Cinetiketas | Jaime López
No hay mucho que decir sobre la nueva película de Disney, "Wish: el poder de los deseos", recientemente estrenada en pantallas de todo el globo terráqueo, incluyendo las de México.
Ello debido a que su historia es una de las más débiles que ha presentado la casa del ratón y que, a lo largo de sus 95 minutos de duración, no cuenta con una sola canción "pegajosa" o sumamente inolvidable tipo "Encanto" o "Frozen, una aventura congelada".
Narrada en clave de cuento de hadas, el guion se centra en "Asha", una joven que acaba de cumplir 18 años de edad, que ansía en convertirse en aprendiz del rey, porque quiere ayudarle a guardar los deseos más profundos de su comunidad.
El interés en el puesto referido no tiene malas intenciones, sino todo lo contrario, ya que ella es un ser idealista, que cree en la bondad de sus vecinas y vecinos, la cual pretende convertir en realidad el sueño de su abuelo.
A los pocos minutos de conocer al rey, se da cuenta de una amenaza poderosa y de las mentiras sobre las que se ha cimentado su comunidad, el Reino de Rosas.
A partir de ese momento, "Asha" se confronta consigo misma, ya que está en la disyuntiva entre revelar la verdad o callar lo que ha descubierto, pues esto último pone en jaque sus convicciones.
Lo triste es que el desarrollo de la trama no es sólido ni sorprendente, incluso los antagonistas caen en estereotipos que se pensaban superados en la actualidad.
En cuanto a los guiños o referencias de "Wish: el poder de los deseos" a otras producciones de Disney, destacan los de "Blancanieves", 'Peter Pan" y "Maléfica", pero esto no es suficiente para sostener una endeble historia.
Por otro lado, es una lástima que en México no se pueda disfrutar de las voces originales de la película, en especial, la de la ganadora del Oscar y protagonista, Ariana DeBose ("Amor sin barreras").
De acuerdo con versiones hemerográficas, "Wish: el poder de los deseos" fue realizada con motivo del 100 aniversario de Disney, pero el homenaje a dicha casa productora se siente descafeinado y metido a calzador.