Netflix y la BBC han lanzado una nueva y arriesgada adaptación al clásico de Bram Stoker publicado en 1857. El vampiro más famoso de la historia vuelve a escena ahora recreado por las mentes de Mark Gattis y Steven Moffat (Doctor Who, Sherlock).
¿Era necesario? ¿Qué no se ha dicho ya del Conde Drácula?
Después de tantas adaptaciones cinematográficas, teatrales y literarias resulta difícil imaginar otra historia que pudiera abonar algún elemento relevante al mito del príncipe rumano de Valaquia.
Después de tantas adaptaciones cinematográficas, teatrales y literarias resulta difícil imaginar otra historia que pudiera abonar algún elemento relevante al mito del príncipe rumano de Valaquia.
"Los vampiros salen de noche". Gran publicidad de #Dracula de la BBC. pic.twitter.com/fi2czdM8zF— Tercer Cine (@TercerCineOk) January 3, 2020
Aunque seguramente los vampiristas más recalcitrantes resultaran insatisfechos con ciertos detalles de la producción, bastan unos cuantos minutos del primer episodio para adentrarnos en una historia sombría de horror, pero con rastros de fino humor negro entre las paredes del viejo castillo transilvano.
En apenas tres episodios, la miniserie nos lleva en un viaje de varios siglos desde los orígenes del Conde Drácula en Europa del este hasta sus batallas finales con los descendientes de Van Helsing en occidente. Destaca de sobremanera el montaje audiovisual que dota a la historia de ese ambiente gótico necesario para contar al vampiro.
«La leyenda del Conde Drácula se transforma con nuevos cuentos que dan cuerpo a los sangrientos crímenes del vampiro y sacan a la luz su vulnerabilidad»
La química del Conde con la antagonista y los inesperados giros argumentales son otros de los aciertos a tomar en cuenta, además del buen ritmo de la historia, principalmente en los primeros dos episodios. Aunque la parte final tiene un inicio prometedor, queda la sensación de que el último episodio está metido con calzador y resulta un poco apresurado para el espectador. Las buenas intenciones de llevar a Drácula a un lugar nunca antes visto se vienen abajo con un final endeble y poco aventurado.
Por su parte, el danés Claes Bang nos regala el vampiro clásico con su capa, comillos y hambre de torrentes sanguíneos. Narcisista y seductor por algunos momentos; socarrón y desvergonzado por algunos otros, pero siempre brutal, perverso y amenazador. Con guiños a los dráculas de Christopher Lee y Bela Lugoso, aunque lejos del drácula Gary Oldman.
Aunque la mayor parte del tiempo, la historia resulta entretenida, sentimos que las flipantes aventuras del Drácula de Netflix se quedaron cortas, tomando en cuentas los numerosos pasajes y referencias de la obra de Bram Sotker que pudieron ser y no fueron.