Hermanos en el paraíso
Darinel García
─¿Recuerdas cómo te moriste?
─No, solo fue como… ¡fa! Brinqué, nada más.
─¿Te dolió?
─No, solo vi oscuro.
─Diablos, yo recuerdo que me dispararon una flecha. Sentí que me atravesó la cara y caí. Cuando me levanté ya me vi tirado, estaba aquí con esta gente.
─Raro, según que la mayoría no lo recuerda.
─Bueno, ya no importa, al menos estamos juntos, aunque siempre creí que nos tocaría estar en el… ya sabes.
─Simón, yo también lo pensé.
─Me siento extraño, como demasiado bien.
─Sí, igual yo. Ese rato escuché a dos viejitos hablando. Se abrazaron y mencionaron algo, que aquí todo es perfecto en todos los sentidos, hasta tú y yo.
─Con razón me siento extraño, no asimilo la idea de ser perfecto.
─Mira el pasto, es demasiado verde. La sombra se ve muy fresca. El sol no arde en la piel. Muy fresco el viento. Definitivamente es el paraíso, o de plano estoy soñando.
─Ah, ¿Te preocupa algo? ¿No sientes angustia de que has olvidado algo?
─Mmm no, qué loco.
─¿Escuchas ese río? Creo que está más allá abajo.
─Vamos a vernos, quiero verme siendo perfecto.
─Pero si te veo igual.
─Pero yo no me he visto.
─Antes de eso ¿No has visto a papá y mamá?
─Creo que los vi por allá, caminando hacia aquellos árboles que están ahí ¿los ves?
─Sí.
─Pues para allá iban, muy felices.
─Se olvidaron de que tienen hijos, ja, ja.
─No creo, ja, ja.
─Ese rato me pareció ver más gente conocida. Hasta me saludaron, y no sé si te acuerdas pero antes nadie lo hacía.
─Porque tú tampoco lo hiciste.
─Me siento raro, como si flotara.
─Es normal, ya ves que nos decían que aquí no existía el cansancio y eso.
─Ah, es cierto, la neta yo nunca me vi como candidato para andar en este lugar.
─Por dos. Al final sí fue cierto lo que nos decían.
─Oye, ¿no sientes un poco lejos el río?
─Simón, se escuchaba tan cerca.
─A lo mejor así suena el paraíso. O es el viento.
─Loco, si estamos aquí, y si hay gente que conocemos, ¿eso quiere decir que nos morimos al mismo tiempo o cómo?
─No creo, tú lo hiciste de diferente forma y yo también. A menos que nuestras muertes fueron momentos antes que las de todos los demás.
─Puede ser. Pero me siento raro.
─Allá está el río.
─Vamo’ rápido.
─Dicen que si estás muerto puedes verte, y si estás soñando vas a desp