Por Juan Carlos Zamudio |
La ausencia de Rita Guerrero dentro de la escena nacional se sigue
resintiendo, y no es para menos. Hasta ahora ese espíritu revolucionario
e idealista que la caracterizó durante toda su vida no ha podido ser
igualado. Rita murió el 11 de marzo de 2011 a los 46 años, a causa de una férrea batalla contra el cáncer de mama; la única lucha que perdió.
Rita Guerrero fue mucho más que la vocalista y co-compositora de la banda Santa Sabina.
Fue una artista multifacética, hambrienta por expresarse. Desde los 10
años ingresó al Taller Infantil de Música del Departamento de Bellas
Artes y, de ahí en adelante, su vida giró alrededor de la música.
Estudió piano en la Escuela de Música de Guadalajara, aunque por
rebeldía abandonó esta faceta. Aparentemente, la música circulaba por su
sangre, ya que su padre fue trompetista y su abuelo clarinetista. A pesar de tener 10 hermanos, Rita logró formar su propio camino y trascender en la historia.
Con Santa Sabina grabó cuatro discos de estudio y dos en
vivo. El grupo logró trascender a la historia del rock nacional, hasta
que finalmente en 2004 sus integrantes se separaron. A pesar de
ello, su carrera artística no terminó ahí, ya que siguió impulsando
proyectos de música como Ensamble Galileo y el Jardín de las delicias.
Rita Guerrero sigue vigente. Ella es un símbolo de la lucha implacable por alcanzar los sueños.
Como su nombre lo dice, Rita fue una Guerrera en todos los sentidos:
Desde que decidió a los 19 años venir sola a la Ciudad de México a
estudiar actuación, hasta cuando brindó su apoyo al EZLN.
Por eso y por la maravilla de su voz de la que nos hemos perdido: Rita Guerrero, te extrañamos.
Vía Chilango
Vía Chilango