“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos.
Éste es un fragmento de la entrevista con Minerva que puede escucharse completa en Spotify o Apple Music.
Como sabes, Minerva, el podcast, ronda alrededor de esta idea de que los poetas se mueren de hambre. De que en el arte te mueres de hambre, esa sería la idea general. Pero si en el arte te mueres de hambre, imagínate los poetas que ocupan un escalón un poco menor respecto a comercialización que otro tipo de artistas. ¿Qué piensas tú de la idea de que los poetas se mueren de hambre?
A mí me encanta la frase. Y la idea no me encanta que se ha convertido en el prejuicio. A mí esa frase me persiguió toda la universidad. Sobre todo, mi papá, no me la decía abiertamente, pero siempre sí hay referencias muy específicas sobre “te vas a morir de hambre”. Porque mi biblioteca se iba agrandando, ¿no? Y él era el que hacía el gasto, pero a mí lo que me parece maravilloso es que en un país como México, donde tenemos esta idea de “donde come uno, comen dos” o que siempre hay alguien ofreciéndote un plato caliente de comida, definitivamente los poetas yo creo que no nos morimos de hambre. Somos súper inventivos, al menos podemos comer las hojas de nuestros libros.
Me gusta mucho este tema que has planteado a lo largo de estos episodios y cómo cada poeta lo ha abordado y recordar todas esas reflexiones en torno a morirse de hambre, la poesía, en este momento en el capitalismo rampante y feroz. Por cierto, quiero hacer aquí el comercial que también podemos dar un clavado al libro de la Sisi, de Xitlalitl Rodríguez, a propósito del tema sobre las “Prositas de amor contra el SAT” donde hace esta reflexión poética de esta ansiedad de los poetas sobre: de qué vamos a vivir. Y también, no sé si viste la historia de Instagram de esta poeta joven que dice “la poesía es el nuevo punk”, es lo más anticapitalista que pueden hacer, y pues sí. Tal vez no vivamos en la opulencia, pero no nos morimos de hambre, creo que no. Yo soy una persona muy optimista ante el futuro y ante las situaciones. No nos vamos a morir de hambre ni tampoco nos vamos a aburrir, nunca.
Cada vez que invitamos a un poeta al podcast, le pedimos que nos diga un platillo que le guste comer para combatir esta idea de que nos morimos de hambre. En tu caso, escogiste los dumplings con carne de cerdo. ¿Cuál es tu experiencia con los dumplings? ¿Por qué los quieres?
Cuando me hiciste la pregunta me causó mucho revuelo porque yo soy así bien tragona, me gusta comer muchas cosas y también tengo unas ideas muy fijas sobre lo que debe de ser la comida. Pero los dumplings los conocía de algunos viajes, de ir a ciertas ciudades. Por ejemplo, Mexicali, donde está la comida china o Ciudad de México. Yo ahora estoy al sur del estado de Guanajuato, no venden dumplings aquí cerca.
Uno de mis acercamientos fue cuando comencé a hacer tortillas de harina en el 2020. Ya saben, estábamos en la pandemia y yo tuve mi momento nostálgico, melancólico. La neta sí me agüité porque no veía a mis papás. Mis papás son personas mayores. Empecé a recordar a mi abuela. Yo solamente tuve una abuela, mi abuela materna, y ella era una máquina para hacer tortillas de harina. Era cocinera, ella cocinaba comida regional, tenía una tienda y vendía comida, y bueno, la comida que yo recuerdo de mi abuela era así súper rica. Cabrito, el huevito así revuelto, los tamales, pero sobre todo el momento del día, que era como alrededor de las siete de la noche, donde nos hacía tortillas de harina. O cuando se iba la luz en mi casa y mi mamá nos hacía huevo con chorizo, nos daba café con azúcar y nos hacía tortillas de harina y era como la cosa más maravillosa.
Empecé a hacer tortillas de harina y conforme pasaron así los meses, me dio por experimentar con los dumplings porque me gustan mucho. Ahorita estaba leyendo que el dumpling es con harina de arroz, más bien sería como el wontón porque es con harina de trigo. Pero da lo mismo, a todo lo que va relleno con ese dobladito, pues le podemos decir dumplings, yo le digo dumplings.
Entonces llegué a los dumplings porque hicimos un viaje aquí en la casa. A mi hija que tiene ahora 11 años, le gustaron mucho y “mamá, por favor, cocínalos”. Nos compramos en Temu una maquinita que se aplasta, le pones la sabanita de la masa ya aplastada, paloteada, y te hace el dumpling. Yo no puedo porque le pongo mucha fuerza, entonces ella es como la ideal porque su fuerza no arruina el dobladito. Empezamos a hacer dumplings en equipo y en realidad es un platillo bastante noble. Comparten mucho con la tortilla de harina porque yo puedo hacer tortillas de harina con manteca, sal, la harina obviamente, trigo y el agua o a veces cuando la cosa está muy precaria que no tengo manteca, nada más lo hago con sal, agua y la harina. El dumpling nada más es harina y agua porque no lleva sal. Y son muy sencillos. A mí la verdad es que me conecta mucho cada vez que lo hago porque, aunque es una receta muy bondadosa, muy sencilla, está ese rollo para mí de amasar. Yo me compré ahora en el COVID una stand mixer así de esas fresas, pero últimamente hago el amasado a mano, porque también tengo una onda del recuerdo de mi abuelita.
Mi abuelita me decía que yo tenía brazos de panadera. Me decía, tú tienes muy buen brazo para amasar. A mí me ponía así de niña como yo ahora pongo a mi hija a amasar o hacer el dumpling.
Hacer el dumpling es súper barato, no te mueres de hambre, si tienes 50 pesos te alcanza para hacer, no sé, al menos unos 50 dumplings. Haces la masa, el relleno, el típico, yo se los recomiendo que lo pongan de carne de cerdo, con un montón de jengibre así ralladito, soya, cebollín, zanahoria, repollo y polvos, los que tengan. Y ya los cierras. Lo haces ahí como dios te dé a entender o se compran esta maquinita de Temu. Obviamente es más caro si es de carne, pero yo soy vegetariana, entonces de vegetal es el que caiga y sale bien barato. Y ya nada más los pones ahí en la lumbre, con agua, no necesitas nada sofisticado. Es bien rico y te entretienes un chingo y ya cuando uno come ya está súper cansado de haber hecho los dumplings. Sí es muy trabajoso, la verdad, pero una vez que ya le agarras la onda, ya te salen. Yo hago así en cantidades industriales, los congelo y van saliendo. A la niña le encantan. Y a mí la verdad es que hay como un rollo de acá, de mis ancestras que me conectan. Me pongo muy melancólica. Y es parte del proceso, por eso me gusta.
Lo siguiente que le preguntamos a los poetas es que nos hablen de algo más que les guste consumir, que no sea comida, porque no nada más de comida vivimos, ¿verdad? En tu caso, es la primera vez que en el podcast surge otro poeta, Haroldo de Campos. Me gustaría que nos contaras un poquito de cuál es tu relación con su poesía, con su obra, qué es lo que te gusta de leerlo, qué es lo que te ha impactado a ti, tanto en tu vida personal como en tu creación.
Quiero decir que cuando me dijiste: ¿qué otra cosa haces? Bueno, como toda la gente, hago muchas cosas, pero yo te dije: es que soy bien monotemática. Y la neta sí dije, ¿como qué? En ese momento en que tú me preguntaste, había regresado de Tijuana con la Yohanna del Caracol. Este año que pasó, fue más austero, digamos, el festival fue petit comité. Y se realizó uno de mis sueños en la vida. Una obsesión que yo tengo. Soy una entusiasta de la poesía brasileña.
Lo que he conocido a lo largo de los años de poesía es porque ha sido un acercamiento, digamos, bastante emocional, emocionante, y un poco insistente de mi parte. O sea, sí podemos conseguir traducciones de poesía brasileña en Ciudad de México. Se hacen muy pocas traducciones aquí, a diferencia, no sé, de lo que hacen en Argentina o Perú, pero conforme ahí, como Dios me va a entender, me he ido acercando, y yo llegué a Haroldo de Campos cuando yo empecé a escribir, yo escribía mis poemas así teens, mis poemas juveniles. De repente ahí tomé un taller con José Kozer y me recomendó a los poetas neobarrocos. A principios de los 2000. Y fue cuando en la, no sé si tú la conozcas, yo creo que sí, la paradigmática antología del Medusario, que hizo Jacobo Sefamí, José Kozer, que son los poetas neobarrocos, viene Lezama Lima, no sé, Gerardo Deniz, mexicano, Tamara Kamenszain, Marosa, Leminski, y viene Haroldo de Campos.
Años después, por fortuna, conseguí aquí Las Galaxias, y bueno, fue un intelectual brasileño muy importante. Él es parte de este grupo llamado los Noigandres, que es la vanguardia concretista brasileña, como la primera vanguardia, digamos, desde Latinoamérica, después del mole de guajolote, los Estridentistas. Ellos tuvieron distintas etapas. Él trabajaba con su hermano, que sigue vivo, Augusto de Campos, y Décio Pignatari, ellos eran profesores universitarios, Décio Pignatari era profesor de urbanismo, de diseño, de arquitectura y poeta además, y los hermanos Haroldos pues poetas, traductores, así unas figuras de intelectuales súper top.
Una parte de la obra de Haroldo de Campos tiene su momento concretista, que es esta onda de conservar el poema como un ente visual, verbal y vocal. Muy allegados también a la idea de ese momento histórico, a lo de los medios masivos de comunicación como estos guiños, a que se popularice mediante estos tres preceptos. Que la poesía llegue así, que se expanda. Luego llega otro momento, que es el momento de las Galaxias. Las Galaxias, está bien padre la manera en que se crea. Son poemas por entregas que empezaron en los años 60 durante la dictadura militar y los publica hasta el año 84, el año pasado se cumplieron los 50 años, por eso fuimos a Tijuana. Llegó ahí un investigador de Brasil, especialista en poesía contemporánea brasileña, entre esas, las Galaxias, yo estaba así como, ¡ay, qué emoción! Y pues nada, es un libro que las primeras críticas que podemos encontrar es que es un libro de proliferación lingüística súper barroco, es un libro hiperbólico, todo lo que a mí me encanta de un libro de poesía, estas alteraciones lógicas, la mixtura, lo vertiginoso, la proliferación, así toda la exacerbación, que un poco es esta onda de lo barroco.
A últimas fechas que he estado conviviendo con este investigador y que, pues obviamente hay una lectura de la tradición más de cerca, cosa que yo no tengo porque no conozco la historia del Brasil, apenas estoy un poco adentrándome, también las Galaxias tienen esa parte. Hay una preocupación obviamente estética, ética, pero también hay una intención de hacer crítica del estado de las cosas en ese momento de la dictadura militar. A mí, este libro me dice muchas cosas, se ha convertido en uno de mis libros tutelares porque es un libro que conforma una idea de poesía que no atiende a la moda, que no atiende a la facilidad. Aunque pareciera que este juego de palabras y esta exageración tiene que ver con un apremio, como estar antes de algo, es en realidad lo contrario. Es un libro que creo que dice mucho entre la vastedad pero al mismo tiempo es un libro que puede interpretarse, obviamente porque es poesía, pero que puede interpretarse a partir de las lecturas de la persona, del lector, que es como la universalidad. El lector entiende el texto a partir de sus referentes. Y este libro, aunque sea un libro súper experimental, porque bueno, sí lo es, aunque sea un libro de poemas súper experimentales y desconcertantes, al final son poemas que hablan de amor, de la tristeza, del viaje. Bueno, la tesis del libro es que son libros de viaje, de los traslados geográficos. Es un libro que habla de los grandes temas de la literatura, del arte, y que cierra estas capas.
Como tú decías, estas capas, estos recovecos en los que uno se va perdiendo, en mi caso, se va perdiendo entre cada palabra. Como los ladrillitos de una casa. A mí no me emocionan los ladrillos ni pintar ni nada de eso, pero ver la conformación del poema como si fuera un rompecabezas y que tenga esta locura, esta locura libre. Ahí es cuando yo me siento libre porque pienso: a ver, estamos llenos de estructuras todo el tiempo. Yo como mujer sobre todo, tienes que ser esto, tienes que ser lo otro, tengo que cuidar a la niña, tengo que hacer mi chamba y luego tienes que ser mujer, las mujeres deben ser así y de repente encontrarme con este libro que me dice cosas estéticas, formales, el contexto histórico, pero además a mí me da una oportunidad como salirme de la caja, salirme del encierro de la vida cotidiana. No sé cómo decirlo, tampoco es que viva en una jaula, no crean, no soy una persona reprimida ni nada, ni en opresión, pero es un libro que además me emociona muchísimo y va llenando este hueco existencial.
¿Qué queremos de los poemas? Yo no sé qué quiero de los poemas, pero hay algo que me nutre y que los voy leyendo y digo: no, no puede ser, qué cosa más hermosa, cómo se oye, cómo se lee. Además es un libro que, como ya te diste cuenta, se considera como una babel de lenguas, hay muchos idiomas porque Haroldo de Campos hablaba muchos idiomas y hacía ejercicios de traducción creativa. Esta libertad de que yo puedo leer este alemán como yo quiera, sin esta idea de que: no, el poema se debe leer así o esta palabra en inglés se dice de tal forma. No, aquí no, aquí es como totalmente la libertad creadora que tú también participas del texto.
La tercera parte del podcast, que como sabes consiste en que nuestros invitados puedan leernos algo de su obra. Estoy muy contento de poder haber leído Mammut & Jinba-Ittai, que es este libro de Minerva Reynosa que acaba de ser reeditado. Me gustaría que nos hablaras de tu libro y si te gustara, leernos algunos textos.
El libro se editó en el 2018 por la UANL en un formato plaquette. Es un libro bastante breve. Ahora se reeditó en una coalición Guanajuato-Argentina en Leí Bailemos Ediciones, que es una editorial artesanal muy linda de dos editoras maravillosas, y Edición La Rana, que es de la Secretaría de Cultura de Guanajuato con Mauricio Hernández. Se hizo y ahora sale también otra vez en la en la Autónoma de Nuevo León, pero en una colección de poesía mexachicana, sale bilingüe en inglés español.
Es un libro de dos partes, una más anecdótico, que es el de Mammut, son como postales. Cuando viví en, yo viví en Rhode Island, en Providence, unos años. Ahí es donde nació mi hija, es muy memorable. Y estas son postales de la Nueva Inglaterra, Boston, por allá, Rhode Island, Nueva York.
El segundo, que es el Jinba-Ittai, es un poema documental en partes sobre un documento forense de la muerte del papá de mi esposo. Cuando ya nos íbamos a Estados Unidos, estábamos limpiando ahí la casa y salió el documento y le dije al Benjas: oye, ¿qué onda con esto? No, pues ya tíralo. Y yo, ¿pero qué es? No, es el documento forense de mi papá. Y yo, ¿pero cómo lo vamos a tirar? No, pues ya tíralo, mi papá ya murió. Y yo, no, Benjas. Entonces me lo quedé y en ese entonces, era como el 2000, como el 2011, no sé si tú te acuerdas, pero hubo una ondita de la poesía conceptual. Vanessa Place había venido, bueno, llegó hasta Mexicali, pero estábamos leyendo ahí las cosas del Kenneth Goldsmith y la Vanessa Place y las notas sobre el conceptualismo. Lo acababa de traducir Cristina Rivera Garza ahí en el Conaculta. Ay, no, esto ya es el Pleistoceno, hace muchísimos años.
Es un libro que tardó muchos años, la construcción de los poemas tardó, es un libro muy largo en tiempo de escritura, y al final pude trabajar el texto en un taller que dio Cristina en Ciudad Victoria, y les voy a leer de Jinba-Ittai. Bueno, el accidente fue automovilístico y era un Mazda deportivo MX-5. Mazda tiene esta filosofía, no sé si has visto los comerciales de Mazda, pero son: está el carro y el fulano así agarrando la palanca de los cambios y va así veloz. Y en Japón tienen este concepto del jinete y su caballo, si has visto los jinetes que van en el caballo, que es una imagen de lo medieval, y los japoneses también tienen, es un deporte, pero en japonés es Jinba-Ittai, según Mazda, porque la Mazda utiliza esa metáfora para hablar del coche y el hombre en el siglo XX, XXI.
A mí se me vino esa idea y porque era un coche Mazda deportivo, todo lo que representa, bla, bla, bla, bla, bla. Ahí les va.
pocas son las sensaciones que equiparan la
adrenalina de conducir un auto deportivo
pocas son las sensaciones que nos confronta hacia
una fuga feroz del cuerpo hacia adentro
pocos son los autos
deportivos
que rivalizan con el decorado hacia paredes
menos textuales
pocas son las sensaciones que nos confronta hacia
una fuga feroz del cuerpo
hacia adelante el auto mismo
hacia paredes menos textuales
-
lo que nos confronta aquí
es la emoción diástole alegría
el movimiento
el lenguaje
no puede hacer sístole
la vaca que ronda que cruza al camino
la vaca sonríe al curvar la vuelta
el camino sístole el disparo sístole
veloz la fuga
la regresión eterna
hacia paredes menos textuales
-
dispárate a través y
se muere siempre afuera
y disfruta el placer de
se muere siempre afuera
afuera siempre afuera
el placer de no llegar
se muere siempre afuera
sonríe porque sí
sí
se muere siempre
se muere siempre afuera
-
pocas son las sensaciones que equiparan la
impotencia de ver un cuerpo disparado hacia
adelante en la fuga feroz del cuerpo expulsado
desde un coche
sí
porque sí
sonreír es imposible
-
pocas son las sensaciones que equiparan al cuerpo
en la fuga feroz regresiva decorada y abismal
al ver el cuerpo expulsado por un coche
el cuerpo del padre que deja de ser hijo
para que el hijo hable inicialmente:
-
hermoso es el hombre en su auto deportivo
algo se escuchó por dentro carcasa
algo se quebró por dentro
algo delicado expiró sin risas en la invertida sala
de partos
algo se desliza por la borrachera o el pavor
¿se acuerda doctor que casi se le escapó un niño
entre los dátiles de aquella navidad?
candiles
quirófanos
declarantes
civiles con sus cráneos niponizados en las
defensas de sus otros coches
bultos sonoros cartilaginosos siempre
-
me lo merecía
me dicen
me dirán que después de las audiencias
las risas de aquellos niños
me marchitan
la sala de partos invertida un agujero
detenido
frente a las otras defensas de los coches
traduciendo
no sabes lo que detona
no sabes
lo más lejano a la oscuridad
son las palabras del profeta escritas en los muros
-
al trabajar conjuntamente con la psicóloga decidí
con el pasado
ajustar la marcha
lanzar mis flechas
la muerte
ajustó la marcha
lanzó sus flechas
se lanzó
hermoso es el hombre en su auto deportivo
volé caí me resquebrajé
fue la diversión al conducir
sí
como se muere siempre afuera
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El resto de la conversación con Minerva Reynosa lo puedes escuchar en Spotify o Apple Music.
Si quieres saber cuándo sale el próximo episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram..