El fin de semana pasado, 14 y 15 de marzo, se celebró el tradicional Vive Latino en la Ciudad de México en medio de gran controversia ya que nuestro país se encontraba en la primera fase de contingencia epidemiológica por COVID-19, lo que −según la Organización Mundial de la Salud− significa que el virus se encuentra en una fase de importación, es decir, viajaron al extranjero y allí contrajeron coronavirus y hasta el día previo al festival había solo 27 casos confirmados en todo el país.
La polémica por la realización del festival se acrecentó y
continúa al día de hoy; personajes tan deleznables como Javier Lozano o Felipe
Calderón sentenciaban en sus redes
sociales que el presidente era un “irresponsable” y “el país se le iba de las
manos” y bautizaban al festival como #enférmatelatino o #MuereLatino. Puebla no fue la
excepción y algunos personajes de la escena cultural del estado emitían comentarios
sin tomar en cuenta que el gobierno, de
acuerdo con la fase de contingencia y con los datos y modelos de contagio
publicados por la OMS, decidió NO suspender, es decir, actuó con
responsabilidad y la verdad es que la suspensión hubiera sido una medida
que poco o nada iba a influir en el desarrollo de la epidemia.
Sin embargo, hoy me tomó por sorpresa leer una carta paternalista que publica el carnal Ricardo Cartas en la que pretende aleccionar y regañar a los jóvenes por
haber asistido al Vive Latino.
Dejando de lado el negocio millonario y los intereses de Ocesa y
los empresarios; no podemos olvidar que cientos de familias viven del negocio
informal que se genera alrededor de estos festivales, que decenas de músicos
mexicanos y latinos han pasado años esperando la oportunidad de presentarse en
esta plataforma y que invirtieron meses preparando su show para ese día (por
ejemplo Silvana Estrada, Flor Amargo o Armando Palomas), o que la mayoría de
jóvenes a los que Ricardo le dirige la carta son workingclassheroes rocanroleros que han pasado meses chingándole en
la chamba para comprar su boleto. Ellos son los menos culpables ¿Por qué
regañarlos? ¿Por qué propagar el pánico y adelantar medidas innecesarias que,
además, tendría consecuencias económicas? Pongo el tema en la mesa y celebro
que los “muchachitos” pudieron disfrutar una cerveza escuchando a artistas
latinoamericanos que de otra manera hubiera sido prácticamente imposible verlos
en vivo en nuestro país, como Indios, Francisca Valenzuela o Pillanes que como dicen en una de sus
rolas...
“de todos los mortales soy el más aventajado porque rara vez me caigo y si caigo lo hago parado, si se trata de un hermano yo voy al sacrificio, no temo, no lloro, a nadie yo le imploro, no tengo temores, tampoco guardo rencores…”
...frase que sin pedos podríamos ver
escrita en una cartulina para ir a una marcha estudiantil o para asistir al
Vive Latino 2020 y letra de la rola homónima de la banda que me pone frente a
estas hojas en blanco en esta ocasión .
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El término supergrupo se
aplica a conjuntos musicales –principalmente de rock− cuyos
integrantes son músicos consolidados y exitosos como solistas o con otras
bandas; la expresión es creada por Jann Wenner, director y fundador de la Rolling
Stone, para hacer referencia a Cream (Eric Clapton, Ginger Baker y Jack Bruce)
y se ha utilizado con bandas como Crosby, Still, Nash & Young o The
Traveling Wilburys.
El domingo 15 de marzo a las 17 horas en la Carpa Doritos se
presentó el supergrupo chileno
Pillanes, banda integrada por Mauricio y
Francisco Durán (Los Bunkers, Lanza Internacional), Pablo y Felipe Ilabaca (Chancho en Piedra, 31 Minutos) y PedroPiedra (CHC, 31 Minutos) que en un encerrón de 10 días en una casa de Valparaíso componen y graban las doce
canciones de su álbum homónimo que se publicaría en noviembre de 2018. Rolones que tienen sabor a un Inti Illimani
feat. Johnny Marr & Bernard Sumner.
La participación de estos chingones en la Carpa Doritos la
disfruté en vivo desde mi monitor. Abren con una canción instrumental “Barrabás”;
a pesar de ser la primera vez que la banda se presenta en México hay una
nutrida asistencia del público a ese escenario. Después de “Somos lo peor”,
PedroPiedra echa a andar una caja de ritmos para abrir paso a “Loro” una
canción dedicada a Horacio Salinas y que fue el segundo sencillo de promoción
de su disco y en “Facho Pobre” la pandilla asistente comienza a bailar la
cumbia electroandina. El clímax
sucede en la rola “Pillanes” y hasta en la transmisión web se notan las tablas
y la experiencia de los que están sobre el escenario; el momento cumbre llega
cuando PedroPiedra y Mauricio toman los micrófonos para empezar a rapear, no
tuvo madre.
Al terminar el set de ocho rolas, Pillanes nos invita a una presentación
al día siguiente (primer día de cuarentena) en BajoCircuito, inmediatamente
agarré mi androide para comprar el acceso al concierto y el boleto del pullman
bus Puebla – CDMX con toda la intención de encontrarlos para que firmaran mi
long play; como se podrán imaginar, el lunes, horas antes del evento, se
canceló por la contingencia y los chiquillos
debían volver inmediatamente a su país. Ni pedo.
Seguro que hace un buen rato no tienes tiempo para sentarte y escuchar con atención álbumes completos con conceptos redondos, en las grabaciones hay mucho esfuerzo de músicos, técnicos y productores; aprovechemos esta cuarentena por el porongavirus para hacerlo; lávate las manos y dale play a este disco de Pillanes que es ideal para empezar.