Por Irving Montero
Lucha Libre:
Modo imperativo en segunda persona,
de uso
exclusivo para enmascarados y superhéroes mexicanos.
La lucha
libre mexicana es única en su tipo y está presente en más aspectos de nuestra
vida cotidiana de los que imaginamos; este deporte-espectáculo que llena arenas
cada fin de semana con aficionados de toda la vida y extranjeros curiosos nos
invita a presenciar la eterna batalla entre el bien y el mal. Rudos contra
técnicos, en encuentros mano a mano o en espectaculares relevos australianos,
máscara contra máscara o cabellera contra cabellera, se apuesta el honor y algo
más preciado para el luchador, la incógnita. Llaves y contrallaves provenientes
de otras disciplinas, topes, planchas desde la tercera cuerda, mordidas, golpes
en el pecho con la mano abierta (pierrotazos),
patadas y tijeras en el aire son sólo algunos de los elementos que se pueden
ver en cada encuentro, siempre vigilados por la mirada centinela del referí,
quien hace de mediador entre los gladiadores y se encarga de realizar la cuenta
de tres o descalificar a los rudos cuando despojan de la máscara a sus rivales
o practican algún movimiento prohibido como el temible y famoso martinete.
En esta
ocasión he recopilado algunos momentos que se encontraban en mi memoria de
aficionado y escuché en las transmisiones que sigo de manera casi religiosa
cada viernes en la noche, en videos de luchas históricas, en documentales y en
entrevistas a luchadores de antaño; es un pequeño homenaje a mis superhéroes
favoritos, a los hombres que arriba del ring pueden volar y soportar dolor como
nadie más, que hacen que las arenas tiemblen, que llueva dinero desde las
gradas después de una gran lucha y que encarnan, en palabras de Carlos
Monsiváis, a los enemigos de Dios y a los emblemas extenuados y sudorosos del
paraíso.
El Hércules tabasqueño
El 12 de febrero de 1984, en el mítico Toreo de Cuatro Caminos, “El Principe Maya” Canek logró levantar los más de 250 kilos de André El Gigante y aplicarle un poderoso crush contra la lona, llevándose así la victoria e iniciando una rivalidad que duró varios encuentros. Años después, en su regresó al país, la prensa le preguntó a André qué recordaba de México, su respuesta fue inmediata: Canek.
Desafiando la física
Nadie se explica cómo lo hacía pero el As Charro castigaba a su oponentes con ‘La Patada Charra’, un movimiento aplicado desde el esquinero del ring hacia afuera, cayendo más de tres metros de altura con sus 95 kilos en una pierna y pateando con la otra el pecho de su oponente. El michoacano nunca sufrió una lesión ejecutando este temerario movimiento.
Santo y Blue Demon contra la vida pública
El Cid cuenta que el Santo no se quitaba la máscara ni siquiera cuando entraba a la regadera del vestidor; por su parte, Blue Demon ‹‹el Manotas›› se la llevó a la tumba el 17 de diciembre del año 2000. El demonio azul fue sepultado junto con su incógnita de seda azul.
El poder de una dinastía
Dos Caras Jr. sostuvo una pelea de Artes Marciales Mixtas en 2007, su oponente fue el japonés Kengo Watanabe. El enmascarado mexicano logró la victoria luego de aplicar un front suplex impulsado por las cuerdas del ring, donde el japonés sufrió una fractura en el brazo derecho. Años atrás, su padre Dos Caras y su tío Mil Máscaras conquistaron los enlonados de la compañía All Japan Pro Wrestling formando una pareja muy dura para las estrellas japonesas de la época.
El luchador de noble corazón
Cuando debutó en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) "El Valiente" recibió muchas críticas por su sobrepeso pues llegó a pesar 139 kilos con apenas 1.70 cm de estatura. Se ocupó en trabajar su físico y debido a su nueva apariencia comenzaron a llamarlo “El acorazado de bolsillo”; su musculatura no disminuyó sus recursos, su habilidad era tal, que creó un movimiento aéreo bautizado como Excálibur, el cual consiste en un espectacular mortal hacia atrás parado sobre la tercera cuerda, previo impulso de la segunda con ambas piernas, todo en muy pocos segundos.
Dinamitas progresivos
Los Hermanos Dinamita (Cien Caras, Máscara Año 2000 y Universo 2000) hacían vibrar la Arena México, eran rudos montoneros y despiadados. Pocos saben que su tema musical de entrada “Touch and go” -durante su estancia en la empresa AAA- pertenece al trío británico de rock progresivo Emerson, Lake & Powell (variante, por circunstancias, de Emerson, Lake & Palmer); así, cada noche las arenas retumbaban con una extraña pero efectiva mezcla de sintetizadores, guitarras eléctricas, sillazos y poderosos martinetes aplicados por los capos de capos.
La prodigiosa noche de los villanos
Cuentan los que asistieron esa noche a la Arena México que durante el máscara contra máscara entre Blue Panther y el Villano V, hubo un relevo ilegal. Durante la primera caída el Villano V sufrió una herida en la parte posterior de la cabeza al estrellarse contra las butacas de la primera fila tras recibir un duro tope de Panther. El Villano entró al vestidor a cambiarse la máscara pero para sorpresa de muchos (incluido el referí, Rafael González El Maya) el Villano que salió por la pasarela tenía una complexión distinta y muy parecida a la de su hermano el Villano IV. Al final, Ray Mendoza Jr. desenmascaró a Panther con un toque de espaldas clásico y terminó esa añeja rivalidad dando a conocer el rostro del maestro lagunero.