Excomborāre-
Por Breña Román-
Después
de una agridulce estancia en tu vida he decidido largarme, mi amor. No
me pidas que me quede, me sobran razones para tomar el primer autobús y
formar parte de tu pasado.
De nuestros buenos tiempos ya no queda nada más que el recuerdo, ¿quién
lo diría? Ni siquiera yo lo creo, y eso que lo estoy viviendo en carne
propia, carne que besaste y tocaste cientos de noches hasta el
cansancio, pero he llegado a un punto en el que me siento más enamorada
de tus viejas cartas y postales que de tu persona. Eso duele tanto que
prefiero renunciar a ti y a la parte de mí que te pertenece en lugar de
cargar con ello un día más. Chao, me cansé, I'm done with you.
Todos los días encontraste un motivo para destrozarme, y las excusas
para perdonarte siempre me sobraron, sin embargo el día de hoy ya no
hubo más, comenzaste con tu drama de siempre, tus comentarios mamones y
las comparaciones con tus amiguitas.
Mientras
yo en la puerta te anunciaba que me iba, tú en la regadera apostabas a
que no llegaría ni a la esquina, y me conoces tan perturbadoramente
bien que acertaste, no llegué, estoy sentada en un banco de esta
imitación barata de bar irlandés que se encuentra a dos casas del
techo donde a partir de ahora dormirás solo.
Las
personas me ven como sintiendo pena, ¿cómo no va a ser así?
Estoy que me caigo de borracha, pero no de borracha alegre que se ríe y
canta 'Like a virgin' de Madonna, no, borracha mal pedo, con lágrimas,
rímel corrido y tragos de amargo licor. Me quiero morir.
Te
escribo estas líneas en servilletas ya que las palabras son lo único
que me queda, sólo ellas lograrán salvarme de ahogarme en mis
sentimientos de mierda. Literalmente las palabras son todo lo que tengo
ahora, el dinero se convirtió en alcohol y en unos Marlboro Light, no tengo
donde pasar la noche, no puedo pagar un hotel, y no tengo ni un puto
amigo en esta ciudad de mierda. Eso pasa cuando lo dejas todo por amor,
como lo hice yo, ¡oh ingenua y pendeja yo! dejé mis libros, mi casa, mis
gatos y a mi madre por la promesa que te hice de venir a seguir a tu
cabecita llena de utopías e ideales pendejos hasta el fin del mundo, lo
deje todo por ti, hasta mi dignidad, y te di tanto, tanto amor que no
supiste qué hacer con él; fue tal la cantidad de este sentimiento que
invertí en tu persona que no me quedó ni una sola pizca para mí.
Sólo tengo que encontrar la manera de sobrevivir a esta fría noche,
después todo será más fácil, mañana me regreso a casa de mi madre,
mañana consigo trabajo, mañana nos reconciliamos, mañana te jodes,
mañana me atropellan, me muero, y fin, pum pam, cierren el telón, se
acabó mi drama.
Que prometedor es el mañana, ¿no crees, mi amor?.
La gran paradoja de mi vida es escribirte eso y jurar que no quiero
saber de ti nunca más mientras volteo a la puerta esperando verte entrar
y sacarme de aquí, llevarme a tu casa, hacerme el amor y después tomar
té juntos. Quiero que me salves, cual caballero salvando a su damisela
en apuros, pero no lo haces, ni lo harás, no te importa mi ausencia, así
que yo hago como que no te necesito.
En
caso de que sobreviva a esto haré algunos cambios, por ejemplo,
reemplazaré las botas por tacones (las revistas femeninas dicen que la
vida se ve mejor desde unos Steve Madden de once centímetros), me haré
militante de algún partido político, teñiré mi cabello de castaño como
una mujer ordinaria y lo dejaré crecer para poder peinarme, comprare
vestidos de cóctel y asistiré a reuniones sociales donde conoceré a
algún oficinista experto en el manejo de los recursos humanos, que vea a
López-Doriga y le guste usar corbatas con grabados ridículos. Un hombre
que cuando este tomado baile 'Perfume de gardenias' conmigo y no sepa la
diferencia entre Pablo Neruda y Mario Benedetti. Cuya formalidad lo
caracterice y que no sea espontáneo como tú. Alguno que haga del sexo
un rutinario ritual sagrado y me llame 'gorda' en las comidas familiares
de los domingos. Que tenga un apellido medio mamón, y que me haga
olvidar tu marxismo, tus poesías de mierda y tu mierda de jazz, tu
alcohol barato y tu pasión por las películas de Tarantino. Un hombre
ordinario que se lleve el recuerdo de esta noche y nuestros planes de
envejecer y morir juntos para elevarnos a otro plano astral. Que logre
hacerme creer que nunca dejé todo por ti, que nunca me quedé sola y me
sentí indefensa. Pero principalmente que sea capaz de hacerme borrar de
mi mente el hecho de que alguna vez amé hasta enloquecer.
Con esto me despido, fue un placer haberte amado, sí alguna vez anhelas
sentirte querido, búscame, será un gran gusto volver a perder la cabeza
por ti, baby.