Telemetría | Por Jaime López Blanco |
Nos recibe con notable entusiasmo y
sencillez, así como la primera vez que lo conocimos en persona. Su habitual
curiosidad hace que pregunte sobre una bolsa de plástico que mi compañera lleva
en las manos. Se trata de un humilde obsequio para él, para el escritor
Fabrizio Mejía Madrid. ¿El motivo? Agradecerle la buena actitud y detalles que
ha tenido para con nosotros, ya que nos ha apoyado mucho con datos novedosos y
opiniones relevantes en materia de política, periodismo y cultura. No
cualquiera lo hace, y menos en una forma tan inolvidable y brillante.
Las palabras y narraciones de Fabrizio casi
siempre se caracterizan por encontrarle espacio justo a las digresiones, lo que produce que te
enteres de peculiaridades o episodios poco conocidos de los personajes sobre
los cuales se esté charlando. Todo esto en medio de la inseparable aura de humo
de tabaco que le acompaña. Por ejemplo, al versar sobre “Nación TV”, Fabrizio
saca a la luz hechos o momentos prácticamente inéditos, claroscuros de las
vidas de famosos como Raúl Velasco o Víctor Yturbe, “El Pirulí”. Asimismo,
cuando platica sobre las políticas culturales más destacables de la actual
administración federal, no tiene reparo en dar cuenta de las decisiones
contradictorias y polémicas tomadas por Raúl Cremoux, el otrora director de
Canal 22, cuya gestión generó más negativos que positivos para dicho canal
público.
Grosso modo, así es Fabrizio. Un hombre sin
“pelos en la lengua”, aunque con muchos pelos en la cabellera. La alopecia o la falta de lucidez en sus respuestas no
son cuestiones por las que tenga que preocuparse. Es indudable su genio al unir
los vocablos, los cuales desembocan en frases llenas de verdad o en enunciados
rebosantes de ironía. Lo mismo puede “sacarnos” una gran sonrisa al narrarnos
sus aventuras con una trabajadora sexual (véase la revista Proceso), como al
compartirnos sus pininos en el periodismo.
Nuestro más reciente encuentro tuvo como
motivos el hablar sobre cultura; ahondar en consejos para la buena escritura y
el admirable periodismo y; dialogar sobre las dinámicas que han caracterizado a
las políticas culturales de Peña Nieto (si es que existen). De eso trata la
presente entrevista. De construir comunicación digna y duradera junto con un
especialista en la misma. Espero que la disfruten mucho, al igual que nosotros
lo hicimos. Mucha tinta más para el genial escritor y periodista Fabrizio
Mejía.