Letrinas: Poemas de Amaury Salvador

Amaury Salvador nació en León, Guanajuato en 1995. Publicó 'Cálculos renales', su primer poemario individual, por Ediciones la Rana, en el año 2022.

Poemas de Amaury Salvador


Mi abuelo soñaba

que su caballo lo abandonaba.

Él lo amarraba al huizache

para pode orinar,

pero cuando volvía,

ya no estaba el caballo.

Había huido.

Como su juventud

y su norte.


 

Siempre después

del acto del amor, me digo que

la próxima vez usaré condón.

Pero parezco un encadenado a la roca

del amor libre y sin látex de por medio.

 

Gracias a que mi madre

ha invocado la protección

de algún santo sobre mí,

aún soy VIH negativo.

 

 

Esta broma demoníaca,

esta agonía errante,

este traspié,

no podía

no debía ser real.

Mas hubo un error

y las matemáticas se despeñaron junto con el verbo.

 

Un bisbiseo bosquejado

y después una palabra.

  

 

HA SIDO LARGA LA ESPERA

Aunque después me arrojes a los cardos,

mi corazón es bujía desbocada,

salto abisal,

y a veces páramo yerto,

inerte.


Eres un vidrio encajado

que no se sabe

si aún sangra o ya causó costra.


 

LA DEPRESIÓN ES FRÍA


Dura y mojada como el adoquín.

Es la miseria de una tarde dominical
crecida entre gritos parentales
y descomposición familiar.
Es esperar sabiendo la futilidad de ello.
Saber que el mañana depara
cosas quizá peores.
Es irse a la cama
pensando en el trabajo del día siguiente;

recontar las monedas
esperando alguna maravilla.

Es la carcoma del sistema:

te hacen pensar en dinero

como si en él estuviese la felicidad.
Y a veces está
cuando las tripas rugen,
cuando se quiere ir a una feria
y el bolsillo vacío no lo permite.

Es ver a mi madre esperando
por la próxima quincena,                                                                                      
soñando con otra vida, otra casa,
un nuevo comienzo.



 

FINAL DE FÚTBOL LLANERO


Se dieron cita las señoras

con sus quitasoles
y sus sillitas plegables de plástico
para apoyar a sus maridos
en la liga de veteranos
a las seis de la tarde de un sábado cualquiera.

 

Los jugadores
con sesenta y reumas,
pero aún bregando,

soportan las mentadas de madre
de los concurrentes
que miran desde los bordes y las calles;

y corren sus últimos años

plenos de maña futbolera.


Lo peor se lo llevan los árbitros:
los espectadores se meten a la cancha
entre gritos que piden más cartones de cerveza,
y reclaman.


Marcan un penal
y la porra se viene encima.

Anotan y,
al final de la final,
la trifulca.

 



DESPLAZARSE DE MANERA AUTOMÁTICA

 

Sentarse en cualquier asiento del camión,

de preferencia

que no dé el sol en la cara.

Es preciso continuar otro día,

vivir como sin pensar,

aunque esto implique sus dificultades.

 

Entrar por las puertas traseras

tratando de pasar desapercibido.

Sentir el vacío en los elevadores.

Escribir cosas que nadie leerá

y sentarse en el excusado

a pensar en los tiempos que ya fueron.

 

Entrar a las galerías

a mirar cuadros abstractos que no te dicen nada.

Llegar a casa buscando algo que no sabes qué es

y salir desesperada,

nuevamente a la calle.

 

Hacer las maletas sin saber qué guardar en ellas.

 

Uno es la historia que dice a los demás

y su sonrisa postiza.

 

“A usted no le pago para que venga a leer poesía”.

 

Degustar el hierro.

 

Tuve un amor puro como un diamante.

 

 


TODAS LAS TARDES

 

Me encuentro con tres obreros

(como yo

pero sin corbata)

a los que les pega el sol del atardecer.

Beben cerveza

tecate light

en la estación de gasolina.

Bajo un árbol

esperan el camión

que los llevará de vuelta a casa.


 

 

HE ESTADO PENSANDO QUE

 

La vida es como el tiempo

que rentabas para saltar en un brincolín

o como esas monedas que insertas

para jugar The king of fighters.

 

Puedes gastarla lamiendo un helado de fresa

que se derrite

como la tarde entre tus manos.

Puedes drogarte y tirarte en la pradera

a mirar el relumbre de las flores y las hojas verdes.

 

También puedes ser el chico que se queda mirando

cómo los demás se divierten.

 

O puedes bajarte de la montaña rusa

antes de que comience el vértigo.


 

 

ELLA SEGURAMENTE ESTÁ ASISTIENDO

a ese festival de cine,

mientras yo me pudro

leyendo sobre economía y política.

 

Quizá está acompañada...

Hablará de mí

como conmigo habló de otros.

 

Desearía extirparme

los demonios con cabeza de avestruz

que me asaltan por las noches.

 

Recorrer las calles es angustioso.

 

En todo caso, habré de eliminar

nuestras fotos íntimas,

los archivos que me recuerdan a ella.

Habría que borrar del mundo

las presas, los árboles. Las prendas floreadas.

 

Hago el poema de su despedida:

me cansé de esperar el mensaje que no llega.

Y entonces escribir se vuelve como exprimir limón amargo.

 

¿Dónde comprará hoy

las películas piratas que solíamos mirar

con chatarra en nuestros dientes?

 

 

 

Amaury Salvador (León, Guanajuato, 1995). Publicó Cálculos renales, su primer poemario individual, por Ediciones la Rana, en el año 2022. También publicó su plaquette de poesía Monóculo, dentro de la antología Las buenas nuevas. Antología de poesía de la última juventud guanajuatense, por la Editorial KAIROS, en el año 2020.  Asimismo, se ha publicado su trabajo en diversas revistas y periódicos digitales.

© Copyright | Revista Sputnik de Arte y Cultura | México, 2022.
Sputnik Medios