Cinetiketas | Por Jaime López Blanco |
"La teoría del todo", uno de los ocho
films que compiten en la categoría de Mejor Película en la edición 2015 del
Oscar, llega a las pantallas mexicanas ofreciendo - en apariencia - una
historia atractiva sobre el Rock Star
de la ciencia, Stephen Hawking, físico y cosmólogo británico. La cinta,
dirigida por el también documentalista James Marsh ("Man on wire";
"Project Nim"), enfatiza la relación de Hawking con su primera esposa
Jane Wilde y la manera en cómo ambos tuvieron que lidiar, durante décadas,
desde 1965, con la enfermedad muscular degenerativa que ha padecido el otrora
astrofísico inglés.
Lo positivo. Se trata de un proyecto ameno
para la audiencia, que hace pasar un rato agradable y que goza de buenas
actuaciones; en particular, la de Eddie Redmayne, quien encarna a Stephen Hawking desde sus estudios de Doctorado,
en la Universidad de Cambridge, hasta su jubilación y situación actual.
Redmayne aborda su personaje con compromiso y responsabilidad, nunca cae en la
caricatura fácil o en los maniqueísmos innecesarios. Es tan compleja su
actuación que irradia sutileza en cada una de sus gesticulaciones y miradas. El
control de su cuerpo es más que extraordinario y el trabajo del departamento de
maquillaje y peluquería en su personaje es espectacular.
Junto con Eddie Redmayne, se logra destacar
Felicity Jones, actriz británica que personifica a la primera esposa de Stephen
Hawking, Jane Wilde, mujer religiosa
que, mediante la fe y la lealtad, trata de sacar adelante la enfermedad del
físico británico. Jones cumple correctamente con su papel, al transitar de la
mujer enamorada y decidida, a la esposa abnegada y cansada de la enfermedad de
su esposo.
Otro acierto de la película es que
desmitifica el matrimonio idílico que abunda en las películas hollywoodenses
que versan sobre personas de la vida real, quienes trascienden todos los
obstáculos o adversidades de la existencia a través de guiones abarrotados de
escenas ramplonas o extremadamente cursis. El film de Marsh se siente más
realista y natural, quizá eso se deba - en parte - a su experiencia como
documentalista. Sin embargo, a veces peca de contenido, no termina de explotar.
Esto sería lo negativo del filme en cuestión.
A pesar de que la vida del científico
Stephen Hawking es una historia tan fascinante, la cinta se quedó demasiado
corta; le falta garra en su
tratamiento, carece de audacia en el desarrollo y puesta en escena del guión. Se
extraña el punto de vista, sobre la enfermedad de Hawking, percibido desde su
propia mente, algo muy al estilo de "La escafranda y la mariposa"
(2007) de Julian Schnabel. Marsh opta por lo correcto, por lo positivo, tanto
que hasta la musicalización de su cinta raya en lo meloso o exageradamente
romántico. Además, el final es flojo, ya que luce desangelado y desconectado de
la historia principal.
"La teoría del todo" es una cinta
entretenida que hace pasar un buen rato en la sala de cine, con una modesta y
rescatable producción, pero que deja pendiente esa "gran explosión"
de placer y homenaje que merecen una mente y vida como las de Stephen Hawking. Buena
a secas, una ecuación cinematográfica que no termina por desarrollar la fórmula
que promete.