Cada
lunes, el periódico La Prensa nos hace llegar un fragmento de la
noveleta por entregas La Mora. Historia de un encuentro que nace en Los
Ángeles y que lleva al protagonista, un alter ego del autor Sammy Loren, a
aventurarse en las más sucias y marginales calles de la Ciudad de México para
encontrar a su amor perdido.
En el
primer capítulo podemos ver una de las referencias literarias del autor: Transmigración
de los cuerpos, del escritor Yuri Herrera. Tal como en Yuri, podemos
encontrar en la narrativa de Sammy Loren, un interés por la combinación de lo
nacional y lo estadounidense, entregándonos un escenario franco y
contemporáneo.
La
Mora es una prostituta que pasa un fin de semana con el protagonista, tiempo
suficiente para que él se cuestione: ¿Me creerías si te digo que estoy
enamorado? La Mora lo desfalca, llevándose algunas de sus pertenencias
y dejando a su amante en una encrucijada: permanecer en su vida cotidiana,
aburrida, sin ningún tipo de emoción que sacuda las partes más viscerales y
humanas de su ser, o dejar esa vida en pausa para seguir las pistas que ha
dejado la pequeña embustera en el mencionado libro de Yuri: cantinas de la
Ciudad de México.
“Hay cosas peores que perder al amor de tu vida”, menciona el narrador y eso es suficiente para que el protagonista sepa que su vida cotidiana es más lacerante que dejar ir a La Mora. Se aferra a ella como a una especie de tabla en un naufragio. La Mora llega a su vida como una suerte de advertencia de que las cosas no pueden seguir igual luego de su encuentro.
Es así
que La Mora deja de ser un personaje que simplemente refleja el modo de
vida de cierto sector de la sociedad y encarna el tópico de un amor dantesco,
que lleva al protagonista a adentrarse no solo en hoteles de mala muerte, en
colonias donde su aspecto “gringo” lo llevan a ser un blanco fácil, sino
también a la profundidad de las almas marginales como prostitutas, matones y proxenetas,
que tienen estos territorios como su hogar.
Hasta
el momento de esta publicación van cinco entregas de La Mora, texto altamente
recomendado no sólo por la facilidad del lenguaje y su amena lectura, sino
también porque nos muestra una Ciudad de México que pocos volteamos a ver y que
existe, que está ahí para mostrarnos un poco de esa oscuridad que a todos nos
habita.