Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |
La sabiduría y expresión populares la señalan como lo único
garantizado en las existencias de todos. Sin embargo, a pesar de la certeza de
su llegada, no sabemos cómo confrontarla. Nos angustia; nos flagela; nos deja
dando tumbos por doquier cuando la acariciamos o cuando un ser querido la
recibe. Es la muerte, aquel ente todopoderoso que deambula de forma
misteriosa entre todos nosotros. Para “David” (Tim Roth) es algo más. Es su
trabajo, su modo de vida, su desahogo, su arraigo y su castigo. Una especie de
familiar cercano con el que convive
naturalmente.
En su cuarto largometraje como director, Michel Franco nos
adentra en la rutina de un enfermero de Estados Unidos (el “David” antes mencionado)
que asiste a pacientes terminales y que, a la vez, trata de reconstruir su vida
familiar. Un “muerto-vivo” que se mimetiza con las últimas energías pujantes
que le quedan a las personas con las que trabaja; un enfermo crónico del alma
que sobrevive su pesar (una tragedia personal) siendo testigo directo de la
agonía de los diferentes seres a los que socorre. Tal pareciera que el estertor
de los demás es el “valium” que usa “David” para mantener sobrio a su espirítu.
“Chronic” (también escrita por Michel Franco) se relaciona
con ese tipo de cine contemplativo que evoca las realizaciones producidas en
Europa (a pesar de que la manufactura sea mexicana y la historia se ubique en
Estados Unidos). Los planos fijos y largos; las imágenes repletas de silencios;
y los personajes contenidos son prueba de todo ello. De hecho, “Chronic” posee
ecos del cine de Michael Haneke, ya que Franco nos presenta seres que están
condenados al sufrimiento (una característica habitual en sus cintas, basta
recordar “Daniel & Ana” y “Después de Lucía”).
El “Chronic” de Franco se percibe como la obra más madura y
con mejor oficio en la corta filmografía de dicho cineasta mexicano.
Filmografía que para los estándares nacionales más bien es vasta y respetable,
ya que hacer cuatro largometrajes en 7 años es toda una hazaña para la gente de
cine de nuestro México.
El plano inicial, que asemeja el punto de vista de un hombre ausente, junto con ese impecable travelling que acompaña la caminata de “David” hasta dar alcance a su hija, son dignos de alabarse.
Por su parte, el guión (premiado en el festival de Cannes
2015) es cuidado y original: no solamente se trata de rendir tributo a la
extenuante labor de los enfermeros, también va revelando, de manera paulatina y
acertada, los detalles de la desgracia del protagonista. Por lo tanto, estamos
ante un argumento elegante, inesperado y que remata de una forma irónica y
plausible. Es precisamente ese trabajo de escritura, así como un elenco de
grandes actores, lo que le permite a “Chronic” sobresalir como una obra
orgánica y recomendable, la cual evita caer en las exageraciones de mal gusto
de los melodramas mexicanos y estadounidenses.