Call me old fashioned... please! | Por Mónica Castro Lara |
No hay manera más perfecta de empezar este artículo que escuchando "Cracklin' Rosie", cuya gran característica reside en ponernos a todos de buen humor, casi de manera automática. Obviamente a estas alturas ya sabrán que escribiré sobre Neil Diamond, que no sólo es uno de mis cantantes favoritos, sino que verdaderamente es una leyenda viviente y me provoca cachetear a todo aquel que se atreva a decir lo contrario. No se imaginan ni siquiera el éxito desbordado que ha tenido a través de cinco décadas de trabajo, pero justamente para eso estoy yo aquí, para platicárselos. 115 millones de álbumes vendidos, conciertos agotados y canciones estupendamente compuestas, son sólo algunos de esos ejemplos que les contaré a continuación con mucha más tranquilidad.
*Suena "...you got the way to make me happy... you and me we go in style..."*
Así como en mi
artículo anterior sobre Carole King, en esta ocasión también les platico cuál
fue mi primer acercamiento con la música de Neil Diamond: fue exactamente con
el álbum "12 Hits Volume II" que lanzó en 1982 pero que mi papá
compró ya en CD por ahí de 1995 (¿ven? no les mentí cuando dije que gran parte
de mis gustos musicales son gracias a mis papás). He de confesar que por muchos
años, me quedé únicamente con esas 12 canciones, que si bien son una excelente
selección de los tremendos éxitos que compuso, se queda algo corto con respecto
a su discografía total. El caso es que desde muy pequeña, he estado
familiarizada con "Love on the
rocks", "Beautiful
Noise", "Forever in blue
jeans" (una de mis preferidas del mundo mundial) “September Morn” y "America".
¡Ah! y también con la canción "Sooleimon",
pero es como un caso aislado porque estaba en otro disco que se llama
"Páginas del Pasado" y no precisamente en ese de éxitos que les
platico. En fin. Básicamente pueden darse una buena idea de lo mucho que me
gusta Neil... no físicamente verdad, aunque en su época vaya que emocionaba a
todas sus fans con su cabellera y sus atuendos extravagantes.
Brevemente les cuento algo de su biografía: nacido
en Brooklyn Nueva York, en una familia judía, Neil Leslie Diamond... esperen...
dejando a un lado lo ridículo que suena el Leslie, en realidad sí se llama Neil
Diamond... ¡Neil fucking Diamond! Existe la anécdota que, cuando iba a lanzar
su primer sencillo "Solitary
man" (que obvio es de sus canciones más conocidas), intentó ponerse
otros nombres artísticos: "Noah Kaminsky" o "Eice
Charry." Un asco total. ¿Se imaginan? Pero afortunadamente para nosotros y
desafortunadamente para él, recientemente había fallecido su abuela y, en una
especie de acto in memoriam, le dijo
a los de la disquera que dejaran el "Neil Diamond" y ya después él
trataría de arreglarlo. Pero no hubo necesidad alguna de hacerlo, así que lo
artístico lo traía también ya en el nombre.
Sus papás tenían una tienda de lencería para
mujeres llamada “Diamond’s” y vivían modestamente. Eran una familia bastante
tranquila que amaba la música y que los primeros acercamientos que tuvieron a
ella de modo más "profesional" fue cuando Neil se une al coro de la
escuela y comienza a tomar clases de guitarra. ¿Recuerdan que ya les había
platicado que él y Barbra Streisand fueron compañeros en la secundaria? Pues si
no lo recordaban, acabo de hacerlo. Un magnífico dúo que nos regaló "You don't bring me flowers"
escrita obviamente por Diamond. De hecho, en un inicio, la grabaron por
separado y a alguien se le ocurrió hacer un mash
up de ambas versiones. La disquera se da cuenta del éxito que tendría y
deciden grabarla juntos. Gracias Neil, gracias Barbra por hacernos creer en el
desamor de manera tan linda… y no es sarcasmo ehh.
Una vez que Neil domina
más o menos la guitarra, comienza a escribir canciones. Se da cuenta que es un
escape a su habitual y rutinaria adolescencia, que es una de sus pocas pasiones
e inquietudes y que, sobre todo, le trae buena suerte con las chicas. Tanto así
que, según lo que dicen varias de sus biografías, la mayoría de sus compañeros
le pedían constantemente que les escribiera poemas, como una especie de Cyrano de Bergerac moderno.
Años después entra a la universidad de Nueva
York a estudiar medicina con una beca de esgrima deportiva y déjenme decirles
que era un excelente esgrimista al ser un deporte que practicaba desde niño,
dando excelentes resultados a su equipo. Pero a pesar de todo ello, su gusanito
por la música seguía muy presente; seguido se ausentaba de clases para ir a las
disqueras en búsqueda de algún contrato favorable y, tras mucho esperar, Sunbeam Music Publishing le ofrece un
contrato de 16 semanas y con un pago de 800 dólares lo cual sonaba bastante
atractivo para el joven estudiante, por lo que decide abandonar por completo la
universidad.
Tras el fracaso de su primer álbum junto a su
amigo de la infancia Jack Parker y por lo tanto su despido de la disquera, la
presión llega a ser bastante fuerte para mi querido Neil, ya que no tenía un
trabajo fijo (¡ja! ¿dónde he oído eso antes?) y recién se estrenaba como esposo
y papá. Por lo tanto, tenía que conseguir algo bueno y en muy poco tiempo. Tras
varios intentos fallidos, su verdadero éxito como compositor fue gracias a una
cancioncilla llamada "I'm a
believer" interpretada por unos monos... ¡ah no! perdón... por “The
Monkees” a finales de 1965. Déjenme decirles que en realidad, esa canción la
grabó primero Neil obviamente al ser de su autoría, pero personas de la
disquera y creo que hasta el representante de la banda, le pidió a Neil que
hicieran el cover y bueno… resultó ser el éxito más grande de los Monkees y la
canción más popular del año 66. Aquí he de confesarles que sí, me gusta mucho más
la versión de Los Monos peeero, tal vez sea porque la he escuchado mil veces
con ellos y sólo unas cuantas con Neil. Tendré que reflexionar sobre eso.
Las buenas nuevas eran que el éxito de
Diamond, a partir de lo anterior, comenzaba a cosecharse dando excelentes frutos
como “Cherry, Cherry”, “Kentucky Woman” y obviamente “Solitary man” bajo la tutela de la
disquera Bang Records, gusto que les duraría muy poco al sentirse Neil medio
acorralado y presionado para escribir éxitos medio mundanos; él quería escribir
letras más profundas y a la disquera no le interesaba para nada. En el 68,
firma con Uni Records y bueno… me atrevo a decir que en esta época lanza las
mejores canciones en toda su discografía: “Sweet
Caroline” (que se ha vuelto un himno para los fans de los Red Sox de Boston),
“Red red wine”, cuya versión en
reegae en manos de la banda UB40 es más popular, “Song sung blue”, “Cracklin’
Rosie”, “Holly Holy” y la
maravillosa “I am… I said”. Si
alguna vez se han sentido en un dilema de identidad o simplemente con una mini
depresión, “I am… I said” es la canción perfecta para escucharla todo el día e
incrementar un poco todos esos sentimientos. De corazón se las recomiendo
ampliamente.
Comienza con su racha de éxitos, conciertos
y demás, y se aventura a componer el soundtrack de la versión en cine de
“Jonathan Livingston Seagull” que fue un rotundo éxito (escuchen “Be” todas las veces que puedan), muy
por el contrario de la película. Luego a inicios de los 80, protagoniza el
remake de la película “The Jazz Singer” de Al Jolson y la crítica se lo come
lentamente a mordidas. A pesar de ello, vuelve a suceder el fenómeno: mala
película, excelente y exitoso soundtrack. Punto para Neil. Dicha actuación le
valió una nominación a los Golden Globes como mejor actor y al mismo tiempo,
fue el primer ganador al Peor Actor en los Premios Razzie que año tras año
homenajea a lo peor del cine. Yo no he visto la película, sé de ella y de los
éxitos que salieron de ella, pero nunca he tenido la oportunidad de sentarme a
verla. Les prometo que muy pronto lo haré y les platicaré mi reseña. Nada de lo
anterior le impidió seguir con su carrera y por ello es el gran artista de hoy
en día.
Cuando decidí escribir sobre Neil en esta
ocasión, también fue por mi empeño a buscar una verdad que medio nos atormenta
a mi hermana y a mí: ¿por qué se han burlado tanto de él? La primera vez que me
lo pregunté, fue con la imitación de Will Ferrell en “Saturday Night Live” y
después en sketches de “Funny or Die” en donde lo ponen como… muy violento o no
sé. Obviamente me mata de risa, pero en realidad no sé bien por qué lo imita
así. Ya buscando más información y viendo como tres veces su “Behind the Music” de
VH1, encontré varias respuestas:
Los críticos medio lo detestan, porque sus
letras son sumamente melosas.
Le critican su mala escritura (creo que en
una canción conjugó mal un verbo)
La gente, o lo odia, o lo ama. No hay
términos medios.
Con el pretexto de que sus fans son muy
intensos, la gente lo odia.
Odiaron su actuación en “The Jazz Singer”.
Y finalmente, se burlan por sus camisas y
trajes brillosos.
Absolutamente nada de lo anterior ha impedido
que esté en las listas de canciones y cantantes más populares, o que venda
menos discos, o que llene menos estadios. El mismo Neil dijo que, muy a
principios de su carrera, tenía la opción o de complacer a la crítica o de
complacer a la gente. Obviamente escogió la última y se ha pasado por el “arco
del triunfo” cada crítica que le hacen. Y lo de su vestuario extravagante, es
una estupidez ¿o no? Él decidió vestirse así en sus conciertos como una manera
de ayudar al público a ubicarlo dentro del escenario y que inclusive la persona
más alejada pudiera distinguirlo. Como recibió muchas críticas por ello,
decidió vestirse así en TODOS sus conciertos y haciendo mucho más exageradas
sus camisas. Bravo Neil. El maravilloso Paul Shaffer dijo en alguna ocasión: “¿No llevaba Elvis camisas brillantes? The
Beatles llevaban 4 atuendos brillantes. Neil me encanta por llevar esas camisas
brillantes”. Fuck yeah! Espero ahora se entienda más el título de este
artículo.
Ahora, cambiando un poco de tema, está muy
en boga la nueva canción de Adele “Hello”, y no me lo tomen a mal, a mí me
encanta Adele, soy fan de sus discos, me sé el 80% de sus canciones y por
supuesto me encanta también “Hello”, pero ¿han escuchado “Hello Again” de Neil? ¡Es la cosa más rompe madres que existe! La
música, la letra, la interpretación… es una reverenda mentada de madre para los
que tenemos corazón de pollo. “It’s good to love you like I do…
and to feel this way when I hear you say “hello”…” ¿Quién demonios
escribe eso? Sólo una mente brillante y sensible como la de Neil. Se los
platico para que se den cuenta que existen otras canciones tituladas “Hello” y
que son todavía más buenas que las actuales (contando a la de mi querido Lionel
Richie eh).
El caso es que Neil no ha parado de
trabajar en 50 años. Hasta la fecha continúa componiendo canciones y
produciendo sus propios álbumes, el más reciente titulado “Melody Road” que en
verdad tiene excelentes canciones, como “Something
Blue”. Escúchenlo, no se van a arrepentir. Además, el hombre a sus 74 años
canta muy bien, toca la guitarra muy bien y sus letras siguen siendo muy
buenas. Así que aplausos miles para Don Neil Diamond. Ahora pregúntenme: “¿de
qué te arrepientes en este 2015?” La respuesta es simple: no haber ido al
concierto de Neil en México en abril. Con decirles que hasta cantó “Allá en el
rancho grande”. Qué coraje, caraja madre y sinceramente dudo que vuelva a
repetirse. Pero bueno, con todas sus canciones, tendré Neil Diamond para toda
la vida y vaya que eso me hace inmensamente feliz.
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La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!
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La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!