¿Cuál fue la primera composición
rocanrolera original hecha en Puebla? Sin duda se trata de una cuestión aparentemente
sencilla y a todas luces natural para cualquier interesado en los anales del
rock and roll poblano. Sin embargo, la pregunta está lejos de solucionarse
satisfactoriamente. A continuación se exponen brevemente algunos datos curiosos
y ciertas luces al respecto.
Se tiene por común acuerdo que
las primeras agrupaciones rocanroleras angelopolitanas surgieron a finales de
los años cincuenta con los Demonios del Rock y Los Teddy Gangs. Ambos conjuntos
pueden considerarse pioneros del rock
and roll, aunque en ningún caso existen registros de composiciones propias, con
todo y que las melodías grabadas en los sencillos de 1962 por los Demonios del
Rock están acreditadas a algunos de sus integrantes, asunto por demás
incorrecto, pues verdaderamente son adaptaciones o covers.
En consecuencia, los primeros
rocanroles originales registrados datan presuntamente de 1965 realizados por
Enrique González (también conocido como “El Gallo” o “Chessman”), un rocanrolero
importante para Puebla que participó en distintos conjuntos sesenteros
destacados, por mencionar: Los Gypsies, Los Frailes y Los Novelistas. No
obstante, es difícil suponer que a lo largo del primer lustro de la década
sesentera ninguna banda o músico se propusiera realizar semejante logro creativo,
y simplemente se conformaron con adaptar los temas más conocidos del repertorio
rocanrolero. Por lo tanto, dicho asunto pareciera estar zanjado al no contar
con ninguna evidencia material o información medianamente fiable, aunque recientemente
surgieron nuevos datos que arrojan algo de claridad sobre el tema. Dicha
evidencia se encuentra al revisar la fugaz trayectoria musical de Los Fantasmas
del Rock.
Conjunto efímero pero entusiasta,
Los Fantasmas surgieron a comienzos de los años sesenta y estuvieron
conformados por los hermanos René (bajo) y Óscar (batería) Ayón Rodríguez, Miguel
Ángel Bashbush (teclado), Enrique Rosas (guitarra), Luis David Benavides (vocalista)
y el antes mencionado González “Chessman” (requinto), apodado así por su
parecido con el “bandido de la luz roja” Caryl Chessman. La mayoría estudiantes
pertenecientes al Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec donde aprendieron
sus primeras lecciones musicales en la Orquesta Juvenil.
De acuerdo con González, los hermanos Ayón y demás integrantes ya habían conformado la banda cuando él se integró de forma un tanto casual: “En una pinta de la escuela los conocí, me dijeron que iban a ensayar y yo les pregunté por lo que ensayaban, pues que un grupo de rock me contestaron y ya me les pegué… Logré gustarle a los muchachos, en ese tiempo jóvenes, chavos, teníamos doce años y me dijeron ‘¿por qué no entras al grupo?”. Entonces el joven “Chessman ocupó el puesto de requinto.
Como todas las bandas rocanroleras
por aquellos días, tocaron sus adaptaciones de los grupos consagrados como Los
Locos del Ritmo, Los Teen Tops o Los Rebeldes del Rock en la estación
radiofónica XEHR propiedad de Don Roberto Cañedo, donde su esposa la señora
Josefa Benites los escuchó tocar y generosamente decidió amadrinarlos con unos
instrumentos eléctricos. Por si fuera poco, también los introdujo al ambiente
artístico de las caravanas que organizaron cervecerías importantes como Corona y
Cuauhtémoc Moctezuma para que amenizaran los intermedios de las grandes celebridades
que visitaban la ciudad. Así, desde muy jóvenes incursionaron en el ámbito
artístico aunque solo por una muy corta temporada.
Durante ese tiempo tuvieron
experiencias interesantes y hasta divertidas como la que evoca con picardía
González sobre César Costa, quien en los años sesenta solía vestir diversos suéteres
de grecas. El solista alcanzó tanta popularidad que se volvió moda entre la
juventud portar dicha prenda, y de alguna forma, se generó el rumor con
respecto a una supuesta fábrica de suéteres que poseía.
Pues bien, “Chessman” comenta con
cierto bochorno lo ocurrido durante aquella presentación en el otrora Teatro
Variedades de Puebla: “Una señora muy conocida que se llamaba o se llama Ivonne
Recek de Luke le regaló un suéter a César… Entonces a mí se me ocurrió decirle
‘¿oye César no tendrás un suéter que me regales?’. Ya te puedes imaginar mi
ignorancia”. Claramente el joven guitarrista no lució desconocimiento, sino
ingenuidad infantil al dar crédito a semejante patraña sobre la fábrica, pero
no fue el único suceso memorable.
Otro momento singular ocurrió tras
bambalinas, cuando la mismísima Julissa sufría de nervios escénicos previo a
realizar su número y se confesó con Enrique al decirle: “Ay manito estoy rete
nerviosa”. Siendo que verdaderamente los abrumados eran Los Fantasmas del Rock quienes
realizaban sus primeras actuaciones a tan corta edad, mientras que Julissa ya
figuraba en el ámbito rocanrolero nacional. Aquel día se presentaron además de
César Costa, Julissa y Alberto Vázquez, el carismático Enrique Guzmán
acompañado por la banda Los Salvajes, quienes generosamente le obsequiaron un
cable a González para que pudiera conectar su guitarra eléctrica. Sin duda
entrañables recuerdos.
Desafortunadamente, la falta de
madurez les jugó en contra y el grupo Los Fantasmas del Rock se desbandó prematuramente,
no sin antes incursionar en la composición. De acuerdo con González, el cantante
Luis David Benavides compuso dos piezas que llevan por título “El rock de los
fantasmas” y “Partiré”, los cuales probarían que hubo iniciativa entre algunos
rocanroleros por hacer música propia durante el primer lustro sesentero. En
otras palabras, serían los primeros rocanroles originales conocidos que únicamente
se conservaron en la memoria de sus protagonistas.
Pero sorpresivamente a comienzos de 2020 y antes de la pandemia desatada por el Covid-19, algunos miembros
fundadores del grupo Los Fantasmas se reencontraron para una celebración. Oscar
Ayón, Miguel Ángel Bashbush y el varias veces mencionado González recordaron a
ritmo del rock and roll los viejos tiempos en compañía de amigos y familiares.
Increíblemente un tema compuesto por su desaparecido compañero Benavides se
volvió a escuchar después de tanto tiempo (¡casi sesenta años!), y en esa
ocasión quedó modestamente registrado gracias a la tecnología de los
dispositivos móviles. “El rock de los fantasmas” es una pieza que reboza
candidez juvenil, de sencilla ejecución y altamente bailable, con más semejanza
a los rocanroles clásicos. Ciertamente una precoz manifestación de creatividad
rocanrolera en Puebla.
Posterior a Los Fantasmas del
Rock, “Chessman” integró otros conjuntos siendo con Los Frailes donde alcanzó
uno de sus mayores méritos como compositor, pues registró para la RCA Víctor
los primeros rocanroles realizados por un poblano intitulados “Te perdí” y
“Tarahumara”. A pesar de que cuenta con una amplia trayectoria artística como
músico y comediante al lado de figuras como Luis “Vivi” Hernández, Paquita la
del Barrio, Jorge Falcón o Polo Polo, por su mente nunca se extraviaron
aquellos primeros rocanroles que tocó junto a sus fantasmagóricos compañeros de
juventud.