Por Rocío Hernández Carrillo |
¿Cuántas veces has escuchado alguna variante de la frase “Estudia para ser alguien en la vida”? Al menos yo, sí he crecido con muchas frases de este tipo pero, ¿y si te dijeran que muchas de las escuelas en realidad son fábricas de fracaso donde sólo un bajo porcentaje de los egresados están capacitados para iniciar una licenciatura?
“Waiting for Superman” es un documental dirigido por Davis Guggenheim (ganador del Óscar por Una verdad inconveniente) y nos habla sobre la baja calidad de la educación pública en los Estados Unidos, donde nos plantea los principales factores que la tienen estancada y las estrategias que se han llevado a cabo para levantarla. Nos da cifras bastante duras y el panorama de la educación a través de las historias paralelas de cinco niños prometedores que en un futuro se enfrentarán a los obstáculos del sistema educativo de su país.
El documental tiene muchos puntos importantes, el principal es que en Estados Unidos la escuela pública está fallando mucho a pesar de todas las políticas que se han implementado para mejorarla, nos presenta a algunos personajes que se han propuesto cambiar esta situación, todos ellos tienen algo en común, son vencidos por el sistema que pretenden derrocar; entre sus principales enemigos se encuentran los sindicatos que a veces, en vez de ayudar, parecen ser un grave problema social.
Este peligroso sistema de educación tiene a los niños estadounidenses en los puestos más bajos en las estadísticas de matemáticas y ciencias de los países desarrollados. Este sistema ha convertido a las escuelas públicas en fábricas de desertores, que a pesar del constante aumento en el gasto educativo, no parece que vaya a cambiar, pues sólo un bajo porcentaje de estos niños demuestra tener habilidades en matemáticas. Los lugares con menos recursos de Estados Unidos tienen las cifras más altas en deserción, la mayoría son chicos sin aspiraciones ni metas, son muy pocos los que logran terminar la preparatoria y ni hablar de los que llegan a la universidad, tristemente la mayoría de los que no pudieron acceder a una licenciatura terminan en la correccional.
También nos muestra qué son las charter schools, escuelas públicas que tienen un alto nivel educativo donde ingresar es muy difícil por la larga fila de solicitantes. Para elegir a los de nuevo ingreso someten a los aspirantes a un sorteo, que en mi opinión es un tanto inhumano, ya que tener educación de calidad no debería ser cuestión de suerte. Cualquiera podría pensar que el documental está en contra de la escuela pública, pero no creo que sea así; simplemente es una realidad que enfrentan muchos países. La educación privada muchas veces nos ofrece mayores oportunidades para nuestro futuro porque el número de escuelas públicas de calidad es muy pequeño, o al menos así sucede en México y Estados Unidos, aunque no en todos los niveles educativos.
Hay muchas personas interesadas en cambiar esta situación; profesores preocupados por sus alumnos, padres preocupados por sus hijos, alumnos preocupados por su futuro, pero también esta preocupación es fugaz; un día pensamos que todo está mal, que el sistema debe cambiar y al siguiente somos nosotros mismos los actores principales de la película “La educación que merecemos” producida por “El sistema que nos quiere idiotas films” y dirigida por “nuestra flojera infinita”.
El sistema educativo estadounidense tiene muchas cosas en común con las fallas del sistema educativo mexicano, con la diferencia de que nuestro país está en los puestos bajos de la lista de países en vías de desarrollo. Cambiar las cosas no depende sólo de profesores y estudiantes, es un asunto de gobierno, directivos, padres y alumnos, todos deben actuar con decisiones firmes y asumiendo las obligaciones que les corresponde, cada uno debe asumir su papel y sólo así se logrará un cambio.
Pero mientras, cada uno puede hacer lo suyo y sobresalir ante los demás, pues el rezago educativo seguirá ahí, destruyendo naciones y creando personas mediocres. Porque nadie hará nada por nosotros, ni siquiera Superman.