Cinema Coyote | Por Alex Carrillo |
"Va a llegar un día en el que la Academia tendrá que otorgar dos Óscares a Mejor Película", fue la conclusión más certera que escuché al hablar de la obra del director Damien Chazelle, ganadora de tres estatuillas en las categorías de Mejor Actor de Reparto, Mejor Sonido y Mejor Montaje.
Y es que Whiplash es lo más parecido a la obra ganadora de Iñárritu y enarbola un discurso fílmico bastante similar tanto en lo argumentativo como en lo técnico. Además del jazz, los planos secuencia, la adrenalina en extremo y el drama llevado a niveles nauseabundos mediante actuaciones sublimes; ambas cintas trastocan aspectos fundamentales de la condición humana y el deseo de "ser alguien" a costa de todo.
La historia gira alrededor de Andrew (Miles Teller), el hijo de un escritor frustrado que tras el abandono de su madre, creció entre platillos, bombos y tarolas; y cuyo único objetivo es destacar en la mejor escuela de música del país y convertirse en uno de los mejores bateristas de la historia del jazz.
Mención aparte merece la actuación de J.K. Simmons (ganador del Óscar como Mejor Actor de Reparto) que en el papel del frenético-obsesivo-hijodeputa Terence Fletcher, encarna a un profesor con métodos poco ortodoxos que pondrán al límite el carácter y el temple del jóven Andrew, mediante buenas dosis de ataques psicológicos que lo llevarán a la hemorragía. Todo para saber de qué está hecho y si tiene los arrestos para ser el próximo Charlie Parker que, dicho sea de paso, no fue Charlie Parker hasta que Jo Jones le lanzó un platillo a la cabeza.
Del director se espera un futuro brillante. Con apenas treinta años y dos películas dirigidas, Damien Chazalle acuñó la idea de Whiplash a raíz de un cortometraje de 18 minutos que se exhibió en el Festival de Cine de Sundance y que pronto dio para más. El propio realizador reconoció que hay algo autobiográfico en la película, ya que durante muchos años intentó convertirse en un gran músico, aunque con el paso de los años tuvo que abandonar esa idea y optó por convertirse en un gran cineasta. Menos mal.
Sin duda una cinta obligada para todos los melómanos. Me fue inevitable pensar durante toda la película en cierto baterista desaparecido que conocí hace algunos años y que como otros tantos músicos que al final no lo fueron, es tan imprescindible como los espacios blancos que separan las palabras de este texto.
Les dejamos aquí el tráiler y el soundtrack de la excepcional Whiplash. Recuerden que tras el éxito obtenido en los Óscares, el largometraje está de vuelta en nuestras salas de cine y deberían verla si saben apreciar las actuaciones memorables y las películas bien logradas. Una joya.