Call me old fashioned… please! | Por Mónica Castro Lara |
“If you have to ask what jazz is, you’ll never know”-Louis Armstrong-
Les confieso que cuando comencé esta
maravillosa sección de música en Sputnik, no logré imaginar lo mucho que me
encariñaría con ella y que, realmente sin pensarlo demasiado, la encaminé hacia
uno de los temas que más me han impactado en la vida: el jazz. Ello me ha
permitido enamorarme y asombrarme con cada dato que leo y con cada pieza que
escucho. Si por gustarme la música y los artistas que escucho la gente decide
llamarme anticuada, ¡pues que así sea hoy y siempre! He dicho. Por eso también
me encanta el nombre que escogí para mi sección. Así que espero seguir
escribiendo sobre las grandes leyendas del jazz, pero también comenzaré a re
direccionar mi sección hacia otra música y otros artistas, para así platicarles
sobre mis otras obsesiones musicales post la Era del Jazz. Eso será en otros
artículos, se los prometo.
Y bueno, una vez más el destino interfiere
de manera increíblemente positiva en este artículo. Hace un par de meses, llegó
a mis santas manos el libro “Guía
incompleta del Jazz” del maravilloso caricaturista mexicano Eduardo del
Río, mejor conocido como “Rius” y déjenme decirles que es una verdadera
chulada. Imposible no leerlo completo desde la primera sentada; el libro nos
transporta al mundo del jazz de una manera que sólo el gran “Rius” puede
hacerlo: a través de excelentes ilustraciones, relatos históricos y cómicos,
datos interesantísimos y una línea del tiempo muy fácil de comprender. En pocas
palabras, es EL libro para todos aquellos amantes del jazz y que queremos
conocer su historia. Recuerden que yo apenas comienzo a hacer mis “pininos” en
este tema, así que indudablemente me enamoré del libro y quisiera compartirles
a grandes rasgos el contenido de éste.
El libro comienza explicándonos que el jazz
es una música predominantemente negra, creada obviamente por negros
influenciados por todo tipo de ritmos africanos. Dichos negros (siento que ya
dije mucho la palabra “negros” y en verdad no quisiera sentirme tan racista
como lo estoy sintiendo) llegaron a Estados Unidos como esclavos y a fines del
Siglo XIX, gracias a la guerra, surgen cantos de trabajo –esclavitud- y música
militar cuyos principales instrumentos se volvieron esenciales para el jazz: la
trompeta, el clarinete y el tambor occidental. Único punto a favor de la
guerra. Y todo lo anterior se desencadena en la considerada cuna del jazz: Nueva
Orleans. Es en este maravilloso lugar donde se forman bandas de música de
negros (otra vez con el “negros”) que le dan vida a la ciudad tocando en actos
políticos, entierros, bailes, fiestas y por supuesto, en los famosísimos
burdeles. Cito textualmente: “[…] sin
exagerar, puede decirse que el jazz nació de madre prostituta y padres curas y
militares”. Hasta se me enchina la
piel de sólo leerlo, qué nacimiento tan extravagante y qué magnífica frase.
Pronto nació el llamado “estilo Nueva
Orleans” y grandes músicos comenzaron a darle vida al jazz como King Oliver,
Jelly Roll Morton y por supuesto Louis Armstrong, sin embargo en 1917 con la
Primera Guerra Mundial, el gobierno convirtió a Nueva Orleans en base naval y
adiós bares, adiós prostíbulos, adiós salones de baile y adiós jazz. Todos se
tuvieron que transportar a otra parte: Chicago y Nueva York. Y es en 1920
cuando se da la famosa “Prohibición” en donde los que no bebían ni una gota,
pronto se volvieron alcohólicos y en donde los bares clandestinos eran la orden
del día. Aquí surge la llamada “escuela de Harlem” con artistas como Duke
Ellington y Nat King Cole. ¿Ya ven? Sí sé un poquito del tema.
Este extraordinario libro, también nos
habla de los pianistas, trompetistas, saxofonistas y gargantas más
representativos del jazz (incluidas mi par consentido de amigas Ella y Billie),
así como de la evolución musical del mismo y quiénes fueron los encargados de
ello. También contiene un importante e interesante diccionario junto con un
árbol genealógico y una lista excepcional de 50 obras maestras del jazz
recomendadas por el mismísimo “Rius”. En fin. Podría pasarme toda la tarde
transcribiendo este maravilloso libro, pero la verdad es que prefiero meterles
el gusanito y animarlos a que lo compren, es una verdadera joya y no se van a
arrepentir. Es más, si quieren regalarme otro, no hay problema, podría tener
una amplia colección del mismo libro y viviría como la excéntrica mujer con
miles de copias de “Guía incompleta del jazz”.
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La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!
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La Autora: Publirrelacionista de risa escandalosa. Descubrió el mundo del Social Media Management por cuenta propia. Gusta de pintar mandalas y leer. Ácida y medio lépera. Obsesionada con la era del jazz. Llámenme anticuada… ¡por favor!