Círculo de Lectura | Por Sergio Martínez |
Adiós a Dylan
Alejandro Carrillo
Premio Mauricio Achar-Literatura Random House 2016
Para Omar, Bob Dylan
es el iluminado que todo lo sabe, un ejemplo a seguir. Las incertidumbres y
preguntas que le plantea la vida tienen una respuesta: el norte son las
canciones de Bob, en ellas encuentra su verdad, el sentido de todo su mundo.
Adolescente lleno de dudas y pérdidas, se tropieza con el amor, la desventura, el
dolor, el desamor y el desasosiego. Invariablemente estará Dylan a un play de distancia para apaciguar todos
sus miedos, todas sus dudas.
Parece en un primer
momento que el hilo conductor de la novela son las canciones del nacido en Duluth,
cada capítulo inicia con la referencia a una rola del Premio Nobel, las mismas
solo son pretexto, el verdadero escenario e hilo conductor es lo que siente
Omar, cómo estallan sus sentimientos a cada momento, ya sea por Sara, por
Julieta, por Nacho, por su hermano, por sus padres, por la ciudad donde vive, cómo
todo ese cumulo de emociones lo tiene confundido y su único refugio es la
música de Bob, aunque nadie lo entienda, aunque su madre no sepa que esa canción que tararea como
bálsamo en misa fue el himno de una generación.
El protagonista vive
intensamente, no importa si una vez más sale decepcionado del amor, de la
amistad, del sexo. Nos invita con sus reflexiones y diálogos a ver su interior,
sus conflictos, dudas, dolores, su yo íntimo, se busca a sí mismo en el reflejo
de su ídolo, lo irá a buscar, pensando que al encontrarlo, tendrá todas las
respuestas.
Hastiado de todo y
de todos, empezará su desahogo escribiendo, intentando transitar un camino
lejos de todo aquello que le duele y no alcanza a comprender.