Por Fabrizio Sosa
Hablar de lenguaje cinematográfico es hablar de varios elementos artísticos y visuales que soportan una narrativa, una historia. También cuando un autor tiene un estilo que lo caracteriza, ese que se va desarrollando con los años, podemos hablar de un autor con lenguaje cinematográfico propio.
Paweł Aleksander Pawlikowski, hijo de padres serbios logra
establecer varios elementos muy poderosos en su película Cold War del 2018,
donde utiliza la ficción biográfica para narrar la historia de sus padres. Uno
de esos elementos es precisamente la fuerza narrativa de esta película.
El poder del leitmotiv. El leitmotiv es básicamente usar una canción, una frase o un elemento recurrentemente para asociarlo a un personaje o en el caso de Cold War, a una pareja.
La canción "Dos corazones" es de por sí un
elemento artístico que transmite nostalgia, y Pawlikowski la aprovecha para,
por medio de esta, transmitir la situación actual de la pareja protagonista
durante toda la película.
Pero sin duda alguna la cúspide del amor de esta pareja es
transmitida en la escena donde Zula y Viktor interpretan la canción en un bar
clandestino en París. Ahí aparece nuevamente el leitmotiv acompañado de más
elementos artísticos que potencian la escena. Un paneo de casi 360 grados de cámara
que muestra el interior del bar y nos va instalando dentro del mismo poco a
poco.
El nombre del bar “Eclipse” que en realidad se podría tomar
como la premisa de toda la película. El sol y la luna están separados siempre,
pero hay momentos en la vida que ocurren eclipses, y estos son tan maravillosos
como esporádicos. Un eclipse es el único momento en que el sol y la luna están
juntos.
El juego con la mirada de Viktor a Zula para rematar la
escena. Sin duda, por lo que representa y por la calidad artística, semiótica y
poética la escena de Zula cantando "Dos corazones" en el bar eclipse
es la mejor reseña de esta película.
Un nostálgico y sempiterno leitmotiv.