Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |
La visibilidad de los héroes anónimos, aquellos pájaros que como el ave fénix resurgen de entre las cenizas y del despojo del cual han sido víctimas. Seres de carne; hueso; sangre; ideales; miedos; alegrías; preocupaciones, y; tristezas; quienes, a pesar de sus circunstancias, tratan de darle la mejor de sus caras a los malos tiempos. Esto y más representa “Los Reyes del Pueblo que no existe”, largometraje documental dirigido por Betzabé García, cineasta egresada del CUEC (Centro Universitario de Estudios Cinematográficos) y originaria de Sinaloa, cuya obra ha cosechado diversos galardones en festivales como el de Morelia y aspira a convertirse en la sucesora de “H2O Mx”, en la entrega número 58 del premio Ariel.
“Los Reyes del Pueblo que no existe narra la historia de tres familias que se quedaron a vivir en un pueblo inundado en la sierra de Sinaloa”, nos comenta en entrevista la propia realizadora, Betzabé García, quien tenía 19 años cuando comenzó a rodar su cinta. En dicho filme, lo más destacable es poder ser testigos de la capacidad de adaptación, resistencia y resiliencia que tienen un puñado de mujeres y hombres para salir adelante ante la situación adversa que los confronta.
Betzabé refiere que en su documental se pueden encontrar tres posturas ante el desastre que viven los protagonistas: Pani, el idealista, quien -junto a su esposa- se dedica a reconstruir San Marcos, el pueblo en el que habitan; Jaimito, el realista, quien comparte la cotidianidad y alegría de su matrimonio, y que recorre la comunidad sinaloense como una especie de rey nómada; y Miro, el pesimista, quien piensa que su lugar de origen se encuentra condenado al olvido y la miseria.
Conversaciones en medio de la oscuridad y de una violencia latente; vacas atrapadas por la lluvia; “manadas” de mosquitos sobrevolando el agua estancada; vehículos desamparados en la intemperie de la naturaleza; una tortillería preparando decenas de tlaxcales para una población en la que sólo viven tres familias; son algunos de los elementos que integran el mosaico visual que ha erigido Betzabé García, con la ayuda de su cinefotógrafo Diego Tenorio.
Tenorio rememora que varios de los retos para filmar “Los Reyes del Pueblo que no existe” fueron el clima, las condiciones del lugar, los pocos recursos que poseían para hacer la película, y la constante claudicación de varios de los asistentes de fotografía; retos que fueron sobrellevados gracias al entendimiento en la forma de trabajar con la directora.
“En nuestra dinámica normalmente tenemos muchas referencias visuales. Cuando haces una fotografía ya la imaginaste previamente y entonces vas a la búsqueda de algo muy concreto. Formalmente y estilísticamente ya sabíamos que queríamos hacer (…) Siempre hay como un pin pon de ideas muy nutritivo entre los dos (…) Era importante usar lentes abiertos que integrará el pueblo a los personajes. Pocas cosas son las que están con lentes más cerrados”, cuenta Diego Tenorio.
“Los Reyes del Pueblo que no existe” puede percibirse como una metáfora audiovisual de esos rincones desdeñados de México, que no salen en los noticiarios ni en las propagandas gubernamentales, espacios que intentan ser rescatados por un pequeño grupo de guerreros invisibles que sin saberlo se han convertido en héroes y reyes de su propia supervivencia.