Les presentamos una reseña sobre el primer libro de Andrea Muriel, ‘A veces el amor es un cactus’, publicado por Osa Menor. El libro se va a presentar este jueves 6 de febrero en la Ciudad de Puebla en Musa Cultura Visual, a las 8 pm.
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César Bringas
Fotos Mónica Garrido / Osa Menor
Cristina Rivera
Garza dice que el amor es aquello que no sabemos que pasó sino hasta que pasó,
entonces se convierte en lo anterior. Ya no recuerdo quién me dijo que la
felicidad y el amor son como un ovni, todos hemos oído historias sobre ellos, o
conocido a alguien que conocía a alguien que conocía a alguien que fue testigo,
pero nadie de nuestro circulo cercano ha visto uno. Martha Mega dice que no
existen los poemas de amor y desamor, son poemas de ardidas. Todo un nuevo
campo en la poética.
Durante mucho
tiempo yo escribí poemas de ardidas, yo era una de ellas, más cerca de la zarza
ardiendo en el monte que a una persona. Si no me ataca la tristeza, y es un
buen día podría decir incluso que yo fundé el género, antes de que Martha le
pusiera nombre. Luego lo dejé, y hui, y bajé del monte, apagué mi llama e hice
otras cosas, una de ellas ha sido tomar la prosa y dejar el verso.
En A veces el
amor es un cactus, Andrea Muriel toma la estafeta de todos los que una vez
fuimos incendio, para recordarnos que el amor y el desamor se parecen más de lo
que creemos, y que un buen día también desaparecen. Aunque no nos demos cuenta.
Aunque nos demos cuenta. El amor, ya lo dice la canción y lo reafirma Muriel, es
una ilusión/ de tu pensamiento/ que te hace hacer cosas/ así funciona el
corazón.
Más allá de las
frases trilladas o el lugar común, en su libro, Muriel utiliza recursos de la
poesía más contemporánea, como las redes sociales, para huir de la formalidad y
no caer lo más pesado del amor/desamor como podría ser lamernos las heridas
siempre con las mismas fórmulas. Haciendo uso de la imagen del cactus como
alegoría del amor, nos cuenta la historia de una pareja que no sabe cuando
muere la planta y cuando el sentimiento, es difícil saber ambas cosas, aunque
las estemos viviendo y aunque haya bibliografía en abundancia para saberlo, a
veces necesitamos recurrir a Google para confirmarlo. Debo confesar que después
de leer el libro de Muriel quise ponerme a escribir. Que un libro te dé ganas
de escribir es quizá como un anuncio de comida que te da hambre.
Últimamente siento que la poesía es más una biografía de la ética personal, antes que de las emociones o de los hechos, la poesía como un sistema de pensamiento, que ayude a explicar de manera más concisa el mundo. El amor, creo, es la última antigüedad que nos llegó del siglo XIX, más o menos intacto, por lo tanto pertenece al mundo, aunque sus causas y consecuencias pertenezcan más al ambiente sobrenatural y la poesía siempre nos ayudará a entender cuando se vuelva anterior.