Tres poemas de Melina Sánchez
1
Tus ojos
color del tiempo
tus ojos color miel
tus ojos verdes en la ducha
tus ojos de gato
tus anteojos
tus ojos avellana
sobre esa nariz… flor de nazo
tus ojos
tus pechos
tu aroma
no se me fue
no se me va
tu perfume
jabón dove
tus ojos, el rastro de tu amor
la lluvia
el riego de tu mal
2
Cuando sos uno con la melodía
Hay algo en tu precisión para ser caníbal
Que no le afloja al tempo
***
Suelo enamorarme de gente que se come la
comisura de los dedos
***
Te dije: muero por ir a un recital con vos
y ya habíamos ido a tantos,
No fuimos a ninguno más
¿corté la magia?
No quiero pensarme como Pampita en uno de
sus últimos Tik Tok: “una tiene que aceptar que la dejaron de amar”.
Te taladré el cerebro cinco años
con que me había enamorado de una chica,
para siempre, como nunca,
pero el para siempre ya era una vida pasada,
y a mí lo que me gustaba era tomar cerveza
con vos.
Podíamos hablar de Ana, de la desaparición
de Santiago, de los teléfonos pinchados, o de la estelaridad de los mapuche en
la lucha indígena y cuánto me tenía podrida que pibes porteños como vos se
copen con esa, o de la lluvia, también de la lluvia…
Recuerdo cuando te mojaste esperando el
bondi conmigo…
Hubiera querido que hablemos de componer un
poema, un tema, yo la letra y vos la música, conseguir una fecha, armar un
recital de poesía, ése que tantas veces dijimos.
Me dan ganas de salir corriendo hacia el
pasado,
y agarrarte la barba hace cinco años y
darte besos debajo de la lluvia.
Aunque pinches después, porque igual
pinchás.
Ahora quisiera que sea 2017, 2018, 2019 y
vos estés re jede conmigo y yo no tenga que hacer nada para que me prestes
atención,
Ahora quisiera que fuera 15 de agosto de
2017
y esté cambiando la historia en Argentina,
la historia más joven digo,
la historia más jede.
Ahora quisiera que fuera 15 de agosto en
Buenos Aires
y conocerte ese día de lluvia.
Que aparezcas de la nada entre mis compas
ese día de la primera manifestación por la aparición con vida de Santiago,
frente al Congreso,
y que estés tan bueno…
aunque yo no lo pueda decir porque estoy en
mi fase lesbiana y en Marte,
en Marte me ha dejado el otro amor,
y no te veo,
no te puedo ver…
Pero ahora sí, vuelvo como un hada,
y reconstruyo la escena,
y nos ponemos colorados los dos,
y en vez de hablar de política,
nos queremos.
3
Lo que no quiero es perder a más gente,
que se vayan los momentos,
que se los lleve la historia,
su marcha,
las marchas.
Que se los lleven como a veces se lleva la
policía a la gente,
como a veces los gendarmes forman fila,
como a veces el servicio social se chupa a
un niño
que si vuelve quizá ya será hombre
y no sabrá quién es ni cuánto buscamos en
otro idioma,
puerta por puerta
hacia adentro afuera de las instituciones
y por fuera de ellas
en los textos, con textos,
que llevan de firma nuestros documentos y
nuestras cabezas,
pero que nadie leyó ni leerá
y nunca pudieron evitar su falta de abrigo,
ni sus pies descalzos en pleno invierno,
ni le compraron el audífono,
ni lo llevaron a la escuela,
ni pudieron evitar que apaguen cigarrillos
en sus brazos.
No sabrá el niño –hombre– preso
cuánto pasamos en vela,
cuánto lloramos en otro idioma su ausencia.