Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara | Fotos: Puebla On Line |
Según yo, no soy
taaaaan chillona pero, cuando Rod
Stewart salió al escenario, mis ojos traidores rápidamente se llenaron de
lágrimas de la emoción, y es que como no emocionarse ante semejante leyenda. Sé
que es muy distinto hablar o escribir sobre un artista y su presciencia en el
escenario, que verlo con tus propios ojos, pero Rod Stewart únicamente comprobó
lo que ya había comentado anteriormente aquí en Sputnik y que había visto ya en otros conciertos en DVD: es un rock star de pies a cabeza y a sus 72
años (bien vividos) tiene la energía de un puberto insaciable.
Con cinco cambios
de ropa y unos movimientos de cadera muy divertidos, no hizo falta demasiada
interacción con el público; todos sabemos que Rod es un tipo súper awesome y
que su carisma en cada canción que interpreta, es lo único que basta para
prender a toda una audiencia y hacerla bailar y cantar con todas nuestras
ganas. Él mismo lo dijo: "... I know
singing is good for the throat, for the heart and the soul" seguido de
unos aplausos bastante estridentes. Me quito el sombrero una y mil veces ante
el excelente equipo de músicos y coristas de Stewart… ¡qué nivel! en serio.
Aparte me queda claro que el buen Rod forma parte del GIRL POWER porque seis de los catorce músicos en escena, son
mujeres, talentosísimas mujeres que tocan el violín, el banyo, el arpa, la
pandereta y cantan y bailan como verdaderas diosas... Eso sí, tooodas con
atuendos despampanantes y vestidos cortitos muy a la flapper o a la 'scottish way', muy ad hoc a los brillantes blazers y camisas que lució el buen Roderick.
Y hablando de Escocia (con la que traigo una fuerte mini obsesión gracias a una
serie que me recomendó mi amiga Naisa), agradecí y disfruté la enorme
influencia de la música escocesa en varias canciones de Rod, como 'Ohh La La' y ‘Love Is’; obviamente son ritmos muy representativos y agradables que
en automático lo ponen a uno de muy buen humor y en sintonía highlander.
Si su gira se llama Hits, es
porque literalmente cantó sus éxitos más representativos, entre los que
destacan: ‘This Old Heart
of Mine’, ‘Some Guys Have All The Luck’, ‘Tonight’s The Night’, ‘Forever Young’,
‘Baby Jane’, ‘Downtown Train’ (que le
cambió la letra del coro y no supe bien por qué), ‘The First Cut Is The Deepest’, ‘Have I Told You Lately’, ‘Sailing’, ‘Maggie May’ y por supuesto ‘Da Ya Think I’m Sexy?’; era obvio que Moniquita cantaría a tooooodo pulmón ‘You’re In My Heart’ y ‘I
Don’t Wanna Talk About It’ (además de dejar medio sordo a mi papá con mis
gritos). Todas las canciones me demostraron su excelente dicción y potencia
vocal… Rod es un rey en pocas palabras. Sus cientos de piruetas y brincos, nos
alegraron la noche, además de una excelente producción que incluyó cinco
pantallas –de muy buena calidad-, un piso tipo ‘ajedrez’ e imágenes vistosas y
luces de todos los colores.
Creo que lo que
más nos alocaba a todos, era cuando (mal) pronunciaba ‘Pu-e-bla’: ‘I’ve never been on your city before…
Pu-e-bla, isn’t it?’. Y los balones… ¡qué buenas patadas da Sir Rod
Stewart! Increíbles. Me queda claro que puso haber sido un excelente y cotizado
futbolista. Regaló como 12 balones y todos soltamos enormes carcajadas cuando
la gente luchaba contra todo y todos para agarrar uno. Obvia y tristemente, NO
me gané nada… buuu.
Aquí viene mi parte
negativa: si bien el concierto pudo haber durado 2 horas exactas, es gracias al
público poblano que 1) comenzó retrasado y 2) acabó medio abruptamente.
Obviamente habemos muchas personas que llegamos más que puntuales y que
respetamos al artista y a los músicos que vamos a apreciar y que tanto
admiramos, pero también hay muchos a los que francamente les vale madre y
seguirán llegando tarde, seguirán pidiendo cervezas y papitas a la mitad del
concierto e incluso cínicamente, se atreverán a salirse antes de que termine. A
todos esos poblanos irrespetuosos, les presento mi odio y aberración total y
sin tapujos. Ya basta de asistir a conciertos, obras de teatro, lecturas
públicas y tener que lidiar con gentuza grosera e impertinente. Me parece
que somos un público que necesita ser educado a trancazos y tajantemente. Dudo
que en otros países, los vendedores de cemitas te impidan ver un concierto
cuando pagaste una suma bastante considerable para ver a x o y artista. En fin.
Los odio a todos (a esos que mencioné pues).
El concierto de Sir Rod Stewart fue monumental; me deja
un hermoso recuerdo, uno que seguramente lo contaré durante años. Me pone muy
feliz haber vivido esta experiencia al lado de mis papás, que son los que me
regalaron e introdujeron a esta música tan fascinante y nunca dejaré de
agradecérselos. La energía y el talento de este legendario artista, da para
muchos años más, se los aseguro. Aplausos miles para Rod Stewart y todo su
equipo, que se encargaron de destruir –simbólicamente- una acrópolis poblana.
La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!