Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |
En esta ocasión, para mi
artículo número 22 para Sputnik (me sigue impresionando lo excesivamente rápido
que pasa el tiempo), decidí cambiar un poquito mi dinámica actual y animarme a
escribir sobre una artista con la que no estoy tan familiarizada, y no porque
no me guste o no la conozca, sino que simplemente no estoy muy acostumbrada a
escuchar su música día con día. Y, para añadirle un poco más de entusiasmo, en
este mes de octubre mi queridísima hermana cambia de década y al ser una de sus
cantantes favoritas, quise explorar el mundo de la brasileña Elis Regina y poder dedicarle este
artículo a Elo… ¡espero te guste! Bueno, bueno… haciendo a un lado los
sentimentalismos y las dedicatorias, déjenme les cuento que escuchar a Elis es
una verdadera delicia y un descubrimiento bastante placentero; me ocurrió lo
mismo que cuando escucho a Edith Piaf, que me dan unas ganas tremendas de
aprender –en este caso- portugués y apreciar más sus canciones, aunque
afortunadamente tengo nociones muy básicas de dicho idioma y he logrado
entender una que otra frase; eso también se lo debo a Elis porque tiene una
dicción excelente. Mucho antes de que mi hermana aprendiera portugués, ya escuchaba
a Regina, por lo que recomendamos escucharla si es que quieren perfeccionar su
aprendizaje. Siempre lo he dicho y lo sostengo: no hay mejor forma de aprender
un idioma que escuchando música y/o viendo series de televisión y películas y
claro, acompañado de unas buenas clases teóricas.
Justo en este preciso
momento, estoy escuchando “Nada será
como antes” (que se escribe igual que en castellano) y, aunque la música lo
pone a uno de muy buen humor y hasta con ganas de bailar un ratito frente al
monitor, seguramente la letra es media tristona… qué ironía. Creo que ese es el
gran don que tenía Elis y que la mayoría de los fanáticos y críticos musicales reconoce:
que su perfecta voz podía ‘transitar’ de lo melancólico a lo feliz en cuestión
de segundos y su discografía es tan variada, que se agradece. Yo no me creía
que había grabado 33 discos antes de su repentina muerte pero sí, los conté y
son 32 (bueno, bueno… no son el número exacto, pero casi). Y ya que empecé a
hablar de sus álbumes, el más exitoso y que es considerado por la revista
Rolling Stone como el onceavo mejor álbum brasileño de la historia, es “Elis & Tom” grabado en tan sólo 16
días en 1974. En él, podemos escuchar a la dupla perfecta: Elis Regina y el talentosísimo Antônio Carlos Jobim, que disculparán
mi ignorancia pero, nunca imaginé que le dijeran ‘Tom’ de cariño… mi hermana y
yo pensamos que es una especie de ‘Toño’ brasileño ¿no creen? Las 14 canciones
que constituyen dicho álbum, están escritas por Jobim e incluso también
interpreta una que otra; a Elis le fascinó la idea de grabar un álbum con uno
de sus ídolos, lo cual influye muchísimo al material porque es increíblemente
bueno. Con decirles que comienza con nada más y nada menos que con la canción “Águas de Março”, ícono/himno brasileño
por excelencia.
La historia de Elis Regina Carvalho Costa comienza un 17 de marzo de 1945, en una humilde familia de la ciudad de Porto Alegre; según una de las biografías que leí, su padre quiso pensarse muy bien el nombre de su primera hija porque estaba seguro que sería una gran cantante y por lo tanto, su nombre tenía que ser artístico desde un principio. Me parece que el señor estuvo en lo correcto, porque el ‘Elis Regina’ suena muy, muy bien, aunque eso de imponerle cosas a tu bebé desde el comienzo no es nada sano, pero bueno; tanto fue el furor de sus padres por convertirla en una estrella, que desde los 5 años la llevaban a distintas estaciones de radio para interpretar canciones en portugués y en español, unos esfuerzos muy determinantes para ‘tocar puertas’ en el mundo del espectáculo. Y fue en una de esas tantas visitas cuando el programa de radio infantil de concursos “O Clube Do Guri” le da la oportunidad de cantar en vivo, pero una pequeña Elis de 7 años se queda estática y sin la posibilidad de omitir cualquier sonido, es decir, le dio un pánico escénico terrible que supuestamente le acompañaría durante toda su vida, aunque obviamente aprendió a controlarlo y vencer su miedo a cantar frente al público, pero esas inseguridades y el no poder hacer una presentación perfecta, fueron factores que la atormentaron durante toda su carrera profesional. Escucho de fondo "Retrato em Branco e Preto" y de verdad a uno se le enchina la piel ehh, no sólo por los violines y el intenso piano, sino por esa melodiosa y melancólica voz de Elis.
Después del episodio con el
programa de radio, comienza a tomar clases de piano sin dejar su ímpetu por
cantar; desde pequeña y durante sus 36 años de vida la apodan “furacao”
(huracán) o “pimentinha” (pimientita), por su personalidad tan enérgica, aunque
en público, era bastante tímida y reservada, cualidades que la distinguirían siempre
y es que así nos pasa a muchos: con nuestra gente somos de una manera y estando
con extraños, nos brota laparte introvertida (y a borbotones). A los 12 años, y
mucho más preparada, Elis regresa al “O Clube
Do Guri” y gana el concurso, una meta muy soñada por ella y sus
padres, por lo que de inmediato comienza su fama local; la ciudad entera podía
escucharla domingo tras domingo y tan sólo un año y medio después, recibe un
contrato de exclusividad con Radio Gaucha,
una situación que no le convencía del todo a su madre porque no quería que
su hija dejara la escuela o tuviera malas calificaciones pero pues… fue
inevitable que eso sucediera. Es a los 15 años cuando Rio de Janeiro la atrae
como polilla a la luz y comienza justamente su legendaria carrera musical
grabando sus primeros singles y
álbumes; a dicha edad gana más dinero que su padre, lo que se torna una
constante discusión en casa. Él decide acompañarla a Rio y posiblemente
encontrar trabajo ahí (lo que creo nunca consigue), y mientras tanto su madre
se queda en Porto Alegre con su hermano Rogerio. Elis y su padre visitaban su
ciudad natal de manera intermitente, hasta que 4 años después decide que Porto
Alegre ya no tiene nada que ofrecerle y convierte a Rio en su nuevo hogar. Justo
ese tipo de decisiones fue la que llevó a su madre a declarar que “había
perdido a su hija para siempre a los 19 años”. La familia de 4 que una vez fue
muy unida, se iba resquebrajando rápidamente.
Fue durante este tiempo que vivió y padeció en carne propia,
la parte no glamurosa del mundo del espectáculo, al tener que competir con
infinidad de nuevos artistas para salir en programas de televisión, de radio, o
que los dueños de clubes y bares les dieran chance de poder presentarse una o
varias noches a la semana en sus respectivos negocios. Pero la verdad es que no
la desanimó para nada, tenía un vozarrón y eso le daba millones de puntos
extras, aunque su físico no la ayudaba tanto; sus biografías mencionan insistentemente
que su cuerpo, su cara, su manejo en el escenario e incluso su cabello, no
tenían conexión alguna con su voz, pero a estas alturas, desafortunadamente no
me es nada raro escuchar que una artista no encaja en los estándares de belleza
que siempre se nos han impuesto. Lo que más gusto me da es que, su cara sin
maquillaje y su corte a la “pixie” son unos de sus rasgos físicos más
característicos y que seguramente, muchas mujeres brasileñas de la década de
los 70, le copiaron. Es en 1965, cuando su vida termina de cambiar por completo
al ganar el 1º Festival da Música Popular Brasileira interpretando la canción "Arrastão" y cuya explosiva presentación, sigue siendo un
referente para la denominada ‘Música Popular Brasileña’ ya que rompió con los
esquemas convencionales de cómo debía interpretarse una canción de bossa nova y
más mérito, por ser mujer. Muchos críticos insisten en que, las lágrimas en los
ojos de Elis, su cara de éxtasis y sus brazos simulando el Cristo Redentor,
fueron los que indudablemente le dieron el reconocimiento que había soñado y
trabajado desde pequeña. Me imagino que su presentación es igual de importante
que la del buen José José en el Festival OTI con “El Triste” ¿no? O bueno, por
lo menos eso se me vino a la cabeza cuando lo leí.
A sus 21 años, era la
cantante mejor pagada de todo Brasil y mantuvo su reinado hasta el día de su
muerte. El trabajo de Elis no sólo se destacó por su voz y evolución musical,
sino por dar apertura a nuevos y jóvenes talentos que, hasta el día de hoy,
agradecen a Regina su esfuerzo y amabilidad para orientarlos a la industria de
la música en una época social y política bastante dura para el pueblo
brasileño. Se le reconoce su trabajo con artistas como Gal Costa, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Milton Nascimento, João Bosco, Aldir Blanc, Chico Buarque, Guinga, Jorge Ben, Baden Powell, Caetano Veloso y Rita Lee. Canciones como “Por
um amor maior”, “Sou sem paz”, “Amor demais”, “Mais samba”, “Madalena” (que
es una de mis favoritas) y “Bala com
bala”, no paraban de escucharse en la radio o en programas de televisión.
Si bien la carrera de Elis tiene mucho que demostrarnos
gracias a su talento, también dieron mucho de qué hablar sus relaciones
amorosas, sus peleas familiares, sus divorcios y sus supuestos cambios de humor
tan drásticos, que todos la consideraban como bipolar. En 1967, tan sólo 2 años
después de su presentación en el festival, deja a Brasil boquiabierta con la
noticia de su matrimonio con Ronaldo
Boscoli, periodista adinerado, compositor y productor musical, 16 años
mayor que Elis y considerado su archi némesis durante sus primeros años en Río.
Muchos afirman que se casó con ella únicamente por su dinero, pero la verdad es
que con lo que leí, no lo llegué a confirmar. Lo que sí sé es que fue una
especie de Henry Higgins para
Elis (los que han visto la película o el musical de “My fair lady” sabrán exactamente de lo que hablo), al “enseñarle”
buenos modales, etiqueta y hábitos refinados; muchos (incluido el mismísimo
Ronaldo) decían que Elis era una mujer poco culta gracias a sus orígenes
humildes y que en realidad, poco podía aportar al mundo de la música; era medio
mal portada, mal hablada y tenía pocos modales con todo aquel al que conocía. Por
lo tanto es fácil deducir que sus 6 años de matrimonio fueron bastante turbulentos
e intensos; una relación amor-odio que alimentaba a la prensa día con día. Se
dice que constantemente discutían frente a periodistas y amigos, se armaban
“panchos” cada que podían y que ya en sus últimos años juntos, Elis aventó al
mar toda la colección de discos que Boscoli tenía de Frank Sinatra. Golpe bajo
Elis, golpe bajo. Peeero, a pesar de todo lo anterior, también tuvieron sus
buenos momentos e incluso procrearon un hijo llamado João Marcelo. Se dice que Boscoli fue quien le sugirió su look tan
característico, el cabello a la Mia Farrow y ropas más ligeras y hippiosas.
Luego, su segundo matrimonio,
fue con el pianista y arreglista César Camargo Mariano quien formaba
parte de su banda y que años después de su unión, declaró que siempre tuvo un
crush con Elis a pesar de estar casado. Su historia de cortejo es bastante
peculiar, ya que Regina lo invitó a su casa para ver una película y resultó ser
una fiesta con mucha gente; ella le entregó un papel y le dijo que lo leyera
solo en el baño, ya que el escrito decía: "Me
gustas como el carajo. Te deseo como el carajo". Eso asustó un poco al buen César quien decidió
largarse de la fiesta saltando de la ventana del baño. Días más tarde, se
encontró con una Regina seria y distante que después se dejaría llevar por las
tiernas melodías del pianista. Éste, dejó a su esposa casi de inmediato, se
casó con Elis y pronto tuvieron 2 hijos, Pedro y Maria Rita (también una famosa
cantante). Su relación fue bastante tranquila y dio muchos frutos personales y
profesionales. Durante todo este tiempo. Elis no paró de trabajar: grababa
álbumes, salía a giras nacionales e internacionales, miles de entrevistas,
portadas de revista y muchos eventos sociales que atender. Uno de los mayores
reconocimientos internacionales que tuvo Elis, fueron sus 2 presentaciones en
el “Olympia”, el famoso teatro de París que había albergado a artistas como la
mismísima Piaf (ya van dos veces que la menciono en este artículo, qué bonito).
Fue durante esta estadía en Europa cuando dio la famosa declaración de que “Brasil es gobernada por gorilas”,
haciendo alusión a la dura dictadura que había perseguido y exiliado a muchos
de sus amigos y colegas musicales y que obviamente también dejaba terribles
estragos en la sociedad brasileña. Su fama evitó su encarcelamiento pero, tuvo
que pagar un precio muy alto cuando la obligaron a cantar el himno en las
Olimpiadas del Ejército y fue la comidilla de todo su país, hasta el punto de
ser caricaturizada por el famoso “Henfil”. Supuestamente y por debajo del agua,
siempre fue una ávida crítica de la dictadura y muchos consideran que su
muerte, tuvo algo que ver al respecto porque se “estaba pasando de la raya”. La
canción “O bêbado e a equilibrista” es considerada un himno para todos
aquellos brasileños exiliados durante los años 70.
A finales de dicha década, durante su segundo divorcio y
recién llegada de Estados Unidos, fue que Elis descubrió la cocaína y
rápidamente se convirtió en su única aliada. Se dice que la consumía de manera
muy discreta, ya que prácticamente nadie sabía de su adicción, aunque sus
cambios de humor eran más notorios y su voz y presencia en el escenario,
cambiaron considerablemente. Fallece en su casa el 19 de enero de 1982 de una
sobredosis de alcohol y cocaína, recién comprometida con el abogado Samuel MacDowell,
con un contrato en una nueva disquera, apunto de grabar un nuevo álbum, tres
hijos pequeños, una casa nueva y una banda renovada. Una verdadera pérdida para
la música brasileña y el mundo en general. Elis le dio voz a aquellos cantantes
humildes que piensan que nunca podrán “lograrlo”; le dio voz al jazz, a la
bossa nova, a la música pop, a la balada y a la música popular brasileña. Les
invito a escuchar temas como “Romaria”,
“Como Nossos Pais”, “Atrás Da Porta”, “Aprendendo a Jogar”, “Se Eu Quiser Falar
Com Deus” (que personalmente me gusta más en la voz de mi íntima amiga
Eugenia León), “Aquarela Do Brasil”
y por supuesto, “Águas de Março”. Descubrir a una artista como Elis, me ha
dejado muchas satisfacciones y ganas de escucharla más seguido; me demuestra una
vez más el talento desbordante en países hermanos latinoamericanos. Brindemos por
una mujer brasileña que supo hacerse camino en una industria comandada por hombres
y en años difíciles para su patria. Por eso decidí nombrar a mi artículo así… por
eso y porque ‘saudade’ es mi palabra favorita del portugués y de alguna manera
tenía que hacerla presente.
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La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!
La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!