Gone Girl: matrimonio, buen cine y mortaja del cielo bajan

Podría inscribirse dentro del thriller dramático o el género noir. Lo cierto es que se trata de uno de los mejores proyectos ejecutados por David Fincher.

Cinetiketas-
Por Jaime López Blanco-

Voz en off mediante la cual escuchamos hablar a “Ben”: “Quisiera abrirte el cráneo para desmenuzar lo que tu cabeza está pensando”. Encuadre a una mujer de melena rubia que a la larga volteará a vernos directamente a los ojos. Se trata de “Amy”, quien a pesar de tener de fondo el diálogo oscuro de su agobiado esposo, nos seduce con esa linda sonrisa, tan tierna, tan afable. Dos personajes revelados en  tan sólo un encuadre: seamos bienvenidos a la nueva obra maestra de David Fincher.
  
“Gone Girl” o “Perdida”, la más reciente película del realizador estadounidense David Fincher (“Seven”; “Fight Club”; “Zodiac”; “The curious case of Benjamin Button”; “The social network”), podría inscribirse dentro del thriller dramático o el género noir. Lo cierto es que se trata de uno de los mejores proyectos ejecutados por el realizador antes mencionado.


¿De qué va la historia? Basada en la novela homónima de Gillian Flynn, quien también adapta por primera vez un argumento al cine (y que bueno que sea con su propio material, porque eso garantiza una fidelidad a la esencia de su texto), el film nos cuenta sobre una relación idílica de pareja entre “Nick” (personificado por el irregular actor estadounidense Ben Affleck) y Amy (interpretada por la británica Rosamund Pike), quienes en su quinto aniversario de casados vivirán un acontecimiento que dará un vuelco total a sus existencias.

El mejor logro de esta cinta es su guión, sumergido entre deliciosos y cínicos diálogos entre varios de sus personajes, con una tonalidad oscura que raya en el humor negro, pero que también se destaca por su inteligencia y destreza para presentarnos un relato que juega con la audiencia. Aunado a esto, los giros de tuerca son sensacionales; algunas veces estarás del lado de uno de los protagonistas y otras tantas terminarás por estar en su contra.

Lo malo es la interpretación errónea que muchos puedan darle: algunos hombres podrían tomar como pretexto esta película para victimizarse o justificarse. Craso error. Se habla de lo complejo de las relaciones humanas y del matrimonio, pero no se hace (al menos en mi opinión) para seguir fortaleciendo los estereotipos culturales de la eterna lucha de los sexos, sino criticando a ambos cuando la relación es enfermiza. No hay bando ganador o al cual pueda sumarse sin condiciones, ya que ambas partes pueden ser víctimas o victimarios dependiendo el círculo vicioso o las conveniencias existentes dentro de la relación.

Lo cierto es que se trata de una historia audaz, que habla sobre el empoderamiento femenino, pero que también revela lo oscuro del individuo humano, no importando que tenga pene o vagina. Y todo esto se traduce bien al celuloide, a la imagen, gracias a una eficaz dirección por parte de Fincher y con un grandioso emplazamiento de cámaras del fotógrafo Jeff Cronenweth.

La historia jamás decae, a pesar de sus 145 minutos de duración, y no se pierde entre diversas circunstancias -las cuales enriquecen el relato- ni con la aparición de una gran variedad de personajes (otra esplendidez del argumento). También existe una crítica al amarillismo de los medios de comunicación y a lo oscuro y manipulable del individuo en masa. La banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross es otro de los aciertos de la cinta: su onda rock, junto con esos acordes instrumentales, le inyectan mayor tensión y dinamismo a lo que se está viendo, evitando así caer en la manipulación de muchas de las películas de este tipo o en el tremendismo acústico, ridículo, digno de capítulos de “Mujeres asesinas” o “Mujer, casos de la vida real”. 
   
  
Rosamund Pike, la actriz británica que interpreta a “Amy”, vista en películas como “Barney´s Version” (2010), “An education” (2009), “Pride and Prejuice” (2005), o más conocida por haber sido una de las chicas Bond en “007, Another day for die” (2002), está sumamente espectacular. Estos serán el personaje y la película que cambien el curso de su carrera cinematográfica, ya que es el mejor papel que ha interpretado hasta la fecha. Energizante, seductora, maquiavélica, versátil. Una exquisitez de papel; el sueño de cualquier actriz que muere por este tipo de roles.

En suma, película ampliamente recomendable y más que digna para ser seleccionada entre las nominadas de los próximos Oscar. Sería una elección diferente, tanto por su género como por su manufactura argumental y cinematográfica que irradian madurez e inteligencia. Seamos bienvenidos a la nueva obra maestra de David Fincher, el cual está más fino que nunca; luminosamente sombría.


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