Letrinas: Tres poemas de Melina Sánchez

Melina Sánchez. Hija de una familia migrante del litoral argentino. Nací, crecí y vivo en el conurbano bonaerense.



 Tres poemas de Melina Sánchez


1

Tus ojos

color del tiempo

tus ojos color miel

tus ojos verdes en la ducha

tus ojos de gato

tus anteojos

tus ojos avellana

sobre esa nariz… flor de nazo

tus ojos

tus pechos

tu aroma

                    no se me fue

no se me va

                     tu perfume

jabón dove

tus ojos, el rastro de tu amor

la lluvia

               el riego de tu mal


 

2

Cuando sos uno con la melodía

Hay algo en tu precisión para ser caníbal

Que no le afloja al tempo

***

Suelo enamorarme de gente que se come la comisura de los dedos

***

Te dije: muero por ir a un recital con vos

y ya habíamos ido a tantos,

No fuimos a ninguno más

¿corté la magia?

No quiero pensarme como Pampita en uno de sus últimos Tik Tok: “una tiene que aceptar que la dejaron de amar”.

Te taladré el cerebro cinco años

con que me había enamorado de una chica, para siempre, como nunca,

pero el para siempre ya era una vida pasada,

y a mí lo que me gustaba era tomar cerveza con vos.

Podíamos hablar de Ana, de la desaparición de Santiago, de los teléfonos pinchados, o de la estelaridad de los mapuche en la lucha indígena y cuánto me tenía podrida que pibes porteños como vos se copen con esa, o de la lluvia, también de la lluvia…

Recuerdo cuando te mojaste esperando el bondi conmigo…

Hubiera querido que hablemos de componer un poema, un tema, yo la letra y vos la música, conseguir una fecha, armar un recital de poesía, ése que tantas veces dijimos.

Me dan ganas de salir corriendo hacia el pasado,

y agarrarte la barba hace cinco años y darte besos debajo de la lluvia.

Aunque pinches después, porque igual pinchás.

Ahora quisiera que sea 2017, 2018, 2019 y vos estés re jede conmigo y yo no tenga que hacer nada para que me prestes atención,

Ahora quisiera que fuera 15 de agosto de 2017

y esté cambiando la historia en Argentina,

la historia más joven digo,

la historia más jede.

Ahora quisiera que fuera 15 de agosto en Buenos Aires

y conocerte ese día de lluvia.

Que aparezcas de la nada entre mis compas ese día de la primera manifestación por la aparición con vida de Santiago, frente al Congreso,

y que estés tan bueno…

aunque yo no lo pueda decir porque estoy en mi fase lesbiana y en Marte,

en Marte me ha dejado el otro amor,

y no te veo,

no te puedo ver…

Pero ahora sí, vuelvo como un hada,

y reconstruyo la escena,

y nos ponemos colorados los dos,

y en vez de hablar de política,

nos queremos.


 

3

Lo que no quiero es perder a más gente,

que se vayan los momentos,

que se los lleve la historia,

su marcha,

las marchas.

Que se los lleven como a veces se lleva la policía a la gente,

como a veces los gendarmes forman fila,

como a veces el servicio social se chupa a un niño

que si vuelve quizá ya será hombre

y no sabrá quién es ni cuánto buscamos en otro idioma,

puerta por puerta

hacia adentro afuera de las instituciones

y por fuera de ellas

en los textos, con textos,

que llevan de firma nuestros documentos y nuestras cabezas,

pero que nadie leyó ni leerá

y nunca pudieron evitar su falta de abrigo,

ni sus pies descalzos en pleno invierno,

ni le compraron el audífono,

ni lo llevaron a la escuela,

ni pudieron evitar que apaguen cigarrillos en sus brazos.

No sabrá el niño –hombre preso

cuánto pasamos en vela,

cuánto lloramos en otro idioma su ausencia.





Melina Sánchez | Docente y comunicadora afroindígena. Militante de pueblos originarios desde cuando decir eso en Buenos Aires causaba risa entre los que oían. Hija de una familia migrante del litoral argentino. Nací, crecí y vivo en el conurbano bonaerense. Profe de lengua y literatura en escuelas secundarias del Gran Buenos Aires.

Leo y difundo literaturas indígenas. Escribo sobre todo cuando algo me causa indignación o tristeza, y también para dejar registro de nuestra mirada en la urbanidad y en el mundo actual.
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