“Esta canción la compuse en el campo, en una época en la que estaba harto de estar en mí mismo, en mi cabeza llena de ansiedad y pensamientos intrusivos que no me dejaban en paz. Recuerdo que salí de la ciudad con la intención de despejarme y reconectar con las montañas, el viento, la naturaleza, que siempre son una fuente de paz, y así nació la canción”, nos comparte Gregorio.