Publicado en La Jornada
Por chava Rock
México, DF. La ciudad de Tijuana creció y se multiplicó en los últimos 30 años. Su condición fronteriza la coloca en el ojo del mundo, además de ser un referente en la música, sobre todo en el rock. Es, como bien dice su lema, la puerta de México, también ha sido cuna y motor de varios géneros musicales importantes.
El blues llegó a la Ciudad de México gracias a Javier Bátiz, un músico tijuanense y gran guitarrista que a sus 70 años sigue tocando con gran sentimiento, como si aún fuera aquel chico que le mostró los primeros acordes de rock a Carlos Santana. En Tijuana fue el encuentro de estos dos pilares del rock, uno miró hacia el norte, allá se desarrolló, el otro viró hacia el sur y trajo la música de los negros al DF.
El blues y el rock fue uno de los primeros puentes que se tendió entre el centro del país y Tijuana, de allá vinieron Love Army y El Pájaro Alberto, Peace and Love y tantos otros. Por eso fue muy emotivo que como parte de las celebraciones por los 125 años de la fundación de Tijuana, se efectuará el concierto Tijuana en Blues.
Tijuana en Blues
Bajo la propuesta ciudadana de Octavio Hernández (reconocido promotor cultural y periodista) y con el apoyo del Instituto de Arte y Cultura de Tijuana (IMAC), es que se pudo reunir en este encuentro de blues a dos grandes personajes, Javier Bátiz y José Cruz con su Real de Catorce. El primero es quien nos mostró el blues y el segundo, quien le dio un sello al blues mexicano. El festival se completó con la participación de Hola Soy Lola y Pachuco Blues.
El escenario se montó en el cruce de la Av. Revolución con Calle 1, en una especie de frontera entre la céntrica Tijuana y los barrios bravos, bajo un arco gigante, que se puede ver desde las lejanas montañas. La noche del 26 de julio abrió Hola Soy Lola, que es la base del concepto nombrado Blues & Jam Fronterizo; Lola toca la batería y canta, lo ha hecho así desde hace 9 años, ella se inició con Javier Bátiz, su mentor, en poco tiempo ha abierto un espacio importante para el blues en la entidad, sobre todo con el concepto de jams (palomazos). En la guitarra está un viejo punk de los años 80, Armando Bravo “El Rocanroñero”, quien vivió en el DF, y militó en bandas como El Podrido y Sus Gérmenes, Vómito Nuclear y Colectivo Caótico. Emigró al norte y allá se integró a Hola Soy Lola desde hace tres años. El guitarra líder es tapatío, Arturo Cárdenas, radicó un tiempo en Los Ángeles, regresó a Tijuana hace cinco años. Stephanie Pérez es la joven bajista, hija de Lola, se integró al grupo en 2012. Mario Bernal es el bataco, desde los 14 años está tocando, paró siete años, después de tocar cuatro días por semana en Los Ángeles, dejó la música versátil y ahora se metió de lleno al blues.
Otro de los alternantes fue Pachuco Blues, comandado por Ismael Vidal, un músico legendario, con más de 40 años de carrera, que le han dado a sus manos un toque especial para ejecutar el blues y rock clásico. “Hemos estado aferrados en contra de la marea, en contra de lo que nos topamos en la pared, en contra de gente que no está documentada con este tipo de género, seguimos batallando para seguir fieles a esto, el día que me toque morir y tenga la oportunidad, si es que me dan la quebrada de mirar a mi creador, le diré: lo hice a mi manera, yo me aferré a lo mío, no traicioné la camiseta.
“Tengo más de 40 años tocando, con Pachuco Blues ya llevo 25, mi onda es que queremos ir a México, a Guadalajara, porque solo hemos tocado en toda la Baja (California) y parte de Sonora, pero bien se sabe que es medio difícil. Todos los viernes tocamos en el bar El Gendarme, ubicado en la Calle 7, entre Revolución y Constitución, de nueve a dos de la mañana. Puro blues y rock clásico. Somos tres nada más, pero es como si estuvieran oyendo a ZZ Top, pero blueseado, afortunado soy porque estoy rodeado de buenos músicos”, expresó el cálido Ismael.
Real de Catorce
“Fue una gran experiencia estar en Tijuana, sobre todo por el nivel de importancia que le dieron a esta serie de eventos, con la presencia de Javier Bátiz y bluesistas connotados, sentí mucho cariño de la gente, respeto. También de parte de mi admirado Javier Bátiz, por él amé el blues, la primera vez que lo escuché fue en el DF, en la Pista de Hielo Insurgentes, me llevaron allá a los nueve años, jamás aprendí a patinar, allí lo descubrí, me le quedé viendo cómo tocaba y quedé impactado, me enamoré del blues.”, comentó en entrevista la voz de Real de Catorce.
El concierto de José fue muy emotivo, pudo estar sobre el escenario casi tres horas, se vio fortalecido, gracias también al tratamiento alternativo que está tomando en su lucha contra la esclerosis múltiple que padece. Desde el escenario sintió el abrazo del público. “Me impresionó ver y sentir la importancia que tiene la cultura, el blues y el rock, esta forma de expresión humana en la gente de edad y la gente joven, y ver la diversidad cultural, cada ciudadano es un personaje que tiene una historia, esa historia me parce a mí que es como la defensa de su propia nacionalidad o de su integración a la cultura norteamericana”, señaló el cantante.
Javier Bátiz
Javier es una leyenda, es muy respetado en Tijuana, tanto por el público en general como por autoridades, lo que se comprobó durante su actuación. Desde hace años en sus conciertos, se baja del escenario para interactuar con la gente, quien gustosa se le acercó para tomarse la foto, mientras Bátiz tocaba y se perdía entre admiradores, que lo consienten – apapachan - idolatran. Así destiló un buen blues, acompañado de su esposa, la cantante y baterista Claudia Madrid, y una serie de músicos jóvenes, chavos que se han acercado al “Brujo” y que en vivo enseñan lo aprendido.
Después de concluir su actuación, Bátiz subió al palomazo con José Cruz, el encuentro de dos mundos, al que también se unió Ismael Vidal, de Pachuco Blues. Esta fue una de las partes más significativas del festival, que también gustó a los músicos, quienes después planearon hacer algo juntos en un estudio de grabación.
En posteriores entregas, les hablaré un poco más de los grandes músicos que ha dado la escena de Tijuana, como Luis Güereña (Tijuana No), Elena Coker, Nortec y El Pájaro Alberto (Love Army y Sacrosaurio).
Mi Ñero Pasa la Bacha
Machingón al Lunario. Este 9 de agosto el grupo Tapatío Machingón se presentará en el Lunario, en la Ciudad de México, la banda ha grabado tres disco: Guapacha Pagüer, Machingón que Nunca y Greit Jits Vol. 1, éste último es el que presentarán en directo, a partir de las 20:00 horas.
La banda es divertida, maneja el humor y el doble sentido, bajo un sello que han nombrado guapacha pagüer. Esto nació, comenta en entrevista el grupo, cuando les preguntaban los promotores de conciertos: “¿qué tocan? Algo como guapachoso y poderoso, contestábamos, por eso al disco le pusimos Guapacha Pagüer, dijimos que íbamos a inventar un nuevo género, pues no le hallábamos uno a lo que hacíamos, ya ves que los mexicanos nos la rifamos para los inventos maniacos”, expresó Pablito Makabrito, voz del septeto.
La banda está tomando un nuevo aire, a raíz de su participación en el Vive Latino, previamente se les había invitado a que le abrieran a Los Fabulosos Cadillacs, pero no se concretó. Recién editaron el disco Greit Jits Vol. 1, “es de covers pero al estilo Machingón, son rolas de Los Yonics, Bronco, Los Bukis, de Mi Banda el Mexicano, puras payasadas, pero al estilo Machín. Estamos trabajando ya en el disco de temas originales, que presentaremos después”, apuntó el vocalista.
Los músicos suben enmascarados, para esta ocasión abrirán Ray o Backs y Ho Opono Pono (Monterrey), además de que entre los invitados estará Elis Paprika, Galileo Ochoa, guitarrista de Cuca, Armando Palomas y Rigo Tovar hijo, entre otros. Ahora para el Lunario, “vamos tener al Palomas, va a salir algo bien bueno, nosotros vamos a tocar una rola de él y él una de nosotros, vamos a tocar La cumbia del clítoris”, adelantó el músico.
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