que hacer la selección. Espero que ahora que vea a todos mis carnales en el Festival Resistencia, puedan ayudarme a elegir y a resolver un poco esto que tengo en la cabeza. Creo que siempre, siempre hay que ayudarnos con los amigos, sobre todo gente con la que te sientes identificado musicalmente.

Dos cosas que te gusten y que no te gusten de Puebla

Me encanta el centro, arquitectónicamente es bellísimo, he andado en muchos centros borracho de noche, y ninguno tan maravilloso como el de Puebla. Otra cosa que me gusta son los tacos árabes, es mi comida favorita, es un taco delicioso y aparte es el papá de los tacos al pastor.  

No me gusta todavía este apego tan grande que tiene el poblano a la religión, son ultra católicos, son de derecha, conservadores. Otra es… esto del público poblano, es complicado, no es como el público de otras ciudades que se parten la madre por su escena contracultural, aquí está muy segmentado y aparte no son tan apasionados. Sí hay banda, hay público acérrimo, pero, por ejemplo, en Ciudad de México hay una pasión por la música de otro tenor. Aquí en Puebla la hay, pero no a esas magnitudes, somos más parcos, tibios…

Si Iván García fuera una película, ¿cuál crees que sería el género y de qué trataría la trama?

Me gusta mucho el terror, pero por lo cursi y romántico que soy, me gustaría ser una película de Jim Jarmusch, algo en blanco y negro, que tenga tragos, taxis, ciudad, y algo terrorífico por ahí, algo de novela negra.


Sputnik Fanzine #03 para leer y descargar



Compartimos el tercer número de Sputnik Fanzine, publicación de arte y contracultura de libre distribución en la ciudad de Aguascalientes, con colaboraciones desde diversos puntos del país. Recuperemos la cultura del fanzine creando espacios comunitarios de difusión.

Una edición sumamente melancólica en donde reproducimos esta entrevista con el compositor mexicano Lázaro Cristóbal Comala, y compartimos el trabajo de artistas locales hidrocálidos que han llevado su trabajo y talento hasta el otro lado del Océano Atlántico en lo musical (Trailer) y lo gráfico-audiovisual (Nespy5€).

En la parte literaria el lanzamiento oficial del libro más reciente de Editorial Agujero de Gusano: 'Jauría de ángeles' del poeta Itzamatul Ikal, además de algunos poemas rabiosos de Marco A. Pérez.

Acompaña esta lectura con tres discos imprescindibles para oscurecer además de una playlist creada desde las entrañas de nuestro bar: Ummastalgia (disponible en Spotify).


Aunque tú no lo sepas: 200 discos chingones del rocanrol mexicano



Los periodistas musicales David Cortés y Alejandro González Castillo se encargaron de compilar el libro «200 discos chingones del rocanrol mexicano» en el que participan más de 50 expertos musicales y melómanos.

La obra es una selección representativa de los materiales discográficos más importantes en las diferentes vetas que existen dentro del rock nacional.


Compra el libro «200 discos chingones del rocanrol mexicano» aquíPara más entrevistas suscríbete al canal de YouTube de Casa Yonki.

Hablemos de «Daisy Jones & The Six»



Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |


Quiero creer que mis niveles de intensidad ante las cosas y la vida son más un aspecto positivo que una red flag. Y es que, desde niña, si algo llama mi atención, me O B S E S I O N O de inmediato hasta que esa obsesión se diluye a causa de otra obsesión y así on and on. Pues resulta que, a inicios del pasado mes de febrero, comencé a ver en Instagram y en Twitter, un tremendo “buzz” por una serie llamada “Daisy Jones & The Six” que se estrenaría a inicios de marzo en Prime y que está basada en el libro homónimo de la autora estadounidense Taylor Jenkins Reid. Todo tweet o post que hablaba de “Daisy Jones & The Six” estaba inevitablemente ligado a Fleetwood Mac (una de mis bandas favoritas) y, como soy re curiosa (por no decir chismosa) y re intensa, comencé a indagar al respecto y como era de esperarse, ya estoy en plena etapa de obsesión a pesar de las múltiples críticas que tengo de la serie.

Resulta que “Daisy Jones & The Six” es el primero de los libros de Taylor Jenkins Reid en adaptarse a la pantalla chica y al parecer, no será el último. El muy sonado “The Seven Husbands of Evelyn Hugo” (que, si alguien de por aquí ya lo leyó, díganme qué les pareció porque ya me lo recomendaron varias veces) de 2017, se convertirá en una película de Netflix, mientras que “Malibu Rising” de 2021, se adaptará para Hulu. Pero para esta adaptación inicial de Daisy Jones, Reid sabiamente se asoció con la actriz y productora Reese Witherspoon cuya casa productora “Hello Sunshine” ha perfeccionado a lo largo de seis añitos la ciencia de adaptar bestsellers tan adictivos de ver como de leer. Parte de la estrategia es una especie de integración vertical: Witherspoon seleccionó “Daisy Jones & The Six” para su club de lectura mensual, lo que ayudó desde un inicio a construir y consolidar una fanbase que indiscutiblemente, apoyaría el lanzamiento de dicha novela a la televisión. Antes de continuar, aclaro un detallito bien importante: yo no he tenido la oportunidad de leer el libro y les prometo que algún día lo haré, pero mientras tanto, ya me estuve informando un poco acerca de su estilo narrativo, de cómo lograron plasmarlo y adaptarlo a lo audiovisual y las grandes diferencias entre ambos.


A sus tiernos 13 años, Taylor Jenkins Reid veía fascinada el especial de televisión de 1997 de una banda setentera llamada Fleetwood Mac, que celebraba veinte años del lanzamiento de su icónico álbum “Rumours” y como era de esperarse, le llamó muchísimo la atención la feroz versión del himno de rupturas amorosas por excelencia “Silver Springs” y la electrizante química que había entre dos miembros de la banda: Stevie Nicks y Lindsey Buckingham. De ahí le llegó la inspiración para escribir “Daisy Jones & The Six” años después, cuyo estilo narrativo, toma la forma de una historia oral acerca del ascenso de Daisy Jones y el grupo The Six al estrellato y su infame separación. Se cuenta en su totalidad a través de entrevistas con la banda, otros personajes clave y testigos. Las entrevistas se realizan de 30 a 40 años después de la separación de la banda, mientras los miembros reflexionan con distancia y (algo) de madurez todo lo que vivieron. Cada miembro recuerda cómo sucedió todo de manera ligeramente diferente (como acontece en la vida real), dejando lo que realmente sucedió elusivo y sujeto a interpretación del lector. La escritora dice: "[…] también se debe tener en cuenta que, en asuntos grandes como pequeños, a veces los relatos del mismo evento difieren. La verdad a menudo se encuentra, sin reclamar, en el medio".

Por lo tanto, un estilo documental encaja naturalmente para una adaptación televisiva y los episodios cobran vida al estructurar sus historias en torno a eventos o periodos de tiempo específicos con esas mismas entrevistas. Al dar el salto de la página a la pantalla, “Daisy Jones & The Six”, en su mayor parte, ha tratado de recrear la experiencia de lectura del libro (o al menos eso es lo que dicen sus fans menos exigentes y flexibles). Pero como con cualquier adaptación, ciertos detalles no pasan el corte y tanto los personajes como algunos eventos, son inevitablemente alterados de manera significativa, para bien o para mal.


La historia (tanto del libro como de la serie) básicamente trata del recorrido de una banda de soft rock al estrellato y nosotros somos testigos de cómo navegan el mundo de la fama, las drogas, los excesos, los dramas personales, los triángulos (rectángulos) amorosos, la creatividad e innovación musical, las rencillas y celos profesionales. La banda es una especie de supernova que arde brillante y efímera, disolviéndose definitivamente después de un show en Chicago a finales de la década de los 70s, tras un exitoso y único álbum titulado “Aurora”. Daisy Jones, nuestra protagonista, es el huracán en el centro de esta historia. Es una hermosa, carismática, errática, inmadura y talentosa cantautora que irrumpe sorpresivamente a los integrantes de la banda “The Six” y, por ende, cambia drásticamente la vida del grupo, en especial la de Billy Dunne. Líder y vocalista de “The Six”, Billy es un tipo desagradable, autoritario, perspicaz y terriblemente talentoso que no disfraza los celos hacia su nueva vocalista, quien no tiene reparos en robarle protagonismo y al mismo tiempo, generan una conexión profunda y natural a partir de sus vivencias y traumas del pasado que obviamente, será el meollo de las crisis de la banda.

Adentrándome ahora sí en la serie (que es con lo que estoy realmente familiarizada), hay un montón de cosas que me gustan y un montón que no. Voy a ir por partes para no mezclar demasiado mis propias contradicciones. Creo que toda la cuestión de producción, es decir, ambientación, vestuarios, fotografía, etc. etc. etc. me parecen maravillosos. Realmente reflejan un presupuesto nivel Jeff Bezos (el modestito dueño de Amazon) y nos sumergen en la década que se encargó de “moldear” mucho del soft rock, folk y pop que tanto me gusta con muchísimo estilo y autenticidad. Todas las escenas de los conciertos nocturnos son espectaculares: cuentan con una iluminación increíble, innovadora, con movimientos de cámara que nos adentran al escenario y, por ende, directamente a las emociones de la banda.

Otra cosa que aplaudo muchísimo, son las actuaciones a pesar de algunos diálogos cursis y storylines comunes. Todo el elenco, encabezado por Riley Keough y Sam Claflin, me parece extraordinario y sirve muchísimo que la química, sobrepasa la pantalla. Los he visto en un sinfín de entrevistas y realmente hay mucho amor entre ellos y parece que auténticamente disfrutaron muchísimo trabajar en este proyecto. La modelo inglesa Suki Waterhouse, Will Harrison, Josh Whitehouse y Sebastián Chacón, quienes interpretan a Karen, Graham, Eddie y Warren (miembros de la banda), tenían ya ciertos conocimientos musicales ya que, desde niños tocaban la guitarra, cantaban y así. De todos modos, tuvieron que aprender a tocar sus respectivos instrumentos y son ellos quienes realmente tocan e interpretan las canciones en vivo en las escenas de los conciertos, lo cual francamente hizo que me estallara la cabeza. Peeero… Riley (a pesar de ser la mismísima nieta de Elvis Presley y de que todo mundo dé por sentado que tiene la capacidad vocal y el talento de su familia, lo cual me parece una tremenda estupidez, pero bueno) y Sam, quienes interpretan a Daisy y Billy, no. Han comentado ya en varias entrevistas, que a pesar de lo horrible que fue la pandemia, para ellos fue benéfico el año y medio que estuvo detenida la producción de la serie para aprender, tanto a cantar, como a tocar la guitarra y ambos tuvieron intensas lecciones para lograrlo. Los integrantes estuvieron meses en una especia de “band camp” donde aprendieron realmente a convertirse en estrellas de rock y francamente la química entre Riley y Sam es sublime. No me da pena admitir que soy una hopeless romantic y que me fascinan esas tramas que van del amor al odio o al revés.

Actualmente, la banda ficticia tiene un álbum en los primeros números de las listas de Billboard y once canciones que cuentan ya con millones de reproducciones diarias en las plataformas musicales como Spotify y Apple Music.

“Aurora” es un álbum atemporal y logra capturar el drama de esta banda en sus puntos más altos y bajos, ya que muchas de las canciones están vinculadas directamente con la narrativa de la serie y al menos el concepto o la intención de cada letra, fueron creadas por la misma Taylor Jenkins Reid, pero obviamente perfeccionadas y modificadas para hacerlas sonar más auténticas; somos testigos de cómo nace “Aurora” y su impacto a lo largo de los diez episodios. Phoebe Bridgers, Madison Cunningham, Marcus Mumford y Jackson Browne son algunos de los artistas y músicos de la vida real que ayudaron a escribir y producir las canciones de “Aurora”, por eso también el éxito del álbum. Éste, lucha por aprehender la audacia de Fleetwood Mac, combinando un poco de ese rock tan característico de los 70s, con baladas fáciles de escuchar. En particular, me agradó bastante cómo estructuraron y enlazaron las canciones durante el episodio final. Yo les recomiendo muchísimo el álbum y no solo porque llevo semanas escuchándolo y enamorándome de él. Además, la serie en sí tiene una banda sonora buenísima, con canciones de Carole King, Toto, Patti Smith, The Beach Boys, Barry Manilow, etc. que refuerzan con mucho detalle e intensión, determinadas escenas.

 

Y bien, ahora va el montón de cosas que NO me gustaron de la serie y creo que básicamente se reduce a la historia en sí, a la forma en cómo fue escrita, desarrollada y modificada para la televisión. Prometo no hacer ningún spoiler significativo, aunque me den hartas ganas jajaja. Pues bien, por lo poco o mucho que he investigado, tengo ya claras las diferencias más tajantes entre el libro y la serie y, a pesar de que la novela raya en muchísimos clichés y lugares comunes, por momentos la serie los sobrepasa y termina encarnando los estereotipos superficiales que dice aborrecer. Si bien se presenta de manera convincente en ciertas escenas, en general es una dicotomía que hemos visto muchas veces antes. Incluso creo yo que el título hace alusión a algo que claramente no existe en esos diez episodios: la verdadera unión entre Daisy y la banda. Siempre es Daisy por aparte y The Six por aparte. No existe esa relación de familiaridad entre la cantante y la banda que tanto insisten en mencionar y los escritores, prefieren enfocarse en el “romance” tormentoso entre Daisy y Billy. Se supone que Daisy llega para revolucionar a la banda desde lo más profundo, pero son muy pocos los momentos de interacción entre ella y los demás (haciendo a un lado las escenas de los conciertos) y, por lo tanto, jamás se siente esa cohesión y cuesta mucho trabajo creer o asimilar ciertas escenas. Incluso Daisy, en sus entrevistas actuales, jamás J A M Á S habla de la banda, de sus integrantes, de sus talentos o carencias. Solo se dedica a hablar de sí misma y, por supuesto, de su dupla caótica con Billy y, por lo tanto, es difícil conectar con ella.

En ese sentido, otra cosa que me molesta muchísimo (ya sé, sueno a meme del fascista ese), es la construcción de los personajes femeninos. Dichos personajes, divagan entre ser mujeres auténticamente empoderadas, inteligentes, audaces, dueñas de sus propias vidas, dispuestas a labrarse un camino profesional serio pese al mundo recontra machista donde están inmersas y terminan cayendo en los clichés absurdos que tanto aborrecemos. Mi mayor problema, es con Daisy quien obviamente encarna el estereotipo de la chica rota que hace estupidez tras estupidez al pedo. Disculpen si no encuentro otra forma más formal de expresarlo, pero es la verdad; nunca se siente lo suficientemente propia y no sé qué tanto esté bien darle el peso de una heroína cuyos impulsos, están siempre fuera de control. Las muchas escenas de Daisy inhalando cocaína, tomando pastillas o garabateando letras, podrían tomarse de cualquier cantidad de biopics, y en lugar de entenderla, más bien te provocan ganas de cachetearla. Encima, la relación entre ella y los otros personajes femeninos como Karen, Simone y en especial con la bellísima Camila (protagonizada por la argentina Camila Morrone), deja muchísimo que desear, a pesar de ciertos destellos de sororidad que se agradecen. Y luego, esta insistencia patriarcal de poner a dos mujeres a “competir” por un hombre, de bancarle sus machiruladas, o de representar a la mujer como una especie de ancla divina para rescatar y beneficiar únicamente a un hombre sumamente roto, YA NO VA y desespera.

A pesar de estos grandes detalles, créanme cuando les digo que sí estoy medio obsesionada con “Daisy Jones & The Six” y no tengo reparo en declarar abiertamente que disfruté mucho la serie; que esperaba cada viernes los capítulos nuevos, que me considero fan del álbum, del elenco, del hecho de que se tomen más en cuenta historias escritas por mujeres y de que actualmente existan personas que quieran acercarse o reconectar con música como la de Fleetwood Mac, por ejemplo. ¡Ah! Y antes de que se me olvide, me pareció muy divertido y tierno que los títulos de los episodios sean títulos de canciones de los 70s, canciones de Elton John, Barry Manilow, John Lennon, David Bowie y así y no sé si todo el mundo los haya captado, pero me dio gusto que yo sí. La serie ha sido Trending Topic en Twitter durante cuatro días (desde que Amazon subió los últimos dos capítulos), así que anímense a ver “Daisy Jones & The Six” y díganme qué les pareció. Hay mucho que platicar, discutir, criticar y disfrutar (como la aesthetic que está dejando la serie).


© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios