Host: Jorge Sosa |
“¿Qué comen lxs poetas?” es un podcast que
nace de la idea de que los poetas se mueren de hambre, el propósito del
programa es invitar a un poeta en cada episodio para que hable de algo que le
guste comer y algo más que consuma diferente a los alimentos.
El segundo episodio de “¿Qué comen lxs poetas?” recibió a Yohanna Jaramillo, la poeta de Baja California que compartió su receta de caldo de papa sonorense estilo Tijuana y la razón por la que ha escuchado cada una de las conferencias diarias de Andrés Manuel López Obrador, además de leer un poema de su proyecto actual.
Éste es un fragmento de la entrevista con Yohanna que puede escucharse completa en Spotify o Apple Music.
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¿Qué piensas de la frase “los poetas se mueren de hambre”?
Pues, no quiero decir algo ambiguo, pero es muy probable que si no sabes sembrar la tierra te mueras de hambre, pero también eso es muy poético y muy falso porque realmente no sabemos sembrar la tierra. A veces sabemos la teoría más no la práctica. Sin embargo, ahí es cómo tú quieres llevar tu vida, tu hambre y hay trabajos infinitos para no morirte de hambre. Obviamente sabemos que la industria del libro es muy competitiva, no hay mucho impulso, no todos somos bestsellers por cuestión de industria, de empuje, de los países. Hay distintos factores que pueden existir en esto, pero obviamente todos hemos pasado por hambre si nos queremos dedicar 100% a la literatura y más que nada en México, que estamos bajo programas limitados, que son bajo convocatorias, concursos u honorarios que nunca llegan, que pasan meses donde mañana te pago, mañana te pago, mañana te pago. Entonces pues el refri se empieza a vaciar, pero tu yo poeta, tu ingenio hace que de una papa, justo un chile y una tortilla, te alimentes, ¿no? Eso, y dormir y leer mucho, te salva.
Como
primera parte del programa, siempre le pedimos a nuestra invitada que nos
recomiende algo que le guste comer. En este caso, Yohanna es la primera persona
que comparte conmigo una receta para preparar, que se trata de caldo de papa
sonorense estilo Tijuana. Me gustaría que nos contaras un poquito de tu
relación con este platillo.
Más que nada, tiene que ver con la cercanía de Baja California con Sonora y Sinaloa, ¿no? Porque es un platillo que se comparte entre, yo creo Ciudad Obregón y los Mochis, por no abarcar tanto los dos estados y porque son conocidas y conocidos que me han aportado esta receta. Cuando lo conocí hace como 15 años más o menos, sí observaba primero cuando me lo ofrecían y sí hay distintas formas de hacer el caldo de papa, tanto unos que lo hacen picadito como otros que lo echan entero. Pero fíjate que esta gastronomía sinaloense y sonorense realmente se fomentó mucho en Baja California, a pesar de ser una región muy gastronómica. Yo creo que justo es por eso, porque tenemos tantas personas que migran hacia esta ciudad porque ya sabemos que estamos cerca de un condado de San Diego y nos traen sus recetas, las cuales no nos apropiamos sino al contrario, las disfrutamos.
Ese caldo de papa me parece a mí muy sencillo,
muy rico, con muchos nutrientes y es algo que cada semana está en mi menú.
Papa, chile, queso, chiltepín, que justamente es de por allá de esos lados y
que nos llega, te digo, por los conocidos. Nunca falta la persona que trajo
chiltepín de allá, cierto queso o de pronto te trae la machaca o el chile
California, Anaheim. No sé todavía cómo lo conocen ustedes ahí en Ciudad de
México, si pudiste dar con ese chile o el chiltepín, que pues está más
identificado más bien.
Sí,
claro, ese fue probablemente el mayor obstáculo a la hora de recrear la receta,
porque en efecto acá el chile California o Anaheim no es sencillo de conseguir,
estuve analizando ahí varias opciones para sustituirlo con el consejo de mi
gran amiga Miryam, que también es de por allá, y al final derivamos en el chile
chilaca y el chile güero como opciones. Quiero decir que algo que comparto con
Yohanna es el gusto por el picante y ésta es la primera cosa que a mí me llamó
mucho la atención del platillo, que es un tipo de caldo que te provoca esta
reacción de picante y de sudor muy propia de ciertos platillos de la comida
mexicana.
Justo es interesante porque estas dos regiones que te menciono son calurosas, llegan a sus 50 grados, 45 grados para arriba, entonces típico de que haces un caldo para el calor, ¿no? Es rarísimo. Más el chile, aplícale todavía más picante. Ahí hay un secreto escondido en las familias, del por qué lo comen. A mí me gusta mucho cocinar y siempre he pensado que las recetas nacen en ciertas épocas. Desconozco cuándo nació esta receta, pero siempre les llamo recetas de guerra. Recetas de hambruna, recetas de hambre, de qué es lo que hay en tu región para que yo pueda preparar algo y sustentar a mi familia.
Y resulta, para mí, que son un splash de
ingredientes que hacen este tipo de resultados. Lo veo mucho en mis poemas que
siempre hay algo de la comida y las verduras ahí simplificado con la ciencia. Y
cuestiones de ciertas épocas que me parece por eso bastante interesante, todos
los platillos. He visto platillos de repollo en ciertas regiones que me dicen:
repollo con cebolla y mantequilla. Y yo: wow, ¿de dónde surgió esto? Y ya te
comentan que fueron en ciertas épocas donde a lo mejor había nada más repollo,
cebolla y mantequilla. ¿Y qué haces para los niños, niñas? Esto. Y resulta
riquísimo. Ya después se hace gourmet desgraciadamente y te venden el caldo de
papa en sabe cuánto dinero.
Como segunda parte del programa, lo que le pedimos a nuestra invitada es que nos comparta algo que consuma, porque como bien decía Yohanna, nuestro sustento se forma en varias partes, en lo que lo vemos, en lo que escuchamos. Yohanna hizo una elección que me sorprendió mucho porque ha hecho un ejercicio brutal que yo no podría hacer honestamente, ha escuchado continuamente la conferencia mañanera de Andrés Manuel López Obrador. Y mi primera pregunta es ¿por qué?
Por cuestiones, así lo voy a decir, poéticas. Uno está muy involucrado en la política y mi poesía me respalda en eso. De que siempre ha sido poesía social. Me voy a ir del presente al pasado. Me molesta bastante cuando dice que los poetas hasta ahora critican al presidente y dices: eh, compa o sea, si te vas a lo mejor a los poetas independientes, los underground, los que sí estamos trabajando en las calles desde hace 20 años con la sociedad, con la comunidad, créeme que vulgarmente sí le hemos tirado a todos los presidentes. Porque lo que hacía México antes, todos estábamos unidos contra un presidente hasta que llegó este personaje y nos dividimos de una forma muy violenta.
A mí me pareció bastante violenta en cuestión
de que, desde mis amigos, ya había discrepancias. Ya había un tipo de fanatismo
que a mí me empezó a llamar la atención pre campañas. Te comento que en el
2006, cuando empezó todo este movimiento, empezaba el Festival Caracol. Y yo
nada más era una colaboradora del festival. Y en ese momento, AMLO se va al
Zócalo, a hacer los campamentos y se va todo el comité de Caracol a hacer
campamento y me dejan el festival, el primer festival, el número uno.
Y me lo dejan ahí. Entonces, desde ahí me
llamaba la atención. Está bien cool, obviamente yo también quiero un cambio. Yo
también te quiero creer, pero hay algo, hay algo ahí como en mis estudios que
no me permite creerte cien por ciento. No me gustan las mentiras, no me gusta
que estés exagerando. Y yo lo veía así, y así pasaron muchos años. Llegó
Calderón, llegó Peña Nieto. Y estuvimos muy en contra, hubo amenazas, pasaron
bastantes cosas de: no leas este poema en Sinaloa, no leas este poema acá, cállate
ya, Yohanna. Me sorprende que ahora esta persona desconozca. Estoy de acuerdo,
no tenía por qué conocerlas. Pero entonces no globalices ni digas que todo el
mundo no lo hizo. Porque no somos Krauze. Somos el pueblo realmente, ¿sabes?
Eso me parecía muy interesante.
Cuando ya realmente iba a ganar y te digo,
apoyando que gane, porque obviamente queremos un cambio. Es más, no somos de
ver televisión abierta, los comerciales que pasaban en televisión abierta, no
me llegaba esa información. Y una vez que viajé a Veracruz, me acuerdo, prendí
la tele del hotel porque iba con una compañía y empiezo a ver estos comerciales
donde yo decía: qué disparates se están vendiendo a la gente, que para mí eran
imposibles. Decía, ok, probablemente quieras y puedas aportar a un país o a cierta
región, pero no global. A mí esto me parecía raro. Entonces gana. Me pongo
feliz como todos, la verdad. Con cierta desconfianza, pero me pongo feliz
porque al final sí quería que ganara, dentro de todo. Y empiezo a ver la
mañanera y empiezo a escribir y me propongo en ese momento a ver todas las
mañaneras y me empieza a prender.
Había momentos donde decía: ay, qué está
diciendo el señor. Y de pronto decía: wow, a huevo, ¡vámonos, eso! Y me prendía
bastante, te hablo de los primeros ocho meses. Eran altas y bajas. Era como una
relación bien tóxica. Así, lo amaba y luego decía: de qué está hablando, y
luego volvía a repetir. Y al año empezamos a repetir, a repetir, a repetir, a
repetir tanto que dije: tengo que seguirla viendo.
Imagínate, tengo dos horas de diferencia de
Ciudad de México y era levantarme a las cinco de la mañana, cinco y media,
prenderlo y con los ojos cerrados cerrados como un mantra, se convirtió en un
mantra de estarlo oyendo y era increíble que yo ahorita yo puedo hablar la
mañanera. Ya sé lo que va a decir. Sé lo que sigue porque hay momentos seniles
en la mañanera y, con todo respeto, hay momentos donde dices a ver, ¿qué pasó
con los asesores? ¿Qué está pasando? Yo estoy viviendo otro México. Yo sé que tú
recorriste todo, pero yo te estoy viendo cómo, por ejemplo, llegas a Tijuana,
Tecate, San Quintín, Ensenada, y te veo en una Suburban pasar con la mano así y
recogiendo folders. Eso no se llama vivir el país porque yo estoy viviendo en
una calle donde hay machetazos, donde hay drogadicción, donde me escondo por
los balazos, donde me tiro al suelo. Vivo en una ciudad violenta en un estado
de los más violentos del país. Entonces a mí no me puedes decir que ok, que
mandaste a 500 guardias nacionales estos últimos ocho meses.
¿Y qué pasa? Disculpa, presidente, te estás
mintiendo y no soy neoliberal, no soy conservadora. Créeme que nada de eso. Me
encantaron muchas cosas que hicieron y que no voy a abordar porque tampoco es
un programa político. Eso fue más que nada. Y más que nada, esperando.
Imagínate lo que es ser escritora y no poder hablar en seis años porque se me
van a echar encima. Tengo que esperar todavía como dos, tres años más a bajar
todo lo que escuché. A transcribir todas mis anotaciones para poder dejar un
registro de la historia que yo viví porque tengo derecho. Eso es todo, por eso
escucho las mañaneras.
Ahorita
que mencionas este rollo de lo neoliberal, algo que me llama mucho la atención
que logró Andrés Manuel y que creo que sí es deliberado, es hacer un
relativismo en donde él está en el centro de todo. Donde digamos, en una
conversación con personas que tienen ideas de izquierda decir tal cosa te
vuelve neoliberal y estar en una conversión con gente que tiene ideas de
derecha y decir otra cosa o incluso una cosa muy parecida a la que dijiste
primero te vuelve un chairo, que es el término más popular respecto a la gente
que apoya a Andrés Manuel incondicionalmente. ¿Qué piensas tú de eso, de Andrés
Manuel como personaje de su propia épica, por decirlo así?
No sé, es como cuando estaba Peña Nieto y hacía muchas cosas raras, torpezas, que se te antojaba abrazarlo así como: ay, pobrecito, ya deja de hacer tantas cosas... no quiero llamarlas ridículas, pero pues el hombre hacía torpezas. Y pasa lo mismo con Andrés Manuel, es como verlo de frente y decirle: entiende que te mienten, ¿sabes? Entiende que los de tu alrededor te están mintiendo y tú estás creyendo en algo que no existe. Y entiendo que quieras, como yo, cero corrupción, que quieras una paz en el país, que quieras fomentar educación, salud, todo eso, pero no está sucediendo. Yo voy a dar talleres de literatura a las escuelas y los mesabancos están astillados, hay precariedad en todos los salones. Hay escuelas donde el narco ya no permite que se den clases. Hay residentes de medicina que ya no quieren ir a zonas rurales. Él dice que no es cierto. Yo le quiero decir: ven, dame la mano, déjame decirte dónde, créeme.
Viene el otro personaje que le va a suceder y
dice las mismas promesas: yo sí voy a dar seguridad. Estás diciendo: yo voy a
pavimentar Veracruz. ¿Pero por qué tu patrón no lo hizo? Es como decirle a
Andrés Manuel: no mientas. Eso es todo. A lo mejor recorriste el país durante
12 años pero a lo mejor no lo estás recorriendo realmente ahora. Por
precaución, obviamente lo entiendo también. Pero mientras no me hables de
tratantes de blancas, mientras no me hables de lo penitenciario, mientras no me
hables de lo que sucede en la frontera, en las aduanas, las prostitutas. Un
montón de factores que hay, la salud, ven, acompáñame al IMSS, no hay medicina,
a mis familiares, a mis amigos les dieron una cita dentro de nueve meses, ya se
murieron. Nos tocó una pandemia, sí, tristemente. A mí me tocó una pandemia
también. Hablo en ámbitos laborales, vi las maneras de lograr cómo llevar la
cultura en la pandemia en Baja California, se logró. Hay muchos temas de los
que no se hablan y lo he comentado con amigos. No me hables de baches ni de luz
ni de esto.
Y solo una cosita, no es su culpa, también como ciudadanos tenemos que sentir esa
responsabilidad social que no hemos logrado. Tenemos como un papá adulto que es
como nuestro abuelo que ya nos consiente y ya no ve esto como su primer hijo.
Ya somos como los bisnietos de esta persona. Entonces nos deja hacer muchas
cosas y ve las cosas un poco más positivas. Pero realmente a mí lo que me
gustaría es: tienes una mañanera, ¿cuánto cuesta transmitir por televisión
todos los días? Háblale directamente a la delincuencia. Háblale directamente a
los jóvenes, háblanos directos y dinos hazme
paro. Escúchanos, nos están secuestrando, nos están extorsionando, nos
están quitando los negocios. Háblanos directo y no digas que el narco es bueno.
Eso es todo. Yo apreciaría bastante de un candidato que me hable y me diga: yo
ya no puedo, ayúdame. Pensemos un montón de gente. Hay muchos académicos. Hay
muchas investigaciones. Pero, ¿cómo dice él? Son mis adversarios, no los odio,
son mis adversarios. No lo somos. Realmente hay bastantes académicos y
conocidos que realmente salieron a investigar una colonia porque les
interesaba. Y hay resultados, y ahí está el punto.
Es más
difícil para mí tratar de cerrar este tema porque podríamos estar aquí hablando
horas acerca de la circunstancia del país, del gobierno, de las elecciones. La
última parte del programa se trata de un poema que nos quieras compartir y me
comentabas que tenías elegido un poema, un poco largo, pero que iba a redondear
todas estas ideas.
Es parte del libro lo que se llama “Sin código postal”, también hablando de lo inmobiliario, de cómo de pronto nos quedamos sin casas por las hipotecas que existen. Hay un porcentaje de tijuanenses que están desplazando a otras ciudades porque pues gentrificación, ya sabes todo lo que pasa, te van sacando de donde eres.
***
Si
esto no es una dictadura,
qué
es, qué es.
Bersuit Vergarabat
Esos tiempos de
yo tengo otros datos
estornudar
se convertía
en un círculo
de gente
observando,
era pasar la
cuarentena
entre el
trabajo de casa
y las
exigencias del patrón;
quedaba el
día y la noche
quedaba la
madrugada
las redes
sociales,
la gente
seguía en los hospitales
rurales y
privados
muriendo.
De nuevo la
estadística,
un número
sin tinta en el antebrazo,
un cuadro o
una curva de gobierno,
drones que
persiguen arriba de nuestros techos
los
impuestos no declarados, porque:
nadie puede
tener más que el presidente,
pero nadie
tenemos la astucia
para
acumular lo que él,
y no lo
entiende,
se
ciega,
-los pobres
primero-
dice,
y cual si
fuera bautizo
tira el bolo
al aire.
Todas las
mañanas
me incita a
creerme neoliberal,
habla de
cuellos blancos,
con su
cuello blanco,
con su traje
sastre,
desde un
palacio,
por eso
Palenque
sí,
nos gustó
pa´ que te vayas.
Visionario
dice que,
los perros
robots atacarán
a la Guardia
Nacional,
visionarie
dice que,
las drogas y
los humanos
seguirán
cruzando sin permiso,
visionaria
dice que,
la pobreza
se extiende,
entonces
matar periodistas y poetas
es un
ahorro,
los sicarios
dicen que,
no saben de
actores intelectuales,
solo a
través de una tarjeta amarilla reciben
un salario,
una orden, cinco balas;
el de arriba
dice,
mientras
sonríe que,
a las
mujeres y migrantes
les matan
por el
conservadurismo,
y su diálogo
se repite
como el
cielo que nos anunciaba
Víctor
Calavera.
En tiempos
del oro verde
el aguacate,
la yuka, el limón,
el dólar, la
marihuana,
nos sangran
por todos lados,
la sequía se
acerca,
pero al
narco
a políticos,
a consumidores,
a
influercer,
a chef´s
de moda
no les
importa
solo
es
ganar-ganar,
gourmet-gourmet
la ciudad no
ha sido gentrificada
aunque
parezca.
En tiempos
de Fentalino
estamos en
el ensueño de alguien,
en
campamentos de ambas fronteras.
Busquemos el
oro negro,
como los
cerdos.
o los perros
obligados
a encontrar
esas trufas
para que con
su aceite se resbale
por el
esófago
la pinche
triste realidad.
Por cierto
Cristian Alberto Flores
García
mamá te busca
desde San Quintín
Y, entonces los jóvenes se fueron al mar
(Federal)
en protesta,
de Camino Verde bajaron,
de la Sánchez bajaron y,
abrieron paso,
del Descanso caminaron hacía Playas,
de Villas del Campo a Popotla,
entre los puestos de mariscos y los norteños
marchaban,
seguros de llegar al Pacífico,
de no ser levantados,
de ya no querer disparar esas armas,
ni tener de opción de tirar el shot
con el rap, con el box, o con el grafitti.
***
El resto de la conversación con Yohanna Jaramillo lo puedes escuchar en Spotify o Apple Music.
Si quieres saber cuándo sale el próximo episodio, sigue a @jorge_kfgc en Instagram.