Así es, a más de 20 años de haberlos
conocido (públicamente al menos) seguimos hablando de ellos, recientemente
porque fueron organizadores del primer Festival de la Resistencia y las
Rebeldías, evento del que desafortunadamente no les podré hablar por la
sencilla y triste razón de no haber asistido. De lo que sí les puedo hablar, es
de otro montón de cosas que a lo largo de mis veintitantos años me han tocado
ver, leer, probar, escuchar o sentir. En esta primera entre de El Gallo Rojo (que pretende
abordar temas tan diversos como las variedades de mole en Oaxaca o los grados
de cinismo de nuestros gobernantes), les voy a hacer una serie de
recomendaciones orientadas a esos personajes mencionados arriba, quiénes se
lanzaron a los chingadazos después de que el presidente más orejón de la
historia mundial firmará el Tratado de Libre Comercio con nuestros vecinos del
norte.
La primer recomendación es de carácter
cinematográfico, del género documental específicamente. Imaginemos el contexto:
México, año 2000, un empresario ranchero (sí, lo digo con peyorativa
intención) quién más nos "divertiría" con
frases como “los mexicanos hacemos
trabajos que ni los negros quieren hacer”, que trataría a sus invitados con
delicadezas como “comes y te vas” y
que pondría de pestañas a las feministas mexicanas con comentarios del tipo “lavadoras de dos patas”; representa el fin de una
era de gobiernos tecnócratas (priistas pa’ acabarla de chingar), en fin, un
nuevo siglo con todas las de la ley. El empresario ranchero preside el gobierno
mexicano y promete durante su campaña resolver el conflicto en Chiapas en tan
sólo 15 minutos, seguro tenía la intención de romper algún récord o algo así.
Por su parte, nuestros amigos Zapatistas recorren el país en una campaña que busca
apoyo y respeto a los Acuerdos de San Andrés. Una comunidad purépecha se
prepara para recibirlos, se organizan para montar un templete, limpian las
calles, los músicos se reúnen para practicar sus mejores notas, y
particularmente, los niños de la escuela primaria ensayan una obra de teatro de
donde se toma el nombre para una película: “Caminantes”.
En su obra, Fernando de León Aranoa, además
de una imperdible entrevista con el subcomandante Marcos, muestra las
perspectivas de varios personajes del pueblo purépecha en relación a la
situación en la que han vivido (situación que se extiende por todas las
latitudes del mundo), situación que los lleva cada vez más a emigrar buscando otras maneras de subsistir al modelo neoliberal que nos ha pasado a
chingar a la mayoría y que en lo particular, a ellos, les ha dejado niveles de despojo,
abandono, explotación, desintegración y toda una serie de circunstancias a las
que ni a ti ni a mí nos gustarían vivir, y que sin embargo, hemos contribuido a
su permisión. En fin, vean el documental
y juzguen, aquí se los dejo.
Ojo, no está completo, le falta la parte
final que para mí es la más emotiva, en ella, el subcomandante Marcos se quita
el pasamontañas y rebela por fin su identidad, si eres bien huevón y no te
interesa ver el documental, pero igual sientes morbo por saber quién está
detrás de esa enigmática figura, puedes ver al sub sin pasamontañas aquí:
Pero cuidado, no todo es despojo y
abandono cuando se habla de nuestros pueblos originarios, y aquí va la segunda
recomendación para nivelar la balanza y darnos cuenta de que no todo está
perdido. En fechas recientes tuve la oportunidad de tener acercamiento con el
Instituto de Investigaciones Interdisciplinarias en Medio Ambiente de la
Universidad Iberoamericana de Puebla, específicamente con el Dr. Benjamín Ortiz
Espejel, a quién agradezco públicamente haberme regalado el libro “México,
regiones que caminan hacia la sustentabilidad”, escrito por él y el Dr. Víctor
M. Toledo. En su libro, los doctores Ortiz y Toledo plasman los resultados de
una serie de investigaciones en torno a empresas sociales (muchas de ellas
asociadas a cooperativas zapatistas) que se desarrollan en la línea de la
sustentabilidad (entendida como empoderamiento social). Estas empresas se
ubican principalmente en comunidades indígenas que a través de su cosmovisión,
desarrollan actividades económicas manteniendo siempre presente la preservación
y cuidado del medio ambiente y los recursos naturales. El libro agrupa más de
2 mil proyectos de este tipo y como dije al inicio de este párrafo, nos devuelve
un poquito la esperanza en un mundo cada vez más desesperanzado. En fin, ojalá que puedan atender estas recomendaciones cinematográficas y si quieren hablar hablar más sobre el asunto, pues échenme un grito.
El Autor: Realizador audiovisual, cinéfilo, futbolista, fotógrafo y escritor amateur. Aquí está mi FB.