"Joker 2: Folie à Deux", una premisa mal aterrizada, pero no es lo peor del año

La historia de "Joker 2" comienza donde culminó su antecesora, con su protagonista recluido por los múltiples homicidios que cometió.


Cinetiketas | Jaime López |


Al momento en que se publique esta reseña, decenas de fanáticas y fanáticos de la primera parte de "Joker" ya habrán enlistado un montón de razones para no ver la nueva cinta dirigida por Todd Phillips.

Es entendible, pues se volvieron muy altas las expectativas en torno a la continuación de las aventuras del "underdog" o marginado que se sublevó a todo un sistema, expectativas imposibles de satisfacer al cien por ciento.

En ese sentido, Phillips tomó uno de los riesgos más inesperados en su trayectoria, tanto para él como para el mainstream de Hollywood: convertir en un musical a su nueva producción.

El género en cuestión siempre ha causado divisiones en la audiencia, aunque bien ejecutado pudo haber hecho de "Joker 2" una nueva joya, solo que no lo logra.

Cabe recordar que el otrora responsable de la trilogía de "Hangover" ya había explicado que su decisión de incluir números musicales obedece al universo interno de su estelar.

Si bien no es el peor filme en lo que va del año (sobre todo con propuestas fallidas como "Deadpool y Wolverine" o "Madame web"), lo cierto es que su desarrollo es un tanto cansino o repetitivo.

La historia de "Joker 2" comienza donde culminó su antecesora, con su protagonista recluido por los múltiples homicidios que cometió, en el marco de un ambiente enardecido a causa de él y sus acciones.

Pero ojo a lo que Phillips intenta decir desde su prólogo, esa secuencia animada que plantea parte de su premisa: el alterego de "Arthur Fleck" será su sombra y verdugo.

Probablemente esa mezcolanza de estilos narrativos son las que entorpecen el relato de la nueva "Joker", porque se contraponen y no hacen conexión o buen "match".

A eso hay que sumarle que no hay una verdadera variedad en las secuencias musicales ejecutadas por Joaquin Phoenix y Lady Gaga.

Aunque ambos demuestran el talento vocal del que son dueños, no alcanzan el registro sublime de otras interpretaciones dramáticas de su carrera, por ejemplo, "Walk the line" o "Nace una estrella".

Además, a Phoenix se le siente cansado de su interpretación, como si a lo largo de la producción se hubiera dado cuenta de lo innecesario de una secuela a la obra que le dio el premio Oscar como Mejor Actor.

En cuanto a la premisa central, el folie à deux del título lo dice todo: es "una locura de dos" lo que vamos a percibir en la pantalla grande. Es decir, la codependencia de dos personas con trastornos mentales.

Se trataba de una premisa interesante, que daba para ahondar en otros subtemas actuales como el fanatismo irracional de la gente que se enoja cuando sus héroes deciden no ser lo que la masa espera que sean. Lástima que la "broma" en cuestión no fue bien ejecutada.



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