Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |
Antes que nada, tengo que
confesar que me siento un poco mal porque -como dicen por ahí- llego un poco
tarde a la fiesta, ya que esta genialidad de serie se estrenó en septiembre del
año pasado y yo recién la vi hace un par de semanas. Sorry! Me parece que se
combinaron dos factores: 1. Que en ese entonces aún no tomaba la decisión de
tener (y mantener) una cuenta Prime y por ende no tenía ni cómo ni dónde verla,
y 2. Que en realidad Amazon nunca le dio la publicidad adecuada para realmente darla
a conocer. Hay quienes afirman que fue una movida calculada, un afán para
mantener a la serie con un estatus de ‘serie de culto’. ¿Será?
La trama.
¡Gracias, gracias, gracias
dioses de la televisión por arriesgarse a brindarnos una historia nueva! Estoy
cansada, HARTA de los refritos, de los spin-offs, del afán ridículo e
insistente por ‘desblanquear’ viejas tramas, de las ‘historias basadas en’
(ya sé, acabo de caer en una contradicción por mi amor a ‘The Crown’, ¡no se
atrevan a juzgarme!). Lo que ‘Undone’ me demuestra es que SÍ es posible; es
posible contar nuevas, interesantes, honestas y frescas historias, con
personajes complejísimos, con hilos conductores que demanden nuestra entera
atención y que nos orillen, a querer ver más y más. Es una serie que expone crudamente
el tema de la salud mental; la cerrazón de nuestras rutinas, lo limitado de
nuestra expectativa de vida, las huellas de abandono, el dolor, las relaciones
familiares, TODO bajo un lente metafísico maravilloso. Y yo, como ansiosa
profesional, lo agradezco y gocé bastante.
Escrita por Kate Purdy y Raphael Bob-Waksberg (ambos creadores de la
exitosa serie animada BoJack Horseman en Netflix, que precisamente toca temas
de depresión, ansiedad y adicción), ‘Undone’
trata sobre una mujer latina de 28 años llamada Alma, que sufre un grave accidente
automovilístico y que, a raíz de dicho trauma, desarrolla la capacidad de
‘desprenderse’ del espacio-tiempo, así como comunicarse con su ya fallecido
padre con el fin de averiguar realmente cómo murió éste.
Existe durante toda la serie, una tensión constante y palpable entre la imaginación y la realidad; entre la fantasía y lo tangente, es decir, lo que en realidad ocurre con Alma. Este efecto intencionado, nos pone a la par de nuestra complicada protagonista y nos sumerge en un espacio donde el tiempo simplemente no existe, las dimensiones chocan, la mente y nuestros cuerpos se abren y expanden, y nos ayuda a comprender y deducir que las heridas abiertas duelen y persisten en el pasado, en el presente y por supuesto, en el futuro. Asimismo, nos propone desmitificar una enfermedad mental tan nombrada como lo es la esquizofrenia y al menos, hace un esfuerzo por abrir la conversación a otras muchas posibilidades entorno a la salud mental.
Por ahí leí que ‘Undone’, es “un viaje de sanación y de reconciliación con uno mismo.” Y no he encontrado una mejor descripción de la serie. No quiero describir más la trama ni hacer ningún spoiler, así que por favor ¡anímense a verla!
La animación.
“Visualmente no es un capricho como, aceptémoslo, lo es ‘Loving Vincent’. La historia no se podría construir sin la técnica y está armada a la par de ella”. Es la respuesta que me dio René (sí, de nuevo tú pixtín) cuando le conté lo fascinada que estaba con la serie.
‘Undone’ combina dos impresionantes técnicas: la animación por rotoscopia y la animación tradicional.
Vamos por partes porque no es nada sencillo: la rotoscopia
consiste principalmente en dibujar encima de un fotograma para imitar el
movimiento o, dicho de manera más simple, calcar/dibujar una película real para
convertirla a un medio animado. Dicha técnica, fue creada por Max Fleischer (autor
de la muy famosa ‘Betty Boop’) por allá de 1914. La serie en este caso combina
la rotoscopia y la animación tradicional, sobre fondos que no son otra cosa más
que extraordinarias pinturas al óleo.
El procedimiento para la creación de ‘Undone’, fue el siguiente: primero, las actrices y actores grabaron todas las escenas con fondos de pantalla verde (y a veces, ni siquiera eso); segundo, dichas grabaciones se enviaron a un primer estudio de animación donde artistas dibujan encima de dichas filmaciones, convirtiendo a l@s protagonistas en versiones animadas. Tercero, dichas animaciones se enviaron a un tercer estudio donde un equipo de artistas expertos en pintura al óleo y animación 2D y 3D, colorearon a los personajes y escenarios donde se desarrolla la trama. Un trabajo extenuante de año y medio con extraordinarios resultados.
Todo este trabajo y combinación de técnicas de animación, enaltecen la trama y la enriquecen, dando una absoluta libertad creativa a los creadores y guionistas con un presupuesto mucho más asequible. Las técnicas nos permiten experimentar justo lo que vive, piensa y siente Alma durante los ocho capítulos que dura la serie, al romper constantemente las barreras entre la fantasía y la realidad.