Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |
Es difícil escribir una reseña imparcial
sobre ‘La La Land’ justo cuando
rompe el récord en nominaciones a los Premios Óscar, o cuando ya fue estrenada
en cines y medio país la está viendo, o cuando la mayoría de las personas que
detestan los musicales no tienen remordimiento al gritar a los cuatro vientos
que es una muy buena película. Pues bien, comienzo contándoles que tuve el
placer de verla el día de mi cumpleaños, en la comodidad de la sala de mi casa
porque sí... ¡LA BAJÉ! Aun así, tengo planeada ir a verla directamente al cine
porque obviamente es una experiencia completamente distinta y me imagino que
ver los ojitos de Ryan Gosling en una pantalla gigante, es doblemente
espectacular
Previo a descargar la película en mi
computadora, les consta que fui una fanática insistente de querer verla en
cuanto vi por primera vez el trailer;
posteriormente me dediqué a buscar información sobre ella (que había muy poca)
y ya a finales de diciembre –cuando por fin se estrenó en Estados Unidos-, me
di a la tarea de repetir varias veces el soundtrack mientras trabajaba y en los
ratos de ocio de mis "vacaciones". Todo eso me permitió estar mucho
más familiarizada con la película cuando comencé a verla aquel icónico viernes
20 de enero (muajaja) y pude comprender muchísimas cosas que un espectador
puede pasar desapercibidas la primera vez que se mueve al ritmo de canciones
como 'Another Day Of Sun' o 'Someone In The Crowd'. De entrada, no
pienso hacer ningún spoiler de la película pero, si se me sale uno, lo siento
de todo corazón.
¿A quién demonios no le gustaría ponerse a
bailar y a cantar de la nada? Como dirían los gringos, 'burst into singing and dancing'... pues a mí sí. Llevo una enorme
cantidad de artículos diciendo que forma parte de mi bucket list y bueno... quién mejor que esta humilde amante de los
musicales para hacer el completo ridículo con su canto feo y su mal bailar.
Creí que esa era la sensación que me iba a dejar ‘La La Land’ cuando la viera y
me llevé la sorpresa de que fue todo lo contrario. Me quedé como en una especie
de shock pequeño, sin mucho que decir pero con un montón de ideas y
pensamientos en esta cabezota tan grande que me cargo; no sé si porque es
demasiado positiva, porque es demasiado transferible a cualquier tipo de
situación o porque de plano me proyecté en exceso. El punto es que ‘La La Land’
me cambió la jugada con su final bastante 'casablanquezco'.
Me parece que Damien Chazelle, el director que sólo me lleva cuatro añitos de edad, hace
un extraordinario trabajo con esta película y el hecho de que haya trabajado en
ella durante más de seis años, es digno de admirarse; la escribió, dirigió, luchó
contra viento y marea (o sea, las productoras culeras que nada más no le daban
chance de realizarla) para llevarla a la gran pantalla. Es una perseverancia
palpable que transmite por completo a sus personajes principales, Mía y Sebastian interpretados por Emma
Stone y Ryan -papito- Gosling. Ojo, que no sólo admiro lo
guapo de Ryan, soy una ferviente vocera de su enorme talento; por ejemplo, recién
vi la película ‘The Nice Guys’ junto
a Russell Crowe y me quedó claro (por décima ocasión) que este buen canadiense
puede hacer de todo un poco y hacerlo muy bien. ¿Ha visto el vídeo de Ryan
bailando a los 12 años al estilo M.C Hammer? In-cre-í-ble.
Regresando a mi intento de reseña, Damien
hace una acertada selección de actores protagonistas, haciendo hincapié en
miles de entrevistas, de la enorme química que existe entre Stone y Gosling
quienes ya han trabajado juntos anteriormente, muy al estilo de las parejas
inolvidables de Hollywood como Bogart y
Bacall, Rogers y Astaire, Garland y Rooney e incluso Hudson y Day. El trabajo de Emma y
Ryan, fue de tres meses de pre producción intensiva, en donde tuvieron que
aprender coreografías de jazz, tap, vals, aunado al trabajo vocal y, en el caso
de Ryan, aprender a tocar el piano desde cero. Todo ese trabajo se ve, se
siente y se agradece, y no sólo por parte de ambos actores, sino también del
resto del reparto y extras. Siguiendo lo que Fred Astaire predicaba, los
números musicales inmersos en la película, tienen una razón de ser; existen por
y para algo y continúan con el hilo conductor de la historia de una manera
bastante fluida. Ambos actores te transmiten todo ese bagaje de sentimientos
que cualquier ser humano experimenta en su día a día, pero con los ojazos de mi
querida Emma y la voz suave de mi Ryan Gosling.
Ahora... la musicalización de 'La La Land'...
llegó justo a la vena jazzista que tengo en el corazón. Claramente Chazelle es
un aficionado y conocedor del buen jazz (que nos dejó claro desde ‘Whiplash’),
pero me encanta el hecho de que en esta película, haya incluido nuevamente a
una de sus notorias pasiones logrando convertirla una de las protagonistas, sin
caer en lo ya expuesto en ‘Whiplash’. "Jazz in about the future"
nos dice en el guión... y uno intentando aferrarse a Coltrane, Ellington y
Parker. Pero bueno, es parte de esa dualidad que tanto nos atormenta a todos y
de manera pareja: encasillarnos con lo que nos gusta y pelear por ello o,
abrirnos poco a poco a nuevas posibilidades de evolución (créanme, ni me refiero
al jazz totalmente). Regresando a la música de la película, me gustó mucho esta
idea de no cambiar radicalmente entre una canción y otra, o entre una pieza y
otra; tenía la sensación de que únicamente variaban ciertos tonos y ya, por lo
que puedo decir abiertamente que 'La La Land' cuenta con un leitmotiv exitosamente bien definido.
Las canciones nominadas al Óscar 'City
of Stars' y 'Audition' no
cuentan con las grandes letras profundas y reflexivas que te cambian la vida,
pero su simpleza es lo que hace que conecten de inmediato con esos espectadores
que buscan compartir un baile, una mirada y que inagotablemente sueñan, se les
rompe el corazón y continúan haciéndolo aunque sea siempre un desastre.
Ahora, el uso de colores intensos en el
vestuario, en la escenografía y en la fotografía, es un uso evidente y
contextual que se disipa a lo largo de la película, pintándonos a la ciudad de
Los Ángeles como esta tangible maquinaria de sueños. Por cierto, gracias
Chazelle por compartir otro L.A, ligeramente distinto a lo que estamos
acostumbrados a ver.
Es gracias al inicio de la película, con sus tomas largas, sin cortes y en planos abiertos, que nos enganchamos rápidamente a 'La La Land' y comprendemos por qué el homenaje al viejo Hollywood (con todo y un toque de realismo mágico) en un mundo de refritos y secuelas sin sentido.
Me gusta y me disgusta que aquí en México se
hayan tomado la libertad de agregarle al título de la película ‘La La Land: Una Historia de Amor’; en
mi opinión, más que ser una historia de amor entre los personajes, es una
historia de amor entre nuestras pasiones individuales y estas ganas
exorbitantes de seguir trabajando por nuestros proyectos y sueños aunque el
mundo entero y las circunstancias, nos hagan sentir mierda y e insistan en
ponernos miles de obstáculos en el camino; el tratar de no
"vendernos" y ser fieles y congruentes con lo que pensamos, decimos y
sentimos. Esa, es la historia de amor que tanto me impactó y dejó en shock, y
eso que (insisto) la película es muy positiva. Mi cuñado decía que, ha de ser
terrible ser un actor o actriz y sentir ese constante rechazo de las
malas audiciones y lo único que se me ocurrió contestarle es que no sólo ellos
pasan por eso, sino que todos en realidad lo hemos experimentado alguna vez:
cuántas entrevistas de trabajo, proyectos fallidos, exámenes, malos clientes,
ponencias vacías no hemos tenido... En fin. A eso me refería cuando dije que es
un tema transferible a cualquier ocasión y contexto.
To sum
up...
'La La Land' es una extraordinaria
película que me recordó que debes estar enamorado de ti mismo, de tus proyectos
y tus pasiones, aunado a una experiencia audiovisual bastante enriquecedora,
divertida y muy bien desarrollada. Sin diálogos complicados o escenas de puro
relleno, la idea de Damien Chazelle embona bien en los tiempos extraños que
vivimos, para regalarnos un poco de positividad cuando las cosas no siempre
salgan como pensamos. Ojalá gane muchos premios (no todos, porque también hay
otras películas desbordantemente buenas) y la gente pueda hacer una reflexión
más allá de los clichés.
Les dejo este maravilloso video comparativo
que me mostró mi hermana mientras revisaba las noticias en ‘El País’, en donde
Sara Preciado –estudiante de cine de Extremadura- compiló algunas secuencias de
‘La La Land’ inspiradas en exitosísimos musicales. Me alegra saber que he visto
y conozco a la gran mayoría de ellos. Aplausos para mi ego.