Dedicado a todas las personas con estilo
Regala el cigarro a El Fumador. Haz que se vea con estilo. Mira el constante movimiento de inhalar y exhalar, mira la placentera cara de la inhalación y disfruta la larga retirada de la exhalación. Escúchalo mientras te explica porque se siente como un dragón al estar fumando. Atento a la mirada que regala al sexo opuesto con su pequeña arma homicida en sus labios. Observa cómo se deteriora con el tiempo. Observa cómo pierden el brillo sus ojos. Enfoca tu vista atentamente a su sonrisa mientras despliega el labio inferior del superior y así muestra el color del vespertino sol. No dejes de visitarlo en el hospital. Consuela a sus familiares. Comparte a los tristes afligidos imágenes de lo bien que se veía con ese cigarro en su boca. Recita una despedida en la iglesia donde se posiciona el hombre en la caja con su elegante smokin, su peinado perfecto, la sonrisa elegante de todo un caballero, los ojos cerrados de una persona en reposo y con la sonrisa que burla a la muerte. Al hombre en la caja agrégale una cigarro en la bolsilla de la camisa para que se vaya con su amor de toda la vida.
Dentro de un mes con tres días, asiste a: escuelas, fábricas, compañías, tiendas, centros comerciales, etcétera. Haz que la gente vea el sufrimiento que te consume, haz que la gente te haga sentir patético platicando tu estúpida historia sobre cómo ayudaste a tu amigo a conseguir morir por el amor de su vida -qué tragedia-.

Regresa a la normalidad, como eras antes de morir tu amigo.
*Repite lo mismo con tu próximo amigo fumador