Por Fernando Rangel Juárez
En esta ocasión me gustaría recomendarles el manga El perro guardián de las estrellas (Hoshi Mamoru Inu), del autor nipón Takashi Murakami, en él se narra la historia de Happy, un perrito que cuenta a través de su perspectiva las aventuras que pasa con su familia adoptiva, la obra fue publicada originalmente en el año 2008 y a nuestro país llego desde el año 2015, es una historia melancólica de principio a fin, adictiva y de fácil lectura, ampliamente recomendable para sensibilizar a los niños en el tema de las mascotas.
La obra cuenta con una “secuela”, que solamente comparte el nombre con el primer título pues las historias que ocurren pasan de manera paralela y los protagonistas en esta ocasión se llaman Chibi y Happy (otro, no es el mismo). No es justo realizar una comparación con el original, pues quedaría a deber o tal vez simplemente es el hecho de que el corazón se muere un poco cuando concluyes el primer libro y es que siendo sinceros no existe una película, libro o relato que involucre a un perro y que no logre remover las fibras más sensibles y profundas del corazón.
Hablando de
películas y por si se quedaron con ganas de llorar, en Disney Plus se encuentra
disponible Mi amigo Enzo (The art of racing in the rain), ahí podremos
vivir al lado del labrador Enzo, el desarrollo de Dany, quien es un incipiente
piloto de carreras que no ha tenido muy buena suerte en la vida, la película es
narrada desde la perspectiva del perro y logra involucrarte con la historia de
principio a fin.
Continuando con el tema de los perros y las estrellas y agregando un dato más a su despensa de datos para iniciar conversación, sabían ustedes que el 3 de noviembre de 1957 fue la fecha en que se lanzó el satélite espacial Sputnik 2, la particularidad es que en esa misión iba a bordo la lomito cosmonauta Laika.
Al momento de la misión Laika era una perrita de dos años de edad, que no contaba con un hogar y fue seleccionada por el director del programa espacial Vladimir Yazdovsky al verla caminar por las calles de Moscú, quien dijo que el carácter de la perrita era amable, tranquila y encantadora.
La misión del Sputnik 2 fue obtener datos acerca de la reacción del organismo de un mamífero al someterse a las condiciones del espacio, la parte fea de la historia es que Laika fue en un viaje sin retorno y según los datos oficiales murió debido a un fallo en el aislamiento de la capsula, la misión fue duramente criticada e impulsó la creación de sistemas que permitieran el retorno seguro de las naves y satélites.
Durante la siguiente década la Unión Sovietica siguió lanzado misiones espaciales y se mandaron otros ocho perritos, de los cuales seis regresaron sanos y a salvo a la Tierra; los últimos perritos cosmonautas fueron Ugolyok y Veterok quienes sobrevolaron durante 21 días nuestro planeta a bordo de la nave Kosmos 110.
Ugolyok y Veterok tripularon la Kosmos 110 |