Miguel Ángel Ramírez Martínez | Vía DINKtravelers |
Planea tu viaje a la Ciudad de México siguiendo los pasos de dos grandes pintores viajeros, y descubre escenarios únicos inmortalizados por el arte.
PINTURA DE PAISAJE EN LA CIUDAD DE MÉXICO
Actualmente la Ciudad de México ofrece distintas escalas turísticas dignas de ser conocidas sin necesidad de emprender un largo viaje. Al recorrer sus calles, visitar sus edificios y sus museos, nos damos cuenta de que siempre hay cosas nuevas para descubrir. Pero hace algunos años, antes de que la urbe alcanzara su dimensión actual y estuviera conectada por vías rápidas, sólo se podía ir a los límites y subir algunos de sus cerros emprendiendo un largo camino. Pero ese trayecto valía la pena sólo por vivir la experiencia de contemplar la Ciudad desde las alturas.
PAISAJES DE JOSÉ MARÍA VELASCO
En esta ocasión DINKtravelers quiere dar un vistazo al pasado para revivir esa sensación de dos viajeros artistas nacidos en México a finales del siglo XIX. Primero, José María Velasco, paisajista y profesor de la Academia de San Carlos, quien tomaba su lienzo, sus colores y pinceles antes de empezar un viaje que le tomaría todo el día, pasando por sitios como Tlalpan, la villa de Guadalupe y el Centro, para luego subir al cerro de Santa Isabel en busca de la mejor vista de la Ciudad para comenzar con el boceto de un nuevo cuadro. Un ejemplo es El valle de México de 1882, donde podemos observar la espectacular vista y las grandes rocas que envolvían el paisaje, unos indígenas en la parte inferior y, al fondo, algunas líneas que marcan los caminos por los que se entraba a la ciudad, así como los grandes lagos que entonces la rodeaban.
PINTURAS DE GERARDO MURILLO
En segundo lugar tenemos a Gerardo Murillo, mejor conocido como Dr. Atl, quien se sintió fascinado no sólo por las panorámicas de la Ciudad, sino especialmente por sus volcanes. Enamorado del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, fue también testigo del nacimiento del Paricutín en Michoacán. El artista emprendió un viaje que lo llevó a instalarse en dicha ciudad para presenciar la actividad del volcán. Toda esta aventura la dejó retratada en múltiples dibujos y oleos que hoy podemos admirar en el Museo Nacional de Arte, en la Ciudad de México.
Dr. Atl fue también un amante de las alturas, pues le gustaba subirse a los aviones y desde ahí admirar las montañas y las ciudades que sobrevolaba dando vida a sus famosos “aeropaisajes” como el lienzo El Popocatépetl, la Malinche y el Pico de Orizaba en el que inmortalizó al gran volcán de Puebla rodeado de nubes que parecen esponjosas al tacto del viajero curioso, y en el horizonte otras dos grandes montañas que dominan el paisaje.
Así que ya lo sabes, en tu siguiente viaje a la Ciudad de México, planea tu ruta siguiendo los pasos de estos dos grandes pintores y descubre escenarios únicos inmortalizados por el arte.