Los blancos pensamientos de las luces | Por Gabriela Jackman Bolaños |
Esta es la historia que casi pudo ser nuestra, pero quedo a
medias porque no tenías visión del
mundo.
Pretendiendo ser perfecto, aunque eras menos que eso. Si
pensaste que esto sería utópico, por favor no intentes regresar.
Déjame u ódiame
No importa que es lo que quieras de mí, ni pienses que
continuaré siendo un fantasma. De cualquier manera no sabes amar, pues no
tienes la menor idea de lo que es.
Jamás te pedí un idilio complicado, porque lo único que
necesitaba se fue; en las noches estoy en mi habitación buscando a la persona
que antes solías ser.
Ve, encuentra a la siguiente, yo me rebelaré contra ti. Vive
disperso, mientras el tiempo se te
resbala entre los dedos.
Déjame u ódiame
Un día estarás solo, rogando ser alguien, espero que al mirarte al espejo te arrepientas de las mil y un mentiras que has dicho.
Déjame u ódiame
No te extrañaré, y si me buscas, la respuesta seguirá siendo
no ya que nunca te pedí que fueses mío.