Comienzo este artículo advirtiéndoles una
cuestión que considero fundamental para la lectura del mismo y que, aunque me caigan
unos cuantos enemigos encima, no me importa en lo absoluto: me encanta el
viejo Rod Stewart. Sí, ese Rod
de 30/35 años a la fecha. Y no es que no sepa reconocer su larga e increíble
trayectoria de cinco décadas, pero alguien con gustos musicales tan obvios como
los míos, era de suponerse que disfrutaría más una canción como "You're in my heart" que "Pool Hall Richard", por
ejemplo. Aun así, la evolución musical de este rockstar inglés/escocés es una de mis favoritas, porque ha tenido de
todo: desde ser descubierto al tocar la armónica en la estación de trenes Twickenham, ser callado de manera abrupta por
interpretar música que nada más era considerada como ruido molesto, sufrir de
pánico escénico, ser terriblemente criticado por sus tintes disco en "Da ya think I'm sexy?" y hasta padecer un cáncer de
tiroides que forzosamente hizo que aprendiera a cantar desde cero a la edad de 55
años. Indudablemente, mi querido Rod es una de esas estrellas legendarias que
han inspirado a miles de artistas y cuyo carisma, cabellera dorada y tremendo sex appeal, lo hacen mucho más especial
de lo que ya es.
Platicando con mi hermana, coincidimos que la
primer canción que escuchamos de Roderick (que es su nombre completo) fue la
balada "For the first time",
un cover del buen Kenny Loggins (famoso por el soundtrack de “Top Gun”) y que
forma parte de su disco recopilatorio "If
we fell in love tonight" de 1996, el cual tiene otros éxitos
increíbles como “Have I Told You Lately”
y “First Cut Is The Deepest”. Todas
ellas pertenecen de manera obligatoria a mi repertorio de canciones
favoritas... que si me pongo a reflexionar, este repertorio mío debe tener
miles y miles de canciones, pero es para que se den cuenta que, aunque sea de
manera medio amateur, soy una verdadera
fanática de la música y que me encanta y halaga mucho cuando aquí en Sputnik me
llaman melómana; me la iré creyendo cada vez más, se los prometo. En fin. Fue
precisamente por ahí del ‘98 que nos compramos ese CD recopilatorio y, desde
entonces, lo escucho con mucho entusiasmo… ¡me encanta de principio a fin! No
hay una sola canción de este material que no me guste. Seguro han escuchado el
trío Stewart/Sting/Bryan Adams en la canción "All for love", un exitazo del ‘93 y cuyo vídeo nos
demuestra una vez más, la personalidad tan extraordinaria de Rod. Deduzco que
es precisamente en el ’98 –a mis tiernos 9 años- que solía pensar que Stewart
era un cantante de puras baladas, canciones soft
rock (aunque obviamente a esa edad NO sabía qué demonios era el soft rock) y una que otra canción
popera. Años después me di cuenta lo equivocada que estaba.
Si hay seis cosas que caracterizan a Rod por sobre cualquier otro artista, son las siguientes: su voz ronca, su amor por el fútbol, su voluminosa –y auténtica- cabellera dorada, su gusto por el modelismo de trenes, su estilo y su obsesión por mujeres guapísimas, rubias y de piernas larguíiiiisimas. No les miento: ha tenido un montón de novias y ha estado casado con tres mujeres diferentes que encajan perfectamente con la descripción que les dije; muchos se preguntan: “¿pues cómo le hace?” y la verdad es que… ¡quién sabe! Digo, tiene lo suyo y eso nadie se lo niega, pero bueno. Su relación más larga y estable, es con su actual esposa Penny Lancaster; llevan juntos desde el ’99. Es papá de ocho hijos, con edades sumamente variadas, que van desde los 53, hasta los 5 años (Penny lo hizo papá por última vez en el 2011, a los 66 años). Y por nada del mundo se me olvida platicarles que es abuelo de la tierna Delilah Genoveva, hija de Kimberly Stewart y ¡¡BENICIO DEL TORO!! ¿Se imaginan tener un ex yerno tan cool como lo es Benicio? Es una estupidez mía, pero me intriga demasiado pensar sobre qué podrán hablar cuando están juntos.
La historia de Roderick David Stewart (puntos extras porque su nombre real sí es
Rod Stewart), es muy parecida a la de los otros artistas de los que he hablado;
nacido un 10 de enero de 1945 en Highgate, North London, hijo pilón de Robert y
Elsie, Rod fue un niño bastante mimado y querido por su familia, pertenecientes
a una clase media baja. A pesar de ser el hermano más chico, se llevaba muy
bien con sus otros siblings; era muy
malo en la escuela y la abandona cuando tiene 15 años, pero antes de que esto
sucediera, sus papás (para variar) le enseñan dos cosas que lo marcarían de por
vida: la música y el fútbol. Hasta la fecha es fanático del “Celtic Football
Club”, un equipo escocés con sede en Glasgow y al que no le apena incluirlo
hasta en sus canciones. Sobre la música, dice que una de sus principales
inspiraciones fue Al Jolson, pieza
clave en el cine y el mundo del entretenimiento en la Era del Jazz; lo
inspiraba su voz, sus movimientos y su manera de actuar ante su público.
Cuando abandona el colegio, trabaja de todo
un poco: en una imprenta, como repartidor de periódicos, en un cementerio, en
una funeraria y así. Mientras todo esto sucedía, su papá lo animó a convertirse
en jugador profesional de futbol y entró a hacer pruebas a la tercera división
del Brentford, F.C. pero, a final de cuentas, no quedó en el equipo.
Actualmente Rod declara que le da mucho gusto que eso sucediera porque:
Coincido con él. Después de varios arrestos por ser medio izquierdoso y apoyar activamente la Campaña para el Desarme Nuclear de inicio de los 60, conoce al cantante de folk Wizz Jones y se embarcan en un viaje de “búsqueda personal” que los llevaría hasta París, para cantar y dormir bajo los puentes del Río Sena y después a Barcelona, para ser deportados por vagos. Así, literal. Regresa a Inglaterra para adoptar rápidamente el estilo y modus vivendi de los “Mod”, una especie de subcultura que se dio primeramente en hombres y después en mujeres. Para que se den una idea muy general, es un look parecido al que tenían los Beatles a inicios de su carrera: trajes ceñidos y cabello relamido. La diferencia entre el look del famoso cuarteto y el de Stewart, es que Rod usaba todo tipo de colores y combinaciones más dramáticas, y que se paraba mucho el cabello, marca distintiva hasta la fecha ¿no?
“[…] trabajando en la música, podías emborracharte, salir al escenario y hacer lo tuyo. Si hubiera sido jugador de fútbol, no podría emborracharme y salir a jugar, sería imposible. Además, lo bueno de ser cantante es que a mi edad, aún puedo hacer ambas cosas: cantar y jugar. Si hubiera trabajado en el fútbol, tendría años de estar jubilado”.
Coincido con él. Después de varios arrestos por ser medio izquierdoso y apoyar activamente la Campaña para el Desarme Nuclear de inicio de los 60, conoce al cantante de folk Wizz Jones y se embarcan en un viaje de “búsqueda personal” que los llevaría hasta París, para cantar y dormir bajo los puentes del Río Sena y después a Barcelona, para ser deportados por vagos. Así, literal. Regresa a Inglaterra para adoptar rápidamente el estilo y modus vivendi de los “Mod”, una especie de subcultura que se dio primeramente en hombres y después en mujeres. Para que se den una idea muy general, es un look parecido al que tenían los Beatles a inicios de su carrera: trajes ceñidos y cabello relamido. La diferencia entre el look del famoso cuarteto y el de Stewart, es que Rod usaba todo tipo de colores y combinaciones más dramáticas, y que se paraba mucho el cabello, marca distintiva hasta la fecha ¿no?
Acto seguido y para no hacer tan largo y
tedioso este artículo, los siguientes nueve años –del 61’ al 70’- sería una
constante entrada y salida de varias bandas locales con éxitos medianos, así
como peleas sobre las capacidades musicales y vocales de Stewart: se daban
cuenta de su enorme potencial y lo “echaban” rápidamente antes de que le
quitara el lugar al vocalista de la banda. Es en 1969 cuando se une a Ron Wood,
Ronnie Lane, Ian McLagan y Kenney Jones para formar “Faces”, banda con un sonido auténtico del rock de inicio de los
70. Faces nos daría cuatro álbumes y singles exitosos como "Flying", “Had
me a real good time”, “(I know) I’m
losing you”, “You can make me dance, sing or anything” y “Stay with me”, que son bastante
buenos. Con estos éxitos, llegaron como de esperarse, cualquier
cantidad de excesos, como el alcohol, alguna que otra droga, fiestas
interminables y la experiencia primeriza de las groupies con las que tenían sexo desenfrenado prácticamente noche
tras noche. El estilo de Rod también cambió: ahora eran los pantalones de cuero
aún más pegados, camisas abiertas, gafas enormes, hartas pashminas y blazers
con estampados excéntricos.
Lo que “Faces”
sabía y que a la larga generó el quiebre absoluto de la banda, es que Stewart
tenía contratos previos con la Mercury Records A&R porque habían visto su
trabajo anterior y lo firmaron para grabar un número determinado de álbumes
como solista antes de unirse a Faces, así que trabajaba al mismo tiempo en
ambas cosas. No tardó mucho tiempo para que los fans y empresarios, solicitaran
más su presencia como solista que estando dentro del grupo, con decirles que
fue en este tiempo cuando debutó la tan famosa “Maggie May” que para muchos es la canción icónica de Rod. Fue
entonces que se empezó a segregar a la banda con títulos como “Rod Stewart and
The Faces” en póster publicitarios, revistas y periódicos, lo que le
avergonzaba terriblemente a Rod y molestaba al resto de la agrupación. Es en el
’75 cuando se separan, Rod decide irse a vivir a Los Ángeles, comienza su
contrato en Warner Bros. Records y su fama se dispara el doble.
Fue en su
nueva vida en Estados Unidos, cuando conoció a la guapa actriz sueca Britt Ekland (considerada uno de los sex symbols de los 70) que lo introdujo
a un mundo de glamour, exclusividad, moda y celebridades. Nuevamente cambia su
look, haciéndolo más refinado y usando mucho maquillaje que de tajo, le generó
un montón de críticas y pérdida de fans. Es en este periodo cuando nacieron
canciones como “Sailing”, “This old heart of mine”, “Tonight’s the night” (que me encanta y
trae una colaboración de Britt con unas frases en francés medio provocativas), “The
first cut is the deepest” (un cover de Cat Stevens), “Hot legs” (obvio) y la tan sonada “Da ya think I’m sexy?” que, para serles muy sincera, me choca. Me
choca porque parece que es la única canción de Rod Stewart que conocen las
estaciones de radio y no les importa repetirla varias veces durante el día. Sí,
me hicieron odiarla, ni modo. Haciendo mi hartazgo a un lado, tengo
forzosamente que hacer una mención especial para la canción “You’re in my heart” del ’77: no sólo
es tierna, realista, pícara y graciosa, sino que es una de las canciones que, a
mi parecer, mejor interpreta el buen Rod y que además, escribió de su puño y
letra. A mí y a mi familia nos encanta cantarla a todo pulmón y obviamente está
en mi lista de canciones predilectas. Ya bien entrados los 80 y habiendo
terminado su relación con Britt, llegaron otros fantásticos éxitos como “Some guys have all the luck” (de ahí
el nombre del artículo), “Young Turks”,
“Forever Young”, “My heart can’t tell you no”, “Baby Jane”, todo esto acompañado por
inagotables giras internacionales, entrevistas por todos lados, nuevos álbumes,
nuevas colaboraciones, matrimonios, hijos y un largo etcétera.
En la década de los 90, siguieron los
éxitos, los premios y las presentaciones, tal fue el caso de su MTV Unplugged
del ’93 en donde, además de cantar sus ya clásicos, nos presentó su rendition de la canción de Van Morrison,
“Have I Told You Lately” y que actualmente
es más popular en la voz de Rod que en la de Van. Esa interpretación es
peculiar porque se la dedicó a su entonces esposa Rachel Hunter quien se encargaría de romperle el corazón en
cachitos 6 años más tarde. Fue una de las primeras y pocas veces en que Stewart
realmente se deprimió, por lo que la canción “I Don’t Wanna Talk About It” tuvo un mayor y real significado para
él. Aunque grabó este cover en el ’77, su versión en vivo del 2004 junto a la newbie y notablemente nerviosa cantante escocesa
Amy Belle en el Royal Albert Hall,
es IN-CRE-Í-BLE. ¿La han escuchado? Amy se convierte rápidamente en una parte
fundamental de la canción, haciéndola más melancólica y rompe madres. Y el sax…
¡uufff! La estoy escuchando en estos momentos y es imposible no corear “… I don’t wanna talk about iiiit… how you broke my
heart”
Vayámonos al año 2002, cuando después de dos
años de descanso tras el cáncer de tiroides que padeció brevemente en el 2000 y
su entrenamiento vocal intensivo (que gracias a Dios impidió que se modificara
su característica voz), Rod se encontró en un momento crucial en su vida:
seguir o retirarse. Para este año, su carrera musical ya había “probado” de
todo: un poco de rock, de soul, de folk, de baladas, de soft rock, de pop y
ello le dio ventas de más de 100 millones de discos. Pero mi querido Rod quería
conquistar un género/repertorio más que, aunque muchos otros artistas ya habían
grabado en miles de ocasiones, el hecho de que Stewart lo hiciera, sería algo
muy novedoso: el jazz del “Great
American Song Book”. Dicho repertorio lo conocemos gracias a artistas como Ella Fitzgerald, Cole Porter, Nat King Cole,
Duke Ellington, Tony Bennet, Frank Sinatra,
Bing Crosby, Fred Astaire, Judy Garland,
etc. ¿Ven? A eso precisamente me refería cuando les dije que me gusta más el
“viejo” Rod, que cuando era joven. Y no le bastó con sacar un álbum, sino que
grabó ¡cinco! Cinco álbumes del GASB, gracias a la visión y estrategias del
productor Clive Davis, que es ya una
leyenda en el mundo de la música. Estas
canciones para mí, siempre serán lo máximo, y poder escucharlo interpretar: “It had to be you”, “The way you look
tonight” (que en artículos anteriores he manifestado que su versión es mi
favorita), “Ev’ry time we say goodbye”, “The
Nearness of you”, “Till there was you”, “Time after time”, “As time goes by”, “For
sentimental reasons”, “Night and day”, “My foolish heart” y “That old black magic” es un verdadero
placer.
Ya para terminar, hay que felicitar a Rod porque este 2016 fue condecorado como “Sir” por la reina Isabel, así que ya pertenece al mismo selecto grupo que Elton John. No lo digo nada más de dientes para afuera: hay Rod Stewart para rato; sus conciertos y álbumes recientes son muestra de ello y de la interesante mezcla de géneros musicales por los que ha pasado a lo largo de su carrera. Podemos verlo muy activo en la primera mitad de una de sus presentaciones, brincando de aquí para allá, con camisetas sin mangas y aventando balones autografiados al público asistente, mientras que en la segunda parte, lo vemos muy trajeado interpretando pura canción bonita. Es mi artículo 19 y obviamente Rod es uno de mis artistas favoritos, por lo que me da mucho gusto colocarlo en este número tan cabalístico para mi familia. Me quedo con esta frase fantástica de su autoría:
“You go through life wondering what is it all about but at the end of the day it's all about family”. –Rod Stewart-