Primera Posición-
Por Liliana Esparza-
“Yo no sé bailar” es una frase que he escuchado decir miles de veces, tanto por hombres como por mujeres y nunca sé que responder, y es que “yo no sé bailar” me parece que es hermana de “yo no sé dormir”. El hombre ha bailado desde tiempos primitivos como forma de comunicación y ahora la danza es utilizada para tantas cosas que para mí se ha convertido en una necesidad fisiológica como comer y dormir.
Estoy segura de que todo el mundo sabe bailar, sólo que quizás hay personas que aún no lo descubren o si ya lo descubrieron no lo quieren compartir. Claro, no estoy diciendo que todos tengan dentro un Rudolph Nureyev -porque para eso se necesitan tiempo, disciplina y muchísimas cosas más- pero sí puedo asegurar que todos tenemos ritmo y nuestros cuerpos lo saben.
Y he aquí la razón por la que todos sabemos bailar: Lo único que requieres para bailar es tu cuerpo ¡ni siquiera música! Porque la música está en ti, en los latidos de tu corazón, en la sangre que bombea mandando ritmo a todo tu cuerpo, la música son tú y tu alma, tu cuerpo es el instrumento, y lo único que tienes que hacer para bailar es dejarte llevar.
Por eso se que todos tenemos ritmo, el problema es que no todos se dejan llevar, porque anteponemos la mente y la razón al momento de bailar cuando quién quiere interactuar es el alma, y es que la danza se siente, no se piensa. Ya veo a muchos bailarines pensando en la técnica pero comprobé que primero debes sentir antes de pensar cuando aprendí a hacer 'Pirouettes'.
En clase de ballet, la maestra nos explicó con detalle dónde debía ir cada parte del cuerpo a la hora de girar y yo estaba tan preocupada pensando en la posición del cuerpo que cuando llegó mi turno, sólo logré hacer la postura que ella pedía, sí, todo mi cuerpo estaba donde debía pero no había girado. Después de muchos intentos fallidos logré desconectar mi mente y dejé que mi cuerpo hiciera lo suyo y voilà! Allí estaba mi Pirouette, lo único que debía hacer era sentir y dejarme llevar.
Independientemente de lo que se vaya a bailar lo esencial es silenciar la mente para darle oportunidad al alma de tocar al mundo, no importa si bailas en el antro, en la duela o en tu cocina, lo verdaderamente primordial está en dejarse ir para perderte a ti mismo cediendo ante el ritmo y al mismo tiempo encontrarte dentro de él, porque es en ese preciso momento en que recuerdas que estás vivo.
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La Autora: Enamorada del mar, amante de la danza y adicta a los helados. Sueño despierta, bailo sin darme cuenta, aprendo Ori Tahiti, uso labial rojo y estoy siempre despeinada.
Por Liliana Esparza-
“Yo no sé bailar” es una frase que he escuchado decir miles de veces, tanto por hombres como por mujeres y nunca sé que responder, y es que “yo no sé bailar” me parece que es hermana de “yo no sé dormir”. El hombre ha bailado desde tiempos primitivos como forma de comunicación y ahora la danza es utilizada para tantas cosas que para mí se ha convertido en una necesidad fisiológica como comer y dormir.
Estoy segura de que todo el mundo sabe bailar, sólo que quizás hay personas que aún no lo descubren o si ya lo descubrieron no lo quieren compartir. Claro, no estoy diciendo que todos tengan dentro un Rudolph Nureyev -porque para eso se necesitan tiempo, disciplina y muchísimas cosas más- pero sí puedo asegurar que todos tenemos ritmo y nuestros cuerpos lo saben.
Y he aquí la razón por la que todos sabemos bailar: Lo único que requieres para bailar es tu cuerpo ¡ni siquiera música! Porque la música está en ti, en los latidos de tu corazón, en la sangre que bombea mandando ritmo a todo tu cuerpo, la música son tú y tu alma, tu cuerpo es el instrumento, y lo único que tienes que hacer para bailar es dejarte llevar.
Por eso se que todos tenemos ritmo, el problema es que no todos se dejan llevar, porque anteponemos la mente y la razón al momento de bailar cuando quién quiere interactuar es el alma, y es que la danza se siente, no se piensa. Ya veo a muchos bailarines pensando en la técnica pero comprobé que primero debes sentir antes de pensar cuando aprendí a hacer 'Pirouettes'.
En clase de ballet, la maestra nos explicó con detalle dónde debía ir cada parte del cuerpo a la hora de girar y yo estaba tan preocupada pensando en la posición del cuerpo que cuando llegó mi turno, sólo logré hacer la postura que ella pedía, sí, todo mi cuerpo estaba donde debía pero no había girado. Después de muchos intentos fallidos logré desconectar mi mente y dejé que mi cuerpo hiciera lo suyo y voilà! Allí estaba mi Pirouette, lo único que debía hacer era sentir y dejarme llevar.
Independientemente de lo que se vaya a bailar lo esencial es silenciar la mente para darle oportunidad al alma de tocar al mundo, no importa si bailas en el antro, en la duela o en tu cocina, lo verdaderamente primordial está en dejarse ir para perderte a ti mismo cediendo ante el ritmo y al mismo tiempo encontrarte dentro de él, porque es en ese preciso momento en que recuerdas que estás vivo.
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La Autora: Enamorada del mar, amante de la danza y adicta a los helados. Sueño despierta, bailo sin darme cuenta, aprendo Ori Tahiti, uso labial rojo y estoy siempre despeinada.