El Bien Amado
Y&Z | Por Aníbal Salazar Méndez
La pista de baile, como siempre lo soñó Roberta Macías
Ortiz, estaba decorada con listones blancos y azules plumbago que tanto le
gustaban. Genaro el carnicero, mató un borrego para la cena. La señora Coco, la
que vende comida llevó varios kilos de frijoles y espagueti.
Como centro de mesa, sus amigas del club de artesanías le
hicieron ángeles de cerámica que pintaron de varios colores. La tambora iba a empezar cuando terminara la
pista de El Bien Amado de la Banda MS, que fue el vals de los recién casados.
La fiesta, como se acostumbra en la comunidad, era a puertas
abiertas, así todos podían entrar a bailar y cenar si alcanzaban comida. De
vino se sirvió un mezcal que Pedro, su primo, le trajo de Pinos, Zacatecas. Llevó
24 garrafas .
Sus cuatro hermanos no asistieron. Alfredo, Juan, Benjamín y
Pedro, le retiraron el habla después de encontrarse con la noticia de que su
padre, Alfredo Macías Salazar, le heredó todos sus bienes a su única hija, con el
argumento de que “ella nunca se casaría y entonces no habría un hombre en su
vida que la pudiera mantener”. Para ella, su novio, amigo y protector durante la adolescencia siempre fue
su papá, que enviudó cuando Betita estudiaba en el CBTA número 61 “Aquiles
Elorduy García”.
Los hermanos intentaron por la vía legal quitarle su
herencia y como no obtuvieron resultados, ofrecieron comprarle la casa y los
dos terrenos. Ella siempre se negó –Primero llórenle a mi papá, luego andan
queriendo sus cosas- les contestaba a cada llamada o visita de sus hermanos o
nueras que le exigían al menos una fracción de las propiedades. No los invitó a
la boda.
Roberta, de 1.60 metros de estatura y 120 kilogramos de
peso, durante el vals abrazaba fuerte a su pareja, recargaba su rostro contra
el pecho mientras lloraba. Todo el rímel se le escurría, y entre sollozos y
murmullos, también lo besaba y agradecía.
Su vestido, blanco, sucio en la base de la falda por el lodo
del piso; de su cuello colgaba una medalla de oro que perteneció a su mamá; usaba
un ligero color rojo que alcanzaba a verse por la abertura de su falda que
mostraba parte de su pierna.
Simón Ramírez de Loera, su marido de 85 años, de 1.80 de
estatura y 70 kilogramos de peso, con una risa nerviosa apenas podía abrazar a
la novia. Las burlas de sus nueve hijas que no perdían un detalle del vals de
la dispareja pareja comenzaron a subir de tono -¡Báilale gordis!- -¡Cómete las
sobras de lo que te dejó mi mamá- -¡Te echaste al lomo a nueve suegras marrana!-
Los yernos bebían y fumaban sin prestar mucha atención al vals de los novios.
Muchos asistentes comenzaron a chiflar, otros solo se reían
de la pareja -Ese Simón nos salió carnicero!- -Compra tu viagra, viejillo-. Se
acercaron un grupo de adolescentes y uno de ellos comenzó a agitar un refresco,
lo inclinó de tal forma que al girar la taparrosca el líquido saliera disparado
hacia los novios, y al mojarlos, con una mirada triunfal por su hazaña dijo –Para
que se les baje la calentura-.
Al sentir el refresco que caía sobre su espalda, Roberta dio
un fuerte grito, pero no dejó de bailar su vals, sujetó a su pareja aún más fuerte
del saco y cerró los ojos, no dejaba de llorar y agradecerle a su marido -Mírame
a mí, no los mires a ellos-.
Juan, el único sobrino de la novia que vive en México,
comenzó a transmitir el vals de la pareja por Facebook Live para que sus primos, los hijos de los hermanos,
comenzaran a burlarse de ella, comentaron que “Se cazo la ratera, a ver si al biejo
no le rova jajajajajajajaja!!!!” “OMG wet the fat, so will the shorts” “si ya
tenemos quién mantenga a la gorda K ya nos devuelve lo que le robo a mi family”.
No hubo un solo Me gusta ó Me encanta, Hubieron 50 Me divierte.
Terminando el streaming,
Juan presionó la opción de publicar, de tal forma que su red social almacenó el
video. Comenzó a ser compartido ya no sólo por sus primos y sus amigos del high school, los amigos de Juan de la Telesecundaria
también.
El baile y los insultos resultaron muy divertidos para los
jóvenes. Rebecca, hermana de Juan, que vive en Los Ángeles, descargó el video y
pidió a un amigo que pusiera unas letras grandes color blanco sobre una pleca
negra en el video de Juan que decía “Se quería casar WTF!!!”, de fondo,
agregaron la canción de Me amo y no me importa de Killadamente. Así comenzó a
ser difundido. El video hasta el día de hoy lleva 110,450 reproducciones.
Una semana después de la boda, Simón recibió una llamada de
Jorge Armando, uno de sus nietos. Al colgar el teléfono fue a donde Roberta que
estaba preparando la cena -Gorda, que salimos en internet, me acaba de decir
Jorge Armando-.
Ay Simón ¿Y apenas te estás dando cuenta que se burlaron de
ti?
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