Una chica vuelve a casa sola de noche (2014) bien podría definirse como una película western de vampiros con violencia romántica y marcadas alegorías al cine de culto de directores como Lynch, Jarmusch y hasta Tarantino, pero sin encasillarnos dentro de algún género cinematográfico porque no hay tal.
La ópera prima de la directora Ana Lily Amirpour, basada en su cortometraje del mismo nombre, relata en lengua persa la historia de una chica que gusta de dormir durante el día, escuchar vinilos, usar playera a rayas y salir en una patineta a chupar sangre durante la noche envuelta en un chador musulmán. Todo desarrollado en el jadeo y vaivén de Bad City, una ciudad ficticia de Irán, cruenta e indifirente, que bien podría ser cualquier urbe de la frontera norte de México, aunque a decir verdad la cinta fue filmada en las calles del sur de California.
Encarnada por Sheila Vand (Argo, 2012), la chica que sale de noche sorbe la sangre de sus víctimas porque su naturaleza así lo requiere y sin otro motivo que no sea el de saciar su sed. Sin embargo, con todo lo difícil que supone ser un vampiro en una ciudad descompuesta del siglo XXI, la chica siempre se guía por un código moral que le impide matar a placer y sólo clava sus deliciosos colmillos retráctiles a yonquis, lúmpenes y marginados de la sociedad; para después volver a su pequeño apartamento -sola- a escuchar vinilos de post punk revival.
Esta historia de terror se torna un drama de amor en el momento en que la chica se topa con Arash (Arash Marandi), un chico de extracción humilde con sueños de fuga y un gato cuya familia se ha desbaratado tras la muerte de su madre y cuyo padre es adicto a la heroína. Ambos personajes desde sus trincheras y realidades emprenden una suerte de romance estira y afloja en el que directa o indirectamente se ven aludidos todos los personajes, incluso la actuación del gato juega un papel importante en el torno de la historia.
La otra gran protagonista de la historia es la música. Más allá de ser un complemento fílmico natural, el soundtrack de la película tiene sus propios diálogos dentro del guion y no exagero al decir que los mejores momentos de la cinta siempre son acompañados de música que va del pop al indie-rock, pasando por acordeones y trompetas hasta llegar a la electrónica del medio oriente.
Narrada visualmente en blanco y negro al alto contraste, Una chica vuelve a casa sola de noche fue parte de la Selección Oficial del -voluble- Festival de Sundance y cosechó algunos galardones importantes alrededor del mundo.
2014: Premio Ciudadano Kane al mejor director revelación y Premio del Jurado Joven de la Selección Oficial Fantástica. Festival Internacional de Cine de Cataluña-Sitges. España. │ Premio Revelación. Festival de Cine Estadounidense de Deauville. Francia.│Mención Especial al largometraje de ficción. Festival Internacional de Cine de Hawái. Estados Unidos. | Premio Bingham Ray al Director Debutante. Entrega de Premios Gotham al Cine Independiente. Nueva York, Estados Unidos.
Señalada por algunos críticos como un nuevo clásico de vampiros, este humilde reseñista no la considera una película para ver en familia con palomitas y golosinas sino más bien para acompañarla con aspirinas y sueros tras una resaca de día de muertos.
Actualmente la cinta forma parte de la exhibición del 35 Foro Internacional de la Cineteca que estará visitando algunas ciudades del país. Consulte sus guías locales.
Acá las rolas de la peli:
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